viernes, 1 de octubre de 2010

CAMBIANDO EL DESTINO 7

EN LA BOCA DEL LOBO.

El tiempo seguía su marcha al igual que la relación de Sarahi tanto con Rubí como en casa de Norma; Sari continuaba muy resentida con su madre tanto así que casi no le dirigía la palabra, increíblemente Yolanda aunque al igual compadecía a su hija seguía mostrándose mas que firme, terca a sus creencias e intenciones de lograr formar en Sarahi un carácter dócil y obediente.

A todo eso Sarahi trataba de llevar la fiesta en paz, últimamente no había tenido problema alguno con Rubí aunque a decir verdad tampoco la había vuelto a frecuentar pues casi siempre era a Peque a quien le entregaba los deberes, ésta le pagaba y listo. Y en casa de Norma las cosas no se salían de la rutina.

Norma estaba ya asqueada y hasta cierto punto frustrada de ver que a pesar de comportarse cada vez mas cruel con Sarahi no lograba domarla; la humillaba como le venía en gana, pero nada, no lograba doblegarla mas que por la fuerza bruta empleada por Dolores o por su madre, Rosa; era el único medio por el cual podría lograr ver a Sarahi humillada a sus pies a lo que Norma enfurecía pues lo que ella deseaba era que Sarahi temblara ante ella y que la obedeciera por voluntad propia, quería aniquilar su orgullo y su dignidad y eso no se veía por donde pudiera lograrlo.

Y encima sumarle que en un principio Yolanda jugaba un punto a favor de Norma pues haciéndola sufrir a ella había logrado muchas veces lastimar en verdad a Sarahi pero desde aquel incidente entre Sari y su madre, ahora parecía que a Sari no le importaba lo que le pasara a su madre y aunque la seguía respetando, su rencor hacia ella ya no le permitía verla con ese amor que se le tiene a una madre a lo que Norma se frustraba cada vez mas al ver que hacer sufrir a Yolanda ya no surtía efecto para doblegar a Sarahi.

Norma se la pasó muchos días y noches ideando una formula mágica que le diera como resultado el ejecutar algo definitivo para aniquilar a Sarahi, hacerla pedazos y mantenerla como un ser sin voluntad, llorando día a día su derrota ante ella y en especial reconociendo su superioridad a lo que en una de esas noches en las que no lograba conciliar el sueño entre ella y su madre llegaron a una brillante idea que se oía muy atractiva y sin pensárselo mas se pusieron a trabajar sobre ello comunicándole la brillante idea al otro día al primer momento que pudieron tanto a Sarahi como a Yolanda.

Sarahi sintió un escalofrío recorrer todo su ser, aún así, trató de comportarse como siempre, manteniéndose digna y no mostrándose nerviosa ante Norma que tenía una sonrisa de oreja a oreja al momento que le gritó eufórica su nueva ocurrencia a Sarahi que no era otra que cambiarse a su escuela, así de sencillo.

¡Como diablos no se me ocurrió antes!— le decía burlona Norma a Sarahi.

Ese era el plan, Norma dejaría el Colegio Victoria para continuar sus estudios en el Instituto Morelos, el mismo en donde iba Sari; todo con la firme intención de atormentarla aún mas, por los días lo haría en la escuela y por las tardes la tendría a sus pies en su casa. Norma se frotaba las manos ideando todas las formas posibles para denigrar a Sarahi en la escuela, que nada mas para empezar, enteraría a todas sus compañeras desde el primer día que Sarahi era tan solo su miserable sirvienta, menos que eso, se engrandecería orgullosa revelando que ella y su madre trataban a Sarahi y a la madre de ésta como a dos vulgares esclavas.

La señorita Norma no cabía en felicidad y esa noche ya en su casa, Sarahi se la pasó llorando pero al igual se resignó, ¿Qué mas podía hacer?; haga lo que haga, grite y se revuelque; Norma lo tenía decidido a lo que Sarahi al menos no le dio el gusto de humillarla una vez mas en el momento en el que Norma le comunicó su fabulosa idea pues cruelmente pretendió divertirse con Sarahi proponiéndole burlona que si se arrodillaba y le lamía los zapatos, quizás cambiaba de opinión y seguiría en su misma escuela.

Por supuesto, Sarahi no accedió, dejándole en claro que no caería en su juego y que todas las veces que lograba someterla era en contra de su voluntad y tan solo por el sucio chantaje de encarcelar a su madre a eso que Sarahi estaba muy resentida con su madre, lo cual indicaba a Norma que sí no actuaba rápido; Sarahi simplemente en un momento sin pensarlo, podía abandonar a su suerte a su madre; por ello Norma astutamente se lo ideó y decidió estudiar en la misma escuela de Sarahi para sacar mayor provecho de la situación y para pisotearla moralmente frente a todas las personas que pudiera.

En tan solo tres días se cumplió lo deseado por Norma a lo que ya se encontraba como alumna del famoso Instituto Morelos en el mismo grado que Sarahi, para fortuna, al menos no en el mismo grupo y Norma trataba de aprovechar su tiempo al máximo; hacía cargar su mochila a Sarahi, la reñía siempre frente a sus otras compañeras, incluso llegó a abofetearla disfrutando al ver como Sarahi se tragaba cada humillación en especial la vez que la hizo limpiarle sus zapatos en plena entrada de la escuela con la amenaza de que si no lo hacía, haría que Dolores le dé de cintarazos a su madre hasta que se desmayara de dolor.

Pero como siempre el destino intervenía aportando acontecimientos curiosos e imprevisibles a lo que Sarahi llevaba unos cuantos días sin ser objeto de las burlas de Norma en la escuela y por las tardes pasaba lo mismo pues Norma se ausentaba casi todas las tardes; Sarahi pronto descubrió el motivo, motivo que la había intrigado desde el primer día de Norma en el Instituto pues Norma fue a dar en el mismo grupo de Rubí.

¡Sarahi se quería morir nada más enterarse!; sentía que sus piernas le temblaban y le impedían mantenerse en pie nada mas de pensar en que Norma entable amistad con Rubí y que entre ambas la destruyan por completo.

Para fortuna de la bella Sarahi a quien el destino parecía comenzar a sonreírle no fue así; por lo contrario, entre Norma y Rubí había dado inicio una tremenda rivalidad y por ello Norma ni se acordaba de Sarahi de momento, pues estaba más que ocupada en no dejarse intimidar por Rubí.

¡Pobre Norma!; lo que pensó que era su mejor jugada fue como se maldijo mas tarde reconociéndolo, su mayor estupidez. Cambiarse de escuela y haber conocido y pretender enfrentar a Rubí Torres Panty; simplemente ella misma se puso la soga al cuello.

Rubí y Norma se cayeron mal desde el principio; Norma intentó hacerse la cómica y popular desde el primer día y eso a Rubí le molestó mas al saber que Norma si bien no era una pobretona, pero no gozaba ni soñando de una posición social como la de la señorita Panty a lo que la despreció. Norma intentó competir en todo con Rubí mostrándose altiva y haciéndole ver que no le temía y que era tan bella como ella; en fin, la retó a como ella quisiera; Norma no se dejaba intimidar y menos ante una niña tonta y mimada como le gritó a Rubí que enfureció al intentar golpearla y verse vencida físicamente por Norma, que no la golpeó por miedo a represalias pero se dio el gusto de inmovilizarla doblándole la mano y contemplando la expresión de dolor en el rostro de Rubí.

Norma pretendía que Rubí se disculpara pero eso no sucedió pues Peque fue quien llegó al rescate empujando valientemente a Norma aunque después escondiéndose detrás de la falda de Rubí que lucía histérica al sentirse por primera vez amenazada y mas enfureció al ver que la mayoría del grupo festejó el momento y Norma se llevó las porras y los aplausos por hacer lo que muchas deseaban pero no se atrevían: ¡poner en su lugar a Rubí y darle una lección de humildad!;

Desde ese momento, Rubí se la pasaba ideando como desquitarse de Norma con la ayuda de su fiel Peque, pero Norma tal parecía que le adivinaba el pensamiento y le echaba a perder todos sus planes. Y es que Norma tenía lo suyo para liarse a golpes y para enfrentarse a quien sea excepto a Sarahi, por ello la odiaba tanto.

Sarahi estaba resultando la ganona con todo esto pues ni Norma ni Rubí la viraban a ver ni mucho menos la molestaban. Y la bomba explotó para Norma, más bien para Rubí un día en el comedor.

Norma se dirigía a su mesa a desayunar llevando una hamburguesa y papas en su bandeja; un tanto detrás de ella avanzaban Rubí y Peque, ambas con una maliciosa sonrisa, era el momento ideal para humillar a Norma; Rubí pretendía empujarla y tirarla al piso y ya ahí darle una tunda junto con Peque que no estaba tan decidida pero por Rubí hacía cualquier cosa. Para desgracia de Rubí; Norma le había leído el pensamiento a lo que cuando ésta pensó que se acercaba sigilosamente, Norma fue mas rápida para darse la vuelta y arrojarle el contenido de su bandeja en la cara a Rubí, ¡la empujó!, Rubí apenas y asimiló la situación y en cuanto lo hizo se encontraba de nalgas en el piso con la cara, el cabello y su fina blusa blanca manchadas de hamburguesa y papas.

Norma se carcajeó y como extra sujetó una botella de catsup y le bañó con ella la cara y la ropa a Rubí— ¡ay perdona mimada, te confundí con una papa jajaja!— Norma se marchó feliz, no solo le había dado una lección a Rubí, ¡la había humillado!;

Peque estaba con la boca abierta y miedosa se hizo a un lado en cuanto Norma la retó con la mirada; enseguida Peque levantó a su amiga que no buscaba donde ocultarse, avanzaron corriendo hacia el baño y Peque enfureció al ver llorar a su amiga.

¡Rubí amiga no llores, mira como te dejó esa perra, Rubí, te manchó por todos lados, Rubí te manchó!;

¡YA LO SE COÑO!; ¿me crees ciega o imbécil?— le gritó furiosa Rubí a Peque amenazándola con darle una bofetada.

Mayra no apartó el rostro y temerosa le dijo— ¡adelante, yo no te hice nada pero si golpearme te calmará, adelante!;

¡QUÍTATE!— le gritó Rubí que secándose sus lágrimas se dispuso a lavarse su cara y su cabello.

¡Rubí tenemos que desquitarnos, Rubí esto no puede quedar impune!;

¡Ohhhhhhhhhhhh!; ¿desquitarme?, ¿tan solo desquitarme?; ¡ohhhhh no Peque, esa perra acaba de firmar su sentencia de muerte, te lo juro Peque, será horrible, la voy a pisotear, la voy hacer añicos!— le contestó Rubí con un brillo especial en sus ojos, ese brillo que no presagiaba nada bueno para quien se esté refiriendo.

¡Bieeeeeeeen Rubí!— gritó Mayra emocionada al ver que Rubí no pensaba dejar pasar las cosas.

¡Tú blusa!— le dijo de pronto Rubí cambiando de tema y extendiendo su mano.

¿Qué, para qué o qué?— le preguntó asombrada Mayra.

¡Tú blusa he dicho!— le exigió Rubí mirándola fijamente; Peque obedeció, Rubí lavó su blusa y ¡claro!, se puso la de Peque y le ofreció la suya.

¡Nooooo Rubí está mojada y está sucia!;

¡Entonces no la uses!; venga, vamos al salón.

¡Ahhhhhhhhhhhhh!— gritó rabiosa Peque al no quedarle opción— ¡maldita maldita perra!;

Rubí sonrió levemente al ver que su fiel Peque la obedecía sin reproche alguno y se desahogaba con unas rabietas tremendas aumentando su odio hacia Norma. Rubí la tomó por los hombros, le levantó el rostro, ambas se miraron; Mayra apenada por lucir la sucia blusa de Rubí, por pagar los platos rotos pero una sonrisa y un comentario consolador de Rubí fue suficiente.

¡Vamos Peque, no mas rabietas, ya nos tocará reír!;

¡Sí Rubí!— contestó al instante Peque— ¿puedo darte un beso Rubí en la mejilla?— preguntó Peque haciendo referencia en la mejilla, ya que por lo regular Rubí la rebajaba obligándola siempre a besarle las manos o los pies ¡y decía quererla!;

¡Puedes!— le contestó Rubí ofreciéndole su mejilla; Mayra la besó con respeto, se abrazaron y Rubí al igual la besó y le pellizcó sus mejillas, lo cual sabía le encantaba a Peque y esa insignificante muestra de cariño fue suficiente para que Peque soportara las risitas de todas sus compañeras al ver que Rubí la había obligado a cambiar de blusa, llevando ella la que habían manchado; en especial Norma no dejó de reírse mirando retadora a Rubí, expresándole con la mirada— ¡ya sabes a lo que te atienes!;

Las clases terminaron por ese día a lo que Rubí salió junto con Peque un tanto antes que las demás y se dirigieron al estacionamiento para poncharle las llantas al auto de Norma.

¿Éste era el plan?— preguntó con su vocecita chillona, Mayra— ¿ponchar las llantas?; ¡que chafa Rubí!;

¡Nooooo idiota!— le contestó Rubí jalándole el cabello— esto es solo para hacerla perder el tiempo y así entretenerla.

¡Claro claro pero ya deja en paz mi cabello!— replicó Mayra— ¿Cuál es el plan?;

Rubí le sonrió con malicia y le dijo— aguarda— se retiró para pronto regresar armada con un bate de béisbol— ¡éste es el plan!— procedió Rubí a explicarle a su amiga— tú te escondes, yo la reto a golpes, ella enfurecida por lo de las llantas acepta, esto cuando la mayoría ya se haya marchado; entonces la entretengo y a mi señal tú por la espalda le das un certero golpe, lo justo para dejarla fuera de combate y poder amarrarla, entonces, mmmmm, ¡será nuestra!; ¿crees poder hacerlo?;

¿Qué sí podré?— contestó graciosamente Peque simulando como la golpearía con lo cual hizo reír a Rubí— ¡jajajajajajaja sí, así Peque, justo así quiero que la golpees!;

Transcurridos unos instantes, Peque se encontraba oculta, el estacionamiento prácticamente vacío pues Rubí bien sabía que Norma era de las últimas en marcharse siempre por cualquier motivo; Norma llegó a su auto y nada mas acercarse su expresión lo reflejó todo al igual que sus bendiciones proclamadas hacia Rubí sabiendo de antemano que era obra de ella.

¡Mierda!— se decía Norma— ¡ah pero esa maldita me las paga mañana!;

¿Por qué no ahora?— le dijo burlona Rubí haciendo acto de presencia.

¡Jajajaja!— se burló Norma— ¡uy que miedo!; ¿sola?, ¿y tú perra?;

Rubí ignoró el comentario y alzó los brazos retando a Norma a golpes que al igual no se lo pensó pero de nuevo se había adelantado a la jugada de Rubí. Norma se agachó para dejar su mochila y en un rápido movimiento del cual Rubí ni se enteró, Norma extrajo de uno de los departamentos de su mochila un puño de arena que previamente había depositado adivinando de antemano que Rubí querría desquitarse y ¡zas!, en un parpadeo, Norma le jugó sucio a Rubí; no en vano había aprendido y mucho de Sarahi y sin dudarlo le arrojó la arena directo a los ojos a Rubí.

¡Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy duele duele!— gritó Rubí arrojándose y revolcándose en el piso, llorando como nunca lo había echo en toda su corta y placentera vida— ¡yayayayayayayaya, maldita, maldita!— Rubí en verdad estaba sufriendo y dando un triste espectáculo, se revolcaba girando de lado a lado incapaz de calmar el ardor en sus ojos.

¡Jajajajajajajajaja!— se carcajeó cruelmente Norma— ¡eso es, diviérteme, revuélcate en el piso ante mis pies, total que tengo tiempo de sobra, revuélcate todo lo que quieras que apenas comienzo contigo!;

¡PERRA!— gritó con odio Peque que en ese momento salió disparada y armada con el bate. Norma tan solo se quedó inmóvil pero enseguida su sonrisa regresó a su rostro y fue aún mayor.

Peque tropezó y cayó torpemente justo a los pies de Norma que al instante pateó el bate; Peque intentó tomarlo pero Norma le pisó la mano.

¡Ayyyyyyyyyyy!— se quejó penosamente Mayra maldiciéndose por haberla cagado tan infantilmente; Peque no fue problema, Norma tan solo la levantó por su cabello y le propinó dos fuertes puñetazos en su estómago, ¡listo!; Peque aullaba de dolor y era incapaz de intervenir a favor de Rubí que continuaba lloriqueando amargamente en el piso.

Norma se fue acercando lentamente hasta situarse de nuevo frente a Rubí, la contempló cuanto quiso admirándola a sus pies; Rubí lloraba, se machucaba asustada los ojos y su temor fue mayor al recuperar un poco la visión y ver a Norma armada con el bate amenazándola.

¡Quieta!— le ordenó Norma con una sonrisa de triunfo en su rostro.

Rubí respiraba agitadamente— ¡ay Dios!— fue lo único que atinó a decir Rubí desde su posición en el piso, indefensa al ver que Norma había levantado un pie decidida a darle un taconazo en la cara; Rubí estaba a su merced, sí se movía quedaba latente la amenaza de golpearla con el bate.

¡Nooooo por piedad, no le hagas daño por piedad!— suplicó angustiada Peque.

Norma tan solo sonrió, en su expresión se podía reflejar que estaba a punto de golpear a Rubí que valientemente le resistió la mirada por unos segundos pero el temor fue mayor a lo que Rubí sin mas cerró los ojos esperando lo peor al igual que Mayra y en segundos se pudo apreciar el sonido de un golpe seco, letal y certero.


Continuará……………………………………

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