miércoles, 21 de abril de 2010

DE PROFESOR A PERRO 7

¡Arrodíllate, Rubí!— sentencio Susana,

¡Arrodíllate ante mi!, y ¡suplícame perdón!; le gritó amenazándola con el bate.

Pero Rubí burlonamente le dijo a Susana:

¿Arrodillarme, ante una perra como tu?; ¡ni que estuviera borracha!,

Entonces Susana se lanzó hacia Rubí dispuesta a machacarla a golpes con el bate, Luis cerró los ojos pero Rubí fue mas rápida para sorpresa de Susana y del propio Luis esta sacó un revolver de entre sus ropas y sin pensárselo le disparó a Susana dándole en una pierna, esta cayó soltando el bate y gritando de dolor mientras Rubí la contemplaba, Susana gritaba al ver su pierna sangrando y con la bala metida mientras Rubí le sonreía con una cara de desprecio hacia ella se le acercó y le plantó la sucia suela de su bota cerca de su cara.

¡Se una buena perra y lámela!— le dijo Rubí, ¡vas a divertirme por un rato!; pero Susana aun con el dolor gritó llena de rabia:

¡Jamás!, maldita loca te voy a demandar, ¡estas demente!; entonces Rubí se acerco justo del lado de su pierna en la que la había herido y ¡sin piedad!, se la pisó con el tacón de su bota haciendo fuerza y moviendo el pie de lado a lado Susana pegó un terrible grito aullando de dolor, pero Rubí fue clara al hablarle:

¡No dejaré de pisarte hasta que digas que eres una puta asquerosa!, y me ruegues piedad; Susana no resistió mucho y entre llantos y gritos dijo totalmente humillada:

¡Siiiii!, ¡si soy una puta!, ¡una puta asquerosa!, pero por piedad Rubí ¡ayúdame!, por piedad ¡llévame a un hospital!; pero Rubí no pensaba hacer eso ni de broma y volviéndole a pisar la herida le contestó:

¿Rubí?, ¿cómo que Rubí?, ¡para ti soy una diosa, la diosa Rubí!, ¡humíllate, puta! y reconoce mi superioridad.

Susana obedeció: ¡perdón, perdón!, ¡si eres una diosa, diosa Rubí!, ¡tenga piedad de mi!;

Veo que nos vamos entendiendo— le contestó Rubí, ¡miserable puta asquerosa!, ¿no es así?, di qué eres clarito y en voz alta— concluyo Rubí cruelmente.

Susana suspiraba sentía que el aire le faltaba a causa del dolor pero implorando por que esto terminara optó por complacer a Rubí volviéndose a humillar ante ella.

¡Soy una asquerosa puta ante usted diosa Rubí!, pero por lo que mas quiera tenga compasión de mi— suplico Susana llorando fuertemente;

Rubí le plantó en la cara nuevamente la suela de su bota y esta vez Susana le pasó la lengua con las pocas fuerzas que le quedaban, Rubí se divirtió metiéndole el tacón casi hasta la garganta y metiéndoselo y sacándoselo le decía:

¡Chupalo como lo hacen las putas!; de pronto Susana vio una expresión sádica en la cara de Rubí, ¡nooo, que haces!— le suplicó al ver que Rubí de nuevo le apuntaba con el arma.

¡Lo siento susi!— le dijo Rubí con una cara de burla y desprecio hacia ella, pero comprenderás que no puedo dejarte ir por que me demandarías y en estos días no se puede confiar en una puta como tu, ¿oh si puedo?, ¡dime tu!, ¿puedo confiar en ti?, ¡suplícame! y si me convences no te dispararé pero hazlo rápido antes de que pierda la poca paciencia que tengo contigo y mientras Rubí decía esto pegó unos disparos al aire para atormentar mas a la infeliz de Susana quien tristemente se había arrastrado hasta postrarse a los pies de Rubí y mientras se humillaba ante ella volviéndole a besar sus botas le imploró su perdón:

¡Por lo que mas quieras, perdóname! te lo juro que no te demandaré pero por piedad ¡ya no me hagas mas daño!;

Rubí se carcajeo fuertemente y de una manera tan cruel al ver a la una vez orgullosa Susana tirada a sus pies, ¡besándole sus botas!, destrozada de nervios y resistiendo el terrible dolor en su pierna y por si fuera poco implorando su perdón, una escena que hasta el propio Luis que observaba todo en silencio sintió lástima de Susana olvidando todo lo que esta le había hecho sufrir anteriormente.

¡Ah, ya se!— exclamo Rubí de pronto muy divertida y mirando a Susana que seguía abrazada a sus pies esperando algo de misericordia.

¡Te dejaré coja y con una mano inservible para que pidas caridad!, ¡darás tanta lástima que quizás hasta un día yo misma te regale una moneda!, estas últimas palabras Rubí las dijo con una cara de total burla viendo a la cara a Susana quien solo cerró los ojos para no enfrentar la mirada de Rubí quien no tuvo la mas mínima intención de compadecerse de Susana.

Pues si Rubí sintió algún día un odio terrible hacia Luis ahora sentía el doble por Susana y con una mirada perversa le pisó la palma de su mano derecha con su tacón, Susana sentía que se desmayaba y rubí le dijo:

¡Mis botas aun están sucias!, ¡límpialas con tu lengua de puta!, por que te juro que aun puedo hacerte mas daño; Susana pasó su lengua en las botas de Rubí que lejos de compadecerse se sentía satisfecha por el sufrimiento y el destino que le estaba dando a Susana pues esta como bien había dicho conocía muchos negocios ilegales en los que estaban metidas doña Gloria y desde luego Rubí y ya hacia algo de tiempo en que Susana había chantajeado a Rubí logrando sacarle fuertes cantidades de dinero a cambio de su silencio, era obvio que Rubí lo único que podía sentir por ella era odio y desprecio y pensando en todo esto y en el daño físico que también Susana le había hecho a su “querido profesor” hizo fuerza con su tacón aplastándole por completo la mano y no se detuvo hasta oír un crujido, ¡le había destrozado la mano!, ante unos gritos desgarradores de Susana que incluso perdió el conocimiento algo que a Rubí poco le importó pues aun con Susana desmayada continúo pisándole la mano y pierna hasta dejárselos inservibles.

Rubí acababa de decidir el cruel destino de Susana:

¡Esclavizarla de por vida!, pero no seria ella quien se ocupe de Susana, pues con el odio que le tenia lo mas seguro es que no le duraría viva ni una semana, de esta forma se sello su destino de Susana: ¡la regaló como esclava de por vida a Tania, Rocío y Mayra!, quienes ya se ocuparían de hacer aun peor su vida a Susana quien con una pierna y mano prácticamente inservibles poco podía hacer para escapar de su destino.

Rubí le habló a una de sus sirvientas de confianza y después de un rato aparecía una señora morena, gorda, de unos 50 años aproximadamente;

¿Por qué tardaste tanto estupida?— le preguntó Rubí,

La sirvienta de nombre Camelia contesto algo agitada: ¡perdone señorita!, pero la casa está algo retirada y ya hace tiempo que no venia por este lugar.

Rubí le asentó una cachetada gritándole: ¡cállate!, ¡no me interesan tus historias!, sabes que no tolero que me hagan esperar y menos una miserable como tú y riéndose con una mueca de desprecio le dio otra fuerte cachetada.

Sabes, Camelia— le dijo Rubí, ¡ya me estas hartando!, cada día eres mas bruta y mas lenta creo que le diré a mi mamá que te despida;

¡Oh, no!, ¡eso no señorita!— suplicó Camelia mientras se dejaba caer de rodillas ante Rubí quien no pudo evitar una sonrisa de satisfacción al ver la reacción de la sirvienta. Rubí para nada pensaba en hacer que la despidan Camelia era una de las empleadas mas antiguas en su casa obediente y servicial y en la cual podían confiar sin dudar pero a Rubí le encantaba sembrar ese terror en sus empleadas domesticas y con esto hacer que estas mismas se humillaran ante ella para no perder su empleo, pero desde que Rubí tenia al profesor para entretenerse con el se había olvidado de sus demás sirvientas.

Camelia no paraba de llorar, rogar y alagar a Rubí pero esta la ignoró y la cortó diciéndole:

¡Ya cállate! y ocúpate de esta otra perra virando a ver a Susana que seguía desmayada, le escupió en la cara y de nuevo volteo hacia Camelia, ¡Ya sabes que hacer!— concluyó Rubí.

¡Si señorita!, usted despreocúpese no tendrá ninguna queja— respondió Camelia dirigiéndose a Susana la cargo llevándosela entre sus hombros, Camelia estaba acostumbrada a realizar trabajos pesados y su conflexion la ayudaba, así que el peso de Susana que aun seguía desmayada no significaba mucho para ella y se la llevó. Afuera la esperaba una vagoneta que era conducida por Tania quien desde ahí había observado todo y se llevaron a Susana hacia su nuevo destino que por lo pronto seria un sucio corral de un rancho propiedad de la familia de Tania teniendo como compañeros animales como caballos y cerdos.

Rubí sonrió satisfecha al ver que se alejaban, sus amigas ya se las ingeniarían para saber como tratar a Susana y Rubí se olvidó de ella aunque no descartó que en algún momento visitara a sus amigas para también divertirse torturando aun mas a Susana, pues sabia que sus amigas no se quedaban atrás en maldad y sadismo al igual que ella y sonriendo pensó en silencio que no vaya a ser que Susana fastidie a sus amigas y estas la desaparezcan por completo sin darle tiempo a ella de volver a humillarla.

Quedando solos Rubí y Luis esta se acerco hacia el profesor sonriéndole, Luis que ya se había recuperado un poco había observado todo y permanecía inmóvil de rodillas, atónito y mudo ante todo lo que había sucedido, pero el habla le regresó al ver que Rubí le apuntaba ahora a el con el arma, Luis dio un brinco hacia atrás diciéndole:

¿Peeeero que haces?, ¡mi hermosa diosa!, ¿por qué me apuntas?;

Rubí muy seria le dijo: te he destrozado la vida pero acabaremos pronto con esto, quizás en otro mundo te vaya mejor; Luis se arrojó a sus pies y besándole sus botas le suplicó:

¡Te lo imploro, no me mates!, no por miedo a morir sino por que ¡te amo!, déjame estar a tu lado yo no te reprocho nada de lo que me hayas hecho;

¡No seria justo para ti!, no mereces haber sufrido tanto créeme será lo mejor— le contestó Rubí;

Luis desesperado replicó: ¡con todo respeto señorita Rubí!, ¿no cree que merezco al menos tomar yo la decisión de pensar que es lo mejor para mi? Y lo mejor para mi es estar a su lado.
¡La amo!, ¡la adoro!, ¡la idolatro!, ¡por lo que mas quiera no trunque mi destino!, déjeme a su lado aunque sea como lo que he sido ¡su perro y su sirviente!, ¡eso es lo que quiero!— suplicaba Luis de rodillas.

Rubí se sonrió y le dijo:

¡Jodete! y ¡disparó!, Luis pegó un grito tremendo que fue tapado por las crueles carcajadas de Rubí, ¡la pistola ya no tenia balas!; Rubí no paraba de reír hasta que dijo: a veces soy odiosa pero no soy una maldita, al menos no contigo.

Rubí se llevó a Luis detrás del campo y le curó sus heridas y ahí delante de el comenzó a desnudarse, Luis estaba de nuevo incrédulo ¿qué haces?— le dijo; pero Rubí le contestó:

¡Cállate!, ni una palabra solo déjate llevar, ¡no me hagas ir al carro para ver si aun me quedan balas!— concluyó Rubí sonriente.

Rubí quedó completamente desnuda al igual que como estaba Luis y acercándose a el ¡lo besó en los labios!; Luis sintió que casi tocaba el cielo, ¡casi!, por que aun faltaba lo mejor. Rubí lo besó apasionadamente, después lo fue bajando hasta hacerle llegar su cara a la altura de su sexo, Luis no tuvo que esperar nada y se dedicó a darle placer a su diosa entre gemidos y caricias por parte de Rubí y ahí ante el cielo, las estrellas y el césped hicieron el amor desenfrenadamente Luis sintió que volvía a nacer, todo lo que había pasado no importaba, solo importaba este momento en el que hizo suya a la mujer que si bien lo esclavizó y el también la odio por eso pero ahora era la persona a quien mas amaba y no imaginaba pasar un momento sin ella.

Ambos quedaron exhaustos tirados sobre el césped; Rubí aun excitada dijo:

¡Mi cuenta está saldada!, ¡ya no te puedes quejar!; mañana mismo te daré el dinero que te había dicho y podrás hacer lo que quieras con tu vida.

Luis se sentó y nervioso le dijo: ¡pero yo quiero estar a tu lado!, ¡yo te amo!;

Rubí lo miró burlesca, ¡no seas bruto!— le contestó, ¡yo no siento lo mismo por ti!; hice esto en recompensa a todo lo que te hice sufrir pero ¡no confundas las cosas! o ¿qué pensabas?;

¡Ofrecerme matrimonio, tener muchos hijos y una hermosa familia!— se burló rubí de el mirándolo despectivamente;

Luis continúo: ¡no me importa en que condición me veas!, mientras esté a tu lado es suficiente para mi. Rubí le jaló una oreja clavándole sus uñas y le gritó:

¡He dicho que no, burro!, con el dinero que te daré podrás empezar una nueva vida, pero Luis estaba decidido, ¡no imagino una nueva vida en la que no esté a tu lado!— contestó, si en verdad me apartas de ti ¡hubiese preferido que me mataras!;

Rubí lo miró seria por unos minutos y le dijo:

¿Creo que aun no me conoces?, ¡yo no cambio, ni voy a cambiar mi forma de ser contigo!; en estos días me he portado algo dulce contigo por que no te niego que me hayas conmovido pero es cuestión de días incluso de horas o minutos, ¡ya se me pasará! y volvería a burlarme de ti, a humillarte y si me enfado hasta golpearte; ¿eso quieres?, ¡te ofrezco la libertad y te aferras a la esclavitud!;

Te repito solo quiero estar a tu lado— insistía Luis,

Nunca te veré como a un igual, si seguimos juntos la relación no cambiará, ¡serás mi sirviente, mi perro!; incluso creo que la palabra correcta seria: ¡esclavo!, ¡sí!, ¡serías mi esclavo!; ¿qué te parece?— preguntó Rubí algo interesada a Luis.

Me parece bien ¡ama Rubí!— contestó luis sin dudarlo un solo segundo.

Rubí movió la cabeza riendo, ¡pero que bobo eres!— le dijo, ¡bien esclavo!; entonces ¡bésame los pies!;

Luis se tiro emocionado a cubrir de besos las plantas de los pies de Rubí mientras esta continuaba hablando: mañana temprano partiremos a Italia por unos días necesito unas vacaciones; espero que no se te olvide que solo serás para mi un esclavo y que el trato que te dé ¡dependerá de mis gustos y de mi buen humor! y no te quejes si me haces enfadar por que no tendré consideraciones contigo, aunque no niego que sabré recompensarte si te esmeras en servirme y adorarme de lo contrario correrás la misma suerte que Susana incluso creo que podrías compartir el corral con ella ¿me pregunto que tal se llevara con los cerdos?, Rubí soltó una fuerte y cruel carcajada al decir estas ultimas palabras sobre Susana que hizo que hasta al propio Luis se le enchinara la piel.

¿Qué opinas esclavo?— le preguntó Rubí a Luis aun riéndose al recordar la suerte que había tenido Susana;

¡No tendrá queja de mí, mi hermosa ama!, le juro que haré todo lo que usted me diga— contestó Luis para complacer a su ama.

Rubí se levantó y burlesca le dijo:

¡Eso es lo que voy a comprobar en este momento!; ¿qué crees?, ¡me estoy cagando!— le comentó entre risas. Luis se sorprendió por la forma en que Rubí le había hablado y tontamente atinó a decir:

¡Claro mi ama! e hizo la intención de levantarse para acompañar a Rubí al baño pero esta le puso la planta de su pie a Luis sobre su pecho obligando a este a permanecer acostado en el piso.

¡No pienso ir hasta el baño!— le dijo Rubí con una sonrisa de oreja a oreja, ¡para eso estás tú!, ¡para que te use como lo que yo quiera!;

Luis quedó rojo por lo que acababa de escuchar. Rubí algo fastidiada le preguntó:

¿Qué pasa esclavo?, tu cara le sirvió de papel higiénico a la perra de Susana y probaste sin chistarte las heces de otras estudiantes; ¡ah, pero las mías no las quieres probar!;

¡Tu sabes que no es así!— contestó Luis muy nervioso sin darse cuenta que había tuteado a Rubí, ¿qué podía yo hacer para evitarlo?— concluyó.

¡Bueno ya!— dijo Rubí nunca me ha interesado tu opinión o acaso ¿ya no quieres ser mi esclavo y estar a mi lado?— le pregunto a Luis con una mirada tan coqueta como solo ella sabia hacer.

Luis no contestó, pero una lagrima lo traicionaba empezando a correr por su mejilla, de nuevo su mente era atormentada por tantos pensamientos y por los cambios tan bruscos del comportamiento de Rubí hacia el; ahora ya no estaba obligado si el quería podía levantarse y marcharse de ahí y evitarse esa humillación tan inhumana, ¡pero no podía!, desde hace días el ya no era dueño de sus actos ni de sus decisiones, la dueña era Rubí y ella estaba conciente de eso y sin dejar de reír le dijo:

¡Tu silencio es un sí!, ¿verdad?; ¡uff!, ¡que bien!, por que ya no aguanto y diciendo esto le dio la espalda a Luis y agachándose sobre el ¡le cago encima!, manchándolo en su pecho y cara.

Rubí defecaba tranquilamente mientras humillaba aun más al profesor;

¡Oye, esclavo!, guárdate esas lagrimitas para limpiarme ok— le decía soltando unas tremendas carcajadas y después continuaba hablando ¡vaya, la tenia atrasada!, ¡esclavo si te las quieres comer por mi no hay problema!; por fin terminó y se levantó poniendo una mueca de asco y de burla al ver a Luis y muy indignada le reclamó:

¡Guacala! y pensar que tuve relaciones contigo, ¡eres un cerdo!, ¡mira como has quedado!; mientras yo cagaba ¡tu debiste irte comiendo mis soretes para que no te mancharas tanto!, ¡nada haces bien!;

Luis ni siquiera podía hablar justamente un enorme sorete había quedado encima de sus labios y Rubí que no se aguantaba la risa le ordenó dulcemente:

¡Abre la boca y mastica! y ¡hazlo ya! que no tengo tu tiempo. Luis obedeció automáticamente como si fuera un robot; Rubí quedó complacida al ver que su orden había sido cumplida y caminando desnuda coquetamente se fue silbando alegremente a buscar una manguera para asearse y asear al profesor.

Después de divertirse por un rato bañando a manguerazos al profesor, se vistió y poniéndose seria le dijo:

¡Bien, Luis!, ya viste de lo que soy capaz de hacer contigo y ¡créeme! aun puedo hacerte cosas peores; es la última vez que te lo pregunto después no habrá marcha atrás ¿vienes conmigo? o prefieres rehacer tu vida sin mí;

Luis sin que Rubí se lo pidiera se arrodilló ante ella enseguida le besó sus botas y quedando postrado ante sus pies le respondió:

¡Mi dueña, mi diosa Rubí! Con usted iría al ¡mismo infierno!;

Rubí se rió con ganas y levantando a Luis por su cabello le dio una cachetada para burlarse de el,

¡No, imbecil! ahi ya has ido y por lo que veo ¡no te fue muy bien!.

FIN

BLACK.

DE PROFESOR A PERRO 6

Luis tembló al ver que el centro de la plaza cívica de la escuela ya estaba ocupado por la mayoría de las estudiantes y que delante de todas ellas tajantemente estaba Susana vestida elegantemente con una falda de tela café, una blusa blanca de mangas largas y unas altas botas negras de fino tacón que le llegaban hasta las rodillas; dos cosas no pudo negar Luis en Susana y en la mayoría de las estudiantes:

Su belleza, pero ¡no mas que la de Rubí!, pues a esta el ya la consideraba una diosa; pero no podía pasar por alto la belleza y juventud de las demás chicas incluida Susana y ¿la segunda?, la mirada perversa y cruel que tenían la mayoría de ellas fijadas sobre el. Caminaron hasta llegar frente a Susana, entonces Rubí le dio una ligera patada en su costado a Luis diciéndole:

¡Saluda perro!;

Se oyeron risas por parte de las estudiantes, Luis entendió que Rubí estaba fingiendo al hablarle así pues no podía tratarlo de otra manera ante Susana y sus amigas o al menos eso quería creer el.

Luis besó humildemente las botas de Susana ante las risas y burlas de las chicas.

¡Pero que obediente te has vuelto!— dijo Susana con una cruel sonrisa. Rubí le entregó la cadena a Susana y esta jaló al profesor gritándole con un gran desprecio: ¡vamos perro! Y lo llevó ante las alumnas.

Luis estaba quieto ante tantos pies enfundados en zapatos negros y calcetas blancas el cual era parte del uniforme de las chicas, Susana al ver que Luis permanecía quieto lo empujó dándole una patada en el trasero y le dijo:

¿Qué carajo esperas para saludar a tus superiores?, agradecido deberías estar de poder servirnos. Luis de inmediato se puso a besar los zapatos de cada una de las muchachas quienes no paraban de reír, después Susana llevándolo de la cadena se dirigió a la dirección.

Ahí coloco a Luis a 4 patas y ella se acomodó en su sillón poniéndole los pies en la espalda y mientras ultimaba detalles se entretuvo clavándole los tacones de sus botas en la espalda a cada lamento del profesor le daba un taconazo aun más fuerte gritándole:

¡Cállate, estupido!, tienes prohibido quejarte.

Susana sabía que de las demás maestras ninguna estaba enterada sobre el reciente destino del profesor así que pronto eligió el nuevo hogar de este:

¡El baño que era exclusivo de alumnas!, sin pensarlo llamó a Mayra y a Rocío y fueron estas las encargadas de llevarlo, lo metieron al baño y le ataron la cadena de forma que la dejaron enganchada de la pared y así lo dejaron de rodillas y esposado en las frías y húmedas losetas del piso del baño a la voluntad y dispocision de cualquier alumna.

Apenas las chicas corrieron la voz no tardaron mucho en hacer uso del profesor, quien vio que al abrirse la puerta del baño entraban dos chicas una pelirroja y otra morena Selene y Lorena respectivamente, Selene se le plantó al frente altanera;

¿Qué tal profe?— le dijo muy arrogante. Luis no sabía que hacer o decir.

Selene le dio una cachetada gritándole: ¡cuando te hable quiero que me saludes como te han enseñado!, Luis con la mejilla adolorida se inclinó y besó los zapatos de la joven, Selene le ofreció las suelas para que las limpie el profesor sintió repulsión al ver las suelas sucias y húmedas por el piso del baño pero no quería llevarse mas golpes así que las lamió ante las risas de Selene que lo humillaba aun mas diciéndole:

¡Estas en el lugar que te mereces!, por estupido; a esto Lorena acababa de mear y llevaba en sus manos el papel con que se había limpiado y con una sonrisa se la restregó en la cara a Luis, Selene jaló del cabello al profe y lo empujó hasta pegarle la cara al suelo sin importarle el daño que le hacia pues su cadena estaba enganchada de la pared, entonces Lorena se limpió las suelas de sus zapatos en la cara del profe y entre risas y burlas se marcharon.

Esto marcó el principio de otras terribles humillaciones que Luis sufrió, no tenia descanso las chicas entraban y desde ese momento hasta que salían a Luis no le faltaba una que no lo escupiera, lo pateara, lo golpeara, se hiciera limpiar los zapatos con la lengua del profe, lo quemara con un cigarro; Luis estaba deshecho sintiendo en sus labios el sabor a mugre y meados a los que aun no se acostumbraba, en eso entro otra de las crueles muchachas Isabel se llamaba y no pudo ocultar su risa al ver el estado en que se encontraba el profesor ella se divertía viéndolo y llevaba en sus manos los restos de tortas y frutas que ella y sus compañeras habían desayunado y tirándolos al piso húmedo en frente del profesor le dijo o mas bien le ordeno:

¡Cómaselo todo!, debe tener hambre; Luis intentó oponerse pero en ese momento entraron otras dos chicas y al ver lo que ocurría se unieron a Isabel y pisotearon los restos de comida obligando después al profesor a limpiarlo todo con su lengua y no contentas todavía entre las tres lo cundieron a golpes y patadas; Rubí estaba a punto de entrar al baño pero al abrir la puerta y ver lo que le estaban haciendo a Luis sintió un golpe en el corazón Luis la vio y la miro suplicante pero Rubí le movió la cabeza haciéndolo entender que no podía intervenir y decidió marcharse de ahí; para la mala fortuna del profe Isabel vio a Rubí y le dijo:

¡Ey Rubí!, ¿a donde vas?, únete a la diversión. Y sí la mala fortuna fue para Luis por que Rubí no se hizo del rogar ni tampoco le costo mucho hacer a un lado los sentimientos mas bien de pena que empezaba a tener por el profe y sin pensárselo mas contribuyó con unas cuantas patadas para el profesor para el final decirle:

¡Carajo!, solo me he ensuciado los zapatos, ¡dale perro!, ya sabes que hacer, esto desato terribles y crueles carcajadas de las otras chicas y Luis llorando amargamente mas por la humillación a la que Rubí lo sometía que por todas las patadas que había recibido limpió con la lengua, mas bien con sus lagrimas los zapatos de Rubí doliéndole que no solo no había recibido ayuda por parte de esta sino que también se había unido a las otras crueles chicas.

Esa noche Rubí se las ingenió y entró a la escuela burlando a los vigilantes llevaba el cabello amarrado, pants negros, una sudadera gris y unos tenis blancos llegó hasta el baño y abrió la puerta gracias a una llave que había robado a Susana y al hacerlo cerró los ojos de pena al ver a Luis al parecer la paliza que ella, Isabel y compañía le habían dado no había sido la última del día.

Luis estaba tirado en el piso ¡sucio!, tenia en el cuerpo huellas de pisadas y suelas de zapatos pero ¡lo mas triste!, es que tenia la cabeza metida dentro del bote de basura y apenas podía respirar de no ser por Rubí que llegó en ese momento quizás habría muerto, rápidamente Rubí le sacó el bote de la cabeza y sintió nauseas al ver la cara de Luis manchada de toda la suciedad del papel higiénico que había en el bote, Luis pudo entonces escupir un bollo mas de papel que le habían introducido en la boca empapado de orina.

No habló, tan solo lloró como un niño ante Rubí esta llenó una cubeta con agua y shampoo que ella había llevado pues ya se imaginaba esto y se puso a asear al profesor una vez limpio lo sacó a la parte de atrás del baño y ahí ambos se sentaron. Rubí le dio de cenar y en ese momento el profesor pudo haber intentado escapar pues Rubí lo había liberado de las esposas de sus manos para que pudiera cenar y aunque le quedaban las esposas de los pies en la mente del profesor desapareció rápidamente cualquier vaga idea de escapar de este tormento pues esto significaba no volver a ver a Rubí y eso era algo que bien sabia que no iba a resistir tan atraído se sentía por esta chica que por ella estaba dispuesto a soportar todo lo que había sufrido y lo que faltara a cambio de recibir algunos gestos compasivos por parte de Rubí; pero ¿quién le aseguraba al profesor que esta vez Rubí cumpliría su palabra?, ¿cómo sabia si a lo mejor en la mente de Rubí ya rondaban otros planes hacia el como el volverlo a traicionar?. Esos eran pensamientos que atormentaban aun más al profesor.

Luis tenía tantas cosas que decir pero Rubí no se lo permitió;

¡Ni una palabra!— le dijo, no quiero oír nada solo limítate a cenar todo lo que tengas que decirme ya lo se y te entiendo pero ahora no es el momento.

Estas palabras fueron suficientes para calmar a Luis, su diosa había hablado y obedeciéndola devoró todo con mucho apetito, Rubí de nuevo lo regreso a su lugar y le dijo: si alguien te pregunta mañana di que alguna estudiante a la que no conociste te sacó el bote de la cabeza y por compasión decidió asearte se agacho y de nuevo le ofreció su mano la cual Luis besó con absoluta devoción y para sorpresa de esta sin decirle nada también besó humildemente sus pies, Rubí solo le dedico una sonrisa mas bien de pena que de aceptación y acariciándole la cara se marchó.

Parecía que nada extraño ocurriría en esa semana para Luis mas que recibir el mismo trato a diario de quienes iban a verlo pero al tercer día esto iba a ponerse peor, Selene y Lorena entraron y esta ultima solía comportarse muy cruel con Luis ambas reían en complicidad Lorena de nuevo se puso a mear y al terminar entre Selene y Rocío que por pura casualidad acababa de entrar llevaron al profe hasta el inodoro en donde estaban los meados de Lorena y de quien sabe cuantas chicas mas y con una mueca de burla y asco Lorena le dijo:

¡Lo vamos a refrescar profe!, espero que no se ahogue y lo disfrute y entre las tres le metieron la cabeza al profe en el inodoro, lo dejaban sumergido por segundos y lo sacaban cuando pensaban que se podía ahogar. Luis estaba hecho un asco, un guiñapo y las tres chicas estaban locas por su sadismo y maldad; Lorena le daba de cachetadas para hacerlo reaccionar y de nuevo volvían a hundirle la cara en los meados, lo sacaban y lo volvían a cachetear y a escupirle en su rostro, así se divertían hasta que Susana entró al baño las chicas se intimidaron pues pensaban que Susana no permitiría esa humillación tan extrema al menos por la integridad y la salud de Luis.

Pero Susana al ver el despojo humano que era el cuerpo de Luis sonrió y felicitó a las chicas por el trato que le daban y mirando al profe burlona les dijo a las chicas:

¡Ya le dieron liquido!, bien ahora yo le daré algo sólido ¡sujétenlo!,

Las chicas obedecieron y ante ellas y Luis Susana defecó en el mismo inodoro, las chicas y hasta la misma Susana sintieron un asco terrible por el fétido olor y se tapaban las narices ¿y Luis? el ya no importaba lo que sintiera.

Susana se levanto y viendo al profe con un desprecio inexplicable le dijo:

¡No sabes cuanto soñé con este momento!,

¡Fui yo la que le dio la idea a Rubí de fingir que la querías violar!, y ahora voy a tratarte como a una miarda por que precisamente vas a ser parte de ella;

Y dándole la espalda sentencio algo inaudito para Luis:
¡Hagan que me limpie con la lengua y si es preciso con la cara!,

Luis intento gritar pero Lorena lo pateó en el estomago sacándole el aire y sin perder tiempo entre Selene y Rocío lo llevaron por los pelos y sin compasión y riendo como unas locas ¡le embarraron la cara a Luis en el trasero de Susana!;

Eso rebasó los limites de Luis que ya ni sentía si estaba en este mundo, Susana se deleitó al ver el aspecto de Luis diciendo: ¡perfecto! y para concluir entre ella y Lorena lo sujetaron de sus piernas y burlescas le introducieron la cara en el inodoro con las heces y meados de Susana, Lorena y compañía hasta que lo dejaron tirado en el piso hecho un asco al igual que el baño, la misma Lorena se limpio sus zapatos en el cuerpo de Luis al igual que todas y salieron de ahí.

Ese día nadie mas pudo ocupar el baño, pero esto era el principio de otro perverso plan de Susana pues ocultó lo que en verdad ocurrió y haciéndose la desentendida al igual que sus cómplices dijo que no sabia que había pasado pero ¡si sabia quien era el culpable! ¡Luis!, ¿cómo se atrevía a dejar en semejante aspecto el baño de señoritas?, ¡merecía un castigo ejemplar! y disculparse ante cada una de las estudiantes.

Rubí no estaba enterada fueron sus amigas: Tania, Mayra y Rocío las que le informaron aunque esta ultima no habló mucho pues había sido cómplice con Susana.

¡Rubí estaba furiosa!, solo ella podía hacerle algo tan extremo al profesor, ¡pero nadie mas!, ¡y ni siquiera ella se había atrevido a defecar en el profesor!, ¡Susana la iba a escuchar! y se enteraría al otro día quien era Rubí Torres Panty.

Pero Rubí y sus amigas ignoraban que esa misma tarde el profesor recibiría su castigo; Susana sabia que Rubí no iba a estar de acuerdo en esto y ocultó sus planes a esta y a sus inseparables Tania, Rocío y Mayra, todas las demás asistieron a una “invitación recreativa” y estaban la mayoría vestidas con ropa deportiva y en el campo al centro estaba Luis desnudo de rodillas encadenado a un poste todas reían y estaban lejos de mostrar algo de caridad ante Luis.

Susana se dirigió a ellas:

¡Como saben!, este malagradecido ha ensuciado nuestras instalaciones y las ha ofendido, pero he decidido darle otra oportunidad así que pueden hacer fila y cada una de ustedes puede darle un golpe o hacer con el lo que les plazca hasta otorgarle su misericordia para perdonarlo, ¡para eso esta el!, ¡para implorar su perdón a una por una de ustedes!;

Las chicas se sentían felices y no dudaron en hacer uso del profe y empezaron a desfilar.

Una joven alta y bella se planto frente al profe arrodillado y desnudo y burlesca le dijo:

¡A que esperas estupido!— ¡perdón señorita!— dijo Luis sin mirarla.

¡Te perdonare si limpias el polvo de mis zapatos con tu lengua!— respondió la altanera jovencita.

Luis obedeció ante las burlas de las estudiantes, la chica se divirtió un rato humillando al profesor hasta que le dio un pisotón en la cara con su zapato diciéndole irónicamente: ¡perdonado!;

Enseguida continúo Selene con los brazos en su cintura, Luis de nuevo dijo sin mirarla a la cara: ¡perdón señorita Selene!, esta le dio ¡un puñetazo en el estomago!, haciendo doblar a Luis y caer a sus pies y se retiró.

Le siguió Rebeca una preciosa chica blanca de color y cabello negro largo y ondulado, Luis se disculpó ante ella mientras esta comía una manzana y algo fastidiada dijo:

¿Eso es todo?, ¡No estoy satisfecha!, ¡quiero que se humille mas!— le reprochó a Susana quien enseguida le soltó un cintarazo con una rama de un árbol que ella tenia en la espalda al profe.

¡Ya oíste a la señorita imbecil!— le gritó Susana al profe, este cerró los ojos ahogando un grito de dolor y arrojándose a los pies de Rebeca continúo humillándose:

¡Por piedad señorita Rebeca, le suplico que me perdone se lo imploro!,

Rebeca le dijo: ¡alza la cara!, Luis lo hizo mirándola temeroso y la vio riéndose de el masticando su manzana y sorpresivamente le escupió en la cara los restos de manzana que masticaba y tirando lo que le quedaba de la manzana al piso la pisoteo y le dijo: ¡cométela! Y te perdonare;

Luis se apresuró a tragarse esa bazofia mientras le decía a la cruel joven:

¡Gracias señorita Rebeca!, a lo cual esta le respondió riendo:

¡De nada lamemiarda!;

Para Luis siguió más de lo mismo hasta que tocó el turno a Susana, Luis humildemente le besó los pies pero esta le dio la espalda diciéndole:

¡Bésame el culo!, ante las risas de las chicas Luis obedeció mientras Susana se decía: ¡bien!, ¡bien!; ¿qué hacer contigo?, ¿qué hacer? Y de pronto agarró a Luis desprevenido soltándole un cintarazo en la cara con la rama del árbol, Luis cayo agarrándose la cara de dolor pero Susana no contenta le asestó una patada en sus huevos, en verdad Susana gozaba haciéndole verdadero daño al profesor; hasta que Rebeca intervino:

¡Licenciada Susi!, tengo una idea para divertirnos mas con este cerdo y acercándose a ella le contó su idea dibujándose una perversa sonrisa en el rostro de Susana, entonces varias chicas junto con Rebeca trajeron unas sogas y amarraron a Luis de los brazos a la parte trasera de la camioneta de Susana y sin mas se dedicaron a darle vueltas por el campo siendo Luis arrastrado y obligado a seguir el vehiculo las chicas y Susana no tuvieron piedad y le dieron varias vueltas en las que Luis ya ni gritaba hasta que detuvieron la cruel tortura.

Luis estaba destrozado físicamente y con heridas sangrantes por el cuerpo, las chicas se dieron por satisfechas y poco a poco se fueron marchando hasta quedar solo Luis y Susana ¡quien aun quería más! Y se dedicó a pisarle con el tacón de sus zapatos las heridas en la espalda de Luis hasta que oyó:

¡Basta maldita! Y viró; ¡era Rubí! Con el cabello suelto, pantalones de mezclilla azules y unas altas botas de tacón grueso.

¡Ah, Rubí!— exclamó Susana, aquí divirtiéndome un rato y le soltó otro cintarazo al profesor ¿me acompañas?— le dijo burlesca Susana a Rubí ofreciéndole la rama, pero Rubí muy molesta le dijo:

He dicho que ¡ya basta!, mira en que estado me lo has dejado y además me has ocultado muchas cosas así que ¡ya lárgate!, Rubí se agachó a un lado de Luis y le acarició las heridas, este solo se quejaba en silencio.

Susana se burlo de Rubí:

¡Oh, pero que tierno!, ¡aguarda!, voy por mi cámara y dándole la vuelta a Luis le pisó la cara, Rubí la miró furiosa y le gritó:

¡Todavía estas aca!, entonces Susana le respondió: ¡cuida tus modales Rubí!, recuerda que se muchas irregularidades de tu madre y de ti también con las leyes que acabarían con la buena imagen en sociedad de la que tanto gozan así que no me fastidies, esto es personal y continúo pisándole la cara a Luis.

Rubí estaba muy molesta, ¡me importa una miarda lo que sepas de mi y de mi madre!, he dicho que no lo tocarás una sola vez mas y diciendo esto le soltó una fuerte bofetada a Susana quien no se esperaba esta reacción por parte de Rubí y que no le dio tiempo para reaccionar pues enseguida Rubí le asestó otra bofetada para después darle un rodillazo en el estomago.

Susana cayó quejándose del dolor, Luis no daba crédito a lo que veía,

Susana se dolía mucho y Rubí acercándose a ella observándola tirada a sus pies la humilló pisándole su bello rostro y restregándole ¡la sucia suela de su bota en la cara a Susana! para terminar dándole un fuerte pisotón con el tacón. Susana gritó más por la humillación que por el dolor y amenazante dijo:

¡Te vas a arrepentir!, ¡voy a acabar contigo maldita!; pero Rubí sonriente le contestó:

¿Y como lo vas a hacer?,

¡Arrastrándote a mis pies!— se burló de ella por que es lo único que has hecho y en verdad Susana se arrastraba por el dolor del rodillazo y por el ardor en la cara a causa del pisotón, pero en su camino se topó con un bate de béisbol tirado que quizás las chicas habían usado antes de divertirse con Luis.

Susana miró desafiante a Rubí y esta no le apartó la mirada; Susana no se lo pensó dos veces y agarrando el bate se levantó diciéndole a Rubí:

¡Como que empiezas a suplicarme clemencia!, si no quieres que te mate a golpes junto con tu querido profesor, Luis estaba desesperado al ver el peligro que corría su amada Rubí pero nada podía hacer pues apenas y podía moverse.

¡Arrodíllate, Rubí!— sentenció Susana,

¡Arrodíllate ante mí! Y ¡suplícame perdón! Le grito amenazándola con el bate.

Continuara…………………


DE PROFESOR A PERRO 5

Solo faltaba un día para que acabara el terrible tormento del profesor y el bien lo sabía, Rubí no se apareció durante el día y fue hasta la tarde en que el profesor acudió a su llamado, tocó la puerta de su cuarto y oyó a esta contestar: ¡pasa perro!; el profesor entró a 4 patas y quedó una vez mas boquiabierto ante Rubí que tenia una blusa roja de mangas largas, pantalones cortos de mezclilla azules y unas preciosas zapatillas negras de finos y altos tacones.

¡Debes estar feliz!, ya casi acaba tu calvario— dijo Rubí al profesor, mañana serás un hombre libre te echare de menos.

¡Ese era el trato!, espero que cumplas tu palabra— contestó Luis.

Rubí se molestó por la forma en que este le había contestado y levantándolo por el cabello le dio 2 fuertes cachetadas gritándole:

¡Imbecil!, ¿como te atreves a tutearme?, te recuerdo que el trato acaba hasta mañana. ¡Discúlpate!— le ordenó.

Luis nerviosamente obedeció, ¡perdón!, ¡perdón! señorita solo le ruego que recuerde su palabra es todo no quise molestarla— concluyó Luis.

Justamente a eso voy en este momento— dijo Rubí al instituto a interceder por tu futuro.

A Luis se le iluminó la cara de felicidad al oír esas palabras, Rubí mirándolo con una de esas sonrisas angelicales a las que el profesor caía rendido le dijo:

¿No me lo agradeces?; Luis sintió que en ese momento adoraba a esa joven que en verdad parecía un ángel y no aquel demonio que tanto daño le había hecho y sabía que lo que iba a hacer agradaría a Rubí así que acercándose hacia ella beso sus finos zapatos y no solo eso, empezó a lamerlos mientras decía: ¡gracias señorita!;

Rubí comenzó a reírse, pues le hacia gracia el comportamiento del profesor y como disfrutaba de lo lindo sometiéndolo, levantó las suelas de sus zapatos diciéndole: ¡ya que te gusta tanto!, a Luis no le importaba humillarse, así que besó también las suelas de los zapatos de Rubí pensando en que pronto iniciaría una nueva vida, Rubí contemplo al profesor por unos momentos y dejándolo en su habitación se marcho hacia el instituto.

A altas horas de la noche en que el profesor dormía plácidamente en el piso del cuarto de Rubí fue despertado por unas voces y carcajadas tremendas de mujeres que sin duda se dirigían hacia el cuarto y se puso muy nervioso al notar que abrían la puerta y al prenderse las luces logró ver que era rubí, pero tras ella entraban Tania, Rocío y Mayra y por su semblante de las chicas pudo entender sus carcajadas que venían dando: ¡las cuatro estaban borrachas!, y sus miradas perversas no presagiaban nada bueno en especial la de Rubí que estaba muy lejos de la mirada que tenia antes de salir y prometerle que lo ayudaría, el profesor sintió latir agitadamente su corazón y presentía que algo había pasado y que Rubí ya no tenia los mismos planes con el .

Rocío se acercó al profesor, lo jaló de la soga y cruelmente le empezó a dar de bofetadas con ambas manos haciendo una pausa para enseguida asestarle otra bofetada la cara de Luis iba de un lado a otro mientras empezaba a sentir una hinchazón en sus mejillas y Rocío le decía riendo:

¡Hola asqueroso perro!, me echaste de menos ¿verdad?, por eso vine a verte ¿quién es la más linda de tus dueñas?, ¿quién?, se burlaba de el sin dejar de darle bofetadas, Mayra se le acercó por detrás y lo jaló del cabello tan fuerte que Luis casi siente que se le safa el cuello y le dijo:

¡Oye estupido!, mi amiga te hizo una pregunta, respóndele y no se te ocurra ladrar. Mientras Mayra lo tenía agarrado del cabello Rocío le asestó otra bofetada reclamando su respuesta.

¡Usted señorita Rocío!— respondió Luis usted es la mas linda.

Lo ves Mayra ¡soy mas linda que tu!— le dijo maliciosamente Rocío a esta, Mayra riendo obligó a Luis a verla a la cara y le dijo: ¿ah si?, entonces ¿yo no soy linda para usted? Y sorprendió a Luis con un rodillazo en el estomago que lo hizo revolcarse de dolor a los pies de Mayra que lucia unas sandalias rosadas de tacón alto.

¿Se te olvido cuando te mate el hambre con unas deliciosas galletas?— le reprochó Mayra para humillarlo y te atreves a opinar que no soy linda y le dio un terrible pisotón en la cara y empezó a aplastarle la cara con el tacón de su zapato, ¿quién es mas guapa?— lo amenazó, Luis gritaba de dolor sentía que ese tacón le traspasaría la cara.

¡Responde!— le dijo Mayra o te lo clavo por completo. ¡Usted señorita Mayra!, usted es la mas guapa— respondió Luis, Mayra retiró el tacón de su cara Luis intentó llevarse las manos a la cara para tallarse cuando Rocío le dio una patada en sus huevos haciéndolo gritar y revolcarse de dolor.

¡Entonces a mi me has mentido!— contesto Rocío riendo mientras le pisaba la espalda al profesor con una de sus botas mientras que ella y Mayra se partían de risa sin importarles que un pobre infeliz se retorcía de dolor ante sus pies.

Entre su dolor el profesor buscó la mirada de Rubí que solo observaba seria el triste espectáculo que el profesor estaba ofreciendo a sus amigas, con su mirada suplicante el profesor esperaba que Rubí intercediera por el pero esta adelantándose se plantó frente a el diciéndole:

¡A mi no me veas!, al aceptar el trato sabias que tarde o temprano ibas a obedecer también a mis amigas así que te aguantas y dicho esto Rubí se dirigió a sus amigas para decirles:

¡Bueno!, bajemos a la bodega o el hielo se va a deshacer, todas rieron excepto Luis esas risas no presagiaban nada bueno, entre las tres llevaron a Luis jalándolo de la soga y voltearon a ver a Tania que casi dormía en el sofá la levantaron y apenas reaccionó, evidentemente estaba mas pasada de copas que las otras, Tania se levantó aun algo mareada y se montó sobre el profesor ¡vamos basura! a la bodega— le dijo Tania y entre risas avanzaban pero al bajar las escaleras Tania empezó a moverse y Luis no calculó bien hizo esfuerzos pero Tania se movió bruscamente y ambos cayeron toas rieron al ver que Tania todavía estaba lago pasada, el profesor se levantó y quedó de nuevo a 4 patas Tania hizo lo mismo pero al levantarse se agarró el estomago, Rubí le dijo:

¡Tania no! ¡que asco!, Tania rió burlonamente Rocío y Mayra comprendieron y sujetaron al profesor levantándole la cara y dejándolo de rodillas Tania avanzó hacia el y le vomitó encima dejándole la cara y el pecho repleto de sus vómitos, Rubí se adelantó a la bodega y entre las otras tres llevaron al profesor Mayra lo miraba con asco y varias veces le escupió en la cara.

¡No vayan tan rápido!— les dijo Tania puede que repita y veo que al profe le gustó, las tres rieron con ganas mirando al profesor que deseaba que la tierra lo tragara con la cara cubierta de los asquerosos vómitos de Tania y uno que otro salivazo.

Por fin entraron a la dichosa bodega y para sorpresa del profesor vio que habían en el piso aproximadamente unas 10 o 15 barras de hielo acomodadas una tras otra entre Tania y Rubí le quitaron los calzoncillos dejándolo completamente desnudo y entre las cuatro lo llevaron hacia las barras de hielo, Luis quiso oponerse pero unos cuantos cintarazos dados con la hebilla cortesía de Mayra lo dejaron molido lo levantaron y lo acomodaron sobre las barras de hielo y sacando mas sogas lo amarraron fuertemente, Luis gritó del dolor y el ardor al sentir el contacto de su piel desnuda con el hielo ¡le quemaba terriblemente! Y le ardía por los golpes que recién le habían dado con el cinturón.

Luis gritó y lloró amargamente suplicando a las cuatro chicas que lo desataran pero esto solo hacia que las crueles chicas se rieran cada vez más fuerte.

¡Perfecto!— exclamó Rocío así es como lo quería ver retorciéndose como un insecto le dio la vuelta y acercándose a el le escupió en plena cara ¡sufre infeliz— concluyó Rocío.

¿Tanto lo odias?— pregunto Rubí a Rocío,

¡No mas que tu!— contesto Rocío o que ahora ¿lo amas?;
¡Claro que no!— respondió Rubí molesta, pero esto fue idea tuya;

¡Si!— dijo Rocío pero no es por que lo odie es por diversión me gusta ver como se retuerce — concluyo Rocío sonriente.

Mayra con sumo cuidado se trepó en las barras y se sentó sobre el pecho del profesor contemplando su sufrimiento, Luis bramaba de dolor y Mayra dulcemente le dijo:

¿Quieres que te desate?, suplícame y lo haré; Luis imploro, se humillo llorando ante la cruel sonrisa de Mayra suplicándole que lo desate pero esta tranquilamente le contestó:

¡No se me da la gana! Y le dio una cachetada. Entre el dolor y el ardor Luis no pudo mas y se desmayó aun así esto no conmovió a las chicas y no lo desataron hasta que el hielo se deshizo por completo y esto fue ya casi al amanecer.

Cuando Luis despertó se encontraba tirado en el piso de la bodega y sorpresivamente se dio cuenta que estaba esposado de pies y manos y notó que en su cuello ya no tenia la soga sino la cadena que un día Rubí le había mostrado, Rubí lo observaba ya lista para irse a la escuela con un semblante preocupado.

¿Cómo te encuentras?— le pregunto Rubí al profesor,

¿Por qué estoy esposado?— contestó Luis ¿qué significa esta cadena?, ya es de día ¡desátame!;

¡Tranquilo profe!— le respondió Rubí, ha habido algunos cambios mencionó con una ligera sonrisa mis amigas no están de acuerdo en que ya te deje libre y quieren pasar unos días contigo y bueno muy en especial la que te ha reclamado es la maestra Susana.

Luis estaba desesperado y nervioso tratando de safarse las esposas lo cual era imposible, Rubí continúo solo será una semana mas profe estará al servicio de mis amigas y de la maestra Susana. Luis explotó gritándole a Rubí:

¡Eres una maldita!, desátame, desátame te digo;

¡No hagas esto mas difícil!— le contestó Rubí y deja de moverte solo vas a conseguir lastimarte mas, ¿entonces profe? listo para su presentación.

Luis estaba furioso y le reprochó e insultó a Rubí por su comportamiento.

¡Desátame!, no ire contigo a ningún lado— contestó Luis muy molesto, entonces Rubí se le acercó y le dio dos tremendas bofetadas que hicieron que al profe le saltaran las lágrimas.

¡Mira imbecil!, no te estoy pidiendo tu opinión o tu permiso solo te estoy comunicando lo que voy a hacer contigo— sentenció Rubí así que escucha con atención y no me hagas enojar.

Luis una vez más se resignó y humillando la mirada de se limitó a escuchar a Rubí, esta continúo hablando:

Ha habido cambios en el instituto Susana es ahora la directora. Luis se sorprendió al oír esto y Rubí continúo hablando: ¿crees que te odio?, deberías ver la expresión de Susana al hablar sobre ti ¡créeme! ella si que te desprecia estarás una semana en el instituto al servicio de Susana y de mis amigas no se que planes tengan sobre ti así que te aconsejo que las obedezcas en todo y no lo eches a perder te doy mi palabra que al terminar esta semana esta vez si te ayudaré.

¡No te creo!— respondió Luis;

No importa que no me creas al final me darás la razón— le respondió Rubí.

¿Quiénes mas saben de mi situación en el instituto?— preguntó Luis;

¡Casi todas las estudiantes!, Susana y mis amigas se han ocupado de contar todo y la mayoría están excitadas con verte y saber que vas a estar a su servicio— mencionó Rubí.

Luis miró a Rubí para decirle: ¡has sido muy cruel conmigo!, ¿Por qué? Mi única culpa es lo que una vez me dijiste ¡mi presencia te repugna! Y me has arruinado la vida.

Rubí le acaricio la cara y le contestó sonriente:

Si eso crees no puedo hacer nada para hacerte cambiar de opinión pero si te sirve de algo ya no me repugnas solo me diviertes y ya poniendo una expresión seria continúo: entiendo que en el instituto has perdido todo pero ya te dije que te doy mi palabra en una semana te daré una fuerte suma de dinero y podrás rehacer tu vida en donde tu quieras.

Luis permaneció callado y Rubí lo dejo un momento y al regresar le trajo un plato de comida y se lo ofreció dejándole libre una mano para que pudiera comerlo.

¡Anda!, come te ayudará a recuperar fuerzas— le dijo Rubí;

Luis no se lo creía esperaba a que Rubí le hiciera una nueva burla con la comida, Rubí conciente de eso le sonrió y le dijo:

¡Apúrate!, no tenemos todo el día esta vez no voy a humillarte por eso te dejé libre una mano aunque debería si no te la terminas rápido creo que escupiré en ella por que como has dicho ¡soy muy cruel contigo! Lo amenazo bromeando. Luis devoró en minutos toda la comida y Rubí de nuevo le esposó las manos.

¡Bien!, antes de irnos te daré una ultima recomendación— le dijo Rubí obedece en todo a Susana, no se por que razón pero se bien que te detesta enormemente y que va a gozar mucho humillándote y haciéndote daño, bueno al menos ya te has alimentado por que me imagino que tu pan de cada día serán las sobras que te tiren Susana y las demás estudiantes— dijo Rubí con una expresión de asco.

¡Eso es repugnante!— contestó Luis humillado,

Rubí se rió diciendo: ¡es igual!, ya has comido las mías,

¡Tu lo has dicho!, las tuyas— respondió el profesor. Rubí se quedó viendo divertida al profesor y le pregunto:

¿Y que tiene de espectacular comerte mis sobras o la de otras personas? si es la misma repulsión que debes de sentir.

¡Pero al menos tu me gustas!— respondió Luis sorprendido el mismo por lo que acababa de decir pero ya estaba lo había dicho. Rubí quedó muda por unos instantes hasta que le levanto la cara al profesor obligándolo a mirarla a la cara ¿qué has dicho?— le preguntó. Luis estaba muerto de nervios y tartamudeaba tratando de explicarle a Rubí.

¡Perdón!, yo, yo no quise, Rubí le dijo: ¡solo repite lo que has dicho!, no voy a golpearte pero repite lo que has dicho.

¡Tu me gustas!— atinó Luis a decir.

Rubí tenia una mirada seria que pronto cambió al soltar una fuerte carcajada y decirle apenas conteniendo su risa: ¡pero que imbecil eres!, tu mismo has dicho que te arruinado la vida y ahora me sales con esta estupidez ¡eres patético!, Rubí no paraba de reír y jalándolo de la cadena salieron hacia su auto para ir al instituto.

Rubí hizo que Luis se acomodara en el asiento trasero y se dispuso a conducir pero en todo el camino Rubí no paraba de reír y esto incomodó al profesor era tanto las risas de Rubí que a la mitad del camino se estacionó solo para seguir burlándose del profesor y volteándolo a ver le pregunto muy divertida:

¿Y te gusto mucho?, Luis no contestaba permanecía inclinado Rubí lo jaló del cabello y le alzo la cara para decirle: ¡responde perro!, ¿qué tanto te gusta tu dueña?;

Luis apenado contestó: muchísimo, ¡me gustas mucho!, Rubí lo jalo por una oreja clavándole las uñas y sonriente y con una expresión tan seductora que hasta el más apuesto de lo galanes hubiese caído rendido a los pies de esta joven le pregunto:
¿Quién te gusta mucho?,

Luis estaba muy nervioso pero sentía en la expresión de Rubí que el odio hacia el había disminuido ¡claro que lo seguía humillando! Y sobre todo burlándose de el pero a pesar de eso si se notaba un pequeño cambio en su comportamiento y respondió:

¡Usted es mi dueña y me gusta mucho!,

Rubí se sintió poderosa, una diosa, sentía que podía ordenarle cualquier cosa al profesor y este lo haría ya no por miedo o temor sino por que inexplicablemente se había enamorado perdidamente de ella, aun así ocultó lo confundida que estaba y burlescamente le dijo:

¡Bien dicho!, soy tu dueña, lastima que no comparta los mismos sentimientos pero creo que eres sincero y en recompensa esto será nuestro secreto y de nuevo emprendieron el viaje y en unos instantes estaban ya en el estacionamiento del instituto Luis estaba temblando de nervios.

Rubí se dio cuenta y le acaricio la cara diciéndole:

Solo obedece, si por mi fuera te dejaría libre en este momento pero entiende que debo algunos favores a Susana y no pude negarme a lo que ella me pidió, aun así te prometo que estaré al pendiente no puedo dejar completamente indefenso a un pobre perrillo que se muere por mi— le dijo burlona y llevándose los dedos de su mano a la boca se los relamió y se los ofreció al profesor quien lamió y besó con devoción esa mano.

Ya no le importaba humillarse ante ella, Rubí lo había absorbido por completo sabia que ante ella había perdido todo y estaba conciente que el mismo se consideraba un objeto mas de la propiedad de esta joven y lo que viniera de ella el estaba dispuesto a recibirlo pero sentía miedo por lo que le pudieran hacer en el instituto en especial por Susana. Bajaron del auto Luis solo en calzoncillos a 4 patas llevado de la cadena por Rubí que iba vestida con su uniforme.

Continuara…………………….

DE PROFESOR A PERRO 4

Sin demorarse tanto Luis se postraba de nuevo ante Rubí, ésta le ofreció un pie y Luis se dispuso a quitarle el zapato sujetando el tacón con sus dientes y jalándolo consiguió quitarlo, respiro profundo y con mucha pena sujetó con los dientes la punta del calcetín blanco y también lo quito sintiéndose embriagado por un ya clásico olor al que cada vez mas se iba acostumbrando, un olor a cuero y sudor; hizo lo mismo con el otro pie. En verdad Rubí tenia los pies sudados pues llevaba puestos los calcetines y zapatos desde la mañana, ésta movió los pies y los dejo tan cerca de la cara de Luis que este podía sentir perfectamente el olor y sin avisarlo le restregó los pies por la cara diciéndole burlonamente:

¡Te ofende el olor de mis pies!;

¡Por supuesto que le ofendía y le repugnaba!, pero Luis empezaba a ceder a cualquier burla o maldad de esta joven, así que decidió mentir moviendo la cabeza de que no lo ofendía, entonces Rubí pregunto:

¿Entonces te gusta como huelen?; Luis no respondió y Rubí decidió humillarlo mas diciendo: tomaré eso como un si, ¡caray!, pero que cerdo eres no debería dejarte que me los beses, pero para que veas que no soy tan mala ya que te gustan tanto dejare que me los huelas un rato mas y siguió restregándole los pies en la cara a Luis hasta que se secó todo el sudor mientras continuaba humillándolo— ¡bésamelos!, no te de pena, le decía Rubí no le diré a nadie lo cerdo que eres y que disfrutas mucho oliéndome y besándome los pies se reía rubí de el; sin darse cuenta que el profesor estaba con los ojos llorosos por la rabia que sentía y soportando el olor y sudor de los pies de esta joven.

Hasta que por fin después de un rato interminable para el profesor Rubí dijo:

¡Basta!, vamos a almorzar, ¡bueno, yo! porque tú no comes hoy, aunque seguro que ya te has deleitado con el sabor de mis pies le dijo entre risas jalándolo por la soga y poniéndose las sandalias se dirigió al comedor.

De nuevo Luis contemplaba de rodillas como Rubí y su madre disfrutaban de su almuerzo mientras el tenia la cara impregnada del olor y sudor de los pies de Rubí, doña Gloria termino de comer y se retiro, Luis se moría de hambre y sabia que no aguantaría mas tenia prohibido dirigirle la palabra a Rubí si esta no le preguntaba algo a el primero y recordando lo que doña Gloria le había dicho muy humildemente empezó a besarle los pies a Rubí, pues esta era la única forma en que podía pedir autorización para hablar y dirigirse a ella, rubí lo sabia pero quiso burlarse de el diciéndole:

¿Qué no te dio el tiempo que estuvimos en la sala para besarme y olerme los pies?, ¿tan cerdo eres?, se rió de el. Luis no contestó y continuó besándoselos y Rubí se entretuvo viendo al profesor humillándose ante ella hasta que le dijo: ¿qué quieres?;
¡Por favor!, me muero de hambre y sed—contestó Luis sin levantar la cara;

Pero si apenas ayer despreciabas mis sobras y eso no lo tolero—le respondió Rubí con una sonrisa de oreja a oreja. Luis volvió a besarle los pies suplicándole que le permitiera comer pero a Rubí le encantaba hacerlo sufrir, sentía que podía pasarse toda la vida burlándose de el e ideando nuevas formas de humillarlo y riéndose de el le dijo:

¡Ay Luis!, lo ves por ser tan tarado ahora te vas a morir de hambre por que no vas a comer nada pero te permitiré que me supliques en la noche si me convences puede que te deje cenar.

Rubí se marchó a su cuarto con Luis detrás de ella siguiéndola a 4 patas, la tarde transcurrió con Rubí flojeando en su cuarto y Luis echado a sus pies con la cara pegada en sus sandalias y llegó la noche y la hora de cenar y al pasar un rato Luis volvió a su humillante letanía de suplicar besándole los pies a Rubí, mientras doña Gloria sonreía y Rubí le devolvía otra sonrisa de complicidad, rubí dijo secamente al profesor:

¡Deja ya de babearme los pies!, he decidido que no cenaras así que aparta tu asquerosa cara si no quieres llevarte una patada. Luis estaba nervioso y solo atino a decir: ¡por lo que más quieras, me muero también de sed!;

Rubí sonrió y le levantó la cara agarrándolo por su cabello,

¡Abre la boca!— le dijo, Luis obedeció y esta hizo un ruido con su garganta, Luis sabía lo que se venia pero no aparto la cara y Rubí le soltó un asqueroso escupitajo le cerró la boca y le dijo: con esto tendrás dándole una cachetada y ahora deja de fastidiarme—concluyo.

Esa noche Rubí salió a divertirse con sus amigas y apenas salió doña Gloria observaba muy atenta al profesor pues desde hace rato le rondaba en la mente un nuevo uso que podía darle al profesor y ahora que Rubí había salido no iba a desaprovechar el momento, doña Gloria dijo entonces al profesor:

Así que ¿te mueres de hambre?

Si señora— contestó Luis. Doña Gloria entonces le dio de comer y sonriente le dijo: come, pero a cambio tendrás que hacer algo por mí, Luis solo asintió con la cabeza y devoró completamente su cena.

Doña Gloria lo llevó de la soga a su habitación y apenas entraron comenzó a desnudarse, Luis dio un salto de los nervios y de la impresión ¿de que se trataba todo esto? pero enseguida su miembro empezó a responder al ver el cuerpo desnudo de doña Gloria que no tenia nada de rechazable a sus 45 años estaba muy bien conservada y deseosa de recibir placer y ¿Por qué no? terminar con un buen polvo pues desde que había enviudado se había abstenido de estos placeres, pero ahora tenia al profesor y quien mejor que el para satisfacerla además de que estaba segura que el profesor seria una tumba y nadie se enteraría de esto.

¿Qué esperas imbecil?— dijo doña Gloria, no te quedes como un bobo mirándome esta noche vas a darme placer y mas te vale dejarme satisfecha por que de lo contrario los golpes que te ha dado Rubí te parecerán caricias comparado a lo que yo te haga, Luis no tuvo que oír mas y se lanzo a su destino que en ese momento era el sexo de doña Gloria y se dispuso a lamérselo con mucha dedicación y esmero, con suaves y lentas caricias y sin pasar tanto rato doña Gloria estaba excitadísima y ni que decir de Luis que pensaba que por fin después de tantas burlas y humillaciones al menos estaba ya haciendo algo que no era para nada aberrante, doña gloria no escatimó mas y en su lujuria se dejo penetrar por Luis y entre gemidos paso una noche de pasión que se resume en intensos orgasmos y la satisfacción total de su lujuria.

Doña Gloria estaba exhausta en la cama y Luis a un lado de ella y mientras se fumaba un cigarrillo pensaba: ¡no estuvo nada mal!, algún chistecito tenia que tener el profersucho, creo que hasta podría alquilarlo a algunas amigas y se reía en silencio, ¡si! Eso seria un buen negocio, doña Gloria se quedo dormida no sin antes amenazar a Luis que una sola palabra que se le saliera de esto a Rubí y se lo haría pagar muy caro. Por su parte Luis se marcho a la habitación de Rubí confundido pero a la vez satisfecho pues no solo había saciado su hambre sino también su apetito sexual y ante toda una dama de sociedad como lo era doña Gloria, Luis pensó: muy dama pero no deja de ser una zorra.

Rubí llego después de unas horas y se encontró al profesor durmiendo en el piso de su habitación y lo despertó pisándole la cara y tapándole la nariz con los dedos de su pie hasta hacerlo despertar, Luis quedo como un tonto mirando a Rubí pues esta ya se había cambiado y solo llevaba una bata de seda para dormir ligeramente desabrochada que permitía ver detrás de la bata unas preciosas bragas rosadas ante Luis, Rubí se quito la bata quedando solo en ropa interior luis se sintió anonadado, quedo aplastado ante la belleza de Rubí que lucia preciosa y se sintió menos que un insecto ante ella, Rubí lo observo y le sonrió altanera y con una voz muy dulce mientras le acariciaba la cara le pregunto:

¿Aun tienes sed?, anoche fui muy mala contigo, anda sígueme y se dirigió hacia el baño caminando sensualmente.

Luis confundió sus pensamientos y por la forma en que Rubí le había hablado tuvo la remota idea de creer algo que no era y mientras la seguía pensaba:

¡Por dios!, apenas unas horas acababa de follar con doña Gloria, ¿seria posible que ante todas las circunstancias también pudiera poseer a la hija?, nada mas lejos de su realidad.

Ante el asombro de Luis, ya en el baño Rubí se bajó las bragas Luis pensaba que estaba soñando y despertó de su sueño cuando Rubí se fue sobre el y sujetándolo del cabello se llevo su cara hacia su vagina y comenzó a orinarlo, cuando Luis consiguió despegarse Rubí ya había conseguido que el pobre profesor se tragase algo de sus meados pero el resto había quedado en el suelo y mirándolo con desprecio le dijo:

¿No que te morías de sed?, ¡bueno!, pues no deja de ser liquido, además ya es hora de que pruebes el néctar de tu diosa ¿no te parece?;

¡Anda!, pásale la lengua a lo que quedó en el piso no quiero ver una sola gota. El profesor vio las asquerosas manchas que habían quedado en el piso y sintió nauseas y lanzo una mirada de coraje hacia Rubí que le sonreía burlona por que le encantaba jugar con la mente del profesor, confundirlo hablándole dulcemente y haciéndole creer que se compadecía de el para después regresarlo a su realidad y divertirse mas al humillarlo.

Rubí intento ponerse seria pero en realidad apenas y podía contener la risa al ver la cara enfurecida del profesor y acercándose a el volvió a jalarlo del cabello y le restregó la cara en su sexo para limpiarse de algunas gotas de orina que le habían quedado y ya mas seria le dijo: ¿que coño esperas para limpiar el piso?;

Luis comprendió que si no obedecía solo iba a conseguir hacer enojar más a la cruel Rubí, así que decidió optar por suplicarle e intentar ablandarla para que no lo sometiera a tal humillación pero Rubí no lo dejo ni comenzar:

¡Cállate!— le dijo solo dices estupideces, debería prohibirte hablar y solo dejarte ladrar y limpia eso con la lengua por que te juro que te puede ir peor.

Luis resignado se acercó a las manchas de orina y comenzó a lamerlas intentando no vomitar, mientras que Rubí se burlaba cruelmente de el, el profesor no pudo mas y unas lagrimas recorrieron sus mejillas, intento hacerse el fuerte pero no pudo Rubí lo había quebrado por completo y la miro buscando en ella algo de piedad pero lejos de eso Rubí sonriente le dijo:

¡Ni se te ocurra llorar como una nenita!, te lo advierto si lloras te juro que te doy de patadas hasta que me canse.

Rubí por primera vez voltio a ver las manchas de orina que habían quedado por el suelo y le repugnó y mas al ver al miserable profesor lamerlas solo por un capricho de ella y fue la primera vez que sintió pena por el profesor pero esto no fue suficiente para impedir que el pobre de Luis terminara de lamer hasta la última gota. Rubí se sentía poderosa y orgullosa por haber obligado al profesor a ingerir sus meados.

¡Vamos a dormir!— dijo Rubí, quizás mañana te permita desayunar.

¿Quizás?— contesto Luis reprochándole si el haberlo humillado a ingerir sus orines no hubiese sido suficiente como para que ya le permitiera probar alimentos. Rubí se viro y le soltó una bofetada gritándole:
¡Acaso me cuestionas imbecil!, y le dio otra bofetada entiende de una puta vez yo hago contigo lo que se me antoje. La joven se acostó en su cama y Luis pidió permiso para poder lavarse la cara a lo que esta grito:

¡Nooo!, pensaba permitírtelo pero ahora ¡te jodes!, a ver si así dejas de decir estupideces y burlonamente le dijo además sirve para que te acostumbres a la esencia de tu dueña.

Luis se contuvo y se limito a acomodarse en el piso a un lado de la cama y al querer acomodar la cara entre las sandalias de Rubí como solía hacerlo al dormir, esta las apartó con su pie y riéndose le dijo:

¡Esta noche no!, me das asco y no vas a pegar tu apestosa cara en mis sandalias. Luis quedó rojo de vergüenza y humillación y Rubí dedicándole una sonrisa burlesca le dijo: ¡sueñas conmigo! y se dispuso a dormir.

Luis tardó un poco mas en conciliar el sueño pensando en que ya tan solo quedaba un día y su vida volvería a la normalidad, desafortunadamente para el Rubí y sus amigas no compartían la misma idea.

Continuara……………………

DE PROFESOR A PERRO 3

Luis dejó a un lado sus recuerdos y pensamientos al sentir un golpe en la cabeza, Rubí estaba sentada en el comedor y se disponía a desayunar observando burlona al profesor que estaba distraído lo golpeó con la palma de su mano en la cabeza diciéndole: ¡reacciona idiota!, Rubí disfrutaba de su desayuno tostadas, fruta picada y jugo de naranja, mientras que Luis la contemplaba en silencio y babeaba por el olor de los alimentos al terminar de desayunar Rubí reunió en un solo plato todas las sobras incluyendo los restos del jugo de naranja y mirando con una cara coqueta al profesor le plantó en la cara un pie diciéndole: bésamelo, Luis no puso objeción y resignado a soportar lo que viniera acerco sus labios y le besó el pie, Rubí sonrió diciendo: ¡creo que serás un buen perro!;

Se levantó y jalándolo de la soga lo llevó hasta el rincón ahí para asombro de Luis habían dos tazones para perros y los dos tenían escritos: “El perro Luis”, evidentemente uno tenía agua y el otro estaba vacío, Luis imaginándose lo que se seguía miró desesperado a Rubí y suplicándole le dijo:

¡Por favor, no me hagas pasar por esto!, ¿Qué no te da con todo lo que me has hecho?; tu y tus amigas me han humillado cuanto han querido pero ¡por piedad!, me muero de hambre no me hagas comer esa asquerosidad que hay en el plato, no lo voy a hacer esto es demasiado ¡ten compasión de mi!—dijo Luis al borde del llanto y sin entenderse el mismo empezó a besarle los pies a Rubí intentando conmover a la joven, pero Rubí lejos de compadecerse miraba altiva y muy entretenida a su antiguo profesor y se divertía observándolo tirado ante sus pies besándoselos por obtener algo de compasión, pero lo dicho antes esto a ella solo le divertía, en verdad gozaba haciendo sufrir y humillando al profesor.

Rubí le había descubierto un punto débil al profesor, ahora sabia que de todas las burlas que le habían hecho sufrir las que más le dolían y le daban más repulsión eran precisamente cuando Mayra lo humilló pisoteando una galleta obligándolo a comérsela y peor aún cuando tocó el turno a Tania, pues esta primero masticó unas donas y escupiéndoselas en el suelo Luis también tuvo que comérselas.

Rubí apartó con su pie la cara de Luis y fue por el plato que tenía las sobras y mirando ella misma lo que el plato contenía puso una cara de asco y sonriente miró a Luis, este por un momento pensó que sus súplicas habían rendido fruto, pero Rubí con su bella sonrisa acercó el plato a su cara y escupió en el y no conforme acumulo saliva y soltó otro asqueroso escupitajo dentro del plato lo movió para mezclarlo y lo echo en el tazón del profesor, riendo como siempre le acarició la cabeza diciendo:

¡Disfruta tu desayuno!, ¡anda ya, comételo que quiero ese plato bien limpio!;

Luis permanecía inmóvil, Rubí se impaciento y molesta le dio una patada al plato tirando todo lo que contenía en el suelo y le gritó al profesor: ¿te das cuenta estupido perro?, ahora no solo te lo vas a comer sino que también vas a tener que lamer el suelo hasta que no quede una sola mancha de suciedad. Rubí observaba altanera a Luis con los brazos en su cintura mientras que Luis seguía quieto de rodillas observando las asquerosas sobras que habían quedado regadas por el suelo, Rubí mostraba una actitud molesta y desafiante y de nuevo preguntó a luis:

¿No te lo comes?—Luis no contestaba, pero con la mirada le hizo saber que esta vez no pensaba ceder, quiso de nuevo hablar con ella para tratar de ablandarla pero Rubí lo sorprendió dándole una fuerte patada en el estómago, Luis se doblo y quedo en el suelo retorciéndose de dolor, pero ella ¡no tuvo piedad! y le dio una nueva patada y sin darle tiempo siquiera a quejarse le dio otra más, le dio la vuelta y fuera de control se puso a patearlo en la espalda Luis apenas y podía gritar, pero Rubí no se detuvo y continuó dándole de patadas por todo el cuerpo a Luis que tan solo se movía a cada patada que Rubí le daba, de pronto esta paró el castigo y se quedo contemplando a Luis que con sus gestos de dolor lo decía todo;

¡No podía más!, pero a rubí no le importaba para eso lo quería, ¡para hacer con el lo que le diera la gana! Y sin sentir el más mínimo sentimiento de pena por el profesor le dio otra patada en plena cara, lo empujó con un pie y acomodó la suela de su sandalia en el cuello de Luis y haciendo presión sobre la soga que tenia amarrada al cuello comenzó a estrangularlo, sabia que si quería podía matarlo y nadie se lo reprocharía, pero esa no era su intención así que sólo se dedicó a hacerle daño pisándole el cuello y al ver que le provocaba mas dolor por la soga que tenía siguió pisándolo mas fuerte y con una mirada perversa dijo al profesor:

¡Me gusta que te rebeles!, es a donde quería llegar así voy a disfrutar mucho mas humillándote y comprobando hasta donde eres capaz de resistir y soltando una risa burlona sentenció al profesor diciendo:

¡Voy a destruirte por completo!, en ti no quedara lo mas mínimo de decencia y dignidad, ¡eres escoria!, pero yo haré que te sientas peor que eso y será mas lindo ver que tu mismo seas el que me implore llorando que te utilice para mi diversión, tanto que querrás morir por un solo día que pase y no me burle de ti.

Dejó de pisarlo y se dio la vuelta, no tardó y al regresar traía en sus manos un cinturón negro de piel con una hebilla gruesa y viendo como el profesor se retorcía todavía por el dolor de las patadas, le dijo:

¡Vas a aprender a respetarme maldito miserable!, cuando te ordeno que hagas algo es por que lo tienes que hacer y diciendo esto le dio un tremendo cintarazo en la espalda, Luis pegó un fuerte grito pero Rubí de nuevo descargó con furia un nuevo golpe con el cinturón en la espalda de Luis el cual retorciéndose de dolor tristemente le rogó: ¡ya por piedad!, ¡por piedad!, pero Rubí tranquilamente como si nada le hubiese hecho le dijo:

¡Tú tienes la solución!, tan pronto vea el piso limpio quedaré satisfecha y volvió a cintarearlo.

Luis sacó fuerzas de donde ya no podía y arrastrándose con un dolor insoportable comenzó a lamer del suelo todos los restos de comida que Rubí había tirado, pero esta no conforme siguió dándole de cintarazos por todo el cuerpo y ella misma pisoteó parte de las sobras que habían por el piso y se lo restregó con la suela de su sandalia en la cara a Luis, de nuevo volvió a pisar lo que quedaba y le ofreció a Luis la suela este no titubeó y sin mas paso la lengua por esa suela hasta dejarla limpia y hasta que Rubí dijo:

¡Suficiente estupido!, espero que no olvides esta valiosa lección y le dio en la espalda un último cintarazo, pero esta vez se lo dio con la hebilla dejando a Luis completamente molido en el piso.

Luis no supo más de ese día, los sirvientes se dedicaron a curarle las heridas sin hacer un solo comentario, pues ellos solo se limitaban a cumplir con su trabajo y todo lo que se les encomendaba por parte de Rubí y de su madre, para todo lo demás que pasara en esa casa ellos eran ciegos y sordos. Al otro día Luis fue llevado al comedor de nuevo y arrodillado a un lado de Rubí observaba en silencio como la joven y su madre disfrutaban de un suculento desayuno, al terminar Rubí de nuevo reunió en un plato todo lo que había sobrado pero esta vez ordeno a una sirvienta que las tirara a la basura, a su madre le sorprendió y preguntó:

¿No vas a darle de comer a ese imbecil?;

¡No!, el no come hasta que yo así lo decida—dijo Rubí secamente y vigílalo continuo hablando porque no quiero que se le de ni siquiera un poco de agua ¿de acuerdo?; como tu quieras—contesto su madre.

Rubí se levantó y ni siquiera viró a ver al profesor y se fue a la escuela, durante ese tiempo doña Gloria le estuvo dando instrucciones de como debía comportarse ante su hija y cuáles serían sus obligaciones a cumplir, también lo puso a trabajar en el jardín y doña Gloria estuvo a punto de castigarle algunos errores que Luis cometió pues actuaba torpemente ya que no había probado alimentos y todavía estaba adolorido por la paliza que Rubí le había dado, llegaba casi la hora en que Rubí regresaba de la escuela, Luis pidió su autorización a doña Gloria para dejar lo que estaba haciendo, pues el debía estar arrodillado en la puerta para recibir a su dueña, esto por órdenes de doña Gloria y así lo hizo.

Rubí empujó la puerta y al entrar observó como Luis estaba arrodillado con la cara pegada al suelo y humildemente se acerco a besar sus zapatos diciendo:

¡Bienvenida señorita!, espero haya tenido un buen día. Rubí estaba de buen humor y burlándose de el contesto:
¡No está mal!, pero en adelante prefiero que se me diga: “bienvenida hermosa diosa”, Luis tratando de no hacer enfadarla volvió a besarle los zapatos y dijo: ¡bienvenida hermosa diosa!, pero Rubí lo dejó hablando y se dirigió a la sala para sentarse a descansar.

Luis que ya había sido instruido por doña Gloria, rápidamente fue por las sandalias de Rubí y llevándolas con la boca se dirigió a ella, con cuidado las dejó en el suelo mientras que Rubí observaba satisfecha hasta que grado había hecho que el profesor se humillara ante ella y quiso divertirse un rato más; Luis trató de quitarle los zapatos con su boca pero Rubí apartó los pies y le dijo:

¡Aun no!, mis zapatos tienen polvo así que primero límpialos.

Luis se puso nervioso, pues viró a su alrededor y vio que no tenía algo a la mano para limpiarle los zapatos y por la cara que le vio a Rubí sabía que no iba a permitirle que se levantara y fuera por un trapo así que resignado a tragarse una nueva humillación ¡una mas!, no le quedó otra que aceptar que debía limpiarlos con la lengua, se inclinó y estaba apunto de lamerle los zapatos pero Rubí lo detuvo poniéndole la suela de su zapato en la frente y le dijo:

¿Acaso te dije que me lamieras los zapatos?, ¿no verdad?;

¡Dije que me los limpies, no que me los babees con tu asquerosa lengua!;

Luis de nuevo se preocupaba no sabía que hacer y aún tenía presente las patadas y los cintarazos que Rubí le había dado, pero Rubí le resolvió el problema al mirarlo con un absoluto desprecio y decirle:

¡Límpialos con tu cara! y riéndose cruelmente continuó— ¡sí eso quiero!, restriega tu patética cara en mis zapatos para quitarles el polvo y golpeando con su zapato en el piso le ordenó: ¡hazlo!;

Luis tenía la cara roja de vergüenza y pena por el mismo y acercándose se dedicó a pasar sus mejillas una y otra vez en los zapatos de Rubí, restregando por completo su cara en ellos, embriagándose con el olor a piel y polvo, así estuvo el tiempo que Rubí quiso mientras ella se entretenía viéndolo y haciendo bombas con el chicle que masticaba, hasta que apartó los pies diciendo:

¡Alza la cara!, Luis obedeció y de nuevo se encontró en la mirada de Rubí unos gestos de burla y desprecio hacia el y continuó humillándolo. ¡Eres menos que basura!— le decía ¡por eso te hago esto! Por ser un patético imbecil que me divierte con su desgracia para mi no vales una miarda y diciendo esto escupió con coraje en el piso el chicle que masticaba y lo pisoteó ante la mirada de Luis, cuando se fastidió de embarrar la suela de su zapato con el chicle se recostó en el mueble dejando muy cerca de la cara de Luis las suelas de sus zapatos para ordenarle de manera humillante: ¡anda miserable infeliz!, continúa divirtiéndome, quiero esas suelas limpiecitas y mostrándole el cinturón se burló de el diciendo: ¡a no ser que quieras que te de otra paliza!, ¡pero si ya hasta estas temblando! Y carcajeándose de el continuó— ¡ándale! te conviene mas que sigas pasando tu inmunda cara por mis finos zapatos.

Luis cerro los ojos al ver lo sucias que estaban las suelas y en esa suciedad el comenzaba a restregar su cara y de nuevo la pasó una y otra vez respirando mugre, polvo y vaya el a saber que mas y para variar el chicle pegado en la suela. Rubí lo contemplaba y cuando ella lo consideró de nuevo aparto los pies y soltó una cruel carcajada al ver el aspecto que tenía la cara de Luis al estar totalmente cubierta de mugre y con su cruel sonrisa le dijo:

¡Que asco me das!, me ofendes con tu presencia; ¡pídeme perdón por ofenderme!, si no quieres que te cruce la cara de un correazo. Luis a punto de llorar de rabia e indignación se humillo ante la joven diciendo:

¡Perdón señorita Rubí!, después de un momento de silencio termino diciendo: por ofenderla con mi presencia, pero rubí le dio una patada en su pecho gritándole— ¡te he dicho que soy una hermosa diosa!, ¿Qué tan bruto eres?, ¿Qué tienes en la cabeza?, ¿miarda?; y riéndose comento para ella misma— ¡por supuesto que eso tienes!, si en la cara tienes mugre pues dentro debes de tener miarda.

Luis tallándose el pecho atinó a decir: ¡perdón, hermosa diosa por ofenderla!, Rubí se miró las suelas de sus zapatos y mirando al profesor le dijo— ¿y el chicle?, ¿Qué crees que solo va a desaparecer?;

¡Anda ya bruto!, sigue pasando tu cara hasta que quites el chicle, ¡ya me estas hartando!;

Luis de nuevo volvió a su cruel tarea y así estuvo otro rato pero era imposible usando solo su cara no podía despegar el chicle, hasta que Rubí apartándole el pie escupió en el piso y restregó ahí la suela del zapato en la que tenia pegado el chicle y levantando el pie le dijo al profesor: ¡quítalo con tus dientes!;

El profesor sintió una repulsión que casi vomita al ver el chicle en la suela embarrado con saliva pero sabía que su situación aun podía ponerse peor si no obedecía, así que se entregó a quitar ese chicle hasta que lo consiguió, tenía entre los dientes lo que quedaba de ese repugnante chicle.

Rubí sonrió maliciosamente, ¡muy bien!, al menos me sirves para algo—le dijo, en adelante ya no me preocupare por lo que pise concluyó. El profesor hizo la intención de escupirlo pero Rubí perversamente le dedicó una bella sonrisa mostrándole sus blancos y perfectos dientes y le dijo:

¡No te preocupes, te lo regalo! Y ya más seria le ordenó:

¡Trágatelo!, Luis obedeció y Rubí sonrió muy divertida al ver la asquerosidad que este acababa de tragarse solo por un capricho de ella.

¿Quieres lavarte la cara?— le dijo muy tranquila. Sí— contestó Luis;
En cuanto me des las gracias por el chicle que te regalé— le dijo Rubí burlonamente para seguirlo humillando, Luis que empezaba a perder toda cordura y dignidad (si es que acaso le quedaba), dijo: ¡gracias hermosa diosa!, pero Rubí algo fastidiada le contesto— ¿Qué mas?;

Luis pensando en que si se humillaba más a si mismo tendría mas contenta a esta cruel joven agrego:

¡Gracias por permitirme comer el chicle que usted masticaba y que quité de la suela de su zapato, no me lo merecía!; pero Luis aun no conocía lo déspota y altanera que Rubí podía llegar a ser y que aprovechaba cualquier cosa para rebajarlo y se sintió miserable cuando esta le contestó:

¡Si es cierto!, pero así de caritativa soy de vez en cuando me gusta sentir lástima por pobres perros como tu, me divierte que se pongan locos de alegría por que una diosa como yo les deje comer sus sobras, ¡apuesto a que te mueres por besarme el trasero de agradecimiento! Y se carcajeó ella misma diciendo ¡que perversa soy!;

¡Anda!, ve a lavarte que quiero que me descalces debo tener los pies sudadísimos.

Luis se dirigió a lavarse la cara maldiciendo a Rubí, pensando en como podía ser tan déspota y maldiciéndose a el mismo por creer que al complacerla humillándose a el mismo obtendría algo a su favor y lo único que logró fue recibir mas burlas por parte de esta.


Continuará…………………………


DE PROFESOR A PERRO 2

Rubí se había marchado a su cuarto, en tanto que luis permanecía arrodillado en la sala, doña Gloria dirigiéndose a el dijo— ¡ya la oyó, ahora lárguese!, antes de que Luis se levante para irse, doña Gloria le dijo:

Despídase como debe ser, ante sus superiores, Luis besó humildemente los pies de la señora Gloria y se marchó.

Al otro día, se encontraba Rubí con sus amigas en la cafetería poniéndolas al tanto de la situación, de pronto Mayra comentó en voz baja: ¡ahí viene!, las chicas continuaron conversando y el profesor llegó hasta su mesa y nervioso se acomodó a un lado de donde estaba Rubí y dijo—buenos días señoritas, pero nadie le contestó, lo estuvieron ignorando, hasta que Rubí, sin mirarlo, solo estiró una mano y tronándose los dedos dijo: ¡arrodíllese!, Luis no dudó y obedeció ante las miradas burlonas de las demás chicas, menos mal que estaban en la última mesa y no había nadie mas ahí que ellas 4 y Luis.

Lo ven—dijo Rubí sonriente, ¡ay profe!, exclamó viéndolo hincado, es que mis amigas no me creen que usted desea ser mi mascota, dígales usted, le dijo melosamente. Luis inclinado comento: ¡sí señorita Rubí!, es cierto, estoy dispuesto a ser su mascota, entonces Mayra viendo fijamente al profesor dijo:

¡A ver profe!, no me queda claro, usted vino hasta aquí a rogarle a Rubí que le permita ser su perro, ¡ay no!, no quise decir eso, bueno, mejor dicho, que usted quiere ser nuestro perro, ¿es cierto eso profe?;

Si, señorita Mayra—respondió Luis humillado.

El profesor observaba a Mayra, que tenia las piernas cruzadas y comprobaba que tanto ella como las otras chicas eran igual de bellas que Rubí, las 4 estaban vestidas con faldas azules, no tan cortas pero que las hacían lucir muy bien y con blusas blancas, pues era su uniforme y zapatos negros cerrados de tacón grueso y calcetas blancas.

Bueno, veamos—dijo Mayra, tomando una galleta de la mesa y mostrándosela al profesor la aventó al piso, ¡a ver profe!, demuéstreme que quiere ser nuestro perro, ¡vaya por ella!;

Luis gateó hasta donde había quedado la galleta, mientras que las 4 chicas reían e intentó comérsela, pero Mayra burlonamente lo humilló diciendo:

¡Ey profe!, yo no dije que se la coma, está bien que ahora quiera que le matemos el hambre pero ¡caray!, trate de disimular. ¡Déme mi galleta!; las otras chicas apenas podían parar de reír.

Luis fue hasta Mayra a 4 patas con la galleta en la boca, ella se la quitó y mirándolo burlonamente dejó caer la galleta y la pisoteó diciendo:

¡Bien profe, ahora si puede comerla!, Luis humillantemente obedeció, haciéndose sordo a las crueles carcajadas de las 4 chicas y cuando terminó de lamer el suelo y las migajas de la galleta, Mayra le ofreció las suelas de sus zapatos y el sin decir palabras también las lamió, entre risas Mayra dijo: ¡bien, por mi queda aceptado!

Enseguida, Rocío lo chiflo como si en realidad estuviese llamando a un perro, el profesor fue hacia ella y esta le dijo: quiero que vaya hasta el principio del pasillo y regrese de nuevo aquí ¡arrastrándose!, muévase, que no tengo todo el día, ¡ah! Y no se olvide de besar mis zapatos al regresar.

Luis se levantó y fue hacia el pasillo y como si temiera que no iba a tener otra oportunidad fue gateando hasta llegar a los pies de Rocío, mientras Rubí grababa todo en su celular, al llegar Rocío le levantó la cara por una oreja y le dio una fuerte cachetada gritándole—estupido, ¡yo dije que te arrastres!, no que gatees y le dio otra cachetada; cuando te autorice ser mi perro entonces podrás andar a 4 patas si tanto lo deseas, pero por ahora para mi solo eres un patético gusano y los gusanos se arrastran.

El profesor sin responder se dio la vuelta para cumplir con lo que la señorita Rocío quería ver y se tiro por completo bocabajo en el piso y precisamente como un gusano se fue arrastrando apoyándose con sus hombros y piernas, hasta llegar a donde estaba Rocío y sumisamente besó la punta de sus zapatos.

¡Levanta la cara!, ordenó Rocío, y al hacerlo el profesor recibió en plena cara un salivazo, cortesía de la joven. Considérate un insecto para mí, un miserable con el cual me divertiré dijo Rocío despectivamente. Luis continuaba de rodillas y con restos de saliva por su cara.

¡Ahora es mi turno!—dijo Tania, Luis caminando de rodillas fue al otro lado de la mesa en donde estaba Tania comiendo tranquilamente unas donas y mirándolo con algo de lastima le pregunto: ¿tiene hambre?, el profe asintió con la cabeza.

Entonces, Tania escupió en el piso un pedazo de dona ya masticado y continuó sin prisa alguna llevándose a la boca más pedazos de dona y cuando se fastidiaba los escupía, hasta que riendo dijo al profesor:

¡Cómaselos!, el profesor tuvo de nuevo que obedecer esa humillante orden y no se detuvo hasta que no quedo una sola huella de la asquerosidad que Tania había dejado en el suelo. ¡Bien! Por nosotras tres ya quedo—comentó Tania y voltio a ver a Rubí, quien se mostraba seria, el profesor fue hacia ella pero esta le dijo:

¡Ni se acerque!, se preocupó por complacer a mis amigas primero que a mí y sin pedir mi autorización y eso no lo tolero, se levantó y dándole una patada en sus costillas le dijo: ¡lárguese y regrese mañana!

Luis ya no savia que hacer, incluso pensó si era preferible no volver pues comenzaba a imaginarse que a lo mejor se trataba de otra jugarreta de Rubí para seguirlo humillando y burlándose de el y al final no cumpliera con su palabra de ayudarlo a recuperar su empleo, pero recordando todo lo que había sufrido decidió volver, pues algo le decía que una vez que pase esa semana en poder de Rubí todo volvería a ser como antes.

Rubí lo hizo sufrir 2 días mas, Luis llegaba y permanecía de rodillas ante ella y sus amigas, mientras que estas lo ignoraban, hasta que después de un rato Rubí le decía: ¡vuelva mañana!, no sin antes insultarlo y darle una patada de despedida.

Fue hasta el tercer día en que Rubí delante de sus amigas hizo que el profesor se arrodillara a sus pies y en voz alta dijiera:

¡Señorita Rubí!, tenga piedad de este miserable perro que vale menos que el suelo que usted pisa y que lo único que desea es servirla y adorarla.

Rubí, con una cara de fastidio le pisó la cabeza diciendo: ¡está bien estupido!, ya deja de llorar serás mi perro si es que tanto lo deseas, no vaya a ser que te suicides y me remuerda la conciencia. Rubí no pudo disimular una discreta sonrisa, pero las que si se carcajearon hasta más no poder fueron sus amigas.

Al otro día a muy temprana hora el profesor llego a la casa de la familia Panty, sin imaginar que su verdadero infierno estaba por comenzar dentro de esa casa y que no se comparaba con lo que había sufrido. Fue doña Gloria la que le dio la bienvenida, apenas unos minutos tenia Luis en esa casa y ya doña Gloria le había cruzado la cara de un bofetón ¿la razón?, el pobre de Luis le había dado los buenos días y esta enfurecida le gritó:

¡Desde cuando carajo lo perros hablan! y de rodillas ante mi antes de que lo agarre a patadas.

Luis obedeció de inmediato y besó los pies de doña Gloria. ¡Vaya!—exclamó doña Gloria, al menos no se le olvidó como se saluda.

En ese momento Rubí bajaba las escaleras sonriente con el cabello un poco revuelto pues se acababa de levantar, aun iba con la pijama y unas sandalias blancas. ¡Tranquila madre!—dijo Rubí, el es un perro diferente, puede hablar y ladrar según lo que se me antoje, ¿verdad? le dijo a Luis dándole una suave patada en su costado, Luis solo asintió con la cabeza temeroso de cometer otro error. ¡Bueno!—comentó Rubí a su madre el será lo que a mí se me de la gana y acariciándole la mejilla a Luis con la suela de su sandalia le ordenó secamente: ¡ladra!,

Luis permaneció callado, entonces Rubí le dio una patada en la cara para hacerlo reaccionar. ¡Ladra carajo!, ¿Qué no oíste lo que te dije?—grito Rubí a Luis, mientras doña Gloria observaba con mucha atención.

Penosamente se oyó un bajo ¡guau, guau!, que fue tapado por las fuertes carcajadas de doña Gloria y Rubí que riendo le comentó a su madre: creo que tengo mucho que hacer con este imbecil y subió a su habitación a cambiarse.

Ese día Rubí no asistió a la escuela pues tenia una nueva diversión y pensaba sacarle provecho desde ese momento, había pensado incluso en ponerle un nombre de mascota al profesor pero como tanto lo detestaba consideró mas humillante y divertido llamarlo profesor o por su nombre para ordenarle las cosas que ella quisiera que haga, mientras ella ultimaba detalles, doña Gloria le hizo saber a Luis sus ocupaciones, ya que mientras Rubí estuviera en la casa el se limitaría a obedecerla como lo que era: su mascota; pero cuando esta saliera el se dedicaría a hacer labores de sirviente en la casa, pues tanto madre e hija no estaban dispuestas a dejarlo descansar o permitirle que pase un rato agradable en esa casa.

Doña Gloria también hizo que se quitara sus ropas para dejarlo solamente con unos ridículos calzoncillos que ella misma le obsequio y que tenían escrito con plumón: “el profe Luis, el perro de Rubí”.

Rubí volvía a bajar a la sala con una falda de mezclilla azul, una blusa blanca y sus mismas sandalias y llevaba entre sus manos una cadena para perros, el profesor permanecía a 4 patas y alzando ligeramente la vista observó a Rubí y a la cadena, Rubí al contemplar al profesor descalzo y en el penoso estado en que se encontraba lejos de sentir lastima por el sonrió maliciosamente girando la cadena entre sus manos y se la mostró diciendo:

¡Mire profe!, ¿le gusta?

Luis no contesto y observó que en el collar había una placa que al igual que los calzoncillos tenia grabado: “el profe Luis, el perro de Rubí”, ¡bueno!—dijo Rubí si se porta bien y hace todo lo que yo le diga, quizás algún día la merezca y se la regale, mientras creo queeeee, dijo esto avanzando hacia unos cajones y saco una soga gruesa y áspera algo usada, ¡sí!, comentó ella misma esto servirá y sentándose en el sofá cruzo las piernas y viendo fijamente a Luis le dijo: ¡acércate!, este algo dudoso fue gateando hasta llegar a ella quedando su cara a la altura de sus pies, Rubí sin ningún pudor le pasó la soga por el cuello y se la amarró, se levantó y ajustó aun mas la soga hasta que le pareció que estaba bien y jalando la soga se dirigió al comedor obligando a Luis a seguirla a 4 patas y soportando el ardor que le producía la soga.

Mientras caminaban a Luis no se le pudo escapar una lagrima por su mejilla pues recordó que apenas un tiempo atrás era feliz con su nuevo empleo de profesor y tenia sueños por cumplir, pero entre esos sueños no se encontraba el estar ahora amarrado por el cuello con una vulgar soga que lo lastimaba y llevado como un perro por una joven arrogante mucho menor que ella. ¡No!, ese no era un sueño, era su triste realidad, una realidad que el no merecía y amargamente en silencio le dolía el trato que esta joven le daba, pues sin explicación alguna el sabía que Rubí lo odiaba y despreciaba totalmente, pero lo peor para Luis era que el odio hacia Rubí iba desapareciendo y ajeno a su voluntad empezaba a enamorarse de ella, esto le dolía aun mas, ¿Cómo podía comenzar a sentir algo de amor y afecto hacia alguien de quién solo había recibido burlas y desprecios?, sin contar que también gracias a ella había perdido su empleo y no contenta con esto quería hacerle aun mas daño.

Continuará………………



DE PROFESOR A PERRO 1

En un fraccionamiento de una conocida ciudad se encontraba el lujoso “Instituto Morelos”, ampliamente conocido por ser la escuela de preparatoria mas cara de la ciudad y porque era exclusivo para señoritas y solían estudiar solo lo mas selecto de la sociedad.

Ahí estudiaba Rubí Torres Panty una bella joven de 17 años con un magnifico cuerpo resultado de la buena vida y de horas en el gimnasio, cabello lacio y largo, clara de color; para ella no había imposibles gozando de su juventud y belleza y por si esto fuera poco también con una fortuna envidiable, hija de doña Gloria Panty viuda de unos 45 años que a la muerte de su esposo había heredado una grandiosa fortuna y que Rubí por ser hija única era la futura heredera y desde ya hacia y deshacía junto con su madre lo que quería con su dinero. Doña Gloria a sus 45 años lucia muy bien pues al igual que su hija no le faltaban todo tipo de cuidados para mantener su figura además de que tenían criados para que hicieran todo por ellas.

Rubí y su selecto grupo de 3 amigas acostumbraban en el instituto a ver a todas las demás por encima del hombro muy a pesar que no había una sola chica que tuviere problemas económicos o que no sea bella pero tal era el orgullo y despotismo de estas chicas, completaban el cuarteto: Mayra, Tania y Rocío; las tres igual de bellas que Rubí de cuerpos muy estéticos todas con el cabello largo y claras de color a excepción de Rocío que era un poco mas morena pero con una sonrisa y una picardía que con un mínimo esfuerzo hacia de cualquier chico lo que quisiera, en esta escuela se seguía una regla que al igual que solo aceptaban señoritas como estudiantes también el personal que ahí laboraba debía estar formado por mujeres pero esto estaba a punto de cambiar.

Un día sin mas se presento un joven profesor recién egresado que fue contratado para impartir clases en el instituto ante la sorpresa de estudiantes y maestras, el profesor Luis como todos lo fueron conociendo tenia unos 30 años y se le notaba que era de clase sencilla y humilde y nadie se explicaba como le hizo para conseguir ese empleo aparte de que no tenia una excelente presentación no era para nada simpático ni agraciado físicamente, desde su primer día de clases en el grupo de Rubí a esta no solo le cayo mal sino que sintió un total desprecio y coraje hacia el pues lo consideraba muy poca cosa como para verlo como una autoridad y como profesor y rápido convenció a sus amigas y empezaron a darle problemas y a faltar a su clase. Un día el profe Luis acababa de terminar la clase y se dirigía a la cafetería y ahí en unas bancas vio a Rubí y a sus amigas fumando y en compañía de Susana su maestra de psicología con la cual estas chicas mantenían una fuerte relación, pues Susana era la maestra mas joven con 28 años, adicta al cigarro y para variar era muy bella y siempre vestía muy sexy con faldas ajustadas y zapatos de tacón altos que la hacían lucir unas hermosas piernas.

Luis se acerco y pregunto a las alumnas porque habían faltado a su clase y que apaguen sus cigarros por que estaba prohibido fumar ahí, las 4 chicas y la licenciada Susana sonrieron y continuaron fumando, Rubí que era la que mas detestaba al profesor dio una calada a su cigarro y le dijo:

¡Oiga profe!, no nos moleste y déjenos en paz, su presencia me repugna.

Luis se sorprendió por esta respuesta y por semejante ofensa que esta alumna le había dicho, pero antes de responder vio como Susana sacaba un billete de su bolso y ante la mirada del profesor ella arrugo el billete con sus manos y se lo tiro a la cara diciendo: ¡ten imbecil cómprate algo!

Las 4 chicas y Susana rieron burlonamente y Tania dijo:

Licenciada, como permiten que basuras como esta intenten educarnos, es que esta escuela ¿esta perdiendo prestigio?

Susana miro burlonamente al profesor y riendo comento: no lo se, pero por ahí dicen que hasta le beso el trasero a la directora con tal de obtener el empleo.

De nuevo todas rieron, Luis no se quedo mas y rápido le dijo a las chicas y a la maestra Susana, voy a pasar por alto esto y en cuanto a ustedes sepan que hoy sus compañeras presentaron examen y ustedes 4 están reprobadas y se marcho. Al otro día las 4 chicas entraron a su clase para comprobar lo que les había dicho y efectivamente estaban reprobadas, entonces le toco a Luis decirles de manera burlona: espero que hayan aprendido la lección y no se titubeo si cambian su actitud pueda ser que les de otra oportunidad, ahora salgan no las quiero en mi clase y entiendan que el que pone las reglas soy yo.

Las chicas salieron furiosas y temerosas por saber que estaban reprobadas, pero Rubí sin comentar nada se marcho, al día siguiente el profesor se presento a su clase y vio que Tania, Rocío y Mayra estaban en el salón con cara de pocos amigos pero no así Rubí, estaba a punto de preguntarles cuando fue llamado a la dirección y ahí encontró a Rubí llorando refugiada en los brazos de su madre doña Gloria y la directora, esta le hizo saber al profesor que estaba despedido por intento de violación de la señorita Rubí y que de gracias que tanto madre e hija decidieron no demandarlo para no desprestigiar a la joven.

Luis reacciono furioso y después de intentar meter en razón a la directora y a doña Gloria para que le creyeran que Rubí mentía acepto su despido y se fue dando un fuerte golpe a la puerta, pasaron unos meses y el profesor no encontraba trabajo, pues a donde iba le ponían cualquier pretexto y no lo contrataban y se entero que doña Gloria Panty era una persona muy influyente y que el solo pronunciar su nombre infundía respeto en cualquier lugar y que ella se había encargado de mover esas influencias y hacer que el profesor nunca consiguiera empleo.

El profesor al ver que sus ahorros volaban y que lo corrieron de su departamento por no pagar la renta y que cada vez se le cerraban mas puertas hasta el grado de verse en la calle sin hogar, sin dinero siquiera para un taco, desesperado comenzó a pedir trabajo donde fuera, pero para su desgracia ni siquiera eso conseguía, parecía como si la ciudad completa se hubiese puesto en su contra, llorando en una esquina como un pordiosero una persona que ni siquiera conocía le dijo que la única solución que tenia era buscara doña Gloria y a su hija y lograr que lo perdonen, pues eran las únicas personas que podían lograr que lo volvieran a contratar en alguna empresa, de lo contrario seguro que pronto alguien lo encontraría muerto en alguna calle a causa del hambre y el abandono, se lo estaba pensando cuando sintió que sus tripas chillaban de hambre y que hacían varios días que no se aseaba.

Sin muchos problemas pronto dio con la casa de la familia Panty que mas que casa parecía un palacio, con un amplio jardín a la entrada, habló pero por su aspecto los sirvientes lo ignoraron, hasta que después de un buen rato logro hablar con una sirvienta y esta le dijo a doña Gloria quien quería verla, doña Gloria estaba cómodamente sentada en su sofá tomándose una copa y leyendo una revista con un elegante vestido y unas chanclas de andar por casa con un pequeño taconcito, le dijo a la sirvienta que lo hiciera pasar pero que le diga que se quede de pie en la puerta, así lo hizo la sirvienta y en unos segundos Luis estaba en la puerta principal a una corta distancia de doña Gloria, ella al verlo en tan penoso estado sonrió maliciosamente.

¡Vaya!, pero a quien tenemos aquí, dijo sarcásticamente.

Señora, dijo luis humildemente le ruego unos minutos de su tiempo y sin dudarlo se arrodillo.

Doña Gloria agito su copa y le dio un pequeño sorbo para decirle: así que el gran profesor regresa arrastrándose ¿es así profesor? ¿a eso viene?, a implorar nuestro perdón, que lastima que mi hija no esta.

Si señora, dijo Luis con la cabeza baja le ruego que por favor me escuche.

¡Bueno profesor!, pero esta un poco lejos, no es necesario que los sirvientes se enteren de esto ande acérquese, arrástrese a gatas hasta aquí.

Luis no lo dudó y a 4 patas llego gateando hasta estar frente a doña Gloria.

¡Bueno!, dijo doña Gloria que tiene que decir.

En unos minutos Luis le juro llorando a doña gloria que el jamás se había metido con Rubí, que había sido una trampa de ella, pero que eso ya no importaba y estaba dispuesto a hacer lo que sea con tal de que lo perdonen y que lo ayuden a recuperar su antiguo empleo.

Doña Gloria soltó una cruel carcajada y le dijo:

Pero por supuesto, ¡que tu no le hiciste nada!, eso ya lo se Rubí me contó todo, por eso no lo metimos a la cárcel, simplemente rubí me dijo que lo detestaba y que no lo quería ver mas, y bueno a mi princesa lo que pida; profesor se metió con quien no debía y que desde en la cafetería le dijo que la deje en paz a ella y a sus amigas debió obedecer.

Luis estaba furioso, no podía ser que solo por un simple berrinche de una niña malcriada y altanera el haya pasado y sufrido todo tipo de humillaciones durante este tiempo hasta verse obligado a implorar el perdón de esta gente sabiendo que el era inocente, pero lo que le costaba creer era que la madre de esta joven haya estado de acuerdo en todo.

Doña Gloria, le dijo: ¡bien profesor!, ya vio de lo que soy capaz y ahora que sabe esto usted tiene la decisión, por mi todo esta olvidado, si usted logra que mi hija se digne a perdonarlo yo misma me encargare de buscarle un mejor empleo que el anterior y que todo vuelva a ser como antes, pero si no lo hace le sugiero que se suicide porque créame aun puedo hacer su vida mas miserable de lo que es, bien profesor mi hija esta por llegar ¿Qué decide?.

Luis estaba lleno de rabia hacia esa señora y hacia su hija, pero con lo que había sufrido en todo ese tiempo le bastaba para hacer lo que ellas le digan, así que pregunto: ¿ Que tengo que hacer?.

Doña Gloria terminó su copa y se levanto observando al profesor aun a 4 patas sucio y humillado y le dijo: sabe profesor (lo de profesor era solo para burlarse más de su situación del pobre de Luis), hace tiempo que Rubí desea una mascota, un perro, pero no cualquier perro; un perro muy especial: un perro humano, para que me entienda:

¡Un pobre imbecil sin dignidad y sin conciencia que haga absolutamente lo que ella le ordene por mas degradante que sea!.

¿Y quien mejor que usted?, créame cubre el perfil perfecto; le propongo esto: si una semana usted hace absolutamente todo lo que Rubí le diga yo lo ayudare. Una semana, profesor ¿Qué dice?.

Luis intento pensar en un mejor futuro después de esa semana y dijo: ¡acepto!.

¡Bueno!, por mi esta bien pero es a Rubí a quien le debe decir esto, contesto doña Gloria.

Justo en ese momentos se oyó que habrían la puerta, era Rubí con una sudadera negra, pantalones de mezclilla azules ajustados y unos preciosos zapatos negros cerrados de piso, caminaba sonriente pero al llegar a la sala su mirada cambio por una cara de total desprecio y hasta algo de asco viendo al profesor que estaba arrodillado en su sala con la cara pegada en el suelo y con un terrible aspecto como el mas jodido de los pordioseros.

Rubí, poniendo una cara de asco pregunto a su madre:

¿Qué significa esta miarda aquí?
Luis, aunque se sentía de lo peor no pudo evitar alzar ligeramente la cara y contemplar a rubí y tener una excitación, estaba preciosa, pensó y se preguntaba ¿Cómo puede ser tan maldita?

En silencio, doña Gloria sonrió, pero Rubí sin perder tiempo se acercó a Luis y este se puso nervioso, intento balbucear algo pero Rubí tomando una distancia y sin darle tiempo le dio:

¡Una brutal patada con la punta de su zapato en la cara a luis!, tirándolo al suelo y rompiéndole la boca, Luis quedo tirado de lado en el suelo y solo veía como sus labios sangraban, apenas y pudo intentar levantarse pero Rubí se acerco a el y con una cara furiosa, alzo el pie y le dio un fuerte pisotón en la cara cubriendo por completo la cara del infeliz de luis con la suela de su zapato y haciendo presión voltio a ver a su madre diciendo:

Dije: ¿Qué hace esta miarda aquí?

Doña Gloria estaba feliz de ver que tan cruel podía llegar a ser su hija y tranquila le dijo:

Hija, cálmate ¿no querías un perro para divertirte?, bueno pues te presento a tu nueva mascota, puedes matarlo si lo deseas, pero después vas a reprocharte por que primero no te divertiste con el.

Rubí, poco a poco fue cambiando sus gestos y pasó a una mirada burlesca y sádica hacia su antiguo profesor y quitando su zapato de la cara de Luis, dio unos pasos para atrás contemplando como lucia el profesor tirado a sus pies sangrando por la patada que ella le había dado; divertida dijo a su madre:

¡Continua!.

Doña Gloria le dio un ligero puntapié en la espalda a Luis diciendo: vamos holgazán es tu oportunidad demuestra algo de respeto ante mi hija.

Luis rápidamente se limpio un poco la sangre y a 4 patas llego hasta los pies de la señorita Rubí que lo miraba altanera y orgullosa y Luis humildemente besó los zapatos de Rubí, los cuales antes lo habían hecho sangrar.

Lo ves, dijo su madre se muere por ser tu perro, esta dispuesto a serlo por una semana con tal de que lo perdones y lo ayudemos a recuperar su antiguo empleo.

Rubí, miro desafiante al profesor: así que ¿a eso ha venido?, ¿a implorarme que lo adopte como a un vulgar perro?, ¡conteste!;

Si, dijo Luis nerviosamente.

¿Y no le da vergüenza?, le dijo Rubí para humillarlo ¡un profesor recién egresado va a convertirse en un vulgar perro en la diversión de una jovencita como yo!, ¿no le da pena?
No, dijo Luis tratando de acabar con esto, pero rubí enfurecida lo sujeto del cabello y le dio una tremenda bofetada, gritándole: ¡por supuesto que le duele, no sea estupido y no me quiera ver la cara!.

¡Claro que se avergüenza!, pero no le queda de otra y eso le pasa por no fijarse con quien se mete y ya que a eso ha venido por mi encantada, pero no solo a mi me corresponde esta decisión, usted también ofendió a mis amigas, quiero verlo mañana en el café que hay cerca de la escuela y que ahí delante de mis amigas me implore que le permita ser mi perro y sin mas rubí se marcho a su cuarto.

Continuara……………….