sábado, 24 de noviembre de 2012

LA DIOSA, LA BESTIA Y EL BASTARDO 9

— ¡Quieto perro!— jugaba Andrea a la medida de su gusto con Manolo al provocarlo con sus besos y caricias.

El joven se rehusaba con su sagrado pretexto y creencia de que eran hermanos, solo que ahora, aquello no le funcionaría al estar en las redes de Andrea.

— ¡Por favor Andrea somos hermanos!;

— ¡Que no pendejo no jodas con eso! Además, recuerda que tengo algo que mostrarle a mami así que se bueno y tierno conmigo— le decía divertida, echada sobre el cuerpo de Manolo con los labios mordiéndole el pecho y cuello.

— ¡Bésame Manolo!— le susurró a modo de orden. Manolo sabía que era un juego peligroso y él se veía obligado a jugarlo.

— ¡NO, BASTA!— se rehusó Manolo una vez mas a los encantos de la chica apartándola de su lado. Andrea montó en cólera.

¡PLAFFFFFFFFFFF!; Abofeteó a su hermano sin que éste ofreciera resistencia.

— ¡Te lo advierto Manolo, conmigo no se juega y termina de entender de una puta vez que te tengo en mis manos, ahora mas que nunca tu tranquilidad depende de mí!;

— ¡No me obligues a ser en verdad despiadada contigo, no vuelvas a rechazarme Manolo o haré de tu vida un verdadero infierno!;

— ¿Y hasta cuando será esto?— preguntó el joven nervioso e incómodo para entristecerse con la respuesta de Andrea.

— ¡Hasta que a mí se me de la real gana, ahora, cállate y bésame!;

Dicho esto, Manolo se entregó al capricho de la joven por que bien sabía que eso era, un capricho; el peligro era lo que podría pasar en cuanto ese capricho se desvaneciera, entonces, seguro que la chica tendría algo mas en mente, excepto dejarlo en paz.

Andrea estaba haciendo con Manolo lo que se le antojara y en ese momento tan solo le apetecía estar con él; había pensado en pedirle, mas exacto, ordenarle que se la follara; previo proceso de excitación y placer en donde se haría servir de la lengua de éste pero consideró que no tenía prisa alguna y decidió jugar por mas tiempo con Manolo y hacerse servir por él en los terrenos sexuales mas adelante.

— ¡Ayyyyyyyyyy!— se quejó Manolo. Andrea le había mordido los labios haciéndoselos sangrar.

— ¡Ya no me apetece estar contigo!— le comentó indignada— ¡Échate al suelo y bésame los pies! Es para lo único que sirves.

Manolo la observó ofendido pero como siempre, terminó por intimidarse ante la penetrante mirada de la muchacha.

— ¡Tienes suerte Manolo de ser el único en esta casa por el cual guardo algo de afecto, quizás migajas pero te aseguro que en mí, existe cierto cariño para ti!— le explicaba mientras Manolo respiraba aliviado y continuaba besando con devoción los pies de aquella hermosa joven.

— De no ser así— proseguía Andrea— No me tentaría el corazón para hacerte pedazos. La idea principal de adaptar cámaras en el baño no fue por ti sino por mamá o la Bestia; quería descubrirles algo que me permitiera dominarlas a placer pero resultaron ser unas aburridas y monótonas, en cambio tú wow, ¡Me sorprendiste Manolo!;

— ¡Por qué nunca me dijiste que te fascinaba el olor de mis pies, zapatos y bragas! Mira que lo sospechaba; ¡Coño con gusto te hubiese complacido jajajajajajajaja!— se burlaba Andrea ante la roja cara de Manolo que escuchaba con suma atención cada palabra de la muchacha.

— En fin Manolo, todo esto es parte de un proceso en tu vida así que abusado por que no voy a tolerarte torpezas ni errores; no tengas en cuenta lo de las pruebas del baño pues como te dije antes, eso sale sobrando, ambos nos sentimos cómodos en nuestros roles;

— ¡Admítelo! A ti te encanta que te domine y a mí mas me fascina hacerlo; solo necesitábamos un pretexto para llevarlo a otro nivel y justamente tus cochinadas del baño me vinieron como anillo al dedo— concluyó Andrea pateando suavemente a Manolo en el rostro con la fina planta de su pie indicándole que se arrodillara.

El joven sin obtener tregua por parte de aquella chica que lo tenía realmente absorbido se sorprendió ante los movimientos de Andrea pero ya nada pudo hacer.

Andrea con una práctica impresionante masturbó a Manolo con los pies y lo hizo correrse en menos de un minuto.

— ¡Limpia!— le exigió Andrea refiriéndose en primer plano a sus pies y segundo al piso en donde habían quedado algunas gotas de semen.

Automáticamente Manolo se aplicó a la labor sintiéndose hasta familiarizado con el sabor de su semen; no por ello cambiaría el que se sintiera ofendido.

— ¡Buen chico!— se burló Andrea de él— Recuerda Manolo, no vuelvas a rechazarme o te juro que te va a pesar; ya lo pasado pasado ahora es el presente lo que debe importarte así que al diablo con tu moral y demás tonterías que te atormentan;

— Te voy a confesar algo que el otro día estabas tan interesado en saber— hizo una pausa y muy sonriente añadió— ¡Aun soy virgen pero no por mucho tiempo!— otra pausa, otra enorme sonrisa para concluir— ¡Quiero perder mi virginidad contigo!;

Manolo sintió un escalofrío recorrer todo su ser.

— ¡Ahora largo Manolo, quiero estar sola, la Bestia debe estar por entrar al baño jajajajajaja quiero espiarla aunque bueno, siempre me produce náuseas verla desnuda pero en fin, también me divierte!; Manolo se marchó confundido. Antes de salir Andrea le comentó:

— ¡También olvídate de esas muecas cada vez que te llame Bastardo o haré que me beses los pies y me agradezcas que te llame Bastardo frente a mamá y la Bestia!;

Manolo estaba cada vez mas perdido, lo que mas le preocupaba era el tema de las relaciones sexuales con Andrea; rogaba al cielo por que la chica desistiera en ello. Andrea siempre lo había provocado como juego, como diversión, como capricho; el caso era que lo provocaba y Manolo la rechazaba fiel a sus principios pero ahora era distinto, otro cantar.

Ahora ya no tenía validez el objetar que eran hermanos, en primera por que ciertamente no lo eran y en segunda por que Andrea había llevado la relación con Manolo a otro nivel; antes a Manolo le bastaba con gritarle a Andrea que eran hermanos y apartarla de su lado para evitar toda tentación y no le importaba las rabietas de ésta ni sus gritos histéricos al sentirse rechazada ni que se desgañitara en hacerle ver que no eran hermanos y rematar llamándolo Bastardo.

Ahora todo ese teatro ya no era necesario. Andrea simplemente llevaba la voz cantante en todos los aspectos de la relación que mantenía con Manolo, una relación extraña, confusa, contradictoria que dependía del bendito humor de la muchacha.

Justamente así era, Manolo y su tranquilidad estaban sujetos al humor de Andrea que decidía ser cordial y un tanto considerada con el joven o fastidiarlo, humillarlo y hacerlo sentir miserable cada día de su vida.

Las fatales consecuencias del accidente de la familia de Nersy tan solo habían realizado un alto ofreciendo una tregua a la muchacha, permitiéndole gentilmente que asimilara la dura situación que envolvía su actual vida. Un nuevo banderazo de salida indicó a esas fatales consecuencias de que era el momento de presentarse nuevamente como tormento en la vida de la muchacha.

Sin sus padres, Nersy imploraba al cielo que su hermano se salvara y así fue; salvó la vida, el joven Francisco se aferró a la vida pero ello implicó condenarse a vivirla en adelante en una silla de ruedas, quedó paralítico.

Nersy se sentía morir; su hermano sería su soporte, la fortaleza que tanto necesitaba para salir adelante y superar la muerte de sus padres; con su hermano paralítico saltaba a la vista que tendría que ser todo lo contrario.

Un panorama nada alentador para la muchacha de 16 años que si de algo carecía hasta en ese momento era de conocimientos y experiencias para enfrentarse a la vida pero no había tiempo para detenerse a pensar ni a reclamar el por qué de las cosas, era así, su vida le presentaba esa dura etapa y no le ofrecía mas opciones que enfrentarla o morir en el intento.

Nersy así lo comprendió. No había tiempo para llorar ni imaginar que se tratara de tan solo una cruel pesadilla, eso sería soñar despierta, nada cambiaría y sería tiempo valioso perdido. Nersy no dudó mas en lo que debía hacer, cómo debía actuar; recordó una frase que en uno de esos días ociosos leyó en algún libro y que ahora le venía tan bien a su duro porvenir; “El mundo es un campo de batalla donde rendirse representa un pecado mortal”.

— Mi hermano me necesita— pensaba a la vez miedosa, a la vez valiente— Es todo lo que me queda de mi familia y si él estuviera en condiciones seguro que daba la vida por mí; es hora de pagarle— concluyó sus profundos pensamientos Nersy secándose las lágrimas y decidida a buscar hasta encontrar un empleo que le permitiera a duras penas mantener y cuidar de su hermano paralítico.

La causa por extraña u oscura por la que haya ocurrido el accidente quedaba atrás, ahora la consecuencia inmediata de aquel accidente era cubrir los gastos de la casa, mas que eso, el tratamiento y el cuidado de Francisco guardando la esperanza de que algún buen día volviera a caminar pero para eso se necesitaba dinero, dinero y mas dinero.

Otro aspecto que atemorizaba a Nersy eran las numerosas deudas que de pronto aparecieron de sus padres y que aquellos lobos quienes le reclamaban que liquidaran a la voz de ya no le ofrecían tregua, mucho menos se compadecían de su hermano paralítico y la todavía aun mayor indefensa muchachita.

Francisco no estaba en condiciones de lidiar con ello y Nersy no sabía ni de qué demonios le hablaban, tan solo rondaba en su cabecita que si no pagaba, le embargaban la casa y las pocas o muchas pertenencias que conservaban.

Aquello era un verdadero caos y cosas de familia; Nersy entendió que sus propios familiares eran los primeros que no se la pensarían para adueñarse de su casa en vez de apoyarla en su dura situación.

No había de otra que trabajar duro, muy duro para salir adelante; atrás quedaría su vida de princesa y de niña mimada, ahora era parte del mundo real.

Nersy centró su atención en Andrea; su mejor y única amiga, con ella a su lado lograría solucionar gran parte de sus problemas, con ella a su lado se sentía resguardada, con Andrea superaría toda adversidad y recorrería todo camino por duro que este sea. Desafortunadamente para Nersy, Andrea no pensaba ni en sueños ser parte de su nueva vida.

El duro episodio por el cual atravesaba Nersy le valió para conocer realmente a Andrea quien demostró a todos que tan egoísta, cruel y despiadada podía llegar a ser incluso con Nersy a quien en su momento llegó a considerar como una persona muy querida.

Andrea, una vez más sorprendió y entristeció a todos quienes la rodeaban pero en especial destrozó a Nersy al no solo negarle su apoyo, sino dar por terminada toda relación con ella y burlarse de su actual situación.

A Andrea no le importaba el por qué de las cosas, las causas y consecuencias del accidente de la familia de Nersy por ella podían irse al demonio, no era su problema y tan solo se interesó en la parte en que Nersy le comunicó que trabajaría, esa fue suficiente razón para que Andrea rompiera todo lazo de amistad con ella.

Acostumbrada a una vida fácil donde sin ser millonaria ni perteneciente a una familia poderosa tan solo se tronaba los dedos y el buen Manolo se deshacía por complacerle el capricho en turno, Andrea se acostumbró a esa vida y en principio le temió al trabajo para terminar despreciándolo no mas que a los que trabajaban y tan solo obtenían lo necesario para subsistir con sus familias.

Cabe destacar que gran parte de esas ideas y teorías que gobernaban la mente de Andrea se las debía a Rubí Torres Panty y a Divanny, la prima de ésta; a ellas podía agradecerles todo ese mundo de ensueño al cual ella no pertenecía pero se sentía con derecho a reclamar al formar parte del selecto club de amistades de aquellas frívolas señoritas que correspondían a su amistad con regalos y atenciones que cautivaban a Andrea, se sentía aceptada y hasta respetada por aquellas muchachas mimadas a quienes sus poderosas familias no hacían otra cosa que cumplirles sus deseos.

Andrea despreciaba el trabajo; que eso quede claro y aun con todo y la desgracia de la familia de Nersy, no fue suficiente motivo para que la soberbia señorita cambiara de opinión.

Andrea encontraba humillante trabajar; para ella, previo consejo y enseñanza de Rubí, trabajar era sinónimo de servir, peor aun, de servir a otras personas; de esta manera ella pensaba que los poderosos eran quienes ofrecían el trabajo y con ello sus normas y condiciones y los de abajo, los que estaban destinados a obedecer eran los que acataban dichas normas y condiciones, por lo tanto Andrea se había jurado que ella nunca acataría las órdenes de nadie.

La única manera en que se veía laborando era siendo la propietaria de un jugoso negocio siendo ella y solo ella la que ordene y regodeándose en como todos inclinan la cabeza respetuosa y sumisamente ante ella.

Con todo lo anterior Andrea despreció a Nersy puesto que era obvio que la chica estaría del lado en donde tocaba obedecer y obtener unas monedas que a duras penas le permitieran subsistir. La parte en que no era por gusto sino por la responsabilidad de cuidar a su hermano a Andrea no le interesó, por obligación o gusto daba lo mismo; Nersy debía ya iniciar otra vida.

— Lo siento en el alma Nersy pero ya no podremos vernos, lo mas seguro es que termines trabajando de sirvienta en una familia rica. ¡Dios que vergüenza! Me dejarías en ridículo frente a mis otras amigas si se enteran de que tengo una amiga sirvienta— le comentaba Andrea sin rodeos ni consideración alguna.

— ¡Solo espero no encontrarte en casa de alguna de mis conocidas por que si te atreves a decir que me conoces no dudaré en convencer a la familia que te eche a la calle!;

— ¡NO PUEDES HABLAR EN SERIO, TIENE QUE SER UNA BROMA, POR FAVOR YA DIME QUE ES UNA BROMA!— le decía Nersy con lágrimas en los ojos, incrédula ante la mas que dura postura adoptada por Andrea.

— ¡No Nersy! No es ninguna broma y al mal tiempo darle prisa así que chao; ¡LARGO DE MI CASA! Es mejor que vayas a vigilar al inútil de tu hermano.

— ¡Creí que éramos amigas!— exclamó Nersy muerta en llanto y con un evidente resentimiento que ya no podía ocultar.

— ¡Éramos! El destino por bien o mal se ha encargado de separarnos, tengo planes bonita y sinceramente— hizo una pausa para mirarla con lástima y añadir— En adelante tan solo me estorbarías en dichos planes;

— ¡Búscate otro paño para tus lágrimas! ¡Ándale!, Ve a preparar tu vestido de sirvienta y a mentalizarte que te espera vivir a los pies de tus nuevos amos, bien lo dice Rubí; los sirvientes viven a los pies de las personas que les matan el hambre, ya por ello los deben considerar como sus amos, los dueños de sus vidas.

— ¡NO TRABAJARÉ COMO SIRVIENTA MALDITA SEA!— gritó rabiosa Nersy, dolida en extremo ante la maldita indiferencia de la que por mucho tiempo consideró su mejor amiga.

— ¡Ja da lo mismo! ¡Qué de extraordinario tiene trabajar en un local donde no eres la dueña tan solo una miserable y puta empleadita!;

— ¡Ojalá Andrea que nunca pases por esto! No te lo deseo a pesar de lo cruel que estás siendo conmigo— le dijo Nersy acercándosele y mirándola llorosa como esperando aun algo de arrepentimiento y consideración por parte de aquella chica.

— ¡Ay cómo fastidias, ya lárgate y me saludas al inútil de tu hermano! Por cierto; ¿Ya le conseguiste silla de ruedas? O continúa arrastrándose como un gusanito jajajajajajaja; consejo gratis: puede ir por la calle arrastrándose y juntar algo de monedas que le arrojen no por lástima sino por la risa que seguro ocasiona con su patético espectáculo.

Nersy tan solo permitió a Andrea terminar aquella dolorosa frase y al instante le estampó una durísima bofetada dejándole en la blanca mejilla sus cinco dedos marcados.

— ¡ESTÚPIDA!— gritó Andrea enfurecida, tallándose la mejilla y sin dudarlo enfrentó a la muchacha con la firme intención de devolverle el golpe.

— ¡AYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY MALNACIDA SÚELTAME SÚELTAME ME HACES DAÑO ME LASTIMAS!— se quejaba Andrea. Nersy la había controlado con una facilidad asombrosa; le sujetó la mano con la que Andrea pretendió abofetearla, se la dobló por detrás de la espalda con lo cual la hizo gritar de dolor y se la pasó jalándola del cabello hasta aventarla bruscamente al piso.

Andrea estaba sola en su casa a lo que nadie intervendría en su auxilio aunque a decir verdad, el único que lo hubiese hecho era su fiel Manolo.

— ¡Consejo gratis!— tocó el turno a Nersy para burlarse y así lo hizo al hablarle con una enorme sonrisa— ¡Deja de soñar con esa vida de mimada de la cual nunca has sido parte!;

Nersy hizo una pausa para no carcajearse ante los esfuerzos de Andrea para no romper a llorar; se tallaba todavía la mejilla y se resentía de los tirones de cabello mientras observaba sentadita en el piso sus sandalias blancas que habían volado.

Ante todo; Nersy la quería, la apreciaba y decidió ante todo, otorgarle una oportunidad a la chica que les permitiera congraciarse.

— ¡Venga burra, levántate ya, aquí no ha pasado nada!— le comentó Nersy ofreciéndole la mano.

— ¡PÚDRETE PERRA!— fue la respuesta de Andrea que si algo no soportaba, era sentirse vulnerable ante alguien.

— ¡Que pena me das Andrea! En verdad que eres de lo peor. Consejo gratis— le dijo esta vez sin ánimo de burlarse, por lo contrario, de hacerla entrar en razón— ¡Madura! Ya no somos unas niñas ni nos tocó vivir en un cuento de princesas, quisimos ser parte del cuento pero el destino decidió expulsarme;

— En verdad deseo que no te suceda lo mismo pero piénsalo, es mejor cambiar por ti misma y no cuando la vida te obliga a hacerlo— dicho esto Nersy decidió marcharse pero un reflejo le indicó voltear.

Andrea se había levantado dispuesta a golpearla. Nersy tan solo se limitó a sujetarle los brazos y a empujarla para que de nueva cuenta, el piso sea el receptor de las blancas nalgas de Andrea que al verse impotente comenzó a llorar.

— ¡TE VAS ARREPENTIR LO JURO! ¡ÉSTA HUMILLACIÓN NO TE LA PERDONARÉ JAMÁS!— la amenazó Andrea ocultando su hermoso rostro entre sus manos.

— ¡Bájale Andrea!— se dio el gusto Nersy de separarle las manos y verla llorar— ¡Coño, Andrea Mendoza nunca llora ni ante la desgracia de su mejor amiga! ¡Vamos coño, unos golpecitos no van hacer llorar a Andrea Mendoza!;

— ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!— gritó histérica Andrea poniéndose en pie y dispuesta a darlo todo para responderle los golpes a Nersy pero no pudo siquiera hacerle un solo rasguño.

Lo que Nersy le hizo le dolió profundamente a Andrea en su orgullo. Nersy la sometió sujetándole con firmeza los brazos y la hizo arrodillar. Era la segunda vez que Andrea Mendoza se arrodillaba; antes por orden de su madre, ahora por verse incapaz de controlar físicamente a Nersy.

— ¡Me lastimas!— murmuró muerta en llanto arrodillada ante la jovencita.

— ¿Duele?;

— ¡Siiiiiiii!— respondió llorando Andrea.

— ¡Suerte Andrea! No te guardo rencor, con amigas como tú para qué me busco enemigas— finalizó Nersy soltándola y apreciándola caer muerta en llanto ante sus pies.

— ¡TE VAS ARREPENTIR! ¡NADIE SE BURLA DE ANDREA MENDOZA!— gritó Andrea revocándose en el piso.

Nersy tan solo sonrió y se hizo la fuerte para demostrarle a aquella odiosa muchacha que la ruptura entre ellas no le afectaba.

— ¡MADURA COÑO Y SERÁS FELÍZ!;

Tras esto al salir, Nersy rompió a llorar desconsoladamente y partió rumbo a su casa sin saber que no solo había perdido una amistad sino que se había ganado una poderosa enemiga y que la guerra con ésta apenas iniciaba pero ella no tenía tiempo para dedicarle, antes estaba su hermano, sus problemas económicos y su primer empleo.

Continuará………………………………………………………………..

sábado, 10 de noviembre de 2012

LA DIOSA, LA BESTIA Y EL BASTARDO 8

— ¡POR QUÉ DEMONIOS NO TOCAS!— gritó la muchacha llorando avergonzada; instantes después, Andrea se llevó las manos a la cara ocultando su rostro y rompió a llorar desconsoladamente.

Manolo había entrado con tan mala fortuna para Andrea en el preciso momento en el que ésta se masturbaba, se proporcionaba placer mirando una película pornográfica; más bien, una película totalmente orientada en el BDSM.

Manolo se demoró para lograr actuar y articular palabra. La impresión mas fuerte se la había llevado él al entrar y mirar en la tv a una imponente señorita con altas botas negras y repleta en cuero azotando sin piedad a una desnuda e indefensa jovencita que no hacía otra cosa que chillar y lamer las botas de su ama.

Manolo no asimilaba aquello en cuanto desvió tantito la mirada a la cama; Andrea gemía, sudaba y se masturbaba endemoniadamente; cuando Andrea intentó decir algo en su defensa le fue imposible. Manolo presenció como la muchacha se convulsionaba en la cama producto del poderoso orgasmo que estaba experimentando.

Manolo apagó el televisor sin importarle en detenerse a observar que ahora la esclava le proporcionaba placer a su joven ama que gemía y jadeaba justo como lo había hecho Andrea.

Manolo miraba asombrado, asustado y enojado a Andrea; una vez mas a su criterio, la muchacha lo había decepcionado. La chica, lejos de cualquier anterior reacción de vergüenza, se había repuesto y ahora la situación no hacía más que excitarla.

— ¡Oye qué carajo haces!— le reclamó a Manolo en cuanto éste intentaba destruir con sus propias manos las películas y revistas que se encontraban en el piso de la habitación orientadas igual al BDSM.

— ¡Súbete las bragas!— le ordenó en seco Manolo— ¡Y la puta falda también! Ya le explicarás a tu madre qué demonios significa todo esto.

— ¡Yo no le voy a explicar nada a nadie por que tú no dirás una sola palabra Manolo!;

— ¡SE ACABÓ ANDREA! Estás fuera de control y en parte ha sido culpa mía por encubrirte siempre; me llevaré éstas cosas y se las entregaré a mamá, a ella dirás qué significan y claro está, atente a las consecuencias.

Manolo se apoderó de algunas pruebas del supuesto delito de Andrea y se disponía a salir del cuarto. Karina y Graciela no tardarían en llegar; Andrea se desesperó, lo que menos quería era problemas con su madre; ya la había amenazado con echarla de la casa y si ahora la enfrentaba sin la protección de Manolo, seguro era que llevaba todas las de perder.

— ¡MANOLO!— le habló llorosa, a nada de rogarle, corrió tras él y lo abrazó pero Manolo la empujó y la chica terminó en el piso.

— ¡Lo siento Andrea! Esto es demasiado, te has excedido; mas que otra cosa, necesitas atención profesional, un psicólogo; ¡Estás mal Andrea, muy confundida! Ésta vez mamá tiene que enterarse, lo siento en verdad.

Andrea; desde el piso se sorbió los mocos, secó sus lágrimas, miró a Manolo con cierto rencor pero enseguida, en su rostro se dibujó una maliciosa sonrisa, se armó de valor, de seguridad y tenía razones para hacerlo.

— ¡Entonces hablaremos con mamá, eso haremos, hablemos con mamá!— se expresó con la voz áspera producto del llanto pero también burlona, irónica.

— ¡Tú lo has dicho!— contestó Manolo.

— ¡Yo ya se que decirle!— continuó Andrea— ¡QUE SE VAYA A LA MIERDA! ¿Y tú ya sabes qué decirle Manolo?;

Manolo la miró sin entender. Andrea se puso en pie; se dirigió a revisar entre sus pertenencias, extrajo algunos discos, se acercó al dvd, preparó todo y antes de darle play miró sonriente a Manolo.

— Antes de hablar con mamá, te sugiero que veas esto; ¡A ver que te parece mi querido e inocente Manolo! ¡INGENUO Y ESTÚPIDO DE NACIMIENTO!— le habló en un tono cargado de burla y de lástima.

Manolo una vez más se encontraba atónito, estupefacto; sin percatarse soltó las pruebas del delito de Andrea para detenerse a observar las propias.

— ¿Qué vas a decir ante esto Manolo, que vas a alegar?— lo presionaba Andrea mientras encendía un cigarrillo y se paseaba indolente a su alrededor— ¡Venga coño adelántame algo! ¡Como vas a explicarle, con que argumentos cuentas ante estas cochinadas que llevas rato haciendo en el baño!;

Manolo temblaba. No se atrevía a darle la cara a la muchacha. La imagen del televisor no reproducía otra cosa que a él.

¡Era él oliendo las zapatillas de Andrea en el baño, masturbándose, eyaculando, lamiendo dichas zapatillas! Enseguida, por si no fuera suficiente, la imagen lo mostraba ahora con unas bragas de la joven ajustadas a su cara, respirándolas, masturbándose, eyaculando, restregándoselas en la cara.

Manolo solo asimilaba lo más lógico y crucial: ¡Estaba perdido y en poder de Andrea! Miró a la joven por un instante; ésta le dedicó una cínica sonrisa repleta de burla, desprecio y pena. Manolo humilló la mirada.

— ¡Tengo cámaras en el baño!— le soltó sin rodeos— ¡Y ahora por fin rinden frutos! Con la Bestia y mamá nunca pasó nada interesante pero contigo jajajajajajajajaja; ¡Ay Manolo quien te viera! ¿Quién necesita al psicólogo?;

— ¡Yo digo que nadie! Claro, si cooperas conmigo mami no tiene por qué enterarse del pervertido y enfermo hijo que tiene en casa; ¡Qué se podía esperar de ti Manolo, digo, si te sacamos de un basurero es claro que nada!;

Una lágrima corrió por la mejilla de Manolo pero esa lágrima y muchas mas carecían de valor ante Andrea. No eran nada para ella, por lo tanto, no se iba por eso a conmover del afectado joven.

— ¿Sabes qué Manolo? Olvida todo lo anterior, eso de que cooperes pues no hay trato, a mí no me importa lo que mamá piense de mí; ¡Yo vivo mi vida como se me da la puta gana y si me corre le pediré a Nersy que hable con sus padres y me permitan vivir con ellos! O puedo recurrir con Rubí o su prima, en fin, tengo una que otra aliada que me puede salvar el culo de momento pero….. ¿Y tú Manolo?;

— ¡Será divertido ver que cara pone mami en cuanto te descubra y sepa como eres realmente! ¡No se hable mas!— hizo una pausa solo para saborear el momento y continuó atormentando al joven— ¡Mamá está a nada de llegar! ¿Le dices tú primero? ¡No! ¡Primero las damas! O sea que mamá sabrá primero que su orgullo no es más que un enfermo que se masturba en el baño oliendo mis zapatos y mi ropa interior jajajajajajajajaja— se carcajeó cruelmente.

— ¡Y claro, solo si mamá resiste, eso que no lo creo entonces, quizás sobre tiempo para decirle que la menor de sus hijas de quien ya no espera ni le sorprende nada también tiene ciertos gustos como mirar una que otra peli y proporcionarse algo de justo y merecido placer!— finalizó la chica con una sonrisa de triunfo en su rostro ante la evidente derrota del joven Manolo.

— ¡NO DIGAS NADA TE LO SUPLICO!— le imploró el joven con la voz entrecortada.

¡Jajajajajajajajajajajajajajajaja!; La cruel risa de Andrea terminó por desarmar al joven, por quebrarlo.

— ¡TE LO SUPLICO ANDREA TE LO SUPLICO!— se deshacía en ruegos Manolo aunque lo que mas resonaba en la habitación eran las carcajadas de Andrea.

Instantes después, Andrea, acariciándose su largo y suave cabello mostró a Manolo sus perfectos dientes blancos al sonreírle y hablarle dulcemente.

— ¡Arrodíllate! Si no quieres que diga nada será mejor que me obedezcas sin objeción alguna de tu parte; ¡VENGA PUES!— alzó Andrea la voz— Mamá está por llegar apenas y tendrás tiempo de convencerme así que aprovéchalo; ¡Te quiero de rodillas, arrastrándote a mis pies, implorándome que no te delate!;

Eso hizo Manolo; se abandonó a la voluntad de Andrea, se arrodilló ante ella para terminar humillantemente postrado ante sus pies, llorando miedoso y avergonzado.

Andrea se tomó su tiempo para contemplarlo desde ya roto moralmente ante sus pies. El juego, el cruel juego de Andrea con Manolo apenas iniciaba pues lo que menos tenía en mente era delatarlo.

¡No! Su propósito y su única intención era aprovecharse de él, adueñarse aun mas del joven en cuerpo y alma y ello implicaba degradarlo, rebajarlo como persona, hundirlo hasta convertirlo en un ser sin voluntad para realizar en él lo que más le fascinaba a la muchacha: dominarlo y someterlo a placer, conservarlo debajo de las plantas de sus pies.

— ¡Acércate Manolo, ándale, gatea!— le indicó una divertida Andrea que tomaba asiento en su mueble favorito. El avergonzado joven gateó como un vulgar animal hasta situarse de nueva cuenta ante los pies de la señorita Andrea.

— ¡BÉSAME LOS PIES MANOLO! ¡Uy que emocionante debe ser para ti! ¿No? Tanto tiempo escondido en el baño con mis zapatos y mis bragas y ahora por fin se te va a hacer realidad jajajajajajajajaja.

— ¡QUÉ ESPERAS PERRO! ¡RESTRIEGA TU CARA SOBRE MIS PIES JUSTO COMO LO HAZ HECHO POR TANTO TIEMPO EN EL BAÑO! ¡PLAFFFFFFFFFFF!;

Manolo miró a la cara a la joven y ésta le estampó una impactante bofetada. Manolo quedó fulminado, con la cara pegada sobre aquellos divinos pies que tanto había deseado, con los que tantas noches había soñado y ahora que el momento se daba no parecía disfrutarlo aunque su pene no pensaba lo mismo.

Manolo cubrió de besos y lágrimas los pies de Andrea, la obedeció al pie de la letra restregando su cara como un perrillo tal como la chica se lo había ordenado. La siguiente orden estremeció aun más a Manolo.

— ¡DESNÚDATE!— fue lo que dijo Andrea al momento que lo pateaba en la cara para apartarlo, ponerse en pie y cerrar con seguro la puerta para prevenir por si su madre llegaba a casa.

— ¿Qué no me oíste estúpido?;

— ¡No me hables así Andrea!;

— ¡Te hablo como se me da la puta gana, siempre ha sido así y ahora con mas razón! ¡Eres mío Manolo, completamente mío y con lo mío hago lo que se me antoja!— le aclaró sonriente.

Manolo no podía sentirse mas humillado al quedar completamente desnudo y de rodillas ante Andrea pero ésta se daría a la labor de hacerlo sentirse aun más miserable y denigrado.

— ¡Vaya como lo vi en la tv jajajajajajaja tu soldadito quiere mas acción, bien, vamos a complacerlo!— bromeaba al observar el pene de Manolo en todo el esplendor de su erección.

Quedaba claro que a Manolo aquella situación lo humillaba y lo excitaba.

— ¡HUELEME LOS PIES MANOLO! ¡No me los beses solo huélemelos!— le ordenó sin llegar a cansarse de estarse burlando de aquel joven.

Manolo lloraba como un niño pero si antes nunca pudo ponerle un alto a la chica, ahora ya no era el momento. El joven vilmente se arrastró y se entregó al capricho cruel de aquella señorita que adoraba.

— ¡No te toques ahí Manolo!— lo reprendió Andrea al percatarse que éste a pesar de la bochornosa situación por la que estaba pasando, intentó acariciarse inconscientemente el pene.

Andrea lo mantuvo unos instantes oliéndole los pies y pudo apreciar que Manolo lo hacía excitado, se llenaba sus pulmones de aquella fragancia proveniente de los pies de la chica; Andrea sonreía con malicia, intuía que Manolo estaba perdido y ella se encargaría de exprimirlo. Andrea al igual se excitó con lo que estaba sucediendo y comenzó de nuevo a masturbarse.

— ¿Qué haces?— preguntó tembloroso Manolo.

— ¡Cállate torpe y continúa oliendo mis pies, continúa satisfaciendo lo que por tanto tiempo haz ocultado en el baño!— le indicó con una patada en la cara.

Instantes después Manolo no vio a Andrea alcanzar otro orgasmo al tener la cara oculta por las plantas de los pies de la muchacha pero los gemidos y el movimiento de los pies de la chica así se lo hicieron saber.

Andrea temblaba, gemía, se estremecía de placer. Manolo muy a su pesar, presentía que al igual reventaría en cualquier momento a lo que no se opuso a lo que Andrea hizo con él.

La muchacha tras reponerse del orgasmo, sin mediar palabra, acomodó los pies en la cara a Manolo, lo hizo respirar su esencia por minutos, bajó un pie, lo depositó sobre su miembro y fue cuestión de acariciárselo para que Manolo eyaculara con el pie de Andrea sobre su miembro y el otro pie sobre su cara. Manolo terminó en el piso totalmente confundido ante tal situación.

— ¡Limpia el piso!— le ordenó la chica. El joven tan solo y trataba de armarse con un trapo para cumplir la orden.

— ¡Con la lengua!— le aclaró Andrea con una cínica sonrisa.

— ¡No haré tal cosa!— le dijo Manolo preocupado.

— ¡Entonces le diré a mamá!;

— ¡Ya es suficiente Andrea!;

— ¡NO NO LO ES!;

— ¡Te exijo que me entregues esos discos y que desaparezcas las malditas cámaras del baño!;

— ¡Jajajajajajajajaja tú no exiges nada, no naciste para eso y las cámaras se quedan, pobre de ti que las alteres o las dañes!;

— ¡Dale lame tu semen mmmm bueno pero antes acércate, dame un besito!— le dijo riendo señalándose su sexo. Manolo no logró articular palabra hasta transcurrir unos segundos.

— ¡No Andrea por favor no es correcto somos hermanos!;

— ¡Jajajajajajajajajaja ay Manolo eso ya ni tú te lo crees! A que no te preguntabas que era correcto y que no cuando estabas en el baño, ¿Verdad? ¡Dale, no tengo tu tiempo, quiero bañarme!;

Manolo intentó resistirse; desgraciadamente ante Andrea nunca había sido dueño de sus actos.

Fue la misma Andrea quien lo tomó por los cabellos, lo acercó a su sexo y le restregó el rostro a placer.

— ¡Mmmmmm vaya, que bien se siente tu carita por aquí jajajajajajaja! ¡LARGO! ¡Limpia ahora tu semen!;

Manolo estuvo a punto de alegar algo pero en ese momento oyó voces de su madre y Graciela; suplicó a Andrea con la mirada que lo dejara marchar pero ésta se mantuvo en su postura.

Manolo sabía que Andrea no se tentaría el corazón y que no le preocupaba ni se lo pensaría dos veces en hablar con su madre.

Andrea luchaba por no estallar en carcajearse y llamar la atención de su madre ante los gestos del pobre Manolo que sufrió pero al final desapareció del piso todo rastro de semen.

— ¿Quitarás las cámaras?— preguntaba mas tarde Manolo a modo de súplica en la habitación a Andrea mientras le daba su masaje de todas las noches a sus pies, ahora, proporcionándoselo con sus labios.

— ¡No!— fue la seca respuesta de Andrea dándole una calada a su cigarrillo— Y deja de hablar; ¡Te quiero besando mis pies! ¿No te gustan tanto? Pues no me molestes o te privo de ellos jajajajajajaja además ni te preocupes Manolo, ya no será necesario que te refugies en el baño, todos los días te permitiré por que te quiero mucho que te masturbes oliéndome los pies, mis zapatos, bragas…en fin.

— A mi no me molesta pero a cambio exijo de ti obediencia absoluta. Siempre lo haz hecho Manolo, solo que ahora no habrá lugar ni para la más mínima queja de tu parte; vivirás para mí, para servirme y complacerme.

— ¡Estás yendo muy lejos Andrea! ¡Es demasiado!;

— ¡No no lo es! Además esto te gusta, admítelo.

— ¡No es cierto!;

— ¿Probamos?— lo retó Andrea acariciándole el pene. Manolo se estremeció.

— ¡Te gusta Manolo! ¿Sabes por qué?;

— ¡NO NO LO SE POR UN DEMONIO QUE NO LO SE!;

— ¡Te gusta por que te excita, por que solo así satisfaces todas tus pasiones oscuras que siempre han habitado tu interior, que dormían y que ahora han despertado y que yo sabré explotar!;

— ¡Así es Manolo; sencillo, no puedes negarlo, desconozco que tanto te sientas confundido y dolido pero lo que se es que te gusta y te excita!;

— Pero también me ofende y me denigra como ser humano— opinó un perplejo Manolo.

— Eso es por que existen en ti rasgos de voluntad, orgullo y dignidad— le resolvió el misterio Andrea— Pero ni te apures; ¡Yo me encargaré de hacerlos desaparecer para que puedas vivir tranquilo bajo mis pies!;

— ¡Ponle la mano!— le ordenó de pronto señalándole la colilla aun encendida de su cigarro que acababa de arrojar al piso. El joven la miró indeciso.

— ¡PONLE LA MANO ENCIMA COÑO!— le exigió ésta vez Andrea.

Manolo terminó por obedecer y por reprimir un grito de angustia y dolor en el momento en que Andrea le pisó la mano, se la aplastó imprimiendo fuerza al mover su pie de lado a lado para apagar la colilla que hacía contacto obligado con la mano de Manolo puesto que cubría la colilla.

— El dolor Manolo, el dolor puede llegar a ser un cruel pero efectivo maestro, no me obligues a usarlo contigo y te aseguro que es muy fácil que logres que no lo haga; tan solo obedéceme en todo, siempre lo haz hecho pero siempre te haz quejado.

— ¡Ahora no Manolo! Ahora solo queda obedecer y ambos sabemos que lo de las grabaciones del baño es tan solo un pretexto. A mí me gusta mandarte, a ti obedecerme; lo de tu orgullo, ya te dije, déjalo en mis manos y terminaré por dejar tu orgullo rendido a mis pies.

— ¡Dale Bastardo, puedes irte a dormir, mañana será un nuevo día Manolo, ya verás como te irás acostumbrando, por ti mismo o a la fuerza pero te juro que te acostumbrarás o al menos te resignarás!;

Esa noche Manolo no logró conciliar el sueño; él no sabía, no imaginaba de qué rayos hablaba Andrea; por lo contrario, Andrea sabía muy bien lo que haría y hasta donde hundiría a Manolo.

No le preocupaba, sabía que ella y solo ella contaba con el don de destruirlo y reconstruirlo. Manolo no podía detenerse a pensar ni a meditar, no tenía tiempo para ello. Andrea había sido muy clara con él; tan solo debía adaptarse a la presente etapa de su vida y a no alarmarse en extremo ante las sorpresas que se iban dando con el paso de los días; sorpresas y noticias que más bien Andrea le iba comunicando de lo que esperaba de él.

Manolo sabía que no había más que seguirle el juego a Andrea, para su desgracia, no era un juego inocente ni divertido; era un juego cruel, como todo lo que Andrea ideaba para molestar a los demás.

Manolo comprendió que todo era consecuencia y resultado a lo que lo había llevado su comportamiento y su débil carácter ante Andrea desde niña, no podía responsabilizar a nadie mas que a él mismo.

Andrea tenía razón; a Manolo le molestaba y lo ofendía que la chica se burlara de él pero también le gustaba, mas exacto, lo excitaba y si el tema a tocar, a profundizar, era ese gusto que le había tomado a los pies de la chica, ahí no había mucho que discutir; simplemente Manolo se había acostumbrado a ese olor de los pies de Andrea pues desde niña fue él mismo quien hizo de la costumbre un verdadero ritual de besarle y adorarle los pies.

Para la niña, era normal que Manolo le besara los pies; ambos crecieron así. Ahora la niña era una muchacha hermosa y cruel y Manolo sabía, intuía aunque se negaba a aceptar que tarde o temprano terminaría siendo para Andrea un mero instrumento de diversión y de placer.

Era lo que logró por consentirla y acostumbrarla desde pequeña a que él le besara los pies; fruto de ello era ahora la nueva relación. Por fin tenía Manolo acceso a los pies de Andrea y gozaba con ellos su maravillosa esencia pero el costo era muy alto y seguiría subiendo para poder seguir contando con aquella mórbida fragancia.

Andrea fue clara desde el principio con Manolo; no solo era obedecerla, era obedecerla sin condición alguna o atenerse a las consecuencias. A Andrea no le importaba denigrar al joven en la intimidad o en presencia de cualquier otra persona.

Manolo lloró cuando Andrea le gritó que sería para ella lo que quisiera; su juguete, su sirviente, su esclavo. Le comentó finalmente haciéndole entender que poco a poco lo iría privando de toda libertad hasta convertirlo en su fiel prisionero en cuerpo y mente hasta reducirlo a la nada.

Lo único que Andrea lamentó de su nueva relación con Manolo fue el no poder hacer partícipe a Nersy de su felicidad pues lamentablemente en esos días, la familia de Nersy había sufrido un terrible accidente, una verdadera desgracia; suerte que Nersy no viajó con ellos y la pobre se desmayó en cuanto se enteró que el autobús se había estrellado.

Andrea se frotaba las manos para que Nersy regresara con sus padres sanos y salvos y todo volviera a la normalidad; entonces platicaría a Nersy todo lo acontecido en su ausencia y la haría formar parte de la dominación y proceso de domesticación y educación de Manolo.

¡Seguro que a Manolo le excita, le gusta y le humilla que Nersy lo someta y se burle de él!— pensaba entusiasmada Andrea pero todo aquello se esfumó en cuanto Andrea supo que lastimosamente los padres de Nersy habían muerto y su hermano se debatía entre la vida y la muerte; por lo tanto, no tenía para cuando contar con su amiga.

Manolo se entristeció al ver que Andrea egoístamente, lejos de preocuparse por su amiga, no le dio mayor importancia al tema.

Continuará………………………………………………..