miércoles, 4 de agosto de 2010

CAMBIANDO EL DESTINO 3

 COMIENZAN LOS PROBLEMAS.

Sarahi vivía el día a día tal y como la rutina se lo iba marcando hasta que un día recién llegaba a su casa del colegio vestida aún con el uniforme en cuanto comenzó a timbrar su celular; Sari lo ignoró pensando que se trataba de Nemesio— ¡que se espere ese imbécil!— fue el fugaz pensamiento de Sarahi que se quitaba los zapatos para sentirse mas cómoda al ponerse sus sandalias cafés de andar por casa pero ante tal insistencia del timbrar del teléfono y al desconocer el número decidió contestar topándose con una voz llorosa y nerviosa que sin duda alguna era la voz de su madre que le pedía desesperadamente que acudiera enseguida a la casa de Norma pues algo grave le había ocurrido.

¿Pero madre, que coño te pasa?; dímelo de una puta vez por que no pienso ir para allá— le habló Sarahi tratando de controlarse y no caer en el nerviosismo pero su madre no le dio mas razones, tan solo intensificó el llanto y las súplicas para que su hija acudiera a la casa en donde ésta trabajaba y sin mas colgó.

Sarahi echó maldiciones al ver que su madre le había colgado y al final invadida por la angustia de haberla escuchado llorar y suplicar muy a su pesar decidió ir a lo que rápidamente se cambió con unos pantalones cortos de mezclilla azules, blusa rosa y partió para ahí; al paso de un tiempo considerable Sarahi se encontraba frente a la reja de la entrada a dicha casa que era demasiado presentable, Sarahi respiró profundamente para mantenerse calmada y sin mas tocó al timbre, eso sí, manteniendo un semblante altivo a pesar de que en realidad se encontraba sumamente nerviosa pues por un lado no sabía que diablos le había sucedido a su madre y por otro ya se imaginaba alguna maldita escena por parte de Norma al tenerla en su casa.

Sarahi tocó varias veces al timbre al ver que había sido ignorada y de nueva cuenta al verse ignorada pateó furiosa la reja sin importarle hacerse daño hasta que pasados unos 20 minutos apareciera por fin una maldita sirvienta, una mujer que rondaba en los 30 años de complexión gruesa, no, mejor dicho gorda, para nada agraciada, de piel morena a lo que nada mas llegar a abrir la reja Sarahi le reclamó el haberla tenido esperando de pie en el sol por 20 minutos.

¡ESTÚPIDA!; ¿Qué eres sorda al igual que tus putas patronas?, coño llevo rato aquí ¡estúpida gorda!— le gritó Sarahi groseramente sin bajar la guardia y molestándose aún mas al ver una risita burlona en el rostro de la corpulenta señora que sin pronunciar palabra alguna tan solo se limitó a hacerle una seña con la mano para que Sarahi la siguiera y le hizo la seña con una mirada de rechazo hacia Sarahi, sí, la propia sirvienta de Norma miraba con rechazo a Sarahi lo cual hizo enfurecer a ésta que de momento se contuvo y la siguió pues lo que mas deseaba era salir de ese maldito lugar sin saber que apenas era el inicio y al entrar a lo que sería la sala Sarahi mostró una expresión de absoluta indignación en su rostro ahogando incluso las palabras al tratar mas que de hablar de gritar al ver a su madre llorando arrodillada a los pies de la señorita Norma que la verdad lucía radiante con la falda azul de su uniforme pero con una blusa negra y unos zapatos al igual negros escolares de grueso tacón, zapatos que delataban reflejados en ellos lágrimas de la propia Yolanda que apenas vio a su hija avanzó casi arrastrándose hasta llegar a ella y abrazarse miedosa a su cintura.

Sarahi miró con odio a Norma exigiéndole una explicación a lo que Norma tan solo se divirtió mirándola con desprecio y altivamente.

¡Madre!; ¿Qué coño pasa?— se dirigió Sarahi a su alterada madre pero ésta no podía articular palabra tan solo lloraba sin control y balbuceaba— ¡yo no, te juro que yo no, señorita yo no!— y diciendo esto último de nuevo pretendió avanzar arrastrándose hacia los pies de Norma pero Sarahi la detuvo ayudándola a levantarse pero su madre se negó, en realidad estaba muerta de miedo y se veía mas frágil que un papel empeñándose en continuar suplicante y de rodillas.

¡Coño madre que mierda te pasa, levántate por los mil demonios!— Sarahi comenzaba a perder la poca paciencia que presumía tener, enseguida se dirigió furiosa a Norma— ¡tú, perra, explícate o te jodo a golpes!;

¡Jajajajajajaja!— fue la respuesta de Norma; una cruel y fuerte carcajada apoyada de nuevo por su gorda y fea criada lo que hizo enfurecer todavía más a Sarahi que al no ver respuesta en Norma se olvidó de que se encontraba en la propiedad de ésta y se fue decidida sobre ella solo que la pobre Sari avanzó casi nada pues al instante fue detenida por el cabello por Dolores que era el nombre de la gorda criada y que ya se encargaría de hacerle honor a su nombre a costa de Sarahi.

Norma continuaba con su cínica sonrisa y Sarahi gritando y pataleando al no poder safarse de la odiosa gorda que la mantenía sujeta fuertemente por su cabello con sus manos.

¡Suéltame maldito engendro suéltame!— gritaba histérica Sarahi.

A una señal de Norma; Dolores bajó la intensidad pero no la soltó, la mantuvo firmemente doblándole una mano a la espalda a Sarahi que solo se contuvo al oír hablar a Norma.

¡Es sencillo Sari!— se expresó con desprecio la señorita Norma— ¡tú madre es una ladrona e irá a prisión por intentar robar finas joyas mías y de mi madre a no ser que tú intercedas por ella aceptando mis condiciones!;

¡Mientes!— gritó Sarahi al mismo tiempo que contemplaba impotente como su madre continuaba deshaciéndose en llantos y súplicas hacia Norma que prosiguió sonriente— ¡es sencillo Yolanda por que mira que lo último que deseo es tener una charla amena contigo y con la puta de tu hija, si no quieres ir a prisión por ladrona quiero que tú hija trabaje en ésta casa a partir de mañana como mi sirvienta personal por supuesto, sin recibir un solo peso de sueldo pues por lo contrario eres tú quien nos deberá a nosotras por tan gentil acuerdo pues en verdad que es un trato injusto!— concluyó irónicamente.

Sarahi quiso insultar, maldecir, gritar e intentar hacer mil cosas con un semblante de horror en su rostro al escuchar tales palabras con sus ojazos bien abiertos pero no pudo y no pudo no por el asombro al escuchar todo esto de labios de Norma sino por lo que escuchó de labios de su madre que no opuso resistencia alguna.

¡Sí Sari, es un trato justo acepta por favor, te lo ruego, no quiero ir a prisión hija!— le dijo al momento que avanzaba de rodillas hacia su hija lo que provocó la indignación en Sarahi y la risa en Norma.

¡Ya oíste Sari, obedece a tu madre jajajajaja será un placer tenerte como mi sirvienta y encima sin sueldo!;

¡Noooooo!— gritó Sarahi— ¡coño mamá reacciona!; ¿Qué no te das cuenta que todo ha sido una trampa?, venga vámonos saldremos de ésta— gritaba histérica Sarahi incapaz de poderse librar de los poderosos brazos de Dolores y mas impotente se sintió al oír el descaro de Norma en sus palabras.

¡Así es Sarahi, es una treta y la estúpida de tu madre ha cooperado perfectamente sin saberlo!; tengo fotos con lo necesario para hundirla y un testigo que es Dolores pero como no quiero hundirla, lo dicho, ¡te quiero a ti, tú eras la presa y el premio en éste juego así que sobran las palabras!;

Era cierto; Yolanda con su ignorancia y su miedo de sentirse siempre tan inferior ante Rosa y su hija Norma, sencillamente se moría de horror de solo pensar que éstas con sus influencias la hundieran en prisión a ella y a su hija pues había sido la principal amenaza de Norma, que metería con engaños presa a Sarahi a lo que Yolanda optó por decidir que preferible sería tener a Sarahi prácticamente también presa pero en casa de Norma que en una triste correccional de mujeres, por ello se había resignado en dar por su lado a Norma pero no así Sarahi quien esperaba como era lógico que su madre se defendiera y juntas luchar para demostrar su inocencia pues a decir verdad aunque se hubiese dado el remoto caso de que su madre fuese culpable del robo de joyas, Sarahi hubiese optado por dejarla en prisión que convertirse en criada de Norma pero la realidad era otra y era que su madre se moría de miedo y confusión y con su mirada perdida le daba a entender que ella no movería un solo dedo por su defensa ante tal injusticia condenando con ello a Sarahi, dejándola en manos y poder de Norma pero a todo eso Sarahi intentó defenderse.

¡Pues no acepto madre, ya veremos que hacer, yo me largo de aquí!— gritó Sarahi decidida, solo que Dolores no la soltó; su madre no reaccionó a su favor y Norma se encargó de aclararle su futura situación.

¡Oh Sari que pena!— le habló Norma irónicamente— ¡déjame decirte que no necesito que aceptes pues al venir aceptaste pues tu madre, te digo, ha cooperado con creces con su estupidez!— hizo una pausa para enseguida indicar a su sirvienta con una enorme sonrisa en su rostro— ¡y ahora Dolores, muéstrale!— dicho esto Dolores aplicó fuerza y presión sobre los hombros de Sarahi hasta que en contra de su voluntad ¡la obligó a arrodillarse ante la señorita Norma y su cínica sonrisa!;

¡Nooooooooooooo, nooooooooooooooooooo maaaaaaaamaaaaa mamita ayúdame!— gritaba tristemente Sarahi al verse por primera vez humillada aunque en contra de su voluntad, aunque sometida a la fuerza pero humillada al fin ante su mas odiada enemiga y al tiempo en que Norma avanzó hacia Sarahi, Dolores estudiando a la perfección el caminar de la señorita Norma obligó lentamente a Sarahi hasta dejarla con la cara pegada al piso a los pies de Norma justo para que ésta le pisara la cara prosiguiendo a limpiarse la suela de su zapato en la tierna cara de Sarahi viéndose opacada por sus lágrimas.

¡Mamaaaaaaaaa!— imploró Sarahi ayuda pero su madre hizo mas caso a las palabras de Norma retirándose y entregando a Sarahi a un cruel destino, a un destino al cual ella misma había contribuido por medio de su ignorancia y su inexperiencia y mas que nada a su increíble actitud sumisa y resignada ante Norma y su madre Rosa.

¡Vete Yolanda, continúa con tus labores!— le ordenó Norma sin dejar de pisarle la cara a Sarahi— que lo que falta por ajustar lo haré con Sarahi— concluyó.

Yolanda se retiró de momento haciéndose sorda al amargo llanto de su hija a lo que Norma ejerció más presión en la cara de Sarahi que no se quejó por ello.

¡Verás Sari, lo lógico y correcto sería que tú misma te hubieses arrodillado por tu propia iniciativa pero como nunca te he considerado una persona sino un animal, una mula, una bestia; entonces por eso es que Dolores se encargará de domarte y por lo que respecta a mí, te educaré y te enseñaré como se le hace a una bestia, a golpes!— sentenció cruelmente la señorita Norma y por fin retirando el pie de la cara de Sarahi para que enseguida Dolores la volviera a dejar de rodillas ante la joven Norma.

Pasados unos instantes, Sarahi contuvo el llanto y a pesar de verse envuelta en una confusa y difícil situación, se empleó a fondo para recuperar su habitual carácter y demostrarle así a Norma que no le temía en lo absoluto.

¿Y dices que seré tu sirvienta?; te lo advierto Normis, es mas fácil que te salga envenenando que sirviendo, sencillamente por que no se hacer nada, ni lavar, ni cocinar, ni planchar, naaaaaaada— se rió Sarahi pero Norma lo hizo mucho mas fuerte.

¡Jajajajajaja oh no querida Sari, para todas esas cosas tengo a la puta de tu madre y a Dolores para supervisarla que no me envenene!— hizo una pausa y mirando con desprecio a Sarahi continuó— ¡a ti te quiero para otras labores que te aseguro irás aprendiendo a punta de golpes, ya verás de que se trata, ya verás!— concluyó amenazante.

Y bueno, para empezar, voy a realizar algo que siempre he deseado hacer contigo desde que te conocí: ¡ponerte en tu lugar, verte humillada ante mí! Y para que vayas entendiendo de que se trata y lo que te espera y lo dicho; día a día te presentarás ante mí a mi servicio tan solo salgas del colegio y si no, hundo a tu madre que como comprobaste hace muy bien su papel de perra ¿y no se?, con su miedo a lo mejor y termina cooperando hasta para hundirte mas.

Sarahi se dispuso a insultar pero Norma se tronó los dedos y a su señal Dolores se llevó a Sarahi hacia el jardín arrastrándola por los cabellos ante la aprobación de Norma que sabía muy bien lo que seguía y disfrutaría paso a paso lo que se había llevado de tiempo en planear la destrucción de Sarahi hasta aplastarle por completo lo que sabía que mas le dolería perder: ¡su dignidad y su orgullo!;

Norma se tomó su tiempo para seguir a Dolores al jardín y justo cuando lo hizo ésta ya tenía a Sarahi tal cual como Norma se lo había ordenado; la tenía desnuda, sí, desnuda completamente; Sarahi gritaba como nunca lo había echo invadida de la rabia, la indignación y vergüenza que sentía al encontrarse impotente y humillada ante Norma, tan indefensa pues la maldita de Dolores la había amarrado de los brazos uniéndoselos y levantándoselos, había unido el amarre a un gancho que previamente había acomodado con otra soga a los extremos de unas esquinas y postes de donde se encontraban; en sí, Sari estaba colgada como una piñata lista para romper y quien la rompería sería precisamente la señorita Norma que en verdad ya estaba saboreando el momento mientras que Dolores se entretenía empujando a Sari por el gancho, solo era cuestión de empujarla para que su cuerpo avanzara a la dirección de Norma.

Sarahi a pesar de todo, de nueva cuenta se armó de valor con ayuda del odio y la repulsión que sentía por Norma e intentó jugar con la situación.

¿Qué tanto me ves perra?; lo que vayas a hacer hazlo de una puta vez ¿o es que acaso?, ahhhhhhh claro, me admiras los pechos y mi trasero, ¡por que tengo mejores pechos que tú y mejor trasero tanto que Mantegroso pagaría por besármelo!;

A todo esto Norma no contestó, tan solo intensificó aún mas su sonrisa cargada de burla y desprecio hacia Sarahi y así mirándola le mostró sin hablar lo que pretendía hacer con ella pues lentamente se levantó la blusa para mostrarle a Sarahi un grueso e intimidante cinturón negro que en ese momento se estaba quitando y que hacía juego con sus zapatillas del mismo color pues se había cambiado de zapatos; se entretuvo segundos meneando el cinturón hasta que sonriente expresó— ¡no sabes como añoré esto, tenerte justo como te tengo, indefensa para darte la tunda de tu vida!— y dicho esto no perdió mas tiempo y en un rápido movimiento ¡zasssss!, le propinó un cintarazo justo debajo de los pechos en la desnuda y blanca piel de Sarahi.

¡Ahhhhhhh!— gritó Sari que no se esperaba el golpe y luchó por contener el dolor pues poco o nada podía hacer estando en verdad indefensa; Norma se tomó su tiempo y zassss, otro cintarazo, ésta vez en las rodillas y enseguida otro en sus blancas nalgas; Norma le dio la vuelta a Sarahi mientras le propinaba el tercer cintarazo y burlona le advirtió— ¡vamos Sari, dí lo que sabes que quiero escuchar, suplica, suplícame como una perra que no continúe anda no sabes como lo deseo!;

¡Nunca maldita puta nunca voy a suplicarte!— fue la respuesta con determinación por parte de Sarahi.

¡Ya veremos!— le contestó Norma acompañando sus palabras con otro cintarazo en la espalda y otro de nuevo en las nalgas seguido de muchos mas. El llanto fue inevitable pero el orgullo en Sarahi contaba y mucho; lloraba, gritaba, eso era irreversible ante la cantidad inmisericorde de cintarazos con los que Norma la estaba castigando por todo su cuerpo y que ya hasta se le habían cansado los brazos.

Sí, Sarahi estaba sufriendo pero soportando increíblemente el dolor y no se veía de donde comenzara a suplicar lo cual desesperó a Norma.

¡Suplícame maldita suplícame que me detenga!— le gritaba histérica.

¡Mas fuerte!— exclamó Sarahi representando a la perfección su valentía— ¡que apenas y siento el contacto!;

Norma intensificó el ritmo pero era inútil, Sarahi no cedía; Norma se detuvo por un momento respirando agitadamente y observando las líneas y marcas rojas que se reflejaban aún mas en la blanca piel de Sarahi y la cruel muchacha sonrió perversa al observar como Sarahi lloraba impotente ante tal castigo, sin duda alguna la había humillado al cintarearla sin compasión alguna y teniéndola desnuda pero la humillación no culminaría con éxito hasta que Sarahi suplicara y Norma así se lo hizo saber.

¡No me detendré hasta oírte suplicar e implorarme que me detenga!;

Sarahi hizo un esfuerzo y al final logró fingir una leve y triste sonrisa— ¡pierdes tu tiempo!— se expresó orgullosa y digna. Como respuesta Norma cambió de táctica y ésta vez hizo gritar aún mas fuerte a Sarahi.

¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyy!— Norma le había propinado otro certero cintarazo en la espalda pero ésta vez la golpeó con la hebilla y sin compasión la castigó con tres golpes mas con dicha hebilla en la espalda y al ver que Sarahi intensificaba sus gritos y llantos pero seguía aferrada a no rendirse y suplicar, Norma decidió dejar de golpearla— total— pensaba— no es cuestión de aligerar las cosas, ya caerás, te iré dando por donde mas te duela, entonces disfrutaré aún mas el momento cuando te vea llorando e implorando piedad a mis pies— concluyó sus internos y profundos pensamientos.

¡Bájala Dolores!— fue la orden de la señorita Norma.

Al instante la gorda sirvienta tan solo safó el nudo de la soga del gancho y cruelmente dejó caer a Sari que simplemente se dio un fuerte golpe al impactar su cuerpo con el piso al caer bocabajo. Norma se acercó y contribuyendo mas a su crueldad apoyó su tacón justo en una marca de la espalda de Sarahi que se había plasmado gracias a uno de los contactos con la hebilla y sonriendo en verdad con malicia hizo presión y le hundió el tacón moviéndolo de lado a lado.

¡Auuuuuuuuuuuuuu!— se quejó penosamente Sarahi aullando de dolor.

¡Vamos Sari, implórame misericordia y quizás la tenga!, si no me ruegas no puedes saber si tendré piedad contigo— la atormentaba la joven Norma disfrutando el momento.

¡Púdrete!— le respondió entre llantos Sarahi a lo que Norma se paró prácticamente sobre la lastimada espalda de Sarahi haciéndole daño al irle clavando los tacones, en verdad estaba disfrutando al torturar a la pobre Sari; Norma sencillamente se sentía y lo era en ese momento realmente poderosa, parada, pisando a la odiada Sarahi que yacía bajo sus pies desnuda e indefensa aullando de dolor pero entregada en cuerpo y alma a no claudicar, a no suplicar; prefería seguir soportando el sufrimiento y el dolor, prefería hacerse amiga de ellos que darle gusto a su enemiga. Norma la veía sonriente en tanto que Dolores opinó— ¡tal vez un hebillazo en la cara la haga recapacitar, tal vez al ver volar uno de sus dientes la haga cambiar de opinión y comportarse con humildad!, ¿no cree señorita Norma?— puntualizó la malvada sirvienta con toda la intención de que la señorita hiciera realidad sus palabras.

¡Oh no no no Dolores!— le contestó Norma con una bella sonrisa aún parada sobre la espalda de Sarahi— ¡su carita será lo último a explotar, créeme, aún estoy pensando como!— en ese momento Norma por fin se dignó a bajar del cuerpo de Sarahi quien suspiró aliviada. Enseguida Norma se agachó y sonriendo le rectificó a Dolores— ¡sí, su tierna carita será lo último que le destroce!; dicho esto se quedó contemplando a Sarahi que se mantenía inmóvil, en parte por que continuaba amarrada de pies y manos y en parte por que el dolor y el ardor que sentía eran intensos a lo que tan solo se limitaba a permanecer callada y quieta.

Norma la contempló cuanto quiso con una expresión de triunfo en su rostro al ver a Sarahi llorar y sufrir, al final hizo un ruido que provenía de su garganta y la malvada chica soltó un asqueroso salivazo que se estampó en el rostro lloroso de la pobre Sari que nada podía hacer y nada hizo para evitar el humillante salivazo que lentamente se iba resbalando por su mejilla; en ese momento llegaba Rosa, la madre de Norma, vestida con un traje azul tipo ejecutiva y unas zapatillas negras de mediano tacón y desde que se iba acercando no ocultó su felicidad al observar tal escena con Sarahi desnuda a los pies de su hija.

¡Jajajajajaja veo que ya comienzas a darle uso a tu nuevo juguete!;

¡Ay sí mami perdona que no te haya esperado pero es que no pude resistirme!;

¡Jajajaja que va!— comentó doña Rosa— ¿y que tal?, ¿la perra ya sabe comportarse?;

¡No!— respondió muy tranquila Norma— pero no tengo ninguna prisa— concluyó muy sonriente.

¡Claro hija pero hay que ir poniendo los puntos sobre las ies desde el principio!, a ver, al menos ya le indicaste ¿Cómo debe mostrarte sus respetos?;

¡Pueeees no!— contestó Norma.

Su madre sonrió de una manera aún mas cruel de la que lo hacía su hija y avanzando decidida le propinó una patada en su costado a Sarahi que la hizo aullar de dolor al sentir el terrible impacto de la punta del zapato de Rosa— ¡a ver perra vete enterando que de aquí en adelante cuando estemos en tu presencia lo primero que harás es arrastrarte y besarnos los pies, a ver, bésame los pies y después los de mi hija venga que no tengo toda la tarde!;

Sarahi no hablaba, aún se retorcía de la patada y ni siquiera había digerido la orden cuando recibió otra patada— ¿Qué no oíste perra?; está bien que seas un animal salvaje pero coño creo que al menos intentas hablar el mismo idioma venga, ¡bésanos los pies!— le ordenó de nueva cuenta, ésta vez dándole un pisotón en la espalda y haciéndole una seña a Norma para que se acercara y nada; Sarahi no obedecía a lo que Rosa le pidió el cinturón a su hija y zas, un fuerte cintarazo fue lo que le propinó a Sarahi.

¡Ayyyyyyyyyyyy!— no gritó, chilló la pobre Sari pues Rosa era de complexión gruesa y sin duda puso todo su empeño en lastimar a Sarahi aparte de que ejercía mayor fuerza que Norma.

¡A ver si nos vamos entendiendo perra!— le decía mientras la surtía a cintarazos por todo el cuerpo— así se trata a las mulas como tú, ¡bésale los pies a mi hija!;

¡Yaaaaaaa yaaaaaaaa!— gritó Sarahi quien por instinto y reflejo ante tal castigo actuó como su mente le indicó, olvidó orgullo y todo para avanzar tantito arrastrándose pues no podía hacerlo de otra forma y finalmente lo hizo, ¡se humilló ante Norma!, le había besado los pies y como Rosa no detenía el castigo, Sarahi había dejado apoyado su bello rostro sobre los zapatos de Norma y sintió pánico al oírla— ¡lámelos Sari, lame mis zapatos!— lo hizo; Rosa había detenido el castigo y miraba orgullosa y sonriente como Sarahi lamía los zapatos de su hija.

¡Ahora los míos!— fue la siguiente orden de la señora. Sarahi penosamente se dio la vuelta como pudo y en segundos se encontraba besando los zapatos de doña Rosa— ahora, segundo punto a tener en cuenta en tu mugre cabezota, ¡nos llamarás amas puesto que eres una perra, las perras tienen amas, dueñas y nosotras somos tus amas, tus dueñas!, venga, quiero oírte.

Sarahi respiraba agitada, luchaba con todo por contener el sufrimiento y la pena que sentía en aquellos momentos pero en cuanto pudo se expresó— ¡malditas malditas sean!;

¡Noooooo así noooooo!— le contestó burlona doña Rosa. Sarahi trató de incorporarse, imposible, al estar amarrada y por que Rosa le atinó una patada en su estómago.

¡Lo dicho, aprenderás a golpes!— se burló a sus anchas la señora volviéndola a patear sin consideración alguna.

¡Sí, lo que te digo mamá!— intervino Norma— es muy terca pero mira, es un gran adelanto el que nos haya besado los pies.

¡Par de putas!— se expresó Sarahi con todo el rencor que le fue posible demostrar.

Rosa le sonrió con desprecio, alzó el pie en clara intención de aplastarle la cara.

¡Nooooooooooo mami!— la detuvo Norma— en la cara no, su cara es exclusivamente para mí, venga no le hagas daño en la cara que mira que me lo estoy pensando muy pero muy despacio y te prometo que será un solo golpe pero letal que la marcará de por vida— hija y madre intercambiaron una cruel sonrisa; Rosa se agachó tantito y le soltó un tremendo salivazo en la cara a Sarahi que lloraba de rabia y humillación y que ante todo les gritó— ¡malditas perras púdranse pu……!

Rosa no la dejó terminar, la pateó de nuevo en el estómago.

¡Bah!— expresó Norma con fastidio— tengo hambre, vamos a almorzar.

¡Sí!— le contestó riendo su madre— en cuanto a ésta perrita le vendría bien un baño y sin dejar de reír jaló por los cabellos a Sarahi que se deshacía en insultos y maldiciones y la aventó sin piedad justo cerca de la alberca a nada de caer diciéndole a Norma— ¡venga hija haz los honores!;

Norma entendió el cruel juego y lentamente se acercó; Sarahi se había callado y las miraba nerviosa más no miedosa; Norma le sonrió y tan solo la empujó tantito con el pie y aventó a Sarahi a la alberca.

Al instante se apreciaban los movimientos desesperados de Sari que al estar atada de brazos y pies nada podía hacer; gritaba, maldecía, balbuceaba; de gritos fuertes cada vez fue descendiendo su tono de voz; ¡se ahogaría!, sin duda alguna se ahogaría.

Mientras tanto Yolanda que había estado observando escondida llegó corriendo y se echó suplicante a los pies de Rosa— ¡por favor Rosa te lo imploro por piedad, morirá, mi hija morirá, por piedad!— le decía mientras por la desesperación cubría de besos los pies de Rosa.

¡Ama Rosa!— la corrigió ésta— las reglas cambian Yolanda, para tu hija como para ti así que vete enterando, nos llamarás amas, salvo lo contrario en que te lo indique, tú y tu hija se moverán a cuatro patas por la casa, no hablarán sin nuestro permiso, cuando quieran decirnos algo restregarán sus carotas sobre nuestros pies como lo que son, unas perras; los pendientes se los iré enseñando a punta de cintarazos así que advierte a tu hija— puntualizó la señora.

¡Sí ama, sí ama Rosa pero por piedad, mi hija se está ahogando!;

¡Jajajajaja muy bien Yolanda, eso está muy bien, ama Rosa, vaya aprendes rápido, el problemita será tu hija pero ya la iremos amoldando pero bien por ti!— se burló totalmente Rosa de la angustiada Yolanda mientras le acariciaba la cabeza como lo haría la dueña de una mascota.

¡Sácala Dolores!;

Enseguida ésta se quitó los zapatos y ¡órale!, se echó a la alberca para acto seguido sacar sobre el hombro a Sarahi; la dejó estirada sobre el piso, inconsciente, estaba desmayada.

¡Ve por su ropa Yolanda y ya te la puedes llevar por hoy, dile todas las indicaciones y la quiero mañana apenas salga del colegio, en especial hazle ver lo jodida que le puede ir si intenta alguna estupidez hacia nosotras!;

¡Sí ama Rosa!— fueron las palabras de la sumisa Yolanda quien se disponía a ir por las cosas de su hija.

¡Jajajajaja coño Norma como no se nos ocurrió antes y mira que cuantos dolores de cabeza nos dio ésta infeliz!— Rosa se dio la vuelta al verse ignorada por su hija y se acercó al observar que ésta ponía énfasis en la pulsera de oro de Sarahi que portaba en su brazo izquierdo.

¡Mira mami, esto no es para ésta perra además quien sabe a quien se la robó o a quien le vendió las nalgas así que me la quedaré!— y tal y como lo dijo le quitó la pulsera a Sarahi.

¡Claro hija!— la animó su madre— además acuérdate que su madre intentó robarnos primero.

¡Sí jajajajajaja!— se burlaron cruelmente y se retiraron para que Yolanda haga lo propio con Sarahi.

 FIRME VOLUNTAD DE SARAHI.

Mas tarde en casa de Sarahi por increíble que pareciera, su madre la reñía en lugar de compadecerla ¿Qué lo sentía?, ¿Qué le dolía por lo que estaba pasando su hija?; ¡por supuesto que sí!, pero eso no le quitaba de la mente a Yolanda que todo era consecuencia de los actos de su hija y de su eterna rivalidad con Norma, que a eso la había llevado, a ser su sirvienta, mas bien esclava de medio tiempo, como Rosa la había llamado.

¡Ay ya mamá ni que fuera para tanto!— se expresaba Sarahi por orgullo que por otra cosa— ¡uyyyyyyyyyyyyy no me frotes tan fuerte!— le decía mientras su madre le untaba pomadas, cremas y demás que había encontrado en casa para aliviarle el dolor y ardor en especial en su espalda; suerte que Yolanda sabía de remedios y que tratándose de su hija sin duda se esmeraría en dejarle la piel como nueva y mas tierna que la de un bebé.

¡Hija por Dios!— trataba Yolanda según ella de hacer entrar en razón a su hija— ¡trata de llevar la fiesta en paz ahora con la señorita Norma, no hay de otra hija, ruégale, humíllate ante ella, sí, se que te dolerá en el alma pero puede que logres que se compadezca de ti y eso te evitará sufrimientos mayores!;

Sarahi se había quedado mirando a su madre muy divertida y al final soltó una gran carcajada— ¡jajajajajajajaja ay mamá que patética eres en serio!; ¿Qué crees que por esto me van a doblegar?, ¿acaso crees que me han vencido?, bah cintarazos, ¿es todo lo que tienen?, mira que yo las hubiese azotado con un látigo, eso sí debe doler, zasssss— se expresó Sarahi con burla imitando y haciendo la seña de azotar con un látigo y riéndose de su madre y sus consejos.

¡Ayyyyyyyyyyy!— gritó Sarahi al momento que su madre hizo presión sobre una zona lastimada de su espalda— ¡no tan fuerte mamá!— se quejó Sari.

¿Qué?, ¿no que fueron caricias?; por que eso me quieres dar a entender, ¡despierta Sari por Dios!, despierta y acepta tu destino hija y te aseguro que vivirás mas tranquila, la señorita Norma es mejor que tú……

¡CALLATE!— gritó Sarahi al instante levantándose y mostrando un semblante en verdad invadido de furia, de rabia al haber oído de labios de su propia madre que Norma era mejor que ella.

¡Norma y su madre son unas putas y a la mierda con el destino, a la mierda con la suerte y a la mierda contigo, tú y tu estupidez han contribuido a que yo esté como estoy, eres una bruta!; ¿Cómo fuiste a caer en la trampa de ellas?, ¡bruta mas que bruta!;

Zassssssssss; una bofetada se estampó en el rostro de Sarahi.

¡No me hables en ese tono Sarahi, cállate ya por favor!;

¡No me callo no me callo!— gritó Sarahi que al parecer la bofetada solo la hizo enfurecer mas— ¡mira mamá, puedo tolerar muchas cosas, la ruptura entre tú y mi padre, el que me hayan parido y traído a éste mundo en medio de ésta puta miseria y lo que tú quieras pero no me vengas con que Norma es mejor que yo, por que te juro que algún día, algún día, yo cambiaré mi suerte y mi destino!; ¿Cómo?; ¡no lo se pero te juro que lo haré así tenga que entregarme en cuerpo y alma al Diablo pero te juro que algún día, Rosa y Norma se arrastrarán ante mis pies como las mas miserables de éste mundo y te juro que temblarán de miedo ante mi presencia!— concluyó Sarahi con la mirada mas perversa que se pudo reflejar en su bello rostro.

¡Sí, claro, lo que digas princesa sin trono!— se burló su madre de ella tratando de que con la dureza en sus palabras la hiciera recapacitar.

¡Yaaaaaaa mamá!; ¿Por qué te burlas de mi?, tú siendo mi madre deberías de alentarme y no solo no lo haces sino que te muestras como una perra sumisa ante ese par de putas, tal parece que disfrutas viéndome humillada ante ellas— Sarahi de nuevo lloraba al sentirse impotente en esos momentos; su madre ignoró sus fuertes palabras y optó por abrazarla, Sarahi se desahogaba llorando abrazada a su madre y fue cuando se separó de ella que se percató que no tenía su pulsera, entonces sí que se puso histérica.

¿Mi pulsera?, ¿Dónde diablos quedó mi pulsera?, ¿Mamá, tú me la quitaste?;

¡Que va hija no se de que me hablas!;

¡Norma!— exclamó Sarahi tronándose los dedos— ¡esa puta mal parida!— dijo disponiéndose a salir, su mamá la sujetó— ¡alto Sarahi!;

¡No mamá que Norma me robó mi pulsera, me la robó descaradamente ella sí que es una ladrona, esa pulsera es mi adoración, tiene que devolvérmela tiene que hacerlo!— gritaba pataleando y llorando al estar sujeta por su madre y entender tristemente al final de que había perdido su pulsera.

Sí, Norma se la había robado descaradamente y de nueva cuenta su madre le hacía prometer que al otro día no hiciera ni el más mínimo reclamo a la señorita Norma, su pulsera era historia, Sari se dispuso a tratar de conciliar el sueño, sería una larga noche en donde conseguiría de todo menos la paz que necesitaba para dormir y lo dicho, se la pasó llorando hasta que se quedó dormida.


Continuará………………………

No hay comentarios:

Publicar un comentario