jueves, 2 de septiembre de 2010

CAMBIANDO EL DESTINO 4

 LA NUEVA RUTINA DE SARI.

Al día siguiente Sari pateaba unas latas en el camino a casa de Norma, avanzaba lentamente, apenas había salido del colegio, se había cambiado de ropa con una corta falda azul, blusa café y sus mismos zapatos escolares sin calcetas; así avanzaba mientras le daba una calada a su cigarrillo, llegó a la casa, tocó el timbre y nuevamente la hicieron esperar un buen rato hasta que Dolores burlonamente se dignaba a abrirle.

¡Pasa perra que tu A-M-A te espera!— le habló con desprecio haciendo énfasis al pronunciarle ama. Sarahi la miró correspondiéndole con una sonrisa despectiva— ¡mira quien habla!, la que vale menos que un saco de basura en ésta casa— se burló de la gorda criada.

¡Camina ya!— le ordenó Dolores empujándola bruscamente. Sarahi avanzó sonriendo al percatarse de que había picado en su orgullo a Dolores que por muy sirvienta que fuera tenía su orgullo; llegó a la sala en donde ya Norma la esperaba cómodamente recostada en su mueble aún con su uniforme y balanceando una pierna que mantenía cruzada sobre la otra, miró retadora a Sarahi que al igual no solo también la miraba con coraje sino con odio absoluto, quería gritarle, írsele encima pero respiraba profundamente y se contenía por lo hablado y acordado con su madre apenas la noche anterior así hasta que Norma rompió el silencio.

¿Qué diablos esperas para mostrarme tus respetos?, ¿Qué la perra de tu madre no te explicó las reglas?;

¡Ayyyyyyy!— se quejó Sarahi pues Dolores la había sujetado por los hombros de una forma tan brusca, tan ruda obligándola a arrodillarse y disfrutando al insultarla— ¡de rodillas de rodillas ante tu ama y bésale los pies que bien debes saber las reglas pues ayer se las dijeron a la perra de tu madre!— puntualizó Dolores con una malévola sonrisa que le fue correspondida por la señorita Norma.

Y ¡claro!, Sarahi lo sabía, su madre se lo había dicho y recordado hasta el cansancio, era solo que Sari no estaba dispuesta a humillarse por sí misma, prefería a pesar del dolor que le infligían hacerlo a la fuerza pues según ella así su orgullo y su dignidad estarían intactos pues no se humillaba por sí misma ni mucho menos por su voluntad sino a costa de la fuerza bruta que con gusto ejercía Dolores sobre ella a fin de que complazca a su patrona, la señorita Norma quien se levantó y maliciosamente avanzó hacia una Sarahi arrodillada al momento que cínicamente le mostraba su pulsera que ahora ella lucía en su brazo izquierdo.

¡Mira Sari!; ¿te gusta mi pulsera?— evidentemente Sarahi no se contuvo— ¡maldita devuélvemela!— gritaba tratando inútilmente de levantarse y zafarse de los fuertes brazos de Dolores mientras Norma se reía a gusto de ella.

¡Sostenla bien Dolores sostenla del cabello para que pueda golpearla a gusto!— fue la orden de la señorita Norma para su criada sonriendo con maldad.

Dolores obedeció al tiempo que Norma con una cruel sonrisa le propinó una cachetada a Sarahi, hizo una pausa, lo justo para que Sari asimile el impacto del golpe y en especial la humillación de estar a merced de ella y zas, le estampó otra cachetada; se tronó los dedos y Dolores guió jalando por su cabello a Sarahi hasta restregarle la cara en los zapatos de la señorita Norma quien se expresó orgullosa— ¡no necesito perder mi tiempo en adiestrarte, para eso tengo a Dolores, para que te obligue a obedecerme, al final es lo mismo, me basta con verte por el método que sea humillada ante mí!— concluyó de momento para hacer una pausa y después continuar.

¡Venga, quítame los zapatos!— fue la siguiente orden que la señorita dio a su esclava de medio tiempo.

Sarahi intentó poner resistencia pero al observar a Dolores armada de nuevo con el mismo cinturón con el que le habían echo daño apenas el día anterior prefirió comenzar a descalzar a Norma ante la cínica sonrisa de ésta. Apenas lo hizo, Norma movió los pies y le ofreció las plantas a Sarahi para que se las besara; ésta apenas e intentaba asimilar la orden de Norma en tanto que Dolores ya le estaba restregando la cara en las sudadas y olorosas plantas de los pies de Norma quien la felicitó por ello.

¡Muy bien Dolores muy bien, contigo de cerca no necesito siquiera esposar a ésta puta, con tu presencia me basta para que me obedezca así que no te me separes, serás mi perro guardián jajajajaja!— se burló la señorita a lo que Dolores tan solo se limitó a imitarla sonriendo humildemente pues eso había sido siempre para la señorita Norma, su perro guardián por lo que no le extrañó para nada la comparación.

En cuanto Norma se sintió satisfecha con la humillación de Sarahi ordenó a Dolores que la llevara a la cocina para que ayudara a su madre a servir la comida pero que la tuviera muy bien vigilada.

Yolanda se encontraba precisamente culminado hasta los mínimos detalles del almuerzo en lo que Sarahi aprovechó que Dolores las dejó solas por un momento para extraer de sus ropas sus audífonos y su celular y disponerse a escuchar música mientras hurgaba en cada rincón de la cocina hasta que risueña se acercó a observar los platos ya servidos evidentemente para la señorita Norma y su madre que no tardaba en llegar.

¡Mmmmmm rico!— exclamó Sarahi respirando el exquisito olor de la carne y de la sopa de arroz que la acompañaría— peeeeeeeero hagámoslo divertido— dijo mirando para todos lados hasta dar con el picante y sin previo aviso a su madre, comenzó a bañar la sopa de arroz con picante y revolviéndolo cuidadosamente con una cuchara para que el picante quedara cubierto.

¡No Sari!, ¿Te haz vuelto loca?, ¿Qué coño haces?;
¡Deja mamá tan solo me divierto y lo haré mas en el momento en que vea a ese par de putas sufrir por el picante!, te aseguro que lo que venga después lo aceptaré gustosa con tal de disfrutar antes con la desesperación de ambas jajajajajajajaja;

Su madre le arrebató el picante ya cuando Sari había logrado lo que pretendía y no contenta se dispuso a escupir infinidad de veces sobre la jarra de jugo de naranja para el almuerzo. La escena era graciosa, Sarahi se olvidó por un momento de la situación en la que se encontraba envuelta y bailaba y cantaba como una loca mientras escupía sobre el jugo pero algo no andaba bien, Sarahi así lo interpretó al observar la cara de su madre mas blanca que una hoja de papel y verla balbucear algo que Sarahi no entendía pues le había subido todo el volumen a su música hasta que bruscamente le safaron los audífonos, entonces comprendió, había sido Dolores y Norma estaba atrás aplaudiendo, en verdad disfrutando el momento.

¡Bravo Sari bravo!, ¿por cierto?, acabo de decidir regalarte mi almuerzo.

Sarahi permanecía seria; su madre había intentado advertirle pero por el alto volumen de su música no se había percatado de nada. Norma caminaba alrededor de ella altanera y burlona y en un movimiento rápido, le arrebató su celular.

¡Vaya con la putita sí que sabes vender muy bien las nalgas, bonito celular eh!;

¡Noooo!— pronunció angustiada Sarahi— ¡mi celular no por favor!— suplicó por primera vez a Norma al sentirse incapaz de hacer cualquier otra cosa y al verse también interceptada por Dolores.

¿Lo quieres?— le preguntó maliciosamente Norma.

¡Sí!— respondió al instante Sarahi dispuesta a lo que sea con tal de conservar su celular que con la pulsera eran sus únicos objetos de valor con los que contaba y ambos habían sido regalos de Mantegroso; ya había perdido la pulsera, no podía ahora perder el celular.

¡Mmmmmm!— se expresó Norma saboreando cada segundo de angustia en Sarahi— a ver Sari, continúa escupiendo sobre la jarra de jugo, total, te la vas a terminar tomando, venga, hazlo.

Sarahi se mostraba sensible y preocupada; sabía que recuperar su celular no iba a ser algo sencillo y tendría que soportar lo que Norma ideara para humillarla pero lo intentaría; sintió pena de sí misma y ante la sonrisa cínica y cruel de Norma y Dolores y la pena de Yolanda, Sarahi se dispuso a continuar escupiendo sobre el jugo a lo que Norma la ayudó.

¡Bien muy bien, ahora un poco de la mía!— al instante la malvada muchacha escupió sobre el jugo y con la única intención de aplastar la dignidad de Sarahi, la humilló al extremo al decirle entre risas a su sirvienta— ¡venga Dolores suelta algo de salivita aquí!;
Sarahi prefirió humillar la mirada para no ver tan solo oír el asqueroso sonido que hizo Dolores al escupir sobre el jugo, entonces Norma continuó— ahora toma el picante y sigue echándolo sobre la sopa. Sarahi temblorosa obedeció.

¡Venga venga Sari con ganas!;

¡Yaaaa por favor Norma ya está bien!— le suplicó angustiada.

¡Yo diré cuando estará bien y comienza a llamarme ama!;

Sarahi sollozando continuó hasta que Norma le indicó que se detuviera.

¡Ahora arrodíllate!— le ordenó engreídamente. Penosamente Sarahi obedeció.

¡Bésame los pies y súplica mi perdón!;

No había mas que seguir el cruel juego; Sarahi lentamente fue descendiendo hasta postrarse a los pies de la altiva Norma y besándoselos suplicó— ¡perdóname, por favor, perdóname ama!— se expresó con tal de contribuir al ego de la señorita y lograr recuperar su objeto tan preciado.

¡Sí, continúa, se siente tan bien!— mientras hablaba indicó con un gesto a Dolores que le pasara la jarra de jugo y enseguida le dijo a Sarahi— ¡levántate tantito y quédate de rodillas!;

Sarahi lo hizo al tiempo que Norma le arrojó todo el líquido de la jarra, bañándola por completo, haciéndola lucir ridícula a más no poder.

¡Jajajajaja!— se carcajeó Norma a sus anchas apoyada por Dolores— ¡pero que patética te ves!, venga, sigue besándome los pies.

Sarahi no soportó mas, comenzó a llorar intensamente; ella era fuerte pero ante tal acto no podía hacer más que ceder. Norma la contempló tan humillada a sus pies el tiempo que se le dio la gana mientras sentía los labios y la cara húmeda de Sarahi por el jugo sobre sus pies y sandalias blancas con un bajo taconcito que se había puesto después de que Sari le quitara los zapatos escolares, entonces con una perversa sonrisa se apartó tantito, le mostró burlona a Sarahi su teléfono amenazando con tirarlo.

¡Nooo por favor Norma eso no devuélvemelo!;

¡Claro, sí te veo lamer del piso lo que quedó del jugo!— le dijo despiadadamente.

Sarahi pegó un fuerte grito de impotencia, como una vulgar perra se dispuso a lamer el piso pero esa humillación no se prolongó pues apenas comenzaba en cuanto escuchó el impacto de su celular en el piso, quiso ir por el pero Dolores la detuvo y ante sus ojos llorosos y sus gritos histéricos, Norma pisoteó el celular hasta hacerlo trizas.

¡No me sirve, yo tengo el mío así que adiós!— se expresó con desprecio hasta acabar con el celular y acercándose a Sarahi la castigó con una fuerte patada en el estómago.

¡A callar perrita!— se burló todavía mucho mas de ella y de su dolor moral y ahora físico. Sarahi ahogó el grito al quedar sin aire por un momento a lo que Norma le pisó unos instantes las manos mientras le ordenó a Dolores— ¡tráela para la sala!, ahora viene lo mejor, admirar como se traga toda esa comida.

¡No comeré tal porquería!— gritó furiosa Sarahi que había recuperado el habla y aumentado el odio hacia Norma.

¿Qué si no?— se burló Norma— ¡tú, perra, síguenos!— le ordenó con absoluto desprecio a Yolanda y antes de dirigirse a la sala preguntó sin ningún escrúpulo a Dolores— ¿aún no ha pasado el recolector de basura verdad?;

Ésta meneó sonriente la cabeza afirmando con ello la interrogante de su señorita.

¡O sea que hay suficientes sobras y comida descompuesta!— expresó alegremente Norma.

¡Así es señorita!;

¡Bien, tráela que vamos a alimentar muy bien a Sari!;

Entre gritos, maldiciones e insultos; Dolores que era demasiado fuerte para Sarahi se llevó en una mano jalando un pequeño bote de basura y con la otra arrastraba a Sarahi por sus cabellos mientras Yolanda llevaba con pena los platos de comida repletos de picante.

Mientras tanto Rosa había llegado y se encontraba en la sala con su hija quien la ponía al tanto de todo. Dolores llegó y sin piedad arrojó a Sarahi justo a los pies de doña Rosa vestida con su típico uniforme azul ejecutivo y zapatillas negras de mediano tacón.

¿Así que dando problemas eh puta?— le dijo con desprecio Rosa a Sari al momento que le pisaba una mano dejándole por unos segundos el tacón sobre la mano de Sarahi.

¡Ayyy!— se quejó inevitablemente Sari aunque tratando de ocultar su dolor para no mostrarse débil ante la cruel señora.

¡Dolores!— llamó Rosa a su criada— ¡acomódamela!;

Enseguida Dolores hizo estirar en el piso a Sari bocarriba junto al mueble para que Rosa en verdad con la intención de humillar a la chica, se quitara los zapatos y con una sonrisa repleta de maldad y gozo en su rostro se dispuso a restregar sus pies sudados en la cara de Sarahi utilizándola de alfombra.

¡Jajajaja!— se carcajeó la señora— ¡para esto te quería, para que te tragues el sudor de mis pies!; bueno, ya está bien— se expresó satisfecha apartando de pronto a Sarahi con una leve patada.

Sarahi que se había empeñado contra todo pronóstico a no darse por vencida, escupió sobre el pie de Rosa gritándole— ¡maldita hija de puta!; a lo que Rosa lejos de molestarse se rió con ganas.

¡Jajajajaja de veras que eres mas terca que una mula!; ¿ves por que le digo mula hija?— dijo mirando a Norma para después tronarse los dedos mirando ya a Dolores que interpretando la orden de su patrona con entusiasmo, jaló por el cabello a Sarahi y le restregó la cara sobre el pie de Rosa, sobre su propia saliva.

Enseguida la criada la llevó al igual por su cabello a un lado de la misma sala, casi al centro, lo justo para que todos pudieran contemplar su humillación pues justo en ese momento Norma le acomodó en el piso un plato de sopa ordenándole con burla— ¡come!; a lo que Sarahi permaneció inmóvil, tan solo miró ligeramente el plato y su contenido y se sintió incapaz de hacerlo a lo que Rosa exclamó— ¡bah para que tanto lío!; ¡Dolores!, húndele la cara a esa mula y no se la saques hasta que no deje limpiecito el plato.

¡Noooo!— intervino Norma sonriendo maliciosamente— pienso presionarla de otra forma mucho mas efectiva— sentenció.

Rápidamente y ante la mirada desorientada de Sarahi que observó como Dolores doblegaba a su madre que en realidad no opuso resistencia alguna y la dejaba en el piso a los pies de la señorita Norma bocarriba; entonces Sarahi angustiada entendió el cruel juego de Norma que comenzaba a apoyar un pie sobre el cuello de su madre, primero suavemente hasta poco a poco ir ejerciendo mas presión hasta el punto de que Yolanda se quejó; entonces Norma fue mas que directa al hablarle a Sarahi.

¡Come o estrangulo a tu madre!— le dijo mostrando un brillo malicioso en sus ojos.

¡Eres una puta en verdad!— le contestó Sarahi llorosa reflejando en su expresión una mezcla de odio, resentimiento y en especial impotencia.

Norma no le respondió con palabras pero sí con actos pues en ese momento levantó un pie manteniendo el otro aún sobre el cuello de Yolanda a manera de ejercer todo su peso sobre ella, después, el pie que mantenía en el aire lo apoyó con brusquedad sobre el estómago de la madre de Sarahi de manera que quedó parada sobre dicho cuerpo y burlona a cada instante levantaba un pie ejerciendo de nueva cuenta todo el peso sobre el cuello de Yolanda que a cada segundo sufría mas.

¡Noooooo eso noooo la vas a matar!— gritó asustada Sarahi— ¡la matarás por favor baja de ella!;

Pero Norma le señaló con un gesto el plato— ¡come!;

Sarahi la miró por segundos furiosa pero a la vez impotente, ¡no tenía elección!, respiró profundo y en verdad con valentía tomó el plato con sus manos y devoró la mayor parte de su contenido, pasados escasos instantes, se dibujó en el rostro de Norma una cruel sonrisa para pasar de la sonrisa a las carcajadas acompañada por su madre y Dolores pues Sarahi tenía la cara roja como un tomate, cesaba agitadamente y se jalaba los cabellos, se sorbía los mocos y teniendo la terrible e insoportable sensación de que la cabeza le iba a estallar por los efectos del picante la pobre terminó retorciéndose en el suelo llorando histérica ante las despiadadas carcajadas cada vez mayores de aquellas personas que gozaban con verla sufrir.

Fue entonces que Norma bajó del cuerpo de Yolanda al observar que al igual su cara cambiaba de color debido al peso que había ejercido sobre ella. Norma sonreía satisfecha, había humillado a Sarahi y ésta vez lo había echo rápido y fácil, sin usar a Dolores, sin doblegarla por medio de la fuerza física, había dado en el clavo; hacer sufrir a su madre era garantía inmediata de lograr que Sarahi se rindiera ante ella, no contenta mientras veía sufrir a Sarahi hizo que Dolores le arrojara encima todo el contenido del bote de basura. Sarahi lloró como nunca al verse cubierta de tal asquerosidad y verse a la vez incapaz de resistirse a tragar parte de esos alimentos descompuestos pues entre Norma y Dolores le restregaron la cara en ellos ante las lágrimas de su madre y por el contrario las risas de doña Rosa.

¡Así aprenderás a irte con cuidado!— exclamó al final feliz de la vida Norma que sin piedad echó por ese día en ese estado tan penoso a Sarahi de su casa.

 REFUGIO EN MANTEGROSO.

Ese día, ya por la noche, Sarahi se encontraba triste y desconsolada llorando su penosa situación en la banca del parque junto a la cancha en donde solía jugar y justo en donde había humillado a Norma producto de lo cual había originado todo éste lío para ella y se maldecía por no haber sido mas lista y haberse confiado al igual que rabiosa maldecía a su madre por no brindarle su apoyo, por no luchar y rebelarse junto a ella y enfrentarse contra lo que se tenga que enfrentar; interrumpió sus maldiciones al percatarse de que ya era tarde y a todo eso, su madre debía estar preocupada por ella a lo que se levantó para regresar a su casa pero apenas caminaba en cuanto sintió unas arcadas terribles al recordar de nuevo el nauseabundo sabor de aquella inmundicia que se vio obligada a tragar a lo que sin otra opción vomitó abundantemente sobre el pavimento manchando incluso sus zapatos negros escolares que llevaba sin calcetas.

Justo se encontraba limpiándose con la mano la boca en cuanto oyó un comentario para nada acertado— ¡vaya contigo, de nuevo borracha!; ¿Qué no te dije que ya no bebieras?;

Sarahi se dio la vuelta furiosa para encarar a quien sea, era Mantegroso; en un movimiento rápido, Sarahi sin mediar palabra le metió un rodillazo en sus testículos a lo que el chico terminó de rodillas ante ella tratando inútilmente de contener su dolor.

¡Joder Sari acabas con mi descendencia pero ni hablar me lo merezco!— habló el adolorido chico apenas logró articular palabra.

Sarahi a pesar de la ira que la invadía no pudo evitar sonreír ante lo ridículo que lucía Nemesio tallándose de rodillas sus partecitas.

¡Lárgate Nemesio, no estoy de humor para tus idioteces!— le habló de nueva cuenta seria Sarahi emprendiendo de nuevo su caminar pero el chico la sujetó de su mano y risueño expresó— pues yo pienso lo contrario, al menos ya te hice sonreír.

¡Bah!— fue la respuesta de Sarahi demostrando su fastidio y zafándose de el para continuar caminando pero de nuevo el chico la detuvo para decirle al momento que se ponía en pie— ¡vamos Sari, algo anda mal, eso es evidente!;

¡Uyyyyy eres un genio!— se burló Sarahi de el.

¡Vamos, sabes que puedes confiar en mí!— continuó Nemesio que como siempre trataba de ignorar las burlas y desplantes de Sarahi— anda, mira, regresemos a esa banca, platiquemos y después te llevo a tu casa pero solo hasta que me regales otra sonrisa.

Sarahi no se pudo negar aparte de que andaba muy sensible a lo que sonriéndole aunque fue una sonrisa que mas bien inspiraba tristeza le dijo maliciosa para irse reponiendo de su mala racha— ¡claro, pero antes, limpia mis zapatos, que horror hay vómito en ellos!;

¡Ja desde luego!— exclamó Nemesio mas tranquilo al ver que sea lo que sea que le pasara a su Sari, ésta no perdía su característico humor a lo que arrodillándose de nuevo sin importarle que alguien los viera sacó su pañuelo y se dispuso a limpiar los zapatos de Sarahi.

¿Con un pañuelo?— se expresó Sarahi en plan de broma y mirando burlona a Nemesio— ¡que chafa!;

¿Qué esperabas princesita?— le contestó el joven igualmente burlón— ¿acaso con la lengua?;

¡Pues claro igual y te gusta el sabor de mis vómitos a lo que con placer te dejaría saborear total ahí en el piso hay hasta que te hartes jajajajaja!— se rió Sarahi por su comentario mientras le señalaba con asco apuntando hacia los vómitos que permanecían en el piso. Nemesio se incomodó como solía sucederle cada vez que Sarahi se propasaba con el.

¡Que mala te comportas a veces conmigo Sarahi sabiendo de sobra que te adoro, que cruel eres conmigo cuando te lo propones!— le contestó Nemesio indignado y con la voz llorosa realmente afectado.

Sarahi guardó silencio por un instante hasta que mirándolo con una expresión extraña en su rostro que reflejaba malicia le respondió— ¡no Nemesio, créeme que no has conocido mi lado mas cruel y ruega a Dios por que nunca lo conozcas aunque mientras me sigas tratando como a una Diosa no tienes que temer, son otros quienes deberían temerme!— puntualizó con la misma expresión extraña a lo que el chico se levantó y sintiéndose dichoso al abrazarla y no recibir una negativa de Sarahi avanzaron en silencio hasta llegar a la banca.

Ahí acontecieron y se hicieron presentes los sentimientos que reflejaban la amargura que Sarahi sentía en ese momento por todo lo que estaba pasando, se desmoronó por un momento rompiendo a llorar sobre el hombro de Nemesio haciendo al chico enternecerse y a la vez sentirse invadido por el odio hacia Norma al oír de labios de Sarahi todo lo que le estaba sucediendo, eso después de varios intentos erróneos de Sari de tratar de contarle los sucesos y verse interrumpida por sus llantos.

¡Sí tú quieres yo la mato te lo juro por el amor que siento por ti!— fueron las sinceras palabras de un decidido Nemesio al final del relato de los hechos por parte de Sarahi que lo miró por un momento asombrada sabiendo de antemano que el chico no bromeaba.

¡No Mantegroso eso no, eso me corresponde a mí!— le contestó Sarahi sonriente después de unos instantes en los cuales ambos permanecieron en silencio.

¡Vamos Sari déjame ayudarte entre mi padre y yo seguro que no permitiremos que tu madre vaya a prisión, vamos!— insistió el chico en ofrecerle su incondicional apoyo.

¡NO Y FIN DE LA CHARLA!— lo cortó Sarahi en verdad poniendo fin a la conversación. Nemesio la conocía muy bien a lo que mostrándole sus respetos se inclinó y humildemente le besó las manos.

¡Bueno déjame intentarlo y si de plano no hay de otra pues entonces tú la matas pero primero la secuestras y me la ofreces a mis pies como tu ofrenda para que yo la haga sufrir jejejejeje!— se expresó de pronto Sarahi bromista.

Ambos rieron por unos momentos hasta que Sarahi, mas bien su imprevisible humor sonrió de manera maliciosa hacia el chico después de escupir como lo había estado haciendo desde hacía un buen rato al sentir la boca amarga producto de haber vomitado entonces en ese justo momento Sarahi cambió de tema hablándole quisquillosa y coqueta.

¡Oye Mantegroso se bien que siempre has deseado un beso mío mmmmmm se me hace que hoy estás de suerte!;

El chico tosió nervioso lo que hizo que Sarahi se riera con ganas pues Nemesio comprendió muy bien que a pesar de todos los problemas con los que Sarahi cargaba no se le había olvidado la bonita costumbre de burlarse cada vez que podía de el y no solo eso, como siempre, pretendía humillarlo.

¡Por Dios Sari no seas así conmigo, sabes que me lastiman mucho tus burlas!— le habló suplicante recordando que apenas un rato, Sarahi había vomitado y ahora pretendía besarlo.

¡No tendrás otra oportunidad!— le dijo ésta mirándolo a la vez con pena y burla al momento que se le acercaba cada vez mas. Nemesio simplemente se dejó guiar por Sarahi, humillándose ante ella inclinó la mirada y se dejó besar por Sarahi que después de un ligero beso le susurró al oído en verdad solo con la intención de lastimarlo moralmente— ¡buen chico, por eso me gustas, por que me complaces en todo aunque eso signifique perder tu orgullo!;

Enseguida volvió a besarlo aún mas profundo y de nueva cuenta se burló de el.

¡Jajajajajaja!; ¿a que te saben mis besos?, ¿a que no te esperabas esto verdad?; ¡bien Mantegroso bien, sabes que solo obedeciéndome me tendrás a tu lado!— le decía entre risas clavando su mirada y su total atención en el confundido joven que ante tal comportamiento no sabía si sentirse agradecido o humillado tomando en cuenta que como sea que fuere por fin se le hizo besar a su amada.

Un tercer beso llegó y culminó después de que Sarahi groseramente dejara caer un largo salivazo dentro de la boca del pobre chico y sonriera orgullosa al comprobar como éste se lo tragaba y de nueva cuenta lo humilló— ¿a que sabe mi saliva?, bueno, la esencia de mi saliva, ¿cítrico no?— dicho esto se divirtió mirándolo fijamente satisfecha al ver que éste no se atrevía a mirarla a la cara y tan solo permanecía frente a ella resignado y dispuesto a soportar todo lo que ella quisiera hacerle pero por esa noche para Sari fue suficiente.

¡Vamos Mantegroso llévame a mi casa!— le pidió gentilmente mientras se levantaba— ¡dale que tu jodida motocicleta me encabrona con el puto ruido que hace a lo que si vomito de nuevo por el humo te obligo a que te lo comas!— concluyó sonriente y dejándole en claro que tras advertencia no había engaño.

¡Ando en auto!— contestó en voz baja el chico haciendo caso omiso a los lastimosos comentarios de Sarahi quien al oír— ¡ando en auto!— tal pareció que todos sus problemas desaparecían.

¡Wow en auto, perfecto, entonces yo manejo, las llaves las llaves!— le habló presurosa tronándole los dedos pues el mismo Nemesio tiempo atrás le había enseñado a manejar a lo que éste sin objeción alguna le entregó las llaves. La cara de asombro y emoción en Sarahi aumentó aún más al avanzar un poco y llegar frente al Peugeot 207 estacionado.

¡Órale Mantegroso está de puta madre!; el chico tan solo sonrió satisfecho al ver feliz a Sarahi.

¿Es tuyo?;

¡Sí!— contestó orgulloso el joven para después rectificarse tantito— bueno, de mi padre pero suele dejármelo mayormente a mí solo con la condición de que lo cuide y que………

¡Sí, al diablo!— lo cortó Sarahi subiéndose al auto a lo que Nemesio al igual hizo lo propio pues entendió que por la emoción de Sarahi no era nada difícil que se marchara ella sola con el auto.

La distancia que había que recorrer hacia la casa de Sarahi se hizo corta; Sari se detuvo justo frente a su casa, antes de bajarse se quedó contemplando al chico con una bella sonrisa, por minutos ninguno habló, tan solo se miraron; por Nemesio era claro que destilaba amor, por Sarahi era claro que no se podía opinar lo mismo al menos no se podía hablar de un amor puro y sincero, solo ella sabía ciertamente que era lo que sentía por aquel chico a lo que guiñándole un ojo se dispuso a bajar del auto solo que Nemesio se lo impidió, mas bien, sus enormes deseos por poseer a Sarahi fueron los responsables de que Nemesio no midiera sus actos, de que no se resistiera y en un parpadeo se abalanzara hacia Sarahi, la abrazara y le besara el hombro, comenzó a besarla por los hombros, por el cuello, incluso llegó a morderle, eso sí, muy suavemente, con delicadeza le mordió el cuello.

¡Nemesio por Dios!— exclamó Sarahi burlona al observar que de pronto Nemesio se detuvo temiendo por su reacción ante tales actos a lo que enseguida se deshizo en disculpas.

¡Perdóname Sarahi perdóname, no te enfades es solo que te deseo tanto que ya ves, por un momento me vi dispuesto a robarte tus caricias y besos ya que tú me los niegas y estoy dispuesto por mas sin importar el precio que haya que pagar, perdón pero es que en verdad me muero por ti!— le habló sinceramente al principio tartamudeando hasta que logró expresarse correctamente.

¡Siiiiiiiiii, mira que casi no se te nota!— se burló Sarahi de el al momento que le pasaba la mano por su polla que se mostraba embultada y furiosa al estar prisionera debajo del pantalón.

¡Por favor Sari!— expresó nervioso Nemesio y rojo de vergüenza.

¡Vamos Mantegroso, echémosle un vistazo!— comentaba Sarahi riéndose de lo lindo y ante la negativa y nerviosismo del joven y las ya comentadas risas de Sarahi, ésta en segundos le había desabrochado y bajado el pantalón con ropa interior incluida y se divertía reteniendo y palpando con sus manos la polla del chico que no se atrevía a mirarla a la cara.

¡Wow Nemesio mira nada mas como te pongo, bueno, como pongo a tu amiguito, a ver jovencito, saluda a tu superiora jajajajaja!— se pegó Sarahi en verdad divertida de lo lindo una fuerte carcajada al haberle hablado a la polla de Nemesio mientras le daba suaves cachetadas con la mano y se asombraba al contemplar la tremenda erección que dicha polla llegó a alcanzar, estaba a punto de reventar, Nemesio así lo presentía al verse incapaz de hacer algo por evitarlo y ver su polla erecta como nunca en su vida lo había siquiera soñado, en pie de guerra y siendo acariciada por las suaves y cálidas manos de su gran amor, por Sarahi.

Pero lo insoñable para Nemesio estaba por llegar y llegó al ver como Sarahi con una cara de lujuria total, bajaba el rostro hasta dejarlo justo frente a su polla, Sarahi silbó y risueña sopló sobre la polla, sacó la lengua y aunque rápido ¡se la lamió!; Nemesio por poco y explota en ese momento, la sensación que lo invadió no podría explicarla ni el mismo pero de algo estaba seguro en ese momento, jamás olvidaría esa ráfaga de segundo en que Sarahi le había lamido la polla, lo cual no pareció agradar mucho a la chica pues apartó la cara.

¡Por Dios Sarahi no te detengas ahora por Dios continúa!— suplicó Nemesio.

¡Noooo Nemesio, no te la voy a chupar, no me apetece, además puedes pensar que tan solo lo hago por interés, por el puto auto y demás y eso no, bien sabes que no soy así!;

¡Claro que no!— respondió Nemesio agitado— si eso fuera, me hubieses seducido de ésta manera cuando te regalé la pulsera o el celular.

¡En eso tienes razón!, pero bueno, ya vístete, acomódate el pantalón. Sari de nuevo se disponía a salir pero se detuvo sonriente al mirar la cara suplicante de Nemesio y más aún su poderosa polla aún en erección, a punto de reventar.

¡Bueeeeno!— se expresó Sarahi picarona— para que veas que no soy tan mala tampoco te dejaré así.

Sari de nuevo se le acercó pero ésta vez tan solo echó uso de sus manos a lo que mirando a Nemesio coqueta, se dispuso a masturbarlo, el chico no conforme por un momento sujetó a Sari por su cabello e intentó bajarle la cara hacia su polla y es que en verdad Sarahi al hacer creer al chico que le chuparía la polla, desde ese momento el chico no podía quitarse de la cabeza la loca idea de ver y sobretodo disfrutar con Sarahi chupándosela.

¡Coño Nemesio no te la voy a chupar!— expresó Sarahi para que al momento Nemesio dejara de presionarla, todo fue muy rápido, mientras Sarahi pronunció su última frase no detuvo el ritmo de masturbarlo y la verdad era que Nemesio desde hacía rato se encontraba al borde de explotar a lo que una potente descarga de semen se hizo presente brincado y haciendo contacto sobre las manos de Sarahi, el volante, los asientos y……., el rostro de Sarahi al haber estado con la cara tan cerca.

¡Ooooooooye!— exclamó Sarahi con una expresión de asco y a la vez chistosa al sentir como una parte de la descarga de semen se estrellaba en su rostro, quiso limpiarse con las manos pero se percató que las tenía empapadas al igual de semen.

¡Guacatelas!— comentó ya carcajeándose al igual que Nemesio que por fin se encontraba satisfecho, no del todo, pues lo ideal hubiese sido una mamada por parte de Sarahi pero sabía que no se podía quejar, pues de tantos desplantes y desprecios por parte de ésta a que pasara a masturbarlo con sus manos era mas que un buen avance.

Después de la graciosa mueca que Sarahi hizo en el momento en que sintió el semen en su cara, reaccionó de nuevo con su habitual comportamiento a lo que limpió sus manos sobre la ropa y piel de Nemesio; tomó una toallita que había en el auto y se limpió la cara, entonces sí salio del auto mientras Nemesio se acomodaba el pantalón pensando en como hacerle al llegar a su casa y su madre que andaba al pendiente de el en extremo no se percatara que su hijito llegaba un tanto oloroso de su propio semen.

¿Verdad que no soy tan mala?— le comentó coqueta Sari antes de cerrar la puerta del auto, cerró la puerta y silbando se metió a su casa a darse un baño, cenar y disponerse a dormir; lo mismo hizo Nemesio.


Continuará……………………………

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