miércoles, 9 de junio de 2010

EL PRECIO DE UN AMOR 3

A partir de esa noche la situación entre Norma y Pedro cambió abismalmente, pues ésta le reprochó a Pedro su comportamiento estupido ante Sarahi sabiendo que ellas se odiaban y quiso hacer entrar en razón a su hermano menor haciéndole ver que llevando esa relación a la larga se arrepentiría pues tarde o temprano se daría cuenta que Sarahi solo lo usaría para molestarla a ella y Norma muy molesta sentenció a Pedro amenazándolo que mientras mantuviera la relación entre el y Sarahi se olvidara de que contaba con una hermana, pero a Pedro esto poco le importó y aunque muy en su interior presentía que su hermana no estaba muy herrada en todo lo que le había dicho, prefirió correr el riesgo en el que se aventuraba al llevarse y convivir con su amada Sarahi aun a costa de su propia hermana a la que hasta ese día no sabia lo que era darle un no como respuesta a una petición de ella.

Al otro día, con apenas unas horas de salir de la escuela Pedro se presentó en la casa de Sarahi para estudiar, esta ya lo esperaba en la puerta y Pedro quedó completamente anonadado al verla, pues Sarahi lucia sencillamente preciosa con una falda cortísima de mezclilla azul, sus sandalias cafés y una blusa negra.

¡Pasa!— dijo Sarahi amigablemente a Pedro, pero éste ni la escuchó pues estaba prácticamente ido admirando la belleza de su amor a lo que Sarahi burlescamente lo jaló de la camisa hacia dentro de la casa empujándolo y riéndose de el;

¡Dije que pases, no que me idolatres!— le dijo Sarahi burlonamente a Pedro con una bella sonrisa. Pedro quedó muy apenado y respondió:

¡Perdón, perdón!, ¡no te escuché!;

¡Si, claro!— respondió Sarahi disimulando su risa, ¡en fin, siéntate! ;

Pedro tomó asiento y Sarahi fue por sus libros y comenzaron a practicar ejercicios, Sarahi por esa parte en realidad que estaba poniendo empeño para enseñar a Pedro pero éste tenia dos serios problemas: el primero, en realidad las matemáticas se le complicaban y el segundo no podía concentrarse ¡no viendo a cada momento a Sarahi cruzando sensualmente sus piernas y sobretodo viéndole sus pechos y sumándole en la forma en que se acariciaba su cabello era imposible para Pedro poder poner atención al estudio!;

Y así transcurrieron las dos primeras tardes, mientras que por las mañanas para sorpresa de muchos Sarahi y Pedro ya eran inseparables solo que habían sus diferencias, Pedro era el encargado de llevar la mochila de Sarahi y ¡claro!, la suya también, atendía a la joven en lo que quisiera, incluso repetidas veces Sarahi le había echo limpiar su mesa de trabajo ¡y hasta sus zapatos! y todo sin mostrarle un gesto de agradecimiento y por supuesto algunas veces lo hacia a la vista de Norma que estaba empezando hasta a enfermar por ver la relación que se daba entre Sarahi y su hermano menor; pero para Pedro el hecho de estar cerca de Sarahi, el que ella lo apoyara con sus tareas, ¡no se las hacia!, solo lo apoyaba y sobretodo las asesorias en las tardes estando solos los dos en casa de ésta era el mayor premio que Pedro podía tener, pues el padre de Sarahi nunca estaba.

A la tercera tarde Sarahi esperaba impaciente a Pedro hasta que éste llegó;

¡Pasa!, necesito hablar contigo— dijo Sarahi un poco seria a Pedro;

¡Claro!— respondió Pedro muy atento a la joven;

¡Mira, Pedro!, seré sincera contigo en estas dos clases que te he dado he notado que en verdad, tienes serios problemas— le explicaba Sarahi a Pedro para hacer una pausa y continuar hablando mirándolo burlonamente— es decir ¡eres muy tonto para aprender! Pedro se moría de pena al oír estas palabras y se sintió muy humillado por la forma en que Sarahi se había expresado hacia el tan burlona y rápidamente intentó defenderse y salvar algo del poco orgullo que aún consideraba que le quedaba.

¡No, no es eso!— exclamó Pedro algo incómodo con la situación, acepto que se me dificulta pero puedo poner mas empeño;

¡No se!— respondió Sarahi algo no muy decidida y tratando de desesperar mas a Pedro— yo creo que estoy perdiendo mi tiempo contigo, en lugar de estar aquí bien podría estar trabajando en las tardes que buena falta me hace el dinero.

¡Si ese es el problema yo podría pagarte para que me sigas dando clases!— respondió Pedro; los ojos de Sarahi brillaron al igual que la mejilla de Pedro pues esta indignada le asestó una cachetada gritándole:

¡No vuelvas a decirme eso!, ¡no necesito de tu lástima ni de tu caridad ni de ti ni de tu puta familia!, si vuelves otra vez a ofrecerme dinero te juro ¡que te vas olvidando de mi!— concluyó Sarahi muy molesta.

Pedro se tallaba la mejilla, ya llevaba varias veces que sarahi le daba de cachetadas y ¡como pegaba de fuerte!,

¡Esta bien!— se disculpó Pedro, no quise expresarme de esa forma para molestarte pero por favor ¡te ruego que no te metas con mi familia!, Sarahi por el momento decidió también calmarse y aceptar las disculpas de Pedro.

¡Bueno!— exclamó Sarahi ya mucho mas calmada y expresando una maliciosa sonrisa— tengo una solución pero no se si la aceptes;

¡Tu dirás!— contestó Pedro;

¡Mira!— dijo Sarahi disimulando su risita burlesca, ¡tengo un método de enseñanza que estoy segura que no fallará! Y viendo fijamente a Pedro le explicó el sencillo “método de enseñanza” como ella le llamaba:
¡Vamos a practicar ejercicios, pero ahora cada vez que te equivoques te daré una cachetada!, ¿Qué te parece?, tu mismo vas a controlar la situación, mientras mas te equivoques ¡mas golpes te llevaras! y si no quieres que eso pase pues tendrás que esmerarte mas— concluyó una sonriente Sarahi.

Pedro no estaba para nada convencido con el cruel juego que Sarahi le proponía pero con lo dócil y sumiso que solía ser no era nada difícil de controlar aun así trató de lidiar con la persona a la que mas amaba, respetaba y adoraba.

¡No te parece que te estas pasando!— exclamo Pedro muy apenado y hasta cierto punto ofendido con la mirada inclinada ante Sarahi, pero ésta ya lo tenia todo muy bien planeado y sabia como terminar de convencer a Pedro: ¡picándolo en su orgullo y en su ego que desde luego lo tenia por mas dócil que fuera!;

¿Qué pasa Pedro?, ¿tan bruto eres?— se burló cruelmente Sarahi— ¡por que solo un bruto y bobo de remate se equivocaría tantas veces! y yo ¡no quiero creer que tu lo seas!, pero me estas demostrando lo contrario— concluyo Sarahi un tanto incrédula para confundir a Pedro.

Y Sarahi dio en el clavo, Pedro quiso demostrarle que podía con el reto y muy decidido aceptó diciendo:

¡Claro que puedo hacerlo!, ya te dije que no he puesto todo mi empeño, ¡empecemos cuando gustes!,

¡Perfecto!— contestó Sarahi, ¡ahora mismo!;

Ambos se sentaron y Sarahi no pudo ocultar una sonrisa de satisfacción cuando apenas pasaban escasos minutos y Pedro ya se había equivocado.

¡Zaaaas!, retumbó en el cuarto el sonido de la cahetada que Sarahi le dio a Pedro riéndose de el; Pedro se sentía muy humillado y Sarahi burlesca le dijo:

¿Seguimos?, Pedro se dolía del golpe pero trató de concentrarse lo cual fue imposible en menos de una hora Sarahi suspendió la asesoria pues sentía que las manos le ardían de tanto golpear a Pedro y ni que decir de las mejillas de éste y decidió terminar al menos por ese día con el no sin antes dedicarle una burla mas.

¡Suficiente!, continuamos mañana ¡bobo!, digo ¿si quieres? y si tus mejillas se recuperan— concluyó Sarahi entre risas y gestos de burlas.

Pedro no contestó le dolía bastante y mas que los golpes el haber quedado tan mal ante Sarahi en cuanto lo único que deseaba era en complacerla y demostrarle que si podía hacer mejor las cosas y por eso estaba decidido a volver al otro día, haría cualquier cosa, ¡cualquiera! con tal de seguir al lado de Sarahi pues cada día que pasaba la adoraba todavía mas. Ya al salir y despedirse Sarahi lo jaló por su cabello y melosamente le susurro al oído mientras se lo mordía suavemente provocando una tremenda excitación en Pedro.

¿Sabes?— tengo la solución perfecta para que no te lleves más golpes y aprendas los ejercicios; Pedro ni siquiera habló pues todavía no se creía que era posible tener a Sarahi tan cerca de el y esta le dijo juguetonamente:

¿Sabes cual es?, Pedro movió la cabeza haciéndole saber que no sabía y Sarahi sin dejarlo de mirar y dedicándole una de sus más bellas sonrisas le contestó:

¡Dejar de mirarme como un bobo! y ¡dedicarte a estudiar! y entre risas lo despidió:

¡Ya vete! y ¡no pienses tanto en mi o no vas a poder ni dormir!;

Pedro ya ni se hallaba en su casa tan solo quería estar cerca de Sarahi día y noche era como una droga para el oír su voz, su risa, contemplarla y Sarahi poco a poco iba comprobando que tan sumiso se comportaba Pedro ante ella y no tenia prisa alguna en ir subiendo cada vez mas el nivel para dominar a Pedro totalmente sin olvidar su principal objetivo que era su hermana.

Al otro día en la tarde caía un aguacero tremendo pero ni esto impidió que el buen Pedro acudiera a casa de Sarahi.

Continuara…………………

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