domingo, 20 de junio de 2010

EL PRECIO DE UN AMOR 10

Al terminar de arreglar todos los asuntos legales Sarahi explicó a Pedro la nueva situación y éste hizo lo propio con Norma; ya mas tarde Sarahi ejerciendo su nueva situación económica salió de compras llevándose a Pedro para que cargara con las bolsas pues no dudó en hacerse de un extenso surtido en ropa, calzado y prendas.

Al otro día doña Rosa dormía plácidamente en su cuarto mientras en la cocina Rodrigo vestido con un traje de sirvienta con peluca incluida que la misma Sarahi le obsequió y lo obligó a usarlo hacía la limpieza y Pedro el desayuno; en tanto Sarahi se divertía recostada en el mueble disfrutando de unas deliciosas galletas con la infeliz de Norma que estaba arrodillada a su lado; Sarahi se comía una galleta y otra se la tiraba a Norma quien se apresuraba a cacharla directamente con la boca haciéndose sorda a la burlas de Sarahi aunque Norma prácticamente ya se había resignado a servirle de diversión a Sarahi, en una de esas veces no alcanzó a cacharla y la galleta cayó al suelo.

¡Uppss!— expresó risueña Sarahi— ¡aguarda! y quitándose una sandalia sin aplastar por completo la galleta la levantó con los dedos del pie y ¡así se la ofreció a Norma!, quien humillándose a si misma no solo se la comió sino que le lamió los dedos del pie a Sarahi sin que ésta se lo pidiera con tal de llamar su atención pero ésta la ignoró por completo; Justo en ese momento doña Rosa bajaba las escaleras sin asimilar ni creer lo que veía, en primer plano a su esposo ridículamente vestido de sirvienta y muy metido en su papel de hacer la limpieza al igual que Pedro el desayuno y en segundo a Sarahi a quien ella detestaba y despreciaba incluso mucho mas que Norma recostada en su mueble y lo increíble ¡Norma arrodillada a los pies de Sarahi lamiéndoselos!;

¡Que diablos significa esto!— exclamó Rosa con una cara mezcla de susto y rabia y dirigiéndose al mueble en donde estaba Sarahi— ¿Qué diablos crees que haces aquí maldita miserable?;

Sarahi rápidamente se acomodó la sandalia y se levantó visiblemente molesta y desesperada por soltarle ya a doña Rosa la realidad de las cosas pero ésta ni siquiera la dejó hablar, en un instante doña Rosa sujetó del brazo a Sarahi y le asestó una tremenda bofetada que la tiró al piso y seguido la jaló por los cabellos y arrastrándola sin piedad pretendía sacarla de “su casa”, ante los gritos de dolor de Sarahi producto de los fuertes tirones que le daba a sus cabellos; pero para sorpresa de todos fue don Rodrigo el que intervino gritando:

¡Detente Rosa!— no te aconsejo que la trates de esa forma.

¿Tu me aconsejas?— contestó furiosa Rosa y en ese momento levantó a Sarahi sin soltarla del cabello y obligándola a permanecer de rodillas frente a ella la miro por un instante con desprecio absoluto y después de darle otra fuertisima bofetada la empujó hacia el piso logrando que Sarahi recibiera un fuerte golpe en plena cara; Sarahi la estaba pasando mal quedando bocabajo en el piso se cubrió la cara con ambas manos para esconder su llanto y percatarse que sangraba ligeramente en los labios; pero Rosa que estaba fuera de control le metió una patada en las costillas haciendo voltear de lado a Sarahi quien soportaba lo mejor que podía tan cruel trato.

Mirando desafiante a Rodrigo, Rosa acomodó la suela de su zapato en el cuello de Sarahi y haciendo cada vez mas presión ¡pretendía estrangularla!;

¿Quieres un consejo?— quítate inmediatamente ese estúpido traje y dime ¿Qué carajo crees que pensabas, acaso quieres matarme?— concluyo furiosa Rosa hacia Rodrigo y haciéndole cada vez mas daño a Sarahi, quien respiraba débilmente y con mucha dificultad. Pero Rodrigo no perdió tiempo y sin trabas rápidamente le explicó todo a su esposa quien por primera vez se detuvo a escucharlo y después de unos instantes de silencio Rosa intentó asimilar todo lo que Rodrigo le había dicho y quedando un tanto confundida aflojó un poco la presión sobre el cuello de Sarahi a lo que ésta aprovecho para safarse de su tortura.

Sarahi permanecía sentada en el piso respirando agitadamente hasta que logrando calmarse se secó las lagrimas que corrían por su bello rostro fue entonces que tomó de nuevo el control de las cosas y cayó en cuenta de la pronta lealtad que don Rodrigo la había demostrado pues fue el quien intervino ante Rosa y Sarahi no quiso siquiera imaginarse que hubiera pasado si Rodrigo no hubiese dicho todo a Rosa en el momento en que ésta la estrangulaba, se levantó y molesta caminó hacia Pedro sorprendiéndolo con un fuerte rodillazo en sus testículos, después se dirigió hacia Norma que permanecía de rodillas y con el puño cerrado le dio un tremendo golpe en el rostro, de esta forma les reprochó el que no hayan intervenido, por último le dedicó una tierna sonrisa a Rodrigo para después mirar retadoramente a Rosa quien al oír toda la historia de labios de Rodrigo empezaba a bajar la guardia y mas nerviosa que tranquila dijo a su esposo:

¡Espera, esto no puede ser!— piénsalo bien, tú eres el responsable directo de todo a mi no me puedes culpar de nada y seguro que hay una salida a todo esto.

¡No hay nada que pensar!, lo que ha dicho Rodrigo es exactamente como están las cosas y si no lo cree puede hacer lo que quiera pero conste que no es mi intención que termine en prisión— intervino Sarahi quien había recobrado de nuevo la seguridad que la caracterizaba— pero si intenta hacer algo en nuestra contra es lo que le pasará y ahora Rosa ¡largo de mi casa!— concluyó Sarahi tronándose los dedos y mirándola fijamente.

Rosa ya había bajado la guardia, pues algo en su interior le decía que Sarahi había trazado muy bien su plan de hacerla quedar a ella como la única responsable de todo y sentía un cosquilleo por todo su ser que le indicaba que ésta vez le había tocado perder, mirando a Sarahi miedosa y después a su esposo dijo:

¿Pero no tengo a donde ir?,

¿Crees que me importa?— contestó Sarahi sonriéndole con desprecio— y ustedes par de estúpidos hagan algo de provecho no estén solo como simios observando, ¡Norma, creo que tengo zapatos que aun no me has limpiado y recuerda hacerlo con la lengua! y tú Pedro termina de acomodar lo que haga falta y háganlo aquí mismo ante mi presencia.

Rosa estaba extremadamente nerviosa, aun mas al ver la forma en la que Sarahi se dirigía a sus hijos, hacía ya bastante tiempo que no sentía esos nervios, incluso ahora se sentía invadida por un miedo terrible y con una voz suplicante casi al borde del llanto dijo a Sarahi:

¡No puedes hacerme esto!, y cerrando los ojos soltó la frase que a Sarahi le pareció música para sus oídos— ¡Te lo suplico Sarahi!, a lo que ésta se carcajeó cruelmente para después decirle burlesca:

¡Ay, Rosa!— verás, para que hacer mas largo esto además aunque yo quisiera ayudarte— Sarahi hizo un momento de silencio y después continuó— por lástima, ¡pues mira!, ya tengo una sirvienta que es tu esposo, tengo una especie de mascota-confidente que es Pedro— y al decir esto riéndose se quedo mirando a Pedro quien solo humilló la mirada y siguió acomodando algunas pertenencias de Sarahi— y por si fuera poco añadió Sarahi respirando profundamente y con una bella sonrisa sintiéndose orgullosa de sus palabras continuó— ¡tengo un bufón personal para mi diversión que es Norma!; así que tú sales sobrando en esto, en serio ¡que pena!, pero así es, ¡aunqueee, no se!, Sarahi se hizo la interesante dejando la frase al aire como que se lo pensaba, no creo que esté mal tener otra mascota, digo, igual y cuando me fastidie de una pues uso a la otra.

¿Qué te parece Rosa?, ¡Tu podrías ser mi perra!, ¿Qué dices?, ¿Crees poder llegar a se una buena perra dócil y obediente?;

Estas crueles palabras hicieron temblar a Rosa de pies a cabeza con tal efecto que ya no pudo evitar que las primeras lágrimas le corrieran por sus mejillas.

¡Venga, decide ya!— la presionó Sarahi excitada por escuchar su respuesta.

¡Esta bien!— gritó Rosa con la voz entrecortada por el esfuerzo que hacia para no soltarse a llorar— ¡Yaaa, lo haré, haré lo que me digas pero no me mandes fuera no tengo a quien recurrir para que me ayude!;

Sarahi se sonrió perversamente mientras contemplaba el rostro lleno de lágrimas de la alguna vez altiva doña Rosa y poniéndose cómoda de nuevo en el mueble cruzó las piernas admirándose ella misma de sus hermosas sandalias negras de tacón alto que apenas un día antes acababa de comprarse al igual que un lujoso anillo que lucía en el dedo de uno de sus bellos pies y con una risita de burla le dijo a Rosa:

¡Tendrás que convencerme, al igual que lo hizo tu esposo!— así que esmérate por dejarme satisfecha— veamos Rosa, si vas a ser mi perra, mi animal de compañía dime ¿Qué hacen los perros ante su dueña para ganarse su cariño?, Rosa había enmudecido, estaba temblorosa y seguía tratando de contenerse para no romper a gritar y llorar mas fuerte por la humillación que sentía, lo cual fue imposible al escuchar las crueles palabras de Sarahi.

¡Los perros se echan a los pies de su dueña!— le soltó Sarahi sonriéndole con burla ¿a que esperas?— demuéstrame que tanto estás dispuesta a ceder,

¡Humíllate ante mis pies de una puta vez!— gritó Sarahi riéndose cruelmente.

Rosa no lograba siquiera articular palabra, con lágrimas en los ojos fue dejándose caer lentamente hasta quedar por completo postrada a los pies de Sarahi quien los movió ligeramente para hacerla entender lo que quería, Rosa comenzó a besárselos; Sarahi no dejaba de sonreír al ver la expresión de asco y de impotencia en el rostro de Rosa cada vez que le besaba los pies, Sarahi alzó un pie y le pisó la cara a Rosa dejándola quieta en el piso, sintiendo aún mas miedo al notar que Sarahi cada vez hacía mas fuerza con su pie sobre su cara.

¡Rosa, Rosa!— ¿Qué más hacen los perros?— le decía Sarahi mientras prácticamente se limpiaba la suela de su sandalia restregándosela en la cara, Rosa se limitaba a llorar en silencio; Sarahi dejó escapar una carcajada para después decirle:

¡Ladran, los perros ladran!, anda ponte de rodillas— le dijo al momento que ella se levantaba y pasaba caminando sobre el cuerpo de Rosa pisándola cruelmente en la cara; Rosa se puso de rodillas lentamente tallándose la mejilla.

¡Ladra!— le dijo de nuevo Sarahi sin esconder su sonrisa.

Rosa respiró profundamente y seguido soltó un fuerte aullido que fue aceptado por Sarahi como un ladrido aunque mas que aullido fue un grito pues Rosa rompió a llorar, ¡no soportó mas!, gritó y se deshizo llorando amargamente, estaba deshecha; pero mas fuertes fueron las carcajadas de Sarahi ante tan triste espectáculo, pues era la única que estaba disfrutando con el sufrimiento y la humillación de Rosa, Pedro y Norma acompañaban a su madre llorando en silencio, mientras Rodrigo permanecía inmóvil inclinado incapaz de atreverse a mirar tal escena.

Sarahi se paseaba de lado a lado ante Rosa carcajeándose incluso tapándose la boca para intentar ya parar de reír pues no podía dejar de hacerlo y caminando hacia la mesa expresó:

¡Muy bien Rosa, vas muy bien!, tan bien que ¿que crees?,

¡Te has ganado una galleta!, y precisamente fue a la mesa por la caja de galletas que se había estado comiendo antes y desde ahí mirando a Rosa la silbó como si en verdad llamara a un perro.

¡Venga, acércate!— ¿Qué no oíste?, ¡te has ganado una galleta!, anda camina de rodillas hacia mí.

Rosa fue hacia Sarahi tal como se lo había dicho caminando de rodillas hasta llegar a ella, entonces dio inicio un juego aún más cruel por parte de Sarahi pues alzando la galleta ante la mirada llorosa de Rosa le dijo riendo:

¡Alza los brazos y saca la lengua!, pero sin babearte, no me gustan los perros que se babean— ¡venga, brinca y ladra por la galleta!, ¡anda, hazlo!,

¡Ya se, si consigues ganarme la galleta de la mano al brincar me daré por satisfecha y te dejaré en paz!, tan satisfecha que incluso y hasta te devuelvo algo de tus propiedades.

Rosa creyó ingenuamente en las palabras de Sarahi lo cual solo sirvió para divertir aún mas a la cruel joven; Sarahi le acercaba la galleta a Rosa y cuando ésta intentaba morderla Sarahi alzaba el brazo y de nuevo se lo repetía burlándose de ella;

¡No Rosa!— tienes que esmerarte mas— ¡anda, brinca, ladra, ven por ella!, y Sarahi caminaba hacia atrás haciendo que Rosa la siguiera de rodillas; la escena era patética, triste y cruel Rosa prácticamente gateaba a donde Sarahi se moviera quien alzaba y bajaba el brazo, hacía como si le tiraría la galleta y no lo hacía y Rosa a cada movimiento de ésta brincaba, abría la boca cuando Sarahi le hacía creer que dejaría caer la galleta dentro de su boca, ladraba desesperada por acabar con ese trato tan inhumano, así hasta que Sarahi se apoyó de la pared mientras le enseñaba la galleta moviendo el brazo y carcajeándose a mas no poder, tan fuertes carcajadas que hasta sentía que ya le dolía todo el cuerpo de tanto reírse.

Rosa, ésta vez intensificó aún mas su llanto, era demasiada humillación y burla por parte de Sarahi, un trato tan cruel que quizás ni siquiera alguien como Rosa merecía.

En ese momento ambos rostros se cruzaron Rosa expresando perfectamente el rostro de la humillación y la derrota deshecha, rota moralmente con la cara llena de lágrimas miraba a Sarahi implorándole con su mirada que tuviera piedad de ella y que terminara ya de degradarla; Sarahi quien aún se carcajeaba de lo lindo, también miró a Rosa expresando una sonrisa de triunfo y burlona aún le movía y le acercaba la galleta y aprovechó ese momento en que ambos rostros se cruzaron y en un instante dejó de reírse y mirando fijamente a Rosa con todo el desprecio del que fue capaz ¡la escupió en plena cara!,

Un asqueroso salivazo de Sarahi se estrelló en el rostro de Rosa y acumulando saliva Sarahi lo repitió de nuevo dejando caer su saliva justo en el rostro de Rosa quien sin apartarse permitió que la saliva de Sarahi se mezclara con sus lágrimas y resbalara lentamente por sus mejillas, algo que le dolió a Rosa en lo mas profundo de su ser y que acabo por completo con su orgullo, se desplomó tendiéndose en el suelo deshecha a los pies de Sarahi quien volteó a ver a todos pero nadie le dio la mirada Norma y Pedro estaban mas que afectados al igual que Rodrigo, de nuevo se dirigió a Rosa y arrojó la galleta al piso cerca de su cara.

¡Cómetela! y no se te ocurra limpiarte mi saliva de tu cara;

Rosa obedeció y comió la galleta directamente del piso y sin agarrarla con las manos, solo usando la boca y mientras lo hacía Sarahi le aplastó la cabeza mientras la contemplaba orgullosa y sin dejar de pisarle la cabeza le dijo:

¡Rosa, Rosa, la odiosa doña Rosa! y se quedó pensando un instante en silencio pues desde un principio ya había tomado la decisión de echarla de la casa pues no confiaba en ella y hasta cierto punto le temía sabía que doña Rosa no era de fiar ni mucho menos era dócil y sumisa como Pedro y don Rodrigo y a Norma la había controlado pero esa era otra historia, pero con doña Rosa no estaba del todo convencida de poder doblegarla de la misma forma y a pesar de haberla humillado como lo hizo dedujo que ésta había accedido producto de su desesperación pero teniéndola de cerca presentía que Rosa en cualquier momento podría ingeniárselas y tomar venganza y prefirió no arriesgarse, sonriendo de nuevo pensando en la forma tan cruel y humillante como la había tratado se dio por satisfecha y burlona le dijo:

¡No me has convencido!, ¡lárgate ya!— además si estuvieras en mi lugar y yo en el tuyo ¿no harías exactamente conmigo lo mismo? y al decir esto retiró el pie de la cabeza de Rosa quien alzando el rostro manchado de migajas de galleta miró con un profundo odio a Sarahi y quiso gritarle tantas cosas pero no tubo tiempo siquiera de pensarlas pues Sarahi con su ya habitual sonrisa de burla la sorprendió teniéndola aún en el piso a sus pies con una brutal patada en la cara haciéndola sangrar y dejándola casi inconciente y mirando a Rodrigo le dijo:

¡Sácala, rápido la quiero fuera de mi vista!,

Rodrigo obedeció ayudado por Pedro y de ésta forma Rosa abandonó la que una vez fue su lujosa casa sin una sola pertenencia más que el vestido y los zapatos que llevaba puestos y sin un solo peso.

Quedando de momento en la casa solo Norma quien estaba deshecha y aun se encontraba en el piso lamiendo más bien limpiando con sus lágrimas los zapatos de Sarahi llorando por la suerte que había corrido su madre, Sarahi se plantó frente a ella y le dijo:

¡Norma, si lo deseas puedes seguir a tu madre, nadie mas que no esté enterado de todo lo que ha pasado sabrá de tu situación, pero la verdad me he fastidiado de ti y además cada día que pasa me das mas asco! y con tu padre y Pedro tengo mas que suficiente para llevarme la vida fácil digamos que contigo mi objetivo está cumplido, así que me importa una mierda lo que tu hagas, seguro que junto con tu madre ya se les ocurrirá que hacer.

Norma estaba sorprendida por las palabras y la decisión de Sarahi, se moría por seguir y apoyar a su madre e iniciar una nueva vida libre de Sarahi, pero las contradicciones de la vida, no supo bien por que actuó de la forma en que lo hizo, de hecho no sabía si mas tarde se reprocharía su decisión, el hecho era que Norma ya no podía separarse de Sarahi sentía unos raros sentimientos hacia ella y esos sentimientos se llamaban adoración, respeto y ¿amor? ¿Se había enamorado?, era casi seguro y Norma se odiaba y se avergonzaba de si misma pero lo había aceptado sentía la necesidad de servirla y soportar su cruel trato, ya no le importaban las burlas y las humillaciones, ella sentía esa necesidad y sin pensarlo mas ¡besó los pies de Sarahi, sin que ésta se lo pidiera!, levantó la mirada hacia ella y le dijo:

¡Prefiero quedarme!;

¿Crees que te miento?— contestó Sarahi sorprendida, es en serio, puedes largarte.

Norma ya no respondió se postró de nuevo ante los pies de Sarahi y de nuevo se los volvió a besar; Sarahi ya tenia sus sospechas sobre los sentimientos de Norma y riendo maliciosamente decidió comprobarlos.

Continuara……

No hay comentarios:

Publicar un comentario