miércoles, 9 de junio de 2010

EL PRECIO DE UN AMOR 4

Sarahi esperaba a Pedro sentada en la entrada de su casa muy divertida al ver que éste acudió puntual a su casa aún mojándose al querer pasar Sarahi le dijo:

¡Pedro estás empapado!, ¡oye, se me antoja un helado!; por que no aprovechas y me vas a comprar uno. Pedro intentó oponerse pero Sarahi lo cortó diciéndole:

Vamos ¡anda ya!, total ya estas mojado.

Pedro salió disparado a cumplir con el pedido de su amor sin importarle pescar un buen resfriado por estarse mojando, en un rato regresó cubriendo el helado para que no se le mojara.

¡Mmmm!— expresó Sarahi ¡que servicial eres pedro!, ¿sabes?, ¡me encanta la gente que me complace!— concluyó Sarahi viendo dulcemente a Pedro mientras le pellizcaba juguetonamente sus mejillas algo todavía coloradas a causa de las buenas cachetadas que apenas le había dado el día anterior, éste la veía de veras como un bobo sin saber que decirle.

¡Ven, subamos al techo desde ahí se ve tu casa!— dijo Sarahi apresuradamente a Pedro y así lo hicieron sentados Sarahi disfrutaba de su helado contemplando la fuerte lluvia que no calmaba, en esto Sarahi decidió dar otro paso para probar a Pedro y le preguntó:

Pedro ¿me quieres mucho?

¡Si, te amo eres el amor de mi vida!— respondió Pedro muy decidido aunque algo rojo por lo nervios que sentía;

¿Si?— le dijo Sarahi tratando de contener su risa pero ¿qué tanto me quieres? digo— ¿harías cualquier cosa por mi?;

¡Por supuesto!— respondió Pedro. Sarahi continuó: tu hermana me odia Pedro y tu sabes que nunca me aceptaría como cuñada al igual que a tus padres tampoco les caigo bien ¿qué tienes que decir a eso?;

¡Ellos no pueden intervenir en mis sentimientos!— afirmó Pedro— ¡tendrán que aceptarlo y si no allá ellos!;

¡Uy!— expresó Sarahi risueña— pues yo no creo que me quieras tanto como para hacer todo lo que yo te diga. Pedro sintió que no podía titubear, ¡no en ese momento! Y dijo:

¡Te aseguro que te amo sinceramente! y que si haría todo por estar a tu lado;

¡Probemos!— contestó Sarahi— vas a hacer algo por mi pero no preguntes por que solo se me ocurrió de repente, ¡desnúdate!— le ordenó Sarahi; Pedro quedó rojo completamente;

¡Vamos!— dijo Sarahi, obedece ¿o que? tan pronto ya empezaron las dudas. Pedro no muy seguro cumplió quitándose todo excepto los calzoncillos a lo que Sarahi le señaló con su dedo;

¡Dije desnúdate!, así que fuera calzoncillos no creo que tengas una gran cosa que mostrarme detrás de ese pedazo de tela. Pedro se indignó y accedió;

¡Lo dicho!, ¡yo no veo gran cosa!— se burló Sarahi de el soltando una fuerte carcajada; Pedro permanecía inclinado y desnudo.

¡Bien!— dijo Sarahi ahora te quiero de rodillas enfrente de mi;

¡Ppeero Sarahi!— contestó Pedro asustado— está lloviendo si me pongo enfrente de ti me voy a mojar aun mas de lo que ya pasé para llegar aquí y comprarte el helado ¡además hace frío!;

¡Eso ya lo se!— le reprochó Sarahi pero no por eso te vas a morir, además ya te dije que no me cuestiones ¡es mucho lo que te pido para alguien a la que dices querer tanto!— anda hazlo, siempre eres tu el que me observa ahora yo quiero observarte a ti y me apetece hacerlo viéndote desnudo, de rodillas ante mi y bajo la lluvia— concluyó Sarahi impaciente a que Pedro la obedeciera. Pedro sabía y sentía perfectamente que la situación se salía de control pero en su mente no tenia otra cosa mas que complacer a ésta chica sin importar que sea lo que le pida y Sarahi se divirtió de lo lindo disfrutando su helado sin importarle que enfrente de ella Pedro temblaba de frío desnudo y soportando el aguacero encima.

¡No te inclines Pedro!— le dijo Sarahi— ¡mírame!, se que te encanta mirarme; Pedro temblaba y veía a Sarahi que le dedicaba una sonrisa perversa pues otra de sus ideas se le ocurría para seguirlo denigrando.

¡Oye Pedro!, ¿y si te masturbas para mi?;

Pedro quedó petrificado por lo que acababa de oír;

¡Anda!, empieza— le dijo Sarahi— contémplame y empieza a machacártela;

Pedro intentó obedecerla pero su miembro no le respondía por los nervios y por estar temblando de frío a lo que Sarahi se carcajeo cruelmente de el:

¿Qué pasa Pedro?, ¡me amas tanto y ni siquiera te excito!, ¿y que pasa con tu pene, es que no te funciona?— se burlaba Sarahi de el. La lluvia comenzaba a calmar pero Pedro estaba terriblemente humillado y nervioso y por tanto le resultaba imposible conseguir una erección, Sarahi decidió ayudarlo y para sorpresa de éste se quitó la blusa.

¡Vamos Pedro! y si te muestro los pechos ¿te excitaras? y fue lo que hizo ante los ojos bien abiertos de Pedro; éste lo intentó con toda su alma y logró la erección y empezó a masturbarse ¡cuantas veces había soñado con esto y ahora tenia enfrente los pechos de Sarahi!, quien fue todavía mas lejos pues le mostró a Pedro como se los acariciaba suavemente, ¡fue suficiente!, Pedro explotó con una descarga considerable de semen Sarahi se levantó, se puso la blusa y se le acercó;

¡Bien hecho Pedro!, me has demostrado que estás dispuesto a satisfacerme y has pasado una prueba solo una prueba— fueron las palabras de aliento de Sarahi para Pedro mientras que con su mano le jugó el pene pasando sus dedos por el semen y sin previo aviso se los metió en la boca a Pedro quien no pudo reaccionar y cuando lo hizo ya había probado su propio semen, puso una cara de asco que hizo que Sarahi soltara unas buenas carcajadas.

¡Vístete y vete!— le dijo Sarahi, mañana no iré a la escuela así que te quiero en la mañana aquí y así lo hizo Pedro. Al otro día muy temprano éste entraba a casa de Sarahi muy apenado por lo ocurrido la tarde anterior y algo resfriado pero el ver a Sarahi lo reanimó.

¡Ves!, aquí estás vivito la lluvia no te mató— le dijo Sarahi a Pedro con un tono burlesco— tengo muchas cosas que hacer, ayúdame con la limpieza; Pedro estaba feliz al lado de Sarahi sin importarle que ésta solo lo humillaba y cada vez lo hacia mas cruel. En un rato se dedicaron a limpiar la casa por completo aunque mas bien fue Pedro quien se pulió con la limpieza mientras Sarahi miraba la televisión, éste estaba algo agotado pero empeñado en dejar reluciente el baño, acababa de terminarlo justo cuando Sarahi entraba y se disponía a defecar.

¡Upss!— expresó Sarahi inquieta al estar cómodamente sentada en el inodoro y notar que no había papel higiénico cerca de ella y como no quiso levantarse a buscarlo esbozó una sonrisa y gritó: ¡Pedro, ven rápido!;

Éste se encontraba en la cocina al oír el llamado de Sarahi acudió rápido sorprendiéndose al empujar la puerta y ver a ésta riendo sentada en el inodoro.

¿Qué pasa Pedro?, ¿por qué esa cara?— dijo Sarahi, por si no sabias ¡las diosas también cagamos! y no precisamente huele a flores jajajaja— concluyo Sarahi burlándose de Pedro.

¡Anda!, no te quedes como un bobo y acércame el papel ¿qué no ves que no lo alcanzo?;

¡Si, enseguida!— contestó Pedro apenado pues no estaba acostumbrado a ése tipo de situaciones, apenas le alcanzó el papel, se dispuso a salir del baño pero Sarahi se levantó y le dijo:

¡Espera Pedro!; éste quedó quieto y nervioso mirando a Sarahi en especial su sexo y ésta muy seria le dijo:

¡Vas a hacer algo por mí! y dándole la espalda a Pedro le dijo sin más:

¡Límpiame!, mostrándole su trasero;

¡Sarahi!— gritó Pedro alarmado ¿Cómo me pides eso?;

¡Ya me oíste!— respondió Sarahi, para que hacerlo yo si te tengo a ti que ¡te mueres por servirme!— ¡obedéceme!;

Pedro no sabía ni como reaccionar ante tal petición y no supo por que Sarahi no le dio más tiempo para pensarlo, viéndolo fijamente frunció las cejas enojada y secamente le dijo o mas bien le ordenó a Pedro:

¡Coño!, que diablos esperas, ¡límpiame el trasero ya! o pretendes que me quede así ¡todo el puto día!, Pedro obedeció sin llegar a comprender bien por que lo hacía y por que no mejor optaba por abandonar esa relación, agarrando nerviosamente el papel, se arrodilló y sin poder evitar sentir una terrible repulsión se dedicó a cumplir la cruel tarea ordenada por Sarahi mientras que ésta lo volteaba a ver muy divertida viendo la cara de asco de Pedro quien como pudo terminó de limpiarla pero Sarahi no estaba conforme.

¿Qué pasa Pedro, ofendido?, éste no contestó y permaneció inclinado y arrodillado ante la chica;

¡No me gusta tu actitud!, ni esas muecas de asco que has hecho al limpiarme— dijo Sarahi a Pedro mientras lo miraba fijamente, de repente sonrió cínicamente y le dijo a Pedro, mirandolo con desprecio:

¡Vas a besarme el trasero!, ¡si!, eso harás para que aprendas a no hacer esas muecas; Pedro dio un brinco hacia atrás horrorizado al escuchar a Sarahi;

¡Basta Sarahi!, ¡te lo ruego!, ¡basta!, no tienes derecho a tratarme de ésta manera cuando lo único que he hecho es complacerte para agradarte— dijo Pedro a Sarahi en un tono más suplicante que de reproche.

¡Vaya!— contestó Sarahi burlesca se te salió lo rebelde; Pedro estaba al borde del llanto y Sarahi continuó:

¡Oh no!, ¡por favor, lo que me faltaba!, no te vas a poner a llorar como una nenita, ¡te lo prohíbo!, ¡no tienes motivos suficientes para hacerlo!, ¡aún no!— concluyó Sarahi en voz baja para si misma;

¡Mira Pedro!, velo de ésta forma para que logres algo tienes que hacer méritos, cuando me besaste los pies ganaste la relación que llevamos juntos ¿no te ha gustado?; Pedro asintió con la cabeza evitando llorar;

¡Bien!— contestó Sarahi encantada al ver que fácil le resultaba convencer a Pedro para lo que ella quisiera— ¿y no te gustaría acariciarme, besarme en los labios?,

¡Que pregunta!— expresó Pedro muy dolido— sabes que te adoro,

¡Bueno!— dijo Sarahi, pues lo dicho antes, si haces méritos……., pero por ahora me apetece que me beses el trasero y que te sirva para no volver a hacer una sola mueca de asco tienes que aceptar que todo lo que provenga de mi sea lo que sea para ti ¡es como si fuera una joya, un exquisito platillo!,

¡Anda, obedéceme!, ambos sabemos quien es el que va a ceder así que no demores más tu agonía si lo quieres ver de ese modo. Pedro entre dolor e indignación pues sabía que si no obedecía lo mas seguro es que no volviera a ver a Sarahi y eso no lo podía aceptar ¡no habiendo llegado ya tan lejos!, se acercó lentamente y sin cerrar los ojos le besó el trasero a Sarahi apenas minutos después de haber cagado.

Sarahi sonrió mirando de reojo a Pedro,

¡Bien!— hazlo de nuevo; éste ya obedecía cualquier cosa sin razonarla y lo volvió a hacer, Sarahi fue todavía más cruel al decirle:

¡Venga!, no dije que te detengas continúa, ¡lámeme el culo!; Pedro quedó dudoso por unos segundos a lo que Sarahi se volteó y le dio una tuertísima bofetada mientras le gritaba:

¿Qué parte de lámeme el culo no entendiste?; Pedro temeroso se acomodó y de nuevo pegando el rostro en el trasero de la chica se dedicó vilmente a lamérselo, con ayuda de ésta que todavía no conforme sujetó a Pedro con sus manos hacia atrás por la cabeza y ella misma se restregó la cara del pobre infeliz en su trasero hasta que se sintió complacida y lo apartó mirándolo con asco le soltó un escupitajo en plena cara con un absoluto desprecio para decirle:

¡Lávate bien la boca!, te espero en la sala.

Pedro alcanzó en la sala a Sarahi quien estaba recostada en un mueble.

Siéntate junto a mi— le dijo dulcemente Sarahi a Pedro completamente distinta a la Sarahi que lo había tratado tan denigrantemente en el baño; éste obedeció aún temeroso a que Sarahi lo volviera a humillar;

¿Y bien Pedro?, ¿qué piensas?, ¿me reprochas lo que acabo de hacer contigo?; Pedro se lo pensó muy bien para responder y al final dijo:

¡No!, ¡Sarahi te amo!, y sin con hacerme sufrir y verme humillado ante ti te complace pues ¡adelante!, nunca podré juzgar tu comportamiento ni tu forma de tratarme pero por lo que mas quieras ¡no me apartes de ti!— suplicó Pedro mientras se arrodillaba ante Sarahi, quien estaba excitadísima y complacida, orgullosa de si misma al ver el grado al que había sometido a Pedro y decidió seguir con su plan.

¡Mira Pedro!, me agradas en serio y me gustaría llegar mucho mas lejos contigo pero hay un inconveniente que no me deja estar tranquila y eso hace que me enfade y te trate cruel a veces ¿sabes a que me refiero verdad?;

Pedro sabía pero no se atrevió a decirlo, Sarahi continuó:

¡Si, Pedro!, es tu hermana ella me ha hecho mucho daño y lo único que quiero es emparejar las cosas;

¡Ella no volverá a meterse contigo!, ¡lo juro!— contestó Pedro, entonces Sarahi disimuló perfectamente una cara de victima hasta con lágrimas incluidas para conmover a Pedro diciéndole:

¡Si, Pedro!, pero el daño ya me lo hizo, ¡sabes lo humillada que me sentí al recibir sus burlas y sus golpes!, ¡lo que me dolió cruzarla varias veces y soportarle sus estupidas muecas de burlas y no tener otra alternativa mas que tener que tragarme mi orgullo e inclinar la mirada!; ¡no, Pedro!, no lo sabes ni siquiera te imaginas las noches que pasé llorando de rabia y de impotencia mientras tu y tu hermana se iban muy alegres al colegio.

¿A dónde quieres llegar?— preguntó Pedro temiendo lo peor;

¡Solo quiero hacerle sentir lo mismo que ella hizo conmigo! y para eso necesito que me ayudes— contestó Sarahi limpiándose sus lagrimas;

¡Pero Sarahi!— respondió Pedro asustado ¡yo que puedo hacer!, además es mi hermana ¡no podría hacerle daño;

¡Tranquilo!— dijo Sarahi expresando una leve sonrisa— ¡oye, no la vamos a matar!, tan solo quiero darle un escarmiento, además es lo justo, ¡te prometo no hacerle mas daño de lo que ella hizo conmigo!, ¿qué dices Pedro?, ¿me ayudas?— le dijo Sarahi con una hermosa sonrisa de niña traviesa como quien pide un dulce.

¡Es sencillo!, yo me saco esa espina y me olvido por completo del asunto y ¡claro!, podremos seguir juntos— le explicaba Sarahi a Pedro— lo que te dije es cierto he llegado a tomarte afecto por eso es que te pido tu apoyo, ¡créeme!, si en verdad quisiera acabar con tu hermana no te pediría tu ayuda sino que recurriría a otras personas ¿qué dices?, ¿aceptas?; Pedro no contestó pero con su silencio había aceptado sin saber el perverso plan que Sarahi tenia en mente y que sellaría el destino de el y de su hermana.


Continuara……………………..

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