domingo, 20 de junio de 2010

EL PRECIO DE UN AMOR 11

Sarahi contemplaba a Norma que seguía postrada a sus pies y sonriéndose le fue levantando un poco la cara con el pie hasta que Norma quedó de rodillas ante ella mirándola nerviosa.

¿Qué pasa Norma?, ¿Qué significa todo esto?— la interrogó Sarahi muy interesada en oír su respuesta pero Norma no contestaba se limitó de nuevo a inclinar la mirada.

¡Te estoy dejando libre al lado de tu madre!, ¿Por qué quieres quedarte?, explícamelo.

¡Por favor Sarahi, no me hagas mas preguntas!, solo permite que me quede— contestó suplicante Norma.

¿Cómo se que no me mientes?— respondió Sarahi cruzada de brazos— de seguro estás de acuerdo con tu madre y están pensando en una venganza.

¡Nooo, te juro que no!— gritó Norma desesperada abrazándose a los pies de Sarahi, pero ésta apartándose le dijo:

¡Sí, seguro es eso, será mejor que te eche!;

¡Nooo, Sarahi está bien trataré de explicarte pero promete no decirle nada a Pedro.

¡Jajajaja!— Sarahi se rió cruelmente— ¡yo no tengo por que prometerte nada, faltaba más!, después sin dejar de sonreír le dijo:

¡Pero bueno para que veas mi buena intención contigo, está bien, anda, habla!,

Sarahi, ¡no hay explicación para esto!, ni yo misma me la puedo dar pero he olvidado todo lo que me has hecho y necesito estar a tu lado, ¡en verdad lo necesito!— respondió Norma con voz temblorosa y sin atreverse a mirar a Sarahi quien la observaba de manera divertida y burlesca. Norma continuó— no me importa la manera en que me trates y tampoco lo hago por gusto, esto va mas aya de mi razón y ni yo misma me comprendo, ¡te lo suplico, no me eches!;

Sarahi le alzó la cara a Norma para decirle coquetamente:

Norma, ¿no te habrás enamorado de mí, verdad?; a lo que ésta aparto rápidamente la mirada a Sarahi diciendo muy nerviosa:

¡Nooo, eso no, no puede ser!;

Sarahi estaba dispuesta a divertirse con Norma, ya lo había echo humillando cruelmente a Rosa y ahora cerraría su día con broche de oro humillando a Norma y conteniendo su risa se puso seria y en un tono dulce y conmovedor le dijo:

¡Confiesa, créeme que sabré entenderte, además no sería nada raro tu padre y tu hermano me adoran por que no habrías de hacerlo tú!;

Norma no contestó pero su silencio hacía pensar muchas cosas,

¡Habla!— la presionó Sarahi— si en realidad lo que quieres es quedarte tienes que ser sincera conmigo y contigo misma, necesito tener claro por que te quedas, de otra forma no puedo permitir que sigas viviendo aquí;

¡No, no Sarahi!— contesto Norma sin poder resistir más y comenzando a llorar le dijo:

No puedo asegurar que te quiera, pero reconozco que tengo muy confundidos mis sentimientos, ¡por lo que mas quieras nunca le cuentes esto a Pedro, me muero de vergüenza pero quiero estar a tu lado!; Sarahi sonrió altanera y decidió humillarla.

¿Y que ha pasado con tu orgullo Norma?, ¿con tu dignidad con la frívola y arrogante Norma?,

¡Tuuu la mataste Sarahi!— gritó Norma, ésta vez mirándola y deshecha por el llanto— ¡tu aplastaste a esa Norma!, ahora no me apartes de tu lado y culmina tu obra, jamás podría volver a tener una vida normal como antes tu me has destrozado y por eso me he resignado a seguir a tu lado a ser solo una sombra tuya si es necesario pero te imploro ¡que tengas piedad de mi!,

¡Con gusto!— pensó Sarahi en silencio y enseguida se carcajeó frente a Norma y burlonamente le dijo:

¡O sea que cumplí mi palabra!, te lo prometí Norma doblegaría tu voluntad hasta hacerte tan sumisa como un perro, incluso mas que Pedro y creo también haberte dicho que terminarías por besar el suelo que yo pise.

¡Basta ya Sarahi!— gritó Norma arrojándose a sus pies a llorar aún mas fuerte— ¡me haces daño como no tienes idea!, estoy muy confundida con mis sentimientos, ¡que mas quieres!, has triunfado sobre mi y toda mi familia, ¡por favor, ya no me atormentes mas!, dijiste que sabrías entenderme ¡por piedad Sarahi lo dijiste!, no puedo creer que no logres compadecerte de mi sufrimiento. Mientras Norma se deshacía en llantos Sarahi se burlaba riéndose de ella.

¡Claro Norma, por supuesto que te entiendo!— le dijo aún entre risas— solo que como también te dije antes ¡me importa una mierda lo que pienses o lo que hagas! y si eso sientes por mi ¡pues que lástima!, siento desilusionarte pero mis sentimientos hacia ti no han cambiado aunqueee, bueno no se— dijo Sarahi haciendo una pausa y muy sonriente miró a Norma para continuar— ¡déjame probar, anda sígueme! y se dirigió hacia su habitación la que alguna vez lo fue de Norma ahora era la habitación de Sarahi, Norma fue tras ella gateando, ya dentro Sarahi se quitó la falda y las bragas mostrándole su sexo a Norma que estaba de rodillas observándola y mas nerviosa al ver lo que Sarahi hacia.

¡Anda, acércate quiero sentir tu lengua aquí!— le dijo Sarahi burlona señalándole su sexo— pero primero quiero sentir tu aliento así que acércate y huélemelo hasta que yo te diga lo contrario.

¡No Sarahi por dios!— respondió Norma temblando y al mismo tiempo sin poder evitar quitar la mirada hacia Sarahi— te lo ruego nunca he hecho algo así y no me siento capaz de hacerlo ahora ¡por favor no me hagas hacerlo!;

¿Qué pasa, te da asco?, pues mucho mejor para que te vayas acostumbrando, jajaja, anda ¡que esperas!, que si voy por ti no va a ser precisamente para que te tome de las manos.

Norma caminó lentamente de rodillas y llorando tristemente se acercó y pegando el rostro respiró profundamente hasta embriagarse de la esencia del sexo de Sarahi para enseguida separar su rostro pues no pudo evitar sentirse ofendida y terriblemente humillada por lo que acababa de hacer.

¡Jajajaaja!— se rió cruelmente Sarahi al ver la cara de asco y repulsión de Norma— ¡vaya contigo! y sujetándola del cabello acerco de nuevo su rostro hacia su sexo para decirle:

¡Ahora lame, lámeme puta lámeme como si se te fuera la vida en ello!,

¡Norma lloraba de humillación!— algo que Sarahi no notó pues solo sintió la lengua de norma que la empezaba a pasar suavemente por su bello sexo para irla lamiendo cada vez mas rápido; Sarahi estaba excitadísima por la situación y la forma tan humillante como la estaba tratando y sin soltarla del cabello se restregó por unos instantes el rostro de Norma sobre su sexo mientras le dijo:

¡Sabes Norma, lo siento pero tu también me sigues dando asco!— y para que sepas Pedro sabe lamer y satisfacerme mucho mejor que tú y al decirle esto la separo y al alzarle el rostro se carcajeó al ver la cara de Norma bañada en lágrimas y manchada de sus fluidos.

¡Jajajaja!— pero que cerda te has vuelto Norma, lo dicho ¡que asco me das!, pero anda deja de llorar démosle otro uso a tu boca ya que para darme placer seguiré usando a Pedro.

Norma permanecía de rodillas llorando y Sarahi se acercó a ella y le ordenó:

¡Abre bien la boca y no se te ocurra apartar tu sucio y feo rostro!; Norma obedeció y Sarahi tras acomodarse se dispuso a orinar en su boca. En instantes Norma tragaba por completo el caliente chorro de orina mientras Sarahi se carcajeaba de lo lindo.

¡Lo ves no estés triste de esta forma también me estas dando placer!— le dijo Sarahi sonriéndole con desprecio— anda trágatelo todo no quiero que desperdicies ni una sola gota; Norma haciendo un verdadero esfuerzo se iba bebiendo toda la orina de Sarahi y mientras lo hizo ésta no dejó de humillarla.

¡Ay, Norma que feliz me haces!— sabes ¿para que quiero a Rosa?, si tu puta cara me la recuerda a cada momento ¿te dije que me dabas asco?, ¡no importa creo que podré acostumbrarme a tu presencia!, así estuvo hasta que al terminar se limpió su sexo de nuevo con la cara de Norma y la empujó bruscamente tirándola al piso.

¡Espero que te haya gustado!, ¿a que ya extrañabas el sabor verdad?— le dijo con unas palabras que iban cargadas de desprecio y una burla absoluta hacia la infeliz de Norma. Sarahi se puso de nuevo su ropa mientras Norma estaba derrumbada moralmente en el piso con un llanto incontrolable, se sentía morir no podía creer que justo cuando pensaba que Sarahi ya no podía hacerle mas daño ésta le demostraba lo contrario y la hacía sentir de nuevo el ser mas miserable y justo cuando así lo pensaba Sarahi se lo confirmaba de nuevo.

¡Por cierto Norma!— le dijo Sarahi con esa cara de burla a la que Norma luchaba por acostumbrarse— te aviso que a partir de hoy he decidido que mis orines serán el único liquido que pruebes todos los días así que te prohíbo que ingieras algo mas ¿entendido?, ¡ah, igual no se te ocurra probar alimento!, guarda tu apetito que ya te avisaré cuando tenga ganas de defecar ¡jajajajaja!;

Antes de salir de la habitación Sarahi se le acercó a Norma y levantó un pie dejándole cerca de su cara la suela de su zapato, Norma controló el llanto y sin que se le dijera algo mas empezó a pasar la lengua por la sucia suela del zapato de Sarahi quien le dedicó una de sus hermosas sonrisas aunque llena de desprecio.

¡Así me gusta verte Norma!, mas sumisa y obediente que un perro y ¡mas te vale eh!— por que por cierto ésta conversación está grabada y al decirle esto le mostró su celular— si no te esmeras en servirme, si desobedeces una sola orden mía cualquiera o si se me da la gana se la mostraré a Pedro y a tu padre ¡será divertido ver como reaccionan! y dicho esto se marchó riendo mientras Norma se quedó llorando en el piso por la humillación y el engaño de Sarahi.

Había pasado tan solo una semana y ya se habían dado algunos cambios, Sarahi mantenía una relación un tanto estable con Rodrigo pues no tenia queja de el la obedecía en todo sin quejarse y lo mejor para Sarahi es que permitió que Rodrigo siguiera trabajando pues la entusiasmaba saber que todo lo que éste ganara era para ella y así cada vez su fortuna iba en aumento por lo que había decidido dejar la escuela y solo se dedicaba a flojear todos los días y a divertirse con Pedro y Norma pues Rodrigo mayormente no estaba en la casa por motivos del trabajo. El problema para Sarahi lo representaba Pedro pues le molestaba verlo aún afectado y dolido por la suerte que había corrido su madre, por lo tanto su relación con el dependía de el humor de ella, generalmente le permitía comer junto a ella, dormir juntos y en ocasiones hasta lo consentía y lo mimaba, después de todo si Sarahi tenía un punto débil ese punto se llamaba Pedro, se había acostumbrado y hasta cierto punto obsesionado con el y con su cariño y en el fondo le dolía que a veces Pedro se portara indiferente con ella justo cuando quería encontrar en el apoyo para justificar sus actos, entonces en esas ocasiones Sarahi se indignaba y era también Pedro quien lo pagaba pues lo hacía comer en el suelo a sus pies dejándole solo sus sobras y obligándolo a hacerlo directamente con su boca, le prohibía hablar haciendo que Pedro tenga que pedirle permiso para hacerlo besándole sus pies hasta que se daba por complacida.

En cuanto a Norma, ésta lucía verdaderamente enferma y débil pues a lo largo de esa semana Sarahi se había encaprichado en hacerla que se bebiera todos sus orines y solo la alimentaba con sus sobras y una que otra vez con sus heces; en esa semana Sarahi también se acordó de su padre al cual había abandonado y solo le había dejado una carta haciéndole saber que nunca volvería, después de todo ella le reprochaba que por culpa de el su madre la había abandonado pero todo eso ya había quedado atrás.

Sarahi cada vez lucía más hermosa y sofisticada y justo en una mañana normal para ella que se paseaba por su sala luciendo un elegante vestido rojo y unas hermosas sandalias cafés de tacón alto tocaron a la puerta, Rodrigo estaba de viaje por asuntos del trabajo y Norma y Pedro demasiado ocupados por lo tanto fue la misma Sarahi quien abrió la puerta y cual fue su sorpresa al percatarse de lo que vio al abrir ¡no se lo podía creer, era imposible pensó ella!, pero era real ¡era Rosa!, totalmente sucia y con el cabello desarreglado con el mismo y único vestido que se había llevado encima al marcharse y descalza, se veía en verdad tan mal que a cualquier persona le hubiese inspirado muchísima pena y lástima pero no así a Sarahi.

¡Rosa, pero por dios que eres tú!— le dijo Sarahi llevándose las manos a la boca para no soltar una carcajada— pero mira como estás, ¡vaya!, un vagabundo luciría mejor que tú, ¡oye, pero si pensé que al menos andarías de prostituta pero mírate con ese aspecto pues ya ni de eso te aceptarían!

Rosa hizo caso omiso de las crueles palabras de Sarahi y se arrojó a sus pies muerta de llanto quiso cubrirlos de besos pero Sarahi se apartó en verdad Rosa se veía tan mal que a Sarahi le dio asco que le besara los pies, pero Rosa no se dio por vencida y para intentar conmoverla se puso a besar el suelo ante los pies de la hermosa y cruel Sarahi y entre llantos le suplicó que la ayudara, le contó que desde que la había echado no había encontrado a nadie que la ayudara, todo lo contrario había malcomido dormía en la calle, la habían golpeado incluso hasta había pedido limosna le imploró compasión a Sarahi mientras permanecía postrada en el suelo a sus pies.

Y Sarahi hizo lo primero que nació de ella y eso fue burlarse de Rosa lejos de compadecerse sonrió perversamente al verla tan mal y a sus pies implorándole su compasión y sonriendo dejó caer un escupitajo sobre el cabello de Rosa quien permaneció inmóvil, no contenta Sarahi hizo un ruido con su garganta y en instantes había en el suelo un asqueroso salivazo.

¡Lámelo, no me gusta desperdiciar mi saliva!— dijo Sarahi con una sonrisa en su rostro y un desprecio imposible de describir. Rosa obedeció y sin ningún indicio de dignidad lamió por completo la saliva de Sarahi lo que hizo que la sonrisa de ésta fuera aún mayor y es que Rosa despertaba en Sarahi un odio y maldad inexplicable que a veces ni ella misma se lograba entender pero sentía que era lo único que podía hacer por ella burlarse y humillarla sin escrúpulos.

¡No Rosa, lárgate por donde viniste antes de que yo misma te saque a patadas!— fueron las palabras de Sarahi— créeme que me incomodaría hacerlo te ves muy mal— concluyó mirándola con asco.

En ese momento Sarahi sintió un ligero contacto en sus pies que la hizo dar un brinco; se trataba de Pedro que había escuchado todo en silencio y al ver que Sarahi echaba de nuevo a su madre y sabiendo que a ésta el solo escuchar el nombre de Rosa la ponía de malas había optado por arrodillarse y besarle los pies para intentar conmoverla y poder interceder por su madre.

¡Idiota, me asustaste!— gritó Sarahi a Pedro al mismo tiempo que le daba una brutal patada en plena cara haciéndolo rodar por el piso, éste se incorporó y tan pronto como pudo se limpió los labios al notar que sangraban y de nuevo se arriesgó postrándose volvió a besarle los pies a Sarahi.

¡Por piedad Sarahi permite que se quede!, ¡por piedad!— imploró Pedro rompiendo a llorar con todas sus fuerzas. Sarahi estuvo a casi nada de darle otra patada pero si había alguien que lograra conmoverla y despertar en ella algún sentimiento de compasión ese era Pedro pues a comparación de Norma siempre lo trataba mucho mejor aún estando de malas siempre le perdonaba algunos errores y al verlo a sus pies llorando tan tristemente se compadeció de el no de Rosa.

¡Tendré que pensarlo!— dijo finalmente Sarahi— de momento que pase el día aquí ya después decidiré pero amárrala de pies y manos ¡no quiero sorpresas!; Pedro en agradecimiento cubrió de besos los pies de Sarahi aunque no sabia que muy pronto se arrepentiría por haber insistido en que su madre se quedara.

Pasadas unas horas Sarahi almorzaba, Pedro le servía los alimentos, Norma estaba arrodillada a un lado de ella y al otro lado igual de rodillas se encontraba Rosa con las tripas chillándole ante el exquisito olor de carne asada; Sarahi prácticamente desperdició su comida y se preocupó mas en ir escupiendo trozos de carne ya masticados en un plato para que al final se quedara mirando el plato y con una mirada de asco lo dejó en el piso junto a Rosa.

¡Come, antes de que ame arrepienta!— le dijo riendo de una manera burlona para después dirigirse a Norma— ¡tu no Norma, tu ya sabes como me gusta alimentarte, aunque eso está a punto de cambiar!— concluyó entre risas. Norma no entendió las últimas palabras de Sarahi lo que si le quedó muy claro es que ese sería otro día mas en el que solo le tocaría comer las heces de Sarahi. Pedro que había estado observando todo hasta ese momento en silencio no pudo más y explotó al ver lo que Sarahi le había dado de comer a su madre y haciendo un ruido tremendo tiró al piso la olla con todo lo que quedaba de comida.

¡Sarahi, por dios había abundante comida!, ¡como coño eres capaz de darle a mi madre tus sobras y encima escupidas!, por todos los cielos ¡es mi madre!

Sarahi lejos de enojarse miraba muy divertida a Pedro quien la miraba de manera retadora pero poco a poco fue perdiendo el valor para enfrentarla al ver que Sarahi ni siquiera se inmutaba por su reacción hasta que tomándose su tiempo se le acercó y mirándolo mas seria le dijo:

¡Sabes Pedro tu actitud me está cansando!, ¿se te olvida que es mi casa? si se me da la gana los echo a todos y me refiero a tu madre, a tu padre y a la perra de tu hermana ¡menos a ti!, tu te quedas conmigo hasta que a mi se me de la gana y así me diviertas mas viendo como te vuelves loco al pasar los días sin saber nada ya no solo de tu madre sino de toda tu patética familia por que te aseguro que si los corro y tu vas tras ellos yo misma me encargaré de encontrarlos y entonces si que te vas a arrepentir. Estas palabras hicieron regresar a Pedro a su cruel realidad y lleno de impotencia sin nada más que decir o hacer hizo lo único que le quedaba: llorar; mientras que Rosa sin prestar atención se comía directamente con la boca los trozos de carne escupidos por Sarahi.

Sarahi miro burlona a Pedro al verlo llorar y riendo le dijo:

¡Guárdate esas lagrimitas ya te servirán cuando sepas el destino que pienso darle a tu madre!; Pedro miró a Sarahi y sintió miedo al encontrarse con esa mirada sádica y perversa que no presagiaba nada bueno, la misma mirada que tenia justo después que la habían echado de la escuela y humillado y golpeado por Norma y ella empezaba a planear su venganza.

Sarahi se sonrió mas al ver que la miserable de Rosa todavía lamía el plato vacío habiendo tragado ya por completo sus asquerosas sobras, enseguida miró a Norma para decirle:

¡Estas de suerte, te permito comer todo lo que ha quedado en el piso!; apenas Sarahi terminó de hablar y ya Norma se encontraba devorando sin meter las manos toda la comida que el mismo Pedro había tirado.

Esa misma tarde Sarahi ya había decidido el destino de Rosa y a los dos días sin decir nada antes todo estaba listo ella misma llevó a Rosa arrastrándola por su cabello y aún amarrada de pies y manos seguida por Pedro y Norma hasta el baño y al entrar para sorpresa de todos el inodoro había sido modificado pues tenia un orificio al centro muy bien diseñado justo para acomodar la parte de la cara hasta el cuello de alguien de manera que traspasara hasta quedar justo por debajo del espacio en donde quedara el trasero de quien fuera a usarlo y por supuesto poder observar la cara del desdichado que estuviera ahí antes de usarlo y asegurarlo con unas esposas y cadenas a cada lado de manera que el cuerpo de la persona quedara extendido como en una cruz y así no solo sirviera para usarlo de inodoro sino también como alfombra pues quien lo usara podría cómodamente descansar sus pies sobre su cuerpo.

¡Les presento a mi inodoro humano!— dijo Sarahi sin poder evitar una fuerte carcajada— aunque para que sea humano ¡obvio!, necesita que alguien cubra el espacio que está al centro, ¡lo siento Norma!, pensaba dejarte ese gran placer a ti pero ya ves ¡tu madre te lo ha ganado!; ¡bien Rosa!, esto es sencillo, ¡verás!, desde que te fuiste quemé toda tu ropa y tus pertenencias o sea que no tienes nada que ponerte encima y como no pienso gastar un solo peso en ti todo esto lleva a dos cosas:

¡Andarás desnuda por completo!— al decir esto Sarahi sin ningún remordimiento con unas tijeras terminó de destrozarle el vestido a Rosa hasta dejarla como quería verla: completamente desnuda frente a ella y frente a sus hijos; y segundo te digo que no pienso gastar un peso en ti así que solo te alimentaras comiendo mis heces y bebiendo mis orines, permanecerás todo el día metida dentro del inodoro y solo hasta en la noche permitiré a tus hijos que te aseen— concluyó Sarahi con su mirada de burla y desprecio clavada en Rosa quien aceptaba su inhumano y cruel destino llorando de humillación y a empujones y patadas Sarahi la acomodó para después mirar a Norma y a Pedro al tiempo que se subía el vestido y decirles:

¡Pueden retirarse, a menos que quieran ver como orino sobre su madre!

Así transcurría el tiempo y cada día que pasaba Pedro se limitaba a obedecer a Sarahi pero lo hacía dolido y con indiferencia; Sarahi hacía como que no le importaba y también día a día se presentaba en el baño se subía sobre el cuerpo de Rosa y le acechaba para verle el rostro de terror mientras ella le sonreía y le escupía era su saludo de todos los días antes de que se dispusiera a defecar y a humillarla aún mas.

¡A que está rico verdad Rosa!, ¿Qué te gustan mas mis soretes o mis orines?— eran las crueles palabras que a diario escuchaba Rosa mientras se iba comiendo las heces de Sarahi o ingiriendo sus orines teniendo como fiel compañera las crueles carcajadas de ésta.

En uno de esos días después de orinar sobre Rosa Sarahi estaba de muy buen humor y se fue a la habitación en donde estaba Pedro y empezó a abrazarlo y a acariciarlo pero éste se apartó de ella, Sarahi se volvió a acercar y ésta vez lo arrinconó hacia la pared le bajó el pantalón y los calzoncillos y con una mano comenzó a acariciarle el pene y a morderlo suavemente en el cuello pero a pesar de esto Pedro solo actuaba automáticamente sin sentir ánimo de corresponderle; Sarahi se molestó y le dio una cachetada.

¿Qué pasa pedro?, ¡carajo!, por que no entiendes de una puta vez tu maldita realidad y me evitas ponerme de malas contigo,

¿Tú crees que es fácil?— dime ¿crees que es fácil?— contestó Pedro mirándola lloroso,

¡Supongo que no!— respondió Sarahi algo fastidiada de ésta situación— pero fuiste tú quién me dijo que estabas conmigo hasta el final que hiciera lo que hiciera solo te dijera que te tocaba a ti y lo harías y fuiste tú quién una vez me suplicó que no te importara lo que hiciera pero que no te apartara de mi lado,

¡Si, así es y lo he hecho!— contestó Pedro inclinado

¡Bien!— dijo Sarahi— entonces ¡bésame!, pero quiero sentir que lo haces con la pasión y con la locura con la que solías decir que me amabas. Pedro obedeció pero Sarahi se dio cuenta de que aún fingía y furiosa lo apartó de ella,

¡Eres un imbécil Pedro!— solo quería pasar un buen momento contigo y lo echas a perder— le reprochó Sarahi con la voz entrecortada a punto de llorar pues sentía que ya se había enamorado de Pedro y la indiferencia de éste la lastimaba pero aún así no estaba dispuesta a ceder ni a compadecerse de Rosa ni de Norma por complacerlo ¡no!, ella tenia que domarlo de nuevo y ganarle por completo la batalla hasta tenerlo de nuevo rendido de amor a sus pies.

¿Sabes Pedro?— ¡te quiero mucho!— y no negarás que comparado a tu madre y a tu hermana a ti te trato de maravilla, pero tu actitud me obliga a cambiar contigo, se que pensarás que miento pero dime ¿Qué tengo que perder si los echo a todos de aquí?, ¡nada!, ¿verdad?; todos los bienes de tu padre ahora son míos legalmente y si no te quisiera tan solo un poquito ya te hubiese echado pero me gusta tenerte a mi lado y por ti no echo a tu hermana ya ves la suerte que corrió tu madre en la calle en tan poco tiempo pero tu comportamiento me obliga a tomar una decisión— Sarahi hizo una pausa y continuó mirando muy seria a Pedro— ¡ya que compadeces mucho a tu madre me estoy pensando en darle otras ocupaciones y ponerte a ti en su lugar!,

¿Qué te parece?, ¿te gustaría ser mi inodoro?— tu única tarea sería comerte mis heces y mis orines ¿eso quieres?, por que a mi me dolería hacerlo pero no me dejas otra opción ¡hay tantas cosas que puedes hacer por mi que sería desperdiciarte teniéndote solo como inodoro!— pero te digo no me estás dejando otra opción.

Pedro quedó pálido al oír tales palabras y leer en la mirada de Sarahi que no estaba bromeando.

¡No Sarahi, perdóname!— respondió Pedro desconcertado dejándose caer de rodillas— ¡pensare muy bien todo lo que me has dicho!, ¡te juro que es la última vez que me porto así contigo.

¡Pues piénsalo muy bien!— le contestó Sarahi— ahora ¡largo de la habitación!, tu comportamiento me ha dado hasta ganas de cagar— concluyó esta vez mirándolo con desprecio a lo que Pedro se entristeció pues dedujo que todo el mal humor y enojo de Sarahi como siempre lo pagaría su madre.

¡Ah, por cierto ésta noche no asees a tu madre quiero que pase toda la noche saboreando mis heces y mis meados!, ¿sabes por que?, ¡por que me da la gana!— le dijo a Pedro antes de que éste saliera de la habitación y enseguida se le acercó lo sujetó del cabello y pegando su rostro al de el le sonrió de nuevo despectivamente y continuó— ¡bueno, no!, en realidad lo hago por que de ésta forma pienso castigarte cada vez que me reproches algo o que me rechaces ¡así es amor!, lo he pensado y he decidido que como no tolero hacerte sufrir físicamente y tampoco me gusta enojarme contigo cada vez que cometas un error haré sufrir aún mas a tu madre, ¡es fácil!, olvídate de ella y sufrirá menos, compadécela y haré su vida aún mas miserable hasta llevarla a la muerte ¿has entendido?;

¡Si Sarahi!— contestó Pedro mirándola con rencor algo que para ella no pasó desapercibido y a pesar de lo que le había dicho le soltó dos fuertísimas bofetadas.

¡No te he oído!, ¿has entendido?— le gritó al tiempo que le daba las bofetadas y le dejaba estirada la mano con que lo había golpeado cerca de su cara.

¡Si Sarahi!— contestó ésta vez Pedro en un tono humilde e inclinándose le besó la mano con que lo había golpeado.

¡Eso espero!— le respondió Sarahi al momento que Pedro abandonaba la habitación y empezaba ligeramente a llorar. Sarahi estaba furiosa y dolida, el llanto la quería traicionar ¡no soportaba golpear a pedro!, pero no pensaba ceder aunque en ese momento dudó por un instante en el trato que le daba a Rosa y a Norma pero enseguida se justificó pensando en que si ellas hubiesen tenido la misma oportunidad la tratarían de la misma forma o incluso peor y ahora que ella se trataba de refugiar en Pedro éste le salía con sus reproches, por un momento Sarahi imaginó estar en el lugar de Rosa o de Norma y llegó a sentir pena por ellas pero enseguida se sonrió agradeciendo al cielo que esa no era su realidad sino todo lo contrario y de nuevo despertó en ella ese inexplicable comportamiento de humillarlas y burlarse de ellas del cual sentía que nunca se cansaría y recordando lo que le había dicho a Pedro salió de la habitación dispuesta a desahogarse con Rosa.

¡Hola Rosa!— le dijo riendo al momento que le daba de patadas por todo el cuerpo— ¡como pasas otro día de tu puta vida!; Rosa se limitaba a quejarse débilmente con las pocas fuerzas que le quedaban y Sarahi mirándola con burla y asco como siempre le soltó un salivazo en la cara y defecó sobre ella.

¡Comételas con calma tendrás toda la noche para hacerlo gracias al comportamiento de Pedro!— dijo Sarahi aún molesta y observándola notó que el cuerpo y el rostro de Rosa estaban cada vez mas demacrados pero no le importó pensaba mantenerla así el resto de su vida y no le importaba si vivía años o días le daba igual era su cruel destino y no pensaba cambiar en nada con ella.

A partir de esa noche Pedro juró sacarse de su mente todos los recuerdos de su familia y enfocarse solo a Sarahi tal como se lo había prometido pero no lo tenía tan sencillo pues ya llevaba varias noches que tenía espantosas pesadillas en donde todos los miembros de su familia lo culpaban a el de la suerte que habían corrido, entonces se levantaba agitado y asustado y pensaba en Sarahi y en su loco amor por ella que había sido la causa de todo esto y esa noche no fue la excepción Pedro tuvo de nuevo esa espantosa pesadilla y despertó mas alterado que de costumbre y al voltear y ver a Sarahi durmiendo dulcemente a su lado su mente se sintió aun mas atormentada sentía dentro de el los gritos de su madre y hermana reprochándole y acusándolo y viendo a Sarahi durmiendo tan tranquila sin remordimientos con una sonrisa iluminando su rostro su mente ideó completamente una locura producto de lo confuso que se encontraba.

¿Y si acabo con ella?— pensó Pedro fuera de sí— ¡todo se terminaría!— y pensó en todo el daño que ésta le había echo a su familia y lo comparó con el amor que decía sentir por ella y en un momento donde la ira lo dominó decidió comprobar cuanto la quería. Pedro bajó de la cama y después de ir de lado a lado pensativo y nervioso lentamente se le acercó y alzando las manos ¡pretendía ahorcarla!, acabarla con sus propias manos le temblaba todo el cuerpo pero una parte de el le decía que era lo mejor, terminar con ella y con todos los problemas de su familia, tembloroso la sujetó del cuello con sus manos a lo que Sarahi se viró de lado haciendo unas muecas graciosas sin siquiera imaginar la locura que Pedro estaba a punto de cometer y siguió durmiendo profundamente, Pedro de nuevo la sujetó del cuello pero ésta vez al tener contacto con su piel no pudo evitar hacerle a un lado su cabello y contemplar su rostro así estuvo por un momento y en ese momento pasaron muchísimas cosas por su mente recuerdos de su familia, pero mas que eso recuerdos de todo lo que había vivido con Sarahi desde que la empezó a tratar, cuando lo hizo arrodillarse para sujetarle sus cordones a cambio de un beso y que posteriormente cumpliera su palabra permitiéndole que le besara los pies, “el método de enseñanza”, único y exclusivo de Sarahi para aprender matemáticas, acompañarla a disfrutar de su helado después de comprárselo bajo una fuerte lluvia y así hasta llegar a la actual situación.

¡No!— pensó Pedro— ¡tú no tienes la culpa de nada!, fui yo quien accedió a todo quien te dio las pautas para que actuaras ¿Cómo podría hacerte daño?,

Sarahi seguía durmiendo y Pedro vio en ella un rostro angelical y sin más retiró sus manos, le dio un suave beso en el cuello y se dejo de caer de rodillas al piso llorando y pensando en lo que estuvo a punto de cometer, caminó de rodillas hasta acercarse a los pies de Sarahi y enterrando la cara en sus plantas rompió aún mas a llorar a todo esto Sarahi se despertó y apenas tras machucarse lo ojos y prender la luz se sorprendió al ver a pedro con la cara pegada a las plantas de sus pies cubriéndolas de besos, lo miro por un instante y enseguida con su mirada burlona que ya la caracterizaba le dijo:

¿Qué te pasa Pedro?, ¡que depravado te has vuelto mira que olerme los pies a altas horas de la noche!, ¡anda ya déjame dormir, te prometo que mañana te dejaré que me los huelas y me los beses hasta que te canses de hacerlo!,

Pedro se apenó y apartó un poco el rostro y al hacerlo Sarahi vio que lloraba y frunció la ceja fastidiada de esto.

¿Y ahora que?— le dijo Sarahi que empezaba a perder la paciencia,

¡Perdóname Sarahi, perdóname por todo por haberte despertado, por hacerte enojar por todo!— fueron las palabras de Pedro quien no paraba de llorar por la pena y el dolor que sentía por lo que estuvo a punto de cometer algo que Sarahi nunca sabría.

¡Ah, está bien!— le contestó Sarahi bostezando para después dedicarle una sonrisa ya no de desprecio sino de compasión y pena al verlo tan confundido,

¡Oye, no quieres besarme algo más que los pies!— le dijo de pronto Sarahi risueña y recuperando su buen humor— ¡ven, acércate!, Pedro obedeció y al hacerlo Sarahi lo besó en los labios y comenzó a acariciarlo pero Pedro de nuevo comenzó a llorar a lo que Sarahi se apartó algo molesta diciéndole:

¡No otra vez, ya habíamos hablado Pedro!, pensé que habías entendido pero ya veo que no,

¡Sarahi te amo!— la interrumpió Pedro,

¿Qué?— dijo ésta sorprendida y sonriendo de nuevo,

¡Te amo eres el amor de mi vida y necesitaba decírtelo!,

¡Ah, bueno bien dímelo mañana!— respondió Sarahi mas interesada en besarlo y abrazarlo que en escucharlo,

¡No Sarahi necesito decírtelo en éste momento!— le dijo Pedro separándola de el y de nuevo acercándose a sus pies volvió a pegar la cara en sus plantas y conteniendo el llanto le dijo:

¡Todos mis recuerdos han muerto solo quedan los tuyos!, ¡eres todo lo que necesito y si hay algo que te implore es tu protección por que a partir de este momento me entrego indefenso a ti el resto de mi vida!,

¿Entonces ya no me reprochas mi comportamiento?— le preguntó Sarahi que había escuchado muy atenta Todo lo que Pedro le había dicho,

¡Hermosa Sarahi, si no te molesta te ruego que nunca mas hablemos de eso,

¡Como quieras!— respondió Sarahi quien después mirándolo coquetamente le preguntó:

¿Pero me quieres?, ¿aún me amas tanto como al principio?,

Pedro la miró por unos instantes mientras ella se acariciaba su cabello esperando su respuesta hasta que decidido dijo:
¡Si, Sarahi!, cada día que pasa te amo mas y nunca dejé de hacerlo aunque te confieso que lo intenté pero hoy te puedo asegurar dos cosas que han quedado tatuadas en mi mente y en mi corazón: la primera es que no puedo dejar de amarte ni siquiera enojarme contigo tengo muy claro que una batalla contigo es una batalla perdida y la segunda es que no me imagino estar sin ti y te juro que antes de odiarte primero me odiaría a mi mismo y de verdad te digo que he hecho a un lado a todo aquello que no tenga que ver contigo ¡solo viviré para adorarte!, sin mirar ni juzgar tus actos con nadie ni siquiera con la que alguna vez fue mi familia.

Sarahi escuchó atentamente a Pedro y después de pasar un instante callados y mirándose Sarahi le sonrió tiernamente con una de esas sonrisas de las que le habían robado el corazón a Pedro y también con esa sonrisa Sarahi expresaba su triunfo había recuperado a Pedro y lo había echo a su modo lo tenía de nuevo deshaciéndose de amor por ella y no había mas había triunfado totalmente.

¡Sabes Pedro te comprendo!— y lo único que puedo decirte es que todo en ésta vida tiene un costo ¿estás de acuerdo?;

¡Si!— respondió Pedro mirando embelesado a Sarahi;

¡Muy bien mi amor!— pues lo que a ti te ha pasado es muy fácil de explicar simplemente te ha tocado pagar un precio “el precio de un amor” y ese amor soy yo tu diosa Sarahi y al decirle esto último Sarahi ya no se contuvo la risa una risa sincera de alegría por que las cosas habían salido mucho mejor de lo que se hubiese imaginado y también de amor por Pedro pero un amor muy a su manera del pensar de ella y lo besó en los labios para que ambos se dejaran llevar con ese profundo beso.

FIN.

BLACK.

EL PRECIO DE UN AMOR 10

Al terminar de arreglar todos los asuntos legales Sarahi explicó a Pedro la nueva situación y éste hizo lo propio con Norma; ya mas tarde Sarahi ejerciendo su nueva situación económica salió de compras llevándose a Pedro para que cargara con las bolsas pues no dudó en hacerse de un extenso surtido en ropa, calzado y prendas.

Al otro día doña Rosa dormía plácidamente en su cuarto mientras en la cocina Rodrigo vestido con un traje de sirvienta con peluca incluida que la misma Sarahi le obsequió y lo obligó a usarlo hacía la limpieza y Pedro el desayuno; en tanto Sarahi se divertía recostada en el mueble disfrutando de unas deliciosas galletas con la infeliz de Norma que estaba arrodillada a su lado; Sarahi se comía una galleta y otra se la tiraba a Norma quien se apresuraba a cacharla directamente con la boca haciéndose sorda a la burlas de Sarahi aunque Norma prácticamente ya se había resignado a servirle de diversión a Sarahi, en una de esas veces no alcanzó a cacharla y la galleta cayó al suelo.

¡Uppss!— expresó risueña Sarahi— ¡aguarda! y quitándose una sandalia sin aplastar por completo la galleta la levantó con los dedos del pie y ¡así se la ofreció a Norma!, quien humillándose a si misma no solo se la comió sino que le lamió los dedos del pie a Sarahi sin que ésta se lo pidiera con tal de llamar su atención pero ésta la ignoró por completo; Justo en ese momento doña Rosa bajaba las escaleras sin asimilar ni creer lo que veía, en primer plano a su esposo ridículamente vestido de sirvienta y muy metido en su papel de hacer la limpieza al igual que Pedro el desayuno y en segundo a Sarahi a quien ella detestaba y despreciaba incluso mucho mas que Norma recostada en su mueble y lo increíble ¡Norma arrodillada a los pies de Sarahi lamiéndoselos!;

¡Que diablos significa esto!— exclamó Rosa con una cara mezcla de susto y rabia y dirigiéndose al mueble en donde estaba Sarahi— ¿Qué diablos crees que haces aquí maldita miserable?;

Sarahi rápidamente se acomodó la sandalia y se levantó visiblemente molesta y desesperada por soltarle ya a doña Rosa la realidad de las cosas pero ésta ni siquiera la dejó hablar, en un instante doña Rosa sujetó del brazo a Sarahi y le asestó una tremenda bofetada que la tiró al piso y seguido la jaló por los cabellos y arrastrándola sin piedad pretendía sacarla de “su casa”, ante los gritos de dolor de Sarahi producto de los fuertes tirones que le daba a sus cabellos; pero para sorpresa de todos fue don Rodrigo el que intervino gritando:

¡Detente Rosa!— no te aconsejo que la trates de esa forma.

¿Tu me aconsejas?— contestó furiosa Rosa y en ese momento levantó a Sarahi sin soltarla del cabello y obligándola a permanecer de rodillas frente a ella la miro por un instante con desprecio absoluto y después de darle otra fuertisima bofetada la empujó hacia el piso logrando que Sarahi recibiera un fuerte golpe en plena cara; Sarahi la estaba pasando mal quedando bocabajo en el piso se cubrió la cara con ambas manos para esconder su llanto y percatarse que sangraba ligeramente en los labios; pero Rosa que estaba fuera de control le metió una patada en las costillas haciendo voltear de lado a Sarahi quien soportaba lo mejor que podía tan cruel trato.

Mirando desafiante a Rodrigo, Rosa acomodó la suela de su zapato en el cuello de Sarahi y haciendo cada vez mas presión ¡pretendía estrangularla!;

¿Quieres un consejo?— quítate inmediatamente ese estúpido traje y dime ¿Qué carajo crees que pensabas, acaso quieres matarme?— concluyo furiosa Rosa hacia Rodrigo y haciéndole cada vez mas daño a Sarahi, quien respiraba débilmente y con mucha dificultad. Pero Rodrigo no perdió tiempo y sin trabas rápidamente le explicó todo a su esposa quien por primera vez se detuvo a escucharlo y después de unos instantes de silencio Rosa intentó asimilar todo lo que Rodrigo le había dicho y quedando un tanto confundida aflojó un poco la presión sobre el cuello de Sarahi a lo que ésta aprovecho para safarse de su tortura.

Sarahi permanecía sentada en el piso respirando agitadamente hasta que logrando calmarse se secó las lagrimas que corrían por su bello rostro fue entonces que tomó de nuevo el control de las cosas y cayó en cuenta de la pronta lealtad que don Rodrigo la había demostrado pues fue el quien intervino ante Rosa y Sarahi no quiso siquiera imaginarse que hubiera pasado si Rodrigo no hubiese dicho todo a Rosa en el momento en que ésta la estrangulaba, se levantó y molesta caminó hacia Pedro sorprendiéndolo con un fuerte rodillazo en sus testículos, después se dirigió hacia Norma que permanecía de rodillas y con el puño cerrado le dio un tremendo golpe en el rostro, de esta forma les reprochó el que no hayan intervenido, por último le dedicó una tierna sonrisa a Rodrigo para después mirar retadoramente a Rosa quien al oír toda la historia de labios de Rodrigo empezaba a bajar la guardia y mas nerviosa que tranquila dijo a su esposo:

¡Espera, esto no puede ser!— piénsalo bien, tú eres el responsable directo de todo a mi no me puedes culpar de nada y seguro que hay una salida a todo esto.

¡No hay nada que pensar!, lo que ha dicho Rodrigo es exactamente como están las cosas y si no lo cree puede hacer lo que quiera pero conste que no es mi intención que termine en prisión— intervino Sarahi quien había recobrado de nuevo la seguridad que la caracterizaba— pero si intenta hacer algo en nuestra contra es lo que le pasará y ahora Rosa ¡largo de mi casa!— concluyó Sarahi tronándose los dedos y mirándola fijamente.

Rosa ya había bajado la guardia, pues algo en su interior le decía que Sarahi había trazado muy bien su plan de hacerla quedar a ella como la única responsable de todo y sentía un cosquilleo por todo su ser que le indicaba que ésta vez le había tocado perder, mirando a Sarahi miedosa y después a su esposo dijo:

¿Pero no tengo a donde ir?,

¿Crees que me importa?— contestó Sarahi sonriéndole con desprecio— y ustedes par de estúpidos hagan algo de provecho no estén solo como simios observando, ¡Norma, creo que tengo zapatos que aun no me has limpiado y recuerda hacerlo con la lengua! y tú Pedro termina de acomodar lo que haga falta y háganlo aquí mismo ante mi presencia.

Rosa estaba extremadamente nerviosa, aun mas al ver la forma en la que Sarahi se dirigía a sus hijos, hacía ya bastante tiempo que no sentía esos nervios, incluso ahora se sentía invadida por un miedo terrible y con una voz suplicante casi al borde del llanto dijo a Sarahi:

¡No puedes hacerme esto!, y cerrando los ojos soltó la frase que a Sarahi le pareció música para sus oídos— ¡Te lo suplico Sarahi!, a lo que ésta se carcajeó cruelmente para después decirle burlesca:

¡Ay, Rosa!— verás, para que hacer mas largo esto además aunque yo quisiera ayudarte— Sarahi hizo un momento de silencio y después continuó— por lástima, ¡pues mira!, ya tengo una sirvienta que es tu esposo, tengo una especie de mascota-confidente que es Pedro— y al decir esto riéndose se quedo mirando a Pedro quien solo humilló la mirada y siguió acomodando algunas pertenencias de Sarahi— y por si fuera poco añadió Sarahi respirando profundamente y con una bella sonrisa sintiéndose orgullosa de sus palabras continuó— ¡tengo un bufón personal para mi diversión que es Norma!; así que tú sales sobrando en esto, en serio ¡que pena!, pero así es, ¡aunqueee, no se!, Sarahi se hizo la interesante dejando la frase al aire como que se lo pensaba, no creo que esté mal tener otra mascota, digo, igual y cuando me fastidie de una pues uso a la otra.

¿Qué te parece Rosa?, ¡Tu podrías ser mi perra!, ¿Qué dices?, ¿Crees poder llegar a se una buena perra dócil y obediente?;

Estas crueles palabras hicieron temblar a Rosa de pies a cabeza con tal efecto que ya no pudo evitar que las primeras lágrimas le corrieran por sus mejillas.

¡Venga, decide ya!— la presionó Sarahi excitada por escuchar su respuesta.

¡Esta bien!— gritó Rosa con la voz entrecortada por el esfuerzo que hacia para no soltarse a llorar— ¡Yaaa, lo haré, haré lo que me digas pero no me mandes fuera no tengo a quien recurrir para que me ayude!;

Sarahi se sonrió perversamente mientras contemplaba el rostro lleno de lágrimas de la alguna vez altiva doña Rosa y poniéndose cómoda de nuevo en el mueble cruzó las piernas admirándose ella misma de sus hermosas sandalias negras de tacón alto que apenas un día antes acababa de comprarse al igual que un lujoso anillo que lucía en el dedo de uno de sus bellos pies y con una risita de burla le dijo a Rosa:

¡Tendrás que convencerme, al igual que lo hizo tu esposo!— así que esmérate por dejarme satisfecha— veamos Rosa, si vas a ser mi perra, mi animal de compañía dime ¿Qué hacen los perros ante su dueña para ganarse su cariño?, Rosa había enmudecido, estaba temblorosa y seguía tratando de contenerse para no romper a gritar y llorar mas fuerte por la humillación que sentía, lo cual fue imposible al escuchar las crueles palabras de Sarahi.

¡Los perros se echan a los pies de su dueña!— le soltó Sarahi sonriéndole con burla ¿a que esperas?— demuéstrame que tanto estás dispuesta a ceder,

¡Humíllate ante mis pies de una puta vez!— gritó Sarahi riéndose cruelmente.

Rosa no lograba siquiera articular palabra, con lágrimas en los ojos fue dejándose caer lentamente hasta quedar por completo postrada a los pies de Sarahi quien los movió ligeramente para hacerla entender lo que quería, Rosa comenzó a besárselos; Sarahi no dejaba de sonreír al ver la expresión de asco y de impotencia en el rostro de Rosa cada vez que le besaba los pies, Sarahi alzó un pie y le pisó la cara a Rosa dejándola quieta en el piso, sintiendo aún mas miedo al notar que Sarahi cada vez hacía mas fuerza con su pie sobre su cara.

¡Rosa, Rosa!— ¿Qué más hacen los perros?— le decía Sarahi mientras prácticamente se limpiaba la suela de su sandalia restregándosela en la cara, Rosa se limitaba a llorar en silencio; Sarahi dejó escapar una carcajada para después decirle:

¡Ladran, los perros ladran!, anda ponte de rodillas— le dijo al momento que ella se levantaba y pasaba caminando sobre el cuerpo de Rosa pisándola cruelmente en la cara; Rosa se puso de rodillas lentamente tallándose la mejilla.

¡Ladra!— le dijo de nuevo Sarahi sin esconder su sonrisa.

Rosa respiró profundamente y seguido soltó un fuerte aullido que fue aceptado por Sarahi como un ladrido aunque mas que aullido fue un grito pues Rosa rompió a llorar, ¡no soportó mas!, gritó y se deshizo llorando amargamente, estaba deshecha; pero mas fuertes fueron las carcajadas de Sarahi ante tan triste espectáculo, pues era la única que estaba disfrutando con el sufrimiento y la humillación de Rosa, Pedro y Norma acompañaban a su madre llorando en silencio, mientras Rodrigo permanecía inmóvil inclinado incapaz de atreverse a mirar tal escena.

Sarahi se paseaba de lado a lado ante Rosa carcajeándose incluso tapándose la boca para intentar ya parar de reír pues no podía dejar de hacerlo y caminando hacia la mesa expresó:

¡Muy bien Rosa, vas muy bien!, tan bien que ¿que crees?,

¡Te has ganado una galleta!, y precisamente fue a la mesa por la caja de galletas que se había estado comiendo antes y desde ahí mirando a Rosa la silbó como si en verdad llamara a un perro.

¡Venga, acércate!— ¿Qué no oíste?, ¡te has ganado una galleta!, anda camina de rodillas hacia mí.

Rosa fue hacia Sarahi tal como se lo había dicho caminando de rodillas hasta llegar a ella, entonces dio inicio un juego aún más cruel por parte de Sarahi pues alzando la galleta ante la mirada llorosa de Rosa le dijo riendo:

¡Alza los brazos y saca la lengua!, pero sin babearte, no me gustan los perros que se babean— ¡venga, brinca y ladra por la galleta!, ¡anda, hazlo!,

¡Ya se, si consigues ganarme la galleta de la mano al brincar me daré por satisfecha y te dejaré en paz!, tan satisfecha que incluso y hasta te devuelvo algo de tus propiedades.

Rosa creyó ingenuamente en las palabras de Sarahi lo cual solo sirvió para divertir aún mas a la cruel joven; Sarahi le acercaba la galleta a Rosa y cuando ésta intentaba morderla Sarahi alzaba el brazo y de nuevo se lo repetía burlándose de ella;

¡No Rosa!— tienes que esmerarte mas— ¡anda, brinca, ladra, ven por ella!, y Sarahi caminaba hacia atrás haciendo que Rosa la siguiera de rodillas; la escena era patética, triste y cruel Rosa prácticamente gateaba a donde Sarahi se moviera quien alzaba y bajaba el brazo, hacía como si le tiraría la galleta y no lo hacía y Rosa a cada movimiento de ésta brincaba, abría la boca cuando Sarahi le hacía creer que dejaría caer la galleta dentro de su boca, ladraba desesperada por acabar con ese trato tan inhumano, así hasta que Sarahi se apoyó de la pared mientras le enseñaba la galleta moviendo el brazo y carcajeándose a mas no poder, tan fuertes carcajadas que hasta sentía que ya le dolía todo el cuerpo de tanto reírse.

Rosa, ésta vez intensificó aún mas su llanto, era demasiada humillación y burla por parte de Sarahi, un trato tan cruel que quizás ni siquiera alguien como Rosa merecía.

En ese momento ambos rostros se cruzaron Rosa expresando perfectamente el rostro de la humillación y la derrota deshecha, rota moralmente con la cara llena de lágrimas miraba a Sarahi implorándole con su mirada que tuviera piedad de ella y que terminara ya de degradarla; Sarahi quien aún se carcajeaba de lo lindo, también miró a Rosa expresando una sonrisa de triunfo y burlona aún le movía y le acercaba la galleta y aprovechó ese momento en que ambos rostros se cruzaron y en un instante dejó de reírse y mirando fijamente a Rosa con todo el desprecio del que fue capaz ¡la escupió en plena cara!,

Un asqueroso salivazo de Sarahi se estrelló en el rostro de Rosa y acumulando saliva Sarahi lo repitió de nuevo dejando caer su saliva justo en el rostro de Rosa quien sin apartarse permitió que la saliva de Sarahi se mezclara con sus lágrimas y resbalara lentamente por sus mejillas, algo que le dolió a Rosa en lo mas profundo de su ser y que acabo por completo con su orgullo, se desplomó tendiéndose en el suelo deshecha a los pies de Sarahi quien volteó a ver a todos pero nadie le dio la mirada Norma y Pedro estaban mas que afectados al igual que Rodrigo, de nuevo se dirigió a Rosa y arrojó la galleta al piso cerca de su cara.

¡Cómetela! y no se te ocurra limpiarte mi saliva de tu cara;

Rosa obedeció y comió la galleta directamente del piso y sin agarrarla con las manos, solo usando la boca y mientras lo hacía Sarahi le aplastó la cabeza mientras la contemplaba orgullosa y sin dejar de pisarle la cabeza le dijo:

¡Rosa, Rosa, la odiosa doña Rosa! y se quedó pensando un instante en silencio pues desde un principio ya había tomado la decisión de echarla de la casa pues no confiaba en ella y hasta cierto punto le temía sabía que doña Rosa no era de fiar ni mucho menos era dócil y sumisa como Pedro y don Rodrigo y a Norma la había controlado pero esa era otra historia, pero con doña Rosa no estaba del todo convencida de poder doblegarla de la misma forma y a pesar de haberla humillado como lo hizo dedujo que ésta había accedido producto de su desesperación pero teniéndola de cerca presentía que Rosa en cualquier momento podría ingeniárselas y tomar venganza y prefirió no arriesgarse, sonriendo de nuevo pensando en la forma tan cruel y humillante como la había tratado se dio por satisfecha y burlona le dijo:

¡No me has convencido!, ¡lárgate ya!— además si estuvieras en mi lugar y yo en el tuyo ¿no harías exactamente conmigo lo mismo? y al decir esto retiró el pie de la cabeza de Rosa quien alzando el rostro manchado de migajas de galleta miró con un profundo odio a Sarahi y quiso gritarle tantas cosas pero no tubo tiempo siquiera de pensarlas pues Sarahi con su ya habitual sonrisa de burla la sorprendió teniéndola aún en el piso a sus pies con una brutal patada en la cara haciéndola sangrar y dejándola casi inconciente y mirando a Rodrigo le dijo:

¡Sácala, rápido la quiero fuera de mi vista!,

Rodrigo obedeció ayudado por Pedro y de ésta forma Rosa abandonó la que una vez fue su lujosa casa sin una sola pertenencia más que el vestido y los zapatos que llevaba puestos y sin un solo peso.

Quedando de momento en la casa solo Norma quien estaba deshecha y aun se encontraba en el piso lamiendo más bien limpiando con sus lágrimas los zapatos de Sarahi llorando por la suerte que había corrido su madre, Sarahi se plantó frente a ella y le dijo:

¡Norma, si lo deseas puedes seguir a tu madre, nadie mas que no esté enterado de todo lo que ha pasado sabrá de tu situación, pero la verdad me he fastidiado de ti y además cada día que pasa me das mas asco! y con tu padre y Pedro tengo mas que suficiente para llevarme la vida fácil digamos que contigo mi objetivo está cumplido, así que me importa una mierda lo que tu hagas, seguro que junto con tu madre ya se les ocurrirá que hacer.

Norma estaba sorprendida por las palabras y la decisión de Sarahi, se moría por seguir y apoyar a su madre e iniciar una nueva vida libre de Sarahi, pero las contradicciones de la vida, no supo bien por que actuó de la forma en que lo hizo, de hecho no sabía si mas tarde se reprocharía su decisión, el hecho era que Norma ya no podía separarse de Sarahi sentía unos raros sentimientos hacia ella y esos sentimientos se llamaban adoración, respeto y ¿amor? ¿Se había enamorado?, era casi seguro y Norma se odiaba y se avergonzaba de si misma pero lo había aceptado sentía la necesidad de servirla y soportar su cruel trato, ya no le importaban las burlas y las humillaciones, ella sentía esa necesidad y sin pensarlo mas ¡besó los pies de Sarahi, sin que ésta se lo pidiera!, levantó la mirada hacia ella y le dijo:

¡Prefiero quedarme!;

¿Crees que te miento?— contestó Sarahi sorprendida, es en serio, puedes largarte.

Norma ya no respondió se postró de nuevo ante los pies de Sarahi y de nuevo se los volvió a besar; Sarahi ya tenia sus sospechas sobre los sentimientos de Norma y riendo maliciosamente decidió comprobarlos.

Continuara……

EL PRECIO DE UN AMOR 9

Pedro logró calmarse un poco para poder responderle a Sarahi:

¡Nada, te lo juro que no se nada!;

¡Bien!— contestó Sarahi, pues el asunto está así hablaré con tu padre que por cierto ¿llega mañana no?;

Si— respondió Pedro;

¡Bueno!, pues le diré lo que pienso hacer y mas le vale cooperar sino quiere terminar en la cárcel— concluyo Sarahi, para después dedicarle a Pedro una mirada de lástima y continuar diciéndole:

¿Sabes Pedro?— no te ofendas, pero tu padre ¡es un pobre imbecil! y de el heredaste ese carácter tan sumiso que tienes; Sarahi le dijo estas palabras a Pedro sonriéndole con desprecio y sin imaginar el daño y sufrimiento que Pedro sentía en ese momento y entonces le mostró otros papeles que eran una especie de diario o mas bien una confesión en donde don Rodrigo claramente afirmaba haber hecho todas esas estafas por idea y orden de su esposa doña Rosa.

No fue necesario que Pedro tuviera que leer todas las hojas, en pocas palabras y gustosamente Sarahi le dejó bien claro a éste que su madre siempre había dominado en carácter a su padre, el cual siempre la había obedecido muy a su pesar pues aunque dejaba en claro que el nunca estuvo de acuerdo en robar en su trabajo también confesaba haberlo hecho por temor a enfrentarse a los reproches de su esposa, en concreto don Rodrigo prácticamente le temía a su esposa, siempre había sido solo una sombra a su lado muy distinto al Rodrigo que todos respetaban en la calle y en el trabajo en donde mostraba una postura fuerte y segura, pues curiosamente todo eso se acababa al llegar a casa y quedar frente a su esposa y nunca la había enfrentado por ese carácter dócil y sumiso el cual era su verdadera personalidad, todo lo contrario a doña Rosa la cual tenia un carácter dominante por naturaleza el cual, complementado con su belleza habían sido suficientes para atrapar a don Rodrigo, escapar de una situación económica difícil en la cual había vivido mucho tiempo y utilizando a su esposo a su antojo había logrado muchas cosas. ¡Un pobre imbecil!— dijo de nuevo Sarahi sonriéndole burlesca a Pedro.

¿Qué piensas de todo esto Pedro?

Lo que yo piense nunca te ha importado— contestó secamente Pedro, pero puedes estar satisfecha, lo que tengas pensado hacer solo dime cual es mi parte y lo haré te lo aseguro, estoy tan metido en esto al igual que tú y aunque yo quisiera echarme para atrás mis padres nunca me perdonarían si supieran todo en lo que he contribuido contigo en contra de mi propia hermana.

Sarahi se acerco junto a Pedro y lo abrazó tiernamente para decirle:

¡No digas eso Pedro!, ¡yo te quiero!, ¡si, muy a mi manera pero te quiero!, eres el único de tu familia por el cual siento ese afecto y como bien dices estas en esto conmigo y yo soy todo para ti. Pedro simplemente se limitó a besarle las manos a Sarahi y no se atrevió a mirarla a la cara.

¡Bien!— dijo Sarahi— espérame mañana temprano en tu casa, ingéniatelas para que tu madre no se encuentre, solo tu padre.

Al otro día Sarahi tocaba a la puerta de la casa de Pedro, éste enseguida abrió y la hizo pasar a la sala mientras le comentaba que su padre estaba alistándose para el trabajo; Sarahi se puso cómoda y muy tranquila le dijo a Pedro que permaneciera detrás de ella, en ese momento Norma se cruzaba por la sala y no sabia sobre la presencia de Sarahi lo cual la hizo dar un brinco y alarmarse al verla sentada en su sala.

¡Hola, estúpida!— le dijo Sarahi sonriente— acércate, estaba por mandar a Pedro a buscarte.

¡Mis padres ya llegaron, esta aquí mi papa y mi madre no tarda en llegar!— contestó Norma nerviosamente.

Sarahi se carcajeo de lo lindo para después decirle a Norma:

¡Eso ya lo se bruta!, anda acércate y salúdame como debe de ser.

Norma estaba sumamente nerviosa pero al mirar a Pedro y ver que éste le afirmaba que debía acceder a lo que Sarahi le dijera no le quedó de otra que arrodillarse y empezar a besarle los pies a Sarahi.

¡Que carajo significa esto!— gritó don Rodrigo que justo en ese momento bajaba a la sala y veía sentada a Sarahi en su mueble y a sus hijos, Norma prácticamente postrada ante Sarahi ¡besándole los pies! y Pedro observando como si nada pasara.

¡Tú!— dijo Rodrigo señalando a Sarahi— ¿Qué demonios buscas aquí? y Norma ¡por todos los cielos!, ¿Qué coño crees que haces?;

Sarahi se levanto decidida haciendo a un lado a Norma con los pies y con esa sonrisa burlesca que ya la caracterizaba se plantó frente a don Rodrigo para decirle de forma altanera:

¡Oh, Rodrigo, no hagas corajes no es bueno para tu edad!;

¡Peeero como te atreves…!— contestó Rodrigo intentando jalar del brazo a Sarahi a lo que ésta se echó para atrás y rápidamente sujetó su bolso para sacar las copias de los documentos y se los arrojó a la cara a don Rodrigo gritándole:

¡Primero mira esto y después asimila si es la mejor forma de hablarme!,

Rodrigo quedó helado e inmóvil al ver de lo que se trataba, entonces Sarahi muy segura de si misma continuó:

Son solo copias, las originales las tengo mas que seguras, ¡estás hundido Rodrigo, tú y tú esposa están hundidos!, ¡ah, por cierto se me pasaba!, Sarahi también sacó de su bolso copias del diario de don Rodrigo y riéndose las tiró al piso.

Rodrigo temblaba por completo no sabía que decir o hacer y enfrente tenía también a sus hijos, todo era silencio hasta que Sarahi rompió ese silencio con una de sus ya habituales carcajadas.

¿Qué pasa Rodrigo?, ¿ya no me gritas?, ¿ya no quieres jalarme del brazo?— se burlaba Sarahi y al decirle esto lo sorprendió dándole una patada en los testículos, haciéndolo caer a sus pies gimiendo de dolor.

Déjanos un momento solos y llévate también a tu hermana— dijo Sarahi volteando a ver a Pedro, ¡rápido!— que tu papi y yo tenemos que ultimar algunas cosas; Pedro y Norma obedecieron Sarahi se sentó sensualmente cruzando las piernas y dijo a Rodrigo:

¡Ahí quédate!, como ya habrás notado me gusta que me obedezcan y por lo visto para ti la palabra obediencia no te es indiferente solo hace falta preguntarle a tu esposa jajaja, se burló Sarahi— así que no le veo mayor problema.

Rodrigo apenas y escuchaba a Sarahi pues se dolía todavía de la patada y no podía apartar la mirada de las sandalias rosadas de tacón alto que lucían los pies de Sarahi con las uñas pintadas igualmente de rosa, seguido del sensual movimiento que ésta hacia al ir cruzando sus piernas y para terminar observando la falda cortísima que tenia, era una visión muy excitante no solo para don Rodrigo sino para cualquiera que estuviese en su lugar.

¡Bien, Rodrigo vamos al grano!— dijo Sarahi algo fastidiada— no me gusta perder el tiempo, te iré haciendo algunas preguntas y tú me irás respondiendo con la verdad si algo no me convence o noto que me quieres ver la cara, me marcharé enseguida a tu trabajo y te denunciaré ¿entendido?;

Si— respondió Rodrigo que aún permanecía en el piso;

¿Desde cuando estafas en la empresa?;

Ya tiene años— respondió Rodrigo apenado;

¡Bien!— contestó Sarahi— ya se y me consta que lo has hecho por iniciativa de la zorra de tu esposa, pero dime ¿y todos estos años te has callado y soportado esta situación por temor a tu esposa?, ¿no te da vergüenza Rodrigo, el gran Rodrigo de los negocios?— concluyo Sarahi con una mueca de desprecio al mirarlo.

Rodrigo no contestaba a lo que Sarahi se molestó y levantándose de nuevo lo sorprendió con otra patada, ésta vez en su costado, Rodrigo se quejó de dolor y Sarahi le pisó la cara haciendo presión con el tacón de su sandalia.

¡Contesta!— le exigió Sarahi, sin dejar de hacer presión sobre el rostro de Rodrigo— ¡desde cuando te encuentras en esta situación!, ¡créeme que me da nauseas solo pensar que tanto amas a esa zorra como para soportar ésta situación!;

¡NOOO la amo!— gritó Rodrigo al borde del llanto, estas palabras hicieron quedar callada a Sarahi por un momento y retirar el pie de la cara de Rodrigo.

Rodrigo por primera vez con lágrimas en los ojos se atrevió a mirar a Sarahi y entonces le explicó algo que ni siquiera su diario incluía:

¡Nunca he amado a Rosa!, mi gran amor siempre fue su hermana, con la que incluso estuve a punto de casarme pero por aquellos tiempos en los que también bebía mi alcoholismo fue el causante de un lamentable accidente el cual acabó con la vida de la que estaba cerca de ser mi esposa y con las de mis suegros, quedando Rosa desamparada y por supuesto culpándome y con justa razón del accidente. A partir de ese momento dejé de beber y odie a todos los que lo hacen, por eso es que nunca he tenido una buena relación con tu padre y en consecuencia contigo. Las cosas se fueron dando, Rosa demostró un carácter que nunca me imaginé que tuviera y tomando siempre como punto de partida en su defensa que por culpa mía se haya quedado sin sus seres queridos, pasado un tiempo logré un mejor puesto en el trabajo, pero no podía olvidar a mi difunta esposa y el frecuentar a Rosa me la recordaba, así hasta que en un momento de sentimientos contradictorios acepté casarme con Rosa con insistencia por parte de ella, el resto de la historia ya la conoces, siempre me ha manipulado por cosas del pasado y amenazado de que si no accedo a sus chantajes me abandonaría llevándose a mis hijos, pero si he de confesarte ¡estoy harto de ésta situación!, aborrezco a Rosa y me aborrezco a mi mismo por no haber podido controlar ésta situación y como punto final yo no tengo nada en contra tuya, no se la razón pero es mi esposa y mi hija a quienes siempre le has desagradado.

Sarahi permanecía callada y había escuchado atentamente cada palabra de don Rodrigo y a pesar de mostrar cierta lástima por el, sus últimas palabras sobre el desagrado de Rosa y Norma hacia ella y que el aunque no lo compartía siempre le había seguido el juego a su esposa e hija la hicieron cambiar de parecer y esa lástima se convirtió en desprecio y burla.

Sarahi caminó de lado a lado de la sala mientras contemplaba a don Rodrigo que el haberse desahogado lejos de calmarlo lo había puesto mas nervioso y sin mas se soltó a llorar tal como lo hiciera un niño.

Sarahi lejos de compadecerse se rió maliciosamente y se sentó de nuevo en el mueble cruzando las piernas expresando burlesca: ¡Vaya con este imbecil!;

Rodrigo estaba irreconocible llorando en el piso a los pies de Sarahi quien siempre sabía aprovechar estos momentos y esa vez no fue la excepción, estiró sus pies dejándolos cerca de la cara de don Rodrigo y con una bellísima sonrisa le dijo:

¡Bésamelos!, ¡bésame los pies Rodrigo!; éste no supo ni por que pero obedeció necesitaba sentir la protección de alguien y Sarahi se la ofrecía y el obedecería, entregado totalmente Rodrigo se dispuso a redimir su llanto enterrando la cara en los pies de Sarahi, pero ésta riendo los apartó y se puso en pie para burlarse aún mas de el.

Don Rodrigo se sorprendió y al contemplar a Sarahi de pie y el en el piso la vio como toda una divinidad, Sarahi sonriéndole le dijo:

¡Si en verdad quieres besarme los pies ruégamelo!— total que Pedro es experto en hacerlo y Norma ¡mmm...!, digamos que Norma también ha aprendido.

Rodrigo en ese momento no era dueño de sus actos y solo necesitaba una voz que lo guiara y para bien ¿o para mal?, de el esa voz era Sarahi, así que decidido prácticamente se arrastró hasta los pies de Sarahi para suplicarle algo que nunca se hubiera imaginado ¡que le permitiera besarle sus pies!,

Pero esto a Sarahi la divirtió y controlándose lo más que pudo por no carcajearse ordenó a don Rodrigo:

¡Primero besa el piso!;

Don Rodrigo obedeció. ¡Vaya, que perro eres!— le dijo Sarahi riendo para seguirlo humillando— ¡eres mas perro que tus dos hijos juntos! y al decir esto Sarahi escupió con un absoluto desprecio en el piso;

¡Ahora lame mi saliva!;

Rodrigo accedía sin reproche alguno. Sarahi le acercó sus pies— ¡solo no me los vayas a tragar ni a babear mucho!;

Rodrigo se dedicó a besarle los pies a Sarahi y mas que eso dejo su rostro pegado en esos pies y de nuevo rompió a llorar, Sarahi lo dejó desahogarse por un rato mientras lo miraba con pena y desprecio, hasta que apartó sus pies; inexplicablemente Rodrigo insistió a lo que ésta le pego una patada en pleno rostro,

¡Basta, no seas tan perro!;

La forma en que Sarahi le habló a don Rodrigo lo hizo reaccionar y sentirse terriblemente humillado ante esa joven.

¡Bien, Rodrigo!— dijo Sarahi— esto es fácil puedo ir a tu trabajo y denunciarte y con las pruebas es muy fácil y seguro que termines en prisión al igual que tu esposa, ¡ah!, por cierto no te preocupes por ella ¡déjamela a mi!, ¿quieres que eso pase?, ¿no verdad?,

¡No!— contestó Rodrigo,

¡Bueno, pues quiero que pases a mi nombre todas tus propiedades incluida ésta casa que se que es tuya y que sea yo quien administre tus ingresos!— como te dije por Rosa no te preocupes ¡tengo el plan perfecto para revertir las cosas y hacerla quedar a ella como la única culpable de todo por si decide denunciarte!, total que la aborreces así que no le veo problema de tu parte por ese lado; en cuanto a ti necesitaría una sirvienta para mi nueva casa queee: ¡serías tú!— ¿que dices?— serías mi sirvienta, vestirías como tal y te trataría como a tal y todo sin que nada salga de ésta casa, ¿qué dices?, ¿verdad que soy un amor?,

¡Acepto!— respondió Rodrigo sin dudarlo. Sarahi por poco y se traga el chicle que masticaba al oír la respuesta de don Rodrigo pues ni ella misma se imaginó que aceptara así sin pensarlo tanto, aunque tomando en cuenta todo lo que éste le había contado, que no amaba a su esposa y complementándolo que si ella lo denunciaba tenia todas las de ganar pues dedujo que en realidad a don Rodrigo no le quedaba de otra mas que obedecerla tal y como habían aprendido a hacerlo sus hijos.

¡Bien!— dijo Sarahi, pues manos a la obra, ¡venga!— te dirigirás a mi como ¡hermosa Sarahi!— si, ¡así me llamarás hermosa Sarahi!— concluyó tratando de contener su risa.

¡Hermosa Sarahi!, ¿puedo preguntarte algo?;

¿Eh?— si, contestó Sarahi distraída;

¿Qué pasará con mis hijos y con Rosa?;

¡Por tus hijos no te preocupes!, y en cuanto a Rosa— Sarahi se quedo callada unos instantes sin ocultar una mirada perversa y después añadió:

¡Lo sabrás a su debido tiempo y eso será mañana!;

¡Ah, por cierto Rodrigo!, ¿yo ya te gustaba verdad?— Sarahi lanzó esta pregunta mirando seductoramente a Rodrigo quien no contestó y permaneció con la mirada inclinada, pero su silencio y su nerviosismo dieron una respuesta a Sarahi.

¡Si, ahora entiendo!— todas esas miradas morbosas con las que prácticamente me desnudabas, jajajaja, ¡solo falta que también le guste a Norma!— concluyó Sarahi con una sonrisa de triunfo en su rostro.

Continuara…………

sábado, 12 de junio de 2010

EL PRECIO DE UN AMOR 8

Sarahi disfrutaba de lo lindo humillando a Norma por que ésta siempre se le rebelaba, nunca le ocultaba el odio y el rencor que le tenía y esto a Sarahi le divertía; ahora había llegado el momento de acabar con eso de no dejar en Norma una sola gota de orgullo y dignidad. En una tarde en que Sarahi regresaba de la escuela mandó a Pedro a que limpiara en la cocina, entonces se jaló a Norma por el cabello y bruscamente la empujó al piso con fuerza haciendo que ésta se golpeara en plena cara.

¡Rápido, estupida!, ¡descálzame, cada día eres mas lenta y mas bruta!— dijo Sarahi mirando burlesca y con desprecio a Norma mientras se acomodaba como siempre en su mueble.

Norma estaba a punto de llorar pero se contuvo y miró a Sarahi llena de odio y con esa mirada retadora iba a comenzar a descalzarla con la boca cuando ésta le soltó una tremenda bofetada gritándole:

¡No me mires a la cara de esa forma cerda!, muéstrame el respeto que me merezco, si no quieres llevarte una paliza. Norma de nuevo la miró desafiante y ésta vez Sarahi sujetó una de sus sandalias y con la suela le dio un tremendo golpe a Norma en la cara para provocarla y hacerla caer en su juego; Norma cayó al piso y llorando gritó furiosa para desahogarse:

¡Puedes golpearme, matarme incluso si eso quieres! y la verdad no te lo reprocharía— ¡eres una puta muy astuta!, demasiado astuta y lo reconozco, supiste aprovechar muy bien a mi hermano y ¡es cierto!, el te adora y te ve como a una diosa y no lo culpo yo también me he aprovechado de el toda la vida de ese carácter dócil y sumiso que tiene pero ¡claro!, muy cierto somos hermanos y como tales tenemos limites y no puedo ofrecerle lo que tu si puedes, supiste seducirlo muy bien Sarahi, pero a mi ¡jamás podrás doblegarme!, no se por cuanto tiempo me vas a tratar de ésta forma pero me queda el orgullo;

¿Orgullo?, jajajaja— se rió irónicamente Sarahi,

¡Si, Sarahi!, orgullo— contestó Norma fuerte y segura— el orgullo de saber de que todo lo que me haces es a base de golpes y mas golpes, puedes humillarme y te obedeceré para evitarme sufrimientos físicos pero nunca lograrás domar mi voluntad me oyes bien ¡nunca!, si me humillo ante ti es por que me veo obligada a hacerlo y por que estando como me tienes amarrada tienes que golpearme para doblegarme de otra forma ya te hubiera pateado el trasero.

¡Oh!, ¿eso crees?— expresó Sarahi burlona, pues que si te digo que ¡estás de suerte!, te voy a dar la oportunidad que seguro has estado soñando todo este tiempo, a ver Norma en concreto— me estás diciendo que si estuviéramos en igualdad de condiciones ¿tu lograrías vencerme?, ¿es así?, teniendo en cuenta que cuando me golpeaste y humillaste lo hiciste con ayuda de otras a lo que yo imité apoyándome en Pedro y en inmovilizarte para poderte tomar las fotos pero tú me dices que solas sin intervenciones de nadie tu podrías vencerme ¿es eso?;

¡Por supuesto!— contestó Norma, ni siquiera te imaginas como me muero por golpearte y hacerte daño hasta que llorando no te de lo que te queda de vida para arrepentirte por todo lo que me has hecho pasar.

Sarahi sonrió altanera — ¡muy bien Norma!— pues ni hablar; en eso que Pedro aparecía— Pedro ¡desata a esa zorra!; tanto Pedro y Norma quedaron sorprendidos mirando a Sarahi a lo que ésta insistió:

¿No es lo que querías?

¡Eres una puta mentirosa!— contestó Norma indignada pues pensaba que Sarahi solo se seguía burlando de ella;

¿Ah no me crees?, ¡bah, que diablos!— vamos a hacerlo interesante, Sarahi corrió a su cuarto y enseguida regresó con su cámara y con todas las fotos que le había tomado a Norma y las dejó en la mesa.

¡Bien Norma!, es sencillo ¡te reto a golpes!, si me vences podrás largarte de aquí con todas las fotos ¡o lo que es mejor!, ahí está la cámara no solo podrás recuperar las fotos sino que además podrás hacer conmigo lo que quieras pero para eso tienes que dejarme noqueada, pues solo así sin poder moverme permitiré que recuperes las fotos y tú podrás vengarte de mi haciéndome lo que quieras, por Pedro no te preocupes el no intervendrá ¿me oyes bien Pedro?, ¡no quiero que intervengas pase lo que pase!;

¿Qué te parece Norma?— la oportunidad que soñabas solo quedaría en deuda contigo por la humillación que te hice pasar en el receso pero ¡que se le va a hacer!;

¡Anda Pedro!— desátala; ante la duda de éste Sarahi le repitió una vez mas que la desatara a lo que éste obedeció.

Norma no se lo podía creer, estaba libre de pies y manos y muy cerca de ella todas las fotos que la comprometían con sus padres y con otras amistades que aún no sabían su penosa situación,

¡Venga Norma!— mueve esos músculos que deben estar entumidos y demuéstrame que tanto tienes para mi, aunque la verdad me das mucha pena y algo de lástima, mira que muy a mi pesar tener que demostrarte que no eres nada para mi en ningún aspecto, en unos instantes vas a estar llorando, ¡implorándome que me detenga de golpearte! y ésta vez no vas a tener pretextos para justificarte— éstas últimas palabras de Sarahi dichas sarcásticamente encendieron a Norma;

¡Que estupida eres Sarahi!, pero gracias a eso voy a acabar con esta maldita situación— sentenció Norma,

¡Bueno ya!— dijo excitada Sarahi— pierde la que pida perdón o implore rendición y tú Pedro ¡no te metas!,

¿Qué esperas zorra?— dijo Sarahi— es que ya te lo pensaste y prefieres seguir lamiendo mis zapatos o ¿mis bragas?— concluyó Sarahi riendo.

Al decir esto Norma se lanzó como una fiera sobre Sarahi pero ésta iba esquivando los golpes hasta que Norma arrinconó a Sarahi y comenzó a jalarla fuertemente del cabello y enseguida le metió un puñetazo en el estomago que Sarahi no se esperaba haciéndola caer; Norma se precipitó creyendo que había sido suficiente y quiso ir por las fotos a lo que Sarahi como pudo jaló de los pies a Norma tirandola al piso, ésta logró levantarse mientras Sarahi se dolía todavía del puñetazo que había recibido a lo que Norma la levantó por los cabellos y le empezó a dar de cachetadas que para sorpresa de ella y de Pedro Sarahi se sonreía, parecía disfrutar con los golpes que Norma le daba a lo que ésta furiosa le dio una cachetada mas con todas sus fuerzas a Sarahi haciéndola sangrar en los labios, entonces Sarahi decidió actuar y darle una lección definitiva a Norma.

No era que Norma no pudiera hacerle daño a Sarahi, era que se había metido a sus terrenos y ahí ella no tenia nada que hacer, habían llevado una vida muy distinta, Norma repleta de comodidades y mimos por parte de su familia solo sabia agredir y escudarse en su familia o amigas de turno, siempre había estado consentida y si había algo que no tenia eso era la rudeza de Sarahi quien se había enfrentado desde muy pequeña a la cruda realidad de la vida y estaba mas que acostumbrada a trabajar duro para progresar; en concreto esa era una gran diferencia entre Sarahi y Norma y era justamente lo que Sarahi quería hacerle comprender a Norma hacerla conciente de que no podía superarla en nada, con su nueva situación, Sarahi la superaba en todo en belleza, en carácter y si Norma pensaba que a golpes podía doblegarla y vencerla estaba muy equivocada y de esta forma Sarahi pensaba hundirla, humillarla al hacerle ver que no había forma alguna para que ella saliera de esta situación y si había algo que Sarahi disfrutaba como pocas cosas era hacer llorar a Norma golpeándola y humillándola.

Sarahi en una expresión totalmente sádica se relamió los labios que le sangraban producto de la cachetada de Norma quien estaba sumamente nerviosa al ver el extraño comportamiento de Sarahi y sin darse cuenta ésta se le fue encima haciéndole daño al hundirle prácticamente la cabeza en el estómago, sacándole el aire; fue un golpe fatal para Norma, un dolor como nunca había sentido sin tiempo a reaccionar cayó al piso, Sarahi la contempló por unos instantes y se dejó caer sentándose sobre su estómago y entonces comenzó lo que seria el final de una lección de humildad para Norma.

Sarahi se esperó a que ésta recupere un poco el aire y comenzó a darle de cachetadas una tras otra con ambas manos, la cara de Norma solo giraba de lado a lado a cada golpe que recibía y Norma quiso oponerse, trató de defenderse ¡pero fue imposible!, el temible impacto de cada cachetada que Sarahi le daba fue mayor a cualquier reacción que hubiese podido tener, pasando unos minutos Norma empezó a llorar cada vez mas fuerte hasta que pronunció lo inevitable:

¡Basta!, ¡por favor Sarahi detente, me rindo ya, ya no mas!;

Sarahi se sonrió pero no se detuvo la siguió cacheteando y burlándose de ella le decía:

¿En serio te rindes?, ¡No te oí bien!,

¡Siiiiiii!— gritó Norma — ¡ya no me pegues!— concluyó llorando tristemente. Sarahi se detenía y la miraba burlona.

¡Repítelo!, di que te rindes, ¡ruégame que no te golpee!— le decía Sarahi sonriéndole cruelmente a Norma,

¡Te lo ruego!— decía Norma entre llantos— ¡ya no me golpees!; pero Sarahi le soltaba otra fuerte cachetada gritándole:

¡De nuevo, ruégame mas!— hasta que me sienta satisfecha de tus suplicas me detendré.

Norma se hizo y se deshizo en súplicas, humillándose y aceptando todos los degradantes comentarios que Sarahi le decía, pero no fue suficiente, Sarahi se detenía por momentos para ver y disfrutar el rostro de derrota de Norma llorando no por el dolor sino por la humillación propia sabiendo que se había enfrentado a Sarahi y ni todo el odio y el rencor que sentía por ella fueron suficientes para acabarla, lloraba de impotencia por que poco a poco ahora sí su orgullo iba muriendo; en cuanto menos se lo esperaba Sarahi le soltaba otra cachetada lentamente Sarahi le daba otra y otra mas en cuanto Norma no metía ni las manos, ya ni siquiera suplicaba a Sarahi que se detuviera, aceptaba su derrota y aceptaba ya todo lo que viniera de Sarahi y ésta se pasó un buen rato destruyendo de ésta forma a Norma, le daba de cachetadas y le ordenaba abrir la boca para escupirle dentro a lo que Norma obedecía sin poner resistencia y aún faltaba el final para Norma.

Pedro en un rincón observaba llorando en silencio como siempre lo hacia, Sarahi se levantó y arrastró a Norma por el cabello llevándola al baño ahí la tiró al piso y después de hundirle la cara en el inodoro hasta casi ahogarla la dejó tirada, llorando para enseguida quitarse falda y bragas y matar a Norma moralmente lo que de orgullo y dignidad si acaso le podía quedar; se acomodó quedando su trasero a centímetros de la cara horrorizada de Norma y con una sonrisa de triunfo Sarahi defecó sobre su cara dejándola hecha un asco al igual que el piso del baño, se levantó, se limpió y le arrojó a la cara a Norma el sucio papel higiénico, se acomodó la ropa y al salir como si nada hubiera pasado secamente ordenó a Pedro:

Limpia el baño y a esa perra la amarras de nuevo y ¡te prohíbo que la limpies!— quiero que se quede así de asquerosa y sucia hasta que se me de la gana.
¡Si, Sarahi!— respondió Pedro, una respuesta seca y cortante que hasta la misma Sarahi sorprendió.

A partir del siguiente día Norma estaba muerta moralmente, no tenia un solo indicio de dignidad y obedecía ciegamente a Sarahi sin reprocharle por mas degradante que fuera la orden; en el desayuno Sarahi le escupía pedazos de alimentos ya masticados y enseguida Norma se los comía del piso sin una sola mueca de reproche, repetidas veces de nuevo Sarahi se orinó y defecó en la boca de Norma y esta lo aceptó totalmente resignada; tal parecía que en Norma hasta se había despertado un nuevo sentimiento hacia Sarahi por increíble que pareciera, quizás ¿de admiración?, ¿de miedo?, incluso ¿de amor?, el asunto era que Norma estaba muy confundida y en su mente solo tenia grabado que Sarahi era mejor que ella y que no tenia otro camino mas que obedecerla y admirarla por lo perfecto que había manejado toda ésta situación.

Sarahi mas que satisfecha, comenzó a fastidiarse de ésta situación, lo que ella disfrutaba era el ver que Norma se rebelaba y ponía en alto su orgullo al igual que le divertía la cara de repulsión y asco que ésta ponía ante sus humillantes órdenes, pero no poniendo resistencia para Sarahi no tenia ningún chiste humillar a Norma, aunque por el momento no se había percatado de los nuevos y confusos sentimientos de Norma hacia ella, pues seguro que eso la hubiera mantenido ocupada, pero por lo pronto ocupó su tiempo en alguien mas.

Estando Sarahi recostada en su cama prácticamente desnuda Pedro intentaba sin mucho éxito limpiar en el cuarto hasta que ésta risueña le dijo:

¡Deja eso Pedro!— ¿no quieres hacer algo mejor que limpiar?

Pedro tembló de pies a cabeza y se acercó rápidamente hacia Sarahi para complacerla empezando a pasarle la lengua suavemente en su sexo; Sarahi gemía de placer mientras que sujetaba a Pedro del cabello moviéndole la cabeza de lado a lado para su satisfacción hasta que se sintió complacida, entonces ágilmente y aún agitada empezó a acariciarle con las manos el pene a Pedro quién en instantes tuvo una erección; Sarahi se divertía jugando de esa forma con Pedro pues siempre le prometía que lo dejaría acabar o incluso que ella misma lo complacería como el quisiera, pero nunca le cumplía y ésta vez no fue la excepción en cuanto Pedro estaba a punto de reventar Sarahi como siempre le apretaba con fuerza el pene provocándole dolor y se lo prohibía mientras lo miraba burlona y lo dejaba frustrado y temblando de excitación a lo que Sarahi lo ignoraba por completo. Acomodándose empujó a Pedro fuera de la cama diciéndole algo fastidiada:

¡Venga pedro, ya tengo sueño!— otro día dejo que disfrutes mas.

Pedro quedó indignado pero resignado a esperar ese bendito día.

Pero antes de que te vayas ¡bésame los pies!— me gusta mucho como tu hermana me los acaricia con sus labios, ¡anda, que esperas!— y diciendo esto Sarahi le acercó los pies a la cara a Pedro quien obediente como siempre comenzó delicadamente a besarle los pies pero no pudo ocultar hacer una mueca de desagrado al empezar a besarle las plantas de los pies a Sarahi y percatarse que estaban algo sucias producto de que Sarahi había andado un buen rato descalza por la casa; ésta frunció la cara de enojo al darse cuenta de la expresión de Pedro y sin pensárselo le dio una tremenda patada estrellándole la planta del pie en plena cara al pobre de Pedro haciéndolo caer bocabajo al piso, éste intento levantarse pero ni vio de donde le llegó una segunda patada y ésta vez Sarahi le dejó la planta del pie en la cara a Pedro y empezó a pisársela con fuerza.

¿Qué significan esas muecas?, ¡que diablos te crees!— debería tratarte mas seguido como a la perra de tu hermana o incluso peor para que te comportes mejor; Sarahi en verdad estaba enojada y se sentía ofendida por el comportamiento de Pedro pues lo veía tan insignicante que no le toleraba que éste no obedeciera algún capricho de ella por degradante que fuera pues para eso estaba para obedecerla y divertirla.

Sarahi dejó de pisarle la cara a Pedro y se sonrió al mirarse las plantas y comprobar que estaban algo sucias, sin dejar de sonreír se sentó en un lado de la cama y levantando los pies le volvió a ordenar a Pedro:

¡Acércate gateando y lámelas hasta dejarlas limpias! y ni una sola mueca ¿eh?, por que te va a pesar— es solo polvo, pero si así fuera mierda ¡mierda lamerías si se me diera la gana!— le gritó Sarahi con toda la intención de humillarlo y sin dejar de reírse.

Pedro obedeció temeroso por llevarse otro golpe y por que en realidad no tenía la más minima intención de desobedecerla. Así se pasaron un rato hasta que Sarahi ya mas tranquila como sin darle tanta importancia le soltó a Pedro la siguiente parte de su plan: ¡Esclavizar a su padre!,

Pedro dio un brinco hacia atrás dejando de lamerle los pies a Sarahi al oír lo que ésta acababa de decirle.

Sarahi se levantó y buscó entre sus cosas unos papeles y se los arrojó a la cara a Pedro que eran copias de los documentos que ella había extraído de su casa y eran notas comprometedoras que demostraban que don Rodrigo había robado en la empresa y eran fuertes cantidades las que éste había estafado y esas notas lo comprometían y estaban en manos de Sarahi.

¿Qué sabes de esto?— preguntó muy seria Sarahi a Pedro pero este ni siquiera podía contestarle.


Continuara………………

EL PRECIO DE UN AMOR 7

Norma en verdad se esforzaba en limpiar la orina y vomito tal y como Sarahi se lo había ordenado, pero le resultaba imposible a lo que Sarahi fastidiada decidió ayudarle levantándose del mueble y restregándole la cara en su propio vomito y orina de ella.

¿Lo ves normis?, ¡así de rápido y fácil!— dijo Sarahi sonriéndole de una forma burlesca a Norma para luego mirar a Pedro y decirle:

¡Ya, Pedro!, vete y llévate a esta perra, ¡me indigna su presencia apestando a orina!;

Sarahi, ¡por favor!, permite que se lave antes de irnos— imploró Pedro a Sarahi,

¡Nooo!— fue la cortante respuesta de Sarahi, pero Pedro lloroso se arrodilló a sus pies para suplicarle— ¡por piedad, no por ella, por mi, yo te lo suplico!,

¡Apúrate, antes de que me arrepienta!— respondió Sarahi cruzada de brazos algo molesta e incómoda por la petición de Pedro— ¡oh, por cierto Pedro acércate!; éste se acerco y sorpresivamente Sarahi lo recibió con un rodillazo en los huevos y sonriéndole le dijo:

¡Esto, por empujarme y tirarme al piso!, ¡nunca en tu puta vida se te ocurra volver a hacerlo!

Y tú escúchame bien estupida, es obvio que si hablas de esto a tus padres o a alguien mas mostrare las fotos a todo el mundo, incluso las divulgaré por Internet para que todos sepan y vean lo cerda que eres y si quieres demandarme ¡hazlo!, aunque para eso necesitarás testigos y ¡Jajajaja!, el único es Pedro o sea ¡que no tienes testigos!— se burló cruelmente Sarahi;

¡Bien, perra!; espero que el día de hoy te haya servido para aprender como debes comportarte ante mi porque mañana esto mismo lo repetirás en la escuela ante unas cuantas personas. Estas palabras hicieron pensar a Norma, pues una cosa era que se humille ante Sarahi en su casa, pero ¡no públicamente!, ¡no lo soportaría!, ella estaba dispuesta a someterse al cruel trato que Sarahi le daba con tal de que esta no divulgue las fotos, se sentía morir de solo pensar en que sus amistades o sus padres supieran todo lo que Sarahi le había echo pasar y sin dudarlo se arrastró a los pies de Sarahi gritando histéricamente:

¡Noooo!, ¡eso nooo!, por piedad Sarahi yo puedo seguir viniendo a tu casa y hacer lo que tu quieras, ¡te juro que no diré nada a nadie!, si quieres te puedo dar dinero, ¡si, te doy dinero a cambio de tu silencio!, pero no me humilles en público, ¡por compasión, no lo hagas!— le suplicaba Norma a Sarahi quien se reía de lo lindo al ver la cara de terror que Norma tenía desde el momento en que escuchó lo que pensaba hacerle pasar en la escuela.

Norma optó por seguir humillándose ante Sarahi besándole los pies, pero al intentar hacerlo se llevó una patada en pleno rostro,

¡Guacala!, ¡no te me acerques, ni se te ocurra tocarme!, ¡apestas a orina y vomito, eres una cerda!— fueron las palabras de Sarahi con una expresión de asco hacia Norma— y por supuesto que vas a seguir viniendo a mi casa ya te dije que apenas empezamos, ¡haré contigo lo que me de la puta gana!, mañana algunos van a ser testigos en la escuela de cómo vas a implorar mi perdón y si no lo haces ¡te irá mucho peor!, piénsalo si crees que es doloroso que unas cuantas personas vean tu penosa situación, entonces imagínate que lo sepa todo el mundo incluidos tus padres y ¡yo que se!, miles de personas que navegan en Internet, te lo dejo a tu elección— concluyó Sarahi.

Norma deseaba que nunca amaneciera pero lo inevitable llegó, muy temprano Pedro también se alistaba para la escuela Norma esperaba o mejor dicho aún soñaba con la esperanza de que Pedro la apoyara pero por mas que de nuevo intentó convencerlo, éste la evadió completamente y se salió rumbo a la escuela; ya en la escuela Sarahi miraba burlona a Norma al verla llegar muy nerviosa y llorosa y llegó la hora del receso, ese era el momento, Sarahi se dirigió hacia la parte de atrás de los salones junto con tres muchachas más que para nada eran tan amigas de ella, mas bien lo fueron de Norma pero al parecer nunca les cayó tan bien y ahora les excitaba lo que Sarahi les había adelantado que no era otra cosa que el ver a Norma humillándose ante ella y delante de sus examigas.

Las tres chicas y Sarahi se sentaron en unas bancas, Pedro observaba algo apartado; una Norma afligida se acercaba lentamente pensando en que hasta ese momento solo Sarahi era la que sabía lo de su penosa situación, pero eso estaba a punto de cambiar. Norma se detuvo justo detrás de Sarahi y de las chicas, pero éstas la ignoraron pasados unos instantes Norma algo bajo murmuró haciendo un completo ridículo:

¡Perdón, por interrumpirla señorita Sarahi, podría brindarme su amable atención por un momento!;

Sofía, una de las chicas y examiga de Norma no se aguantó más y soltó una gran carcajada, pues no se creía lo que oía ¡Norma!, llamando señorita a Sarahi y hablándole en un tono tan respetuoso, aún así Sarahi se tomó su tiempo hasta que se dignó a voltear para ver a Norma quien no se atrevía a darle la cara a Sarahi.

¿Qué quieres perra?— le dijo Sarahi a Norma mirándola con absoluto desprecio, ante las risas de las demás chicas; Norma quería que esto terminara lo más pronto posible a lo que respondió rápido y en un tono bajo:

¡Yo, quería pedirte perdón por lo mal que me he portado contigo durante mucho tiempo!,

Sarahi le dedicó una ligera sonrisa burlesca— ¡oh!, ¿en serio?, las demás chicas permanecían calladas y muy atentas a lo que ocurría,

¿Por qué habría de creerte?— le dijo Sarahi irónicamente; Norma empezaba a ponerse cada vez aún mas nerviosa,

¡En verdad Sarahi, te ruego que me perdones!; Sarahi cruzando las piernas le dijo risueña:
¡Si en verdad quieres disculparte pídemelo de rodillas!; Norma ya sabía casi todo lo que se venía así que esto no le extrañó, aunque eso no quería decir que no le doliera lo que iba a hacer, lentamente se dejó caer de rodillas ante Sarahi y sus secuaces de turno.

¡Oh, por dios!— exclamó María, otra de las chicas— ¡oh, por dios!, ¡Sarahi!, pero como has hecho esto posible ¡dime!, ¿la has hipnotizado acaso?,

¡No ha sido necesario!— contestó Sarahi, es solo que al fin esta perra acepta su realidad que no es otra que reconocer su inferioridad ante mí y no hay mejor forma de reconocer la superioridad de alguien que arrodillarse a los pies de ésta. Las tres chicas permanecían con los ojos y la boca bien abierta y hasta cierto punto incrédulas ante la situación.

¡Oh, por cierto pero que sucios que tengo los zapatos!, Norma ¡ya se!, si en verdad quieres ganarte mi perdón ¡limpia mis zapatos! y hazlo de la forma mas humilde que se pueda hacer o sea ¡con la lengua!, anda ¡venga!, que me estás haciendo perder mi receso.

Las tres chicas, Sofía, María y Alondra se llevaron las manos a la boca al oír semejante petición de Sarahi y mas se alarmaron al ver que Norma sin poner ninguna oposición se acercó hacia Sarahi y comenzó a lamerle sus bellos zapatos escolares negros de tacón mediano a lo que ésta para rematarlo le ofreció también las suelas y mientras Norma se humillaba Sarahi volteó a ver a las chicas para decirles risueña:

¡Bueno que!, ¿se animan?, no es necesario que finjan que se mueren de ganas de burlarse y humillar a esta,

¡Eh, tú estupida!— dijo Sarahi a Norma dándole una patada en la cara— ¡limpia también los zapatos de ellas!,

Norma ya lloraba y solo se limitó a gatear hacia María quien llevaba la voz cantante diciéndole:

¿Qué esperas imbecil?, ¡vaya!, no creí que fueras tan cerda y pensar que te considerábamos otra clase de persona, pero Sarahi nos ha dicho lo cerda que eres y como tal no te mereces mas que nuestro desprecio ¡lame mis zapatos perra!— gritó María excitadísima por tratar de esa forma a su examiga; Norma ya no controlaba su llanto y tristemente lamió también los zapatos de la joven y que para eso ya tenían que regresar a clases a lo que Sofía y Alondra optaron por perdonarle otro rato amargo a Norma, pero no así Sarahi.

¡Alza la cara y muestra la lengua!— dijo Sarahi apenas aguantándose las risas,

Norma obedeció y Sarahi junto con las tres chicas se carcajearon cruelmente de ella al ver lo negra y sucia que tenia la lengua la pobre Norma, a lo que Sarahi sin escrúpulos repetidas veces la escupió dejando caer su saliva directamente dentro de la boca de Norma, quien para su mayor desgracia ésta vez María, Alondra y Sofía decidieron también unirse a ese cruel trato.
A partir de ese día Norma abandonó la escuela por dos razones, la primera Sarahi se lo prohibió pues le tenia reservada otras obligaciones y la segunda, Norma por si misma no pensaba regresar jamás a esa escuela no después de que sabía de que ella andaba de boca en boca de todas en la escuela ¿y Pedro?, ¡bueno!, Pedro no decidía nada por si mismo y a Sarahi le pareció conveniente que también dejara de ir a la escuela para que por si acaso estuviera al pendiente de Norma y aprovechando que los padres de éstos estaban de viaje pues no tenían problemas en acatar las órdenes de Sarahi y sus padres no tenían ni idea en lo que se había convertido la vida de sus hijos.

El infierno de Norma apenas comenzaba tal y como Sarahi se lo había prometido, al siguiente día Norma y Pedro debían presentarse desde temprana hora en casa de Sarahi, Pedro cubría todas las labores de un sirviente como preparar y servirle el desayuno a Sarahi, se encargaba de la limpieza en general y como extra tenia satisfacer sexualmente a Sarahi lo que hacia gustosamente, esto por la confianza que Sarahi ya le tenía.

Pero no así Norma, ¡no!, la pobre Norma no corría esa suerte, por órdenes de Sarahi las cuales Pedro obedecía y supervisaba como si se le fuese la vida en ello; Norma solo se podía desplazar a cuatro patas ¡como un animal!, siempre amarrada de pies y manos esto solo por deseo de Sarahi para provocarle mas dolor y sufrimiento al tener que desplazarse de esa forma y amarrada ¿y sus ocupaciones?, ¡muy sencillas!, solo andar detrás de Sarahi siempre gateando detrás de ella, Sarahi en verdad se comportaba excesivamente cruel con Norma, desde que ésta llegaba entre ella y el mismo pedro la amarraban, enseguida Norma tenia que seguir a todos lados a Sarahi e irle besando los pies en todo momento, ya cuando se cambiaba para irse a la escuela, justo en ese momento Sarahi ante la vista de Norma y Pedro se quitaba las bragas que llevaba puestas y sin compasión se las metía en la boca a Norma y se la sellaba con cinta para que no pudiera escupirlas y sonriéndole con desprecio le daba una tremenda bofetada; Norma a pesar del humillante trato que ésta le daba le respondía con una mirada retadora y de profundo odio algo que a Sarahi le divertía mucho, le agradaba ver el rostro lleno de odio de Norma pues sabia que en verdad estaba sufriendo por el trato que ella le daba y no es que a Pedro no le doliera también el trato que le daban a su hermana era solo que no tenía ni carácter ni voluntad propia para intervenir.

Sarahi se marchaba a la escuela sabiendo que Pedro no la desobedecería, cuando se aproximaba la hora de que regrese Pedro le quitaba la cinta a Norma y le permitía escupir las bragas, Norma se soltaba a llorar; enseguida Pedro iba en busca de las sandalias de Sarahi para acomodárselas en la boca a Norma y de ésta forma tan humillante era como Norma permanecía detrás de la puerta a cuatro patas aguardando la llegada de Sarahi sujetando sus sandalias con los dientes.

No había día que al llegar Sarahi de la escuela no se carcajeara cruelmente hasta doblarse de la risa al ver a Norma.

¡Pero que patética!— expresaba Sarahi entre risas— deja que cuente esto a las chicas que por cierto ¡preguntan mucho por ti eh!, enseguida Sarahi se tiraba en su mueble preferido y sin darle importancia a Pedro y a las miradas asesinas de Norma les tronaba los dedos a ambos que ya sabían lo que tenían que hacer, Pedro se acomodaba en el piso también a cuatro patas para que Sarahi descansara los pies en su espalda, entonces llegaba otro momento vil para Norma; Sarahi indolentemente acomodaba los pies en la espalda de Pedro y Norma cuidadosamente dejaba las sandalias de ésta en el piso y procedía a descalzarla de la única forma como podía hacerlo: ¡con la boca!, lo que le costaba mucho trabajo agregando que si Sarahi consideraba que tardaba demasiado le daba de buenas cachetadas.

Como podía Norma le quitaba los zapatos y calcetines a Sarahi y entonces seguía aun lo mas cruel para Norma pues tenia que lamerle los pies a Sarahi, en especial sus plantas el tiempo que a ella le diera la gana y que no era solo un momento ¡oh, no!, Sarahi incluso perdía la noción del tiempo en lo que Norma lloraba y como siempre suplicaba en vano pues ya ni sentía la lengua de tanto pasarla por los pies de Sarahi quien al ver la cara de asco y de repulsión que ésta ponía al lamerle los pies muy divertida le restregaba los pies por toda la cara a Norma, incluso cuando veía a Pedro temblar por la postura en la que estaba lo hacia recostarse en el piso y lo mismo a Norma quien tenia que estirarse como podía en el piso y seguir lamiendo y besando los pies de Sarahi y luego lamer también sus zapatos, en cuanto Sarahi se fastidiaba le volvía a sellar la boca con cinta pero ésta vez ya no eran sus bragas lo que le metía sino sus calcetines transpirados y en ocasiones le acomodaba también un zapato en plena cara asegurándoselos también con cinta por si acaso Norma no estaba bien impregnada del aroma de sus pies; a pesar de los golpes que solía llevarse Norma si no satisfacía a Sarahi, ésta nunca le ocultaba su mirada llena de odio y rencor tratando a su pensar de demostrarle algo de orgullo y dignidad ante Sarahi si es que cabía en la situación en la que se encontraba.

Así era la rutina de Norma en casa de Sarahi que mientras la dejaba así por ratos, se metía al cuarto y permitía a Pedro darle placer y unas cuantas caricias a lo que este accedía gustoso y casi se olvidaba de la situación en la que se encontraba y junto con el su hermana; en una de esas tardes y dejando a Norma con la tarea de dejar brillantes los zapatos de Sarahi, ésta convenció a Pedro de ir a su casa aprovechando que sus padres seguían de viaje y poco a poco le fue sacando información en conversaciones a Pedro acerca de las ocupaciones de sus padres.

Sarahi quedó un tanto sorprendida de todas las comodidades en las que estos vivían y se sintió aun mas orgullosa por lo que había logrado hasta el momento en la situación tan humillante en las que los tenia, sobretodo a Norma y se las ingenió distrayendo a Pedro e investigando distintos documentos de trabajo de don Rodrigo, el padre de Pedro y sin que éste se diera cuenta extrajo todo lo que pudo y lo echó a su mochila para revisarlo sola en su casa.

Por la noche Sarahi sola en su cuarto se llevaba las manos a la boca por la sorpresa y la impresión debido a lo que acababa de descubrir al revisar los documentos de don Rodrigo, se dejó caer en la cama y comenzó a reír perversamente, pues lo que había visto y que tenia en su poder le facilitaba seguir en marcha con sus planes, era mas de lo que había podido imaginar, ¡era oro puro lo que tenía en sus manos!, y por supuesto que iba a sacar provecho pero para eso primero tenia que hundir por completo a Norma y eso era lo que pensaba hacer.

Continuara……