sábado, 1 de mayo de 2010

RUBÍ 2

En la hacienda Rubí se encontraba en la sala recostada en su mueble cuando se dio cuenta que empujaban la puerta, era el profesor totalmente agotado después de haber llegado caminando hasta ahí.

¡Hola idiota!, ¡ves que no eres tan burro empezaba a echarte de menos!— le dijo Rubí después de una gran carcajada. El profesor apenas y podía hablar producto del cansancio que sentía.

¡Anda, Luis acércate y siéntate aquí en el piso cerca de mí!— dijo Rubí sonriéndole y éste se acomodó observando embelesadamente las piernas de Rubí que mantenía cruzadas quedando su cara cerca de los pies de esta quien calzaba unas sandalias rosadas de bajo tacón y las uñas pintadas de rojo. Luis se incomodó al ver que Rubí no dejaba de reírse de el por haberlo hecho regresar caminando hasta la hacienda y pronto se dio cuenta del motivo de su excesivo buen humor.

¡Venga, no te lo tomes tan a pecho!— le dijo Rubí riendo al momento que se terminaba de tomar una cerveza y que por su expresión Luis notó que ya llevaba varias y que la verdad ya estaba algo pasada; Rubí se levantó para enseguida volver con otras dos cervezas y ofreciéndole una al profesor le dijo:

¡Venga Luis, tómatela! y disfruta conmigo del néctar de los dioses ¡bueno de las diosas!, bueno no ¡ah que diablos solo tómatela! jajajaja.

Luis se sonrió al ver que Rubí ya no coordinaba lo que decía respondiéndole:

¡No, gracias yo no tomo!,

¡Anda, he dicho que te la tomes además no me gusta beber sola!— le contestó Rubí mientras lo miraba de una manera coqueta.

¡En verdad Rubí gracias pero no tomo!— respondió el profesor.

¡Dije que te la tomes y punto no me interesa si en tu pasado no tomabas, hazlo que estoy de muy buen humor y eso a ti te conviene!— le dijo Rubí esta vez mirándolo seriamente.

Luis vio que no le iba a ser posible rehusarse y respirando profundo agarró la cerveza y se la tomó mientras Rubí hacía lo propio, se las terminaron y ésta fue de nuevo por otras dos pero el profe se la tomaba más lento en tanto que el alcohol en Rubí comenzaba a hacer mayor efecto.

¡Ten Luis que ahora vas a probar la mejor cerveza del mundo!— le dijo Rubí sonriéndole tan seductoramente y con su hermoso y largo cabello suelto que por un momento le ocultó su bello rostro.

Luis de nuevo tan solo sonrió al ver que era la misma marca de cerveza que la anterior y en un tono burlón le dijo a Rubí:
¡Creo que lo que he tomado me ha hecho efecto pues me parece que es la misma marca de cerveza que la anterior!,

Rubí sin dejar de sonreír solo se dejó caer en el mueble diciéndole:

¿Eso crees?, pues estírate en el piso bocarriba y no te muevas.

¿Para que?— dijo Luis intrigado,

¡No preguntes y haz lo que te digo!,

Luis sin comprender obedeció entonces Rubí se quitó sus sandalias y le dijo entre risas:

¡Vas a probar la cerveza mas rica del mundo por que vas a tener el honor y el placer de tomarla directamente de mis pies!,

Luis se sobresaltó al momento en que Rubí apoyaba el pie en su pecho hasta acercarlo a sus labios y abriéndoselos le introdujo su pie en la boca.

¡No te muevas Luis!— le dijo y acto seguido dejó caer la cerveza en su pie haciendo que Luis se la bebiera de esa peculiar forma. El profesor al ver la expresión en el rostro de Rubí notó que en verdad ella consideraba todo un privilegio el permitirle beber la cerveza de sus pies y en ese caso Luis no supo si sentirse humillado o si por lo contrario debería el darle las gracias a Rubí por permitirle tal placer y quien se divirtió de lo lindo diciéndole:

¡A que está rica!, ¿verdad?, ¡anda Luis lame mis pies que aún queda cerveza en ellos!— le decía mientras volvía a echar mas cerveza en sus pies y Luis los lamió con devoción mientras provocaba aún mas risas en Rubí quien al ver que todavía quedaba cerveza introdujo en su boca lo que quedaba pero no lo tragó, retuvo el liquido haciendo unos graciosos gestos con la boca llena de cerveza hasta que pudo entonces se dejó caer sobre el profesor y acercando su rostro al de este le dejó caer directamente a su boca el liquido a lo que el profe bebió gustoso.

Tras esto fue la misma Rubí quien comenzó a besarlo en los labios, Luis se sentía dichoso teniendo sobre el a su amada, besando sus hermosos labios y con su cabello cubriéndole a el parte de su rostro, rodaron por el piso varias veces mientras se besaban y se acariciaban apasionadamente hasta quedar Rubí de nuevo sobre Luis entonces cuando éste pensó que las cosas subirían de ritmo Rubí se detuvo un momento miró sonriente a Luis y de nuevo acercó sus labios a los de el quien al abrir la boca Rubí lo sujetó para que sorpresivamente le vomite en la boca ¡Luis no se lo esperaba!, intentó zafarse pero Rubí lo tenía muy bien sujeto con lo cual obligó a Luis a tragarse la mayor parte de sus vómitos.

Luis se encontró con una doble ocupación, por una parte el tener que tragarse los vómitos de Rubí y por otra hacerle a un lado su cabello para que no se le manchara de sus propios vómitos. Rubí después de vomitar se quedó abrazada a Luis y sin saber mas se quedó dormida, éste la acomodó cuidadosamente en el piso y después de pasar unos instantes admirando en silencio su belleza optó por ir a lavarse la cara y subir a Rubí a su habitación, había sido un día muy activo.

Al día siguiente Luis sorprendía a Rubí en su habitación con un suculento desayuno preparado especialmente por el llevándole pan tostado con mermelada, fruta picada, hot cakes, jugo de naranja y café ¡oh y lo mejor!, una flor perfectamente acomodada al centro de la bandeja, pero Rubí seguía profundamente dormida, Luis dejó a un lado la bandeja y dándole suaves besos en las manos la despertó.

¿Qué haces burro?— dijo Rubí que al ver a Luis se cubrió la cara con la sábana— ¡déjame en paz me siento morir!,

Luis burlonamente le quitó la sábana y sonrió al verla con el cabello revuelto y haciendo unos berrinches de típica adolescente; ¡eso señorita se llama resaca, ya deberías saberlo!— le dijo Luis sonriéndole.

¡Oh, no me digas!— respondió Rubí graciosamente al momento que le tiraba una almohada a Luis quien de nuevo fue por la bandeja del desayuno para ofrecérsela.

¡No Luis, no tengo apetito!— le dijo Rubí subiendo los hombros y a punto estuvo de agradecerle el gesto al notar lo que se había esmerado el profe en prepararle el desayuno incluido hasta el detalle de la flor pero no lo hizo, Rubí no estaba acostumbrada a agradecerle nada a nadie pues así había sido educada, había crecido con la firme idea de que todos los que la rodeaban solo vivían para servirla y era su obligación hacerle a ella la vida mas fácil.

¡Venga Rubí te hará bien!— dijo Luis,

¡He dicho que no, no insistas!,

¡Siquiera el jugo o el café!— dijo Luis acercándole de nuevo la bandeja,

Rubí de mala gana agarró el café pero solo le dio un sorbo y de nuevo lo dejó diciéndole a Luis:

¡Suficiente molestoso!; pero éste se sintió con ánimo de insistir al haber ido tomando confianza con Rubí y le dijo:

¡Toma un poco mas lo preparé especialmente para ti!,

¡Ya hice suficiente con tragarme algo del maldito café!— respondió Rubí en forma altanera y mirando retadora a Luis quien se sorprendió al notar el tono tan brusco en el que Rubí le había hablado.

¡No insistas!— le dijo Rubí ya mas tranquila y sonriéndole burlona añadió— ¡a menos que te haya gustado comerte mis vómitos y quieras que repita de nuevo!; ésta vez el rostro de Luis se enrojeció por completo y no pudo evitar humillar la mirada ante Rubí que lo seguía mirando burlona pues se entristeció al haber creído que ésta lo había vomitado accidentalmente producto del exceso de alcohol pero por lo visto Rubí le había dejado muy claro que lo había echo a propósito. Luis optó por retirar la bandeja y Rubí se metió a bañarse para salir ya mas relajada.

¡Rayos se nos ha hecho tarde!— expresó Rubí— Tania nos espera, pero maldito dolor de cabeza.

¡Hermosa!— dijo el profesor habiendo olvidado la burla que Rubí le había echo— ¿Por qué no descansas un poco mas? o incluso podemos viajar hasta mañana— le propuso a Rubí.

¡No!— respondió Rubí sin ocultar su sonrisa para añadir— ¡me muero de ganas por llegar y ver a mi selecto club! y ¡claro, a mi otra perrita!— concluyó con una sonrisa aún mayor.

¡Andando!— dijo a Luis tirándole una toalla y acomodándose en su sofá se dirigió de nuevo a el diciéndole— ¡sécame los pies y mmm me pones las botas!, ¡si, quiero llevar las botas!;

Luis de nueva cuenta se vio sorprendido pues conforme había pasado el tiempo el se había olvidado de su pasado y el trato cariñoso y hasta cierto punto íntimo que Rubí le daba en esta nueva etapa de su vida había contribuido a que el creyera que ésta en verdad había cambiado con el y que la viera como alguien mas que una amiga y se olvidaba de su posición de sirviente y esclavo que era verdaderamente como Rubí lo veía y estos cambios en el trato que Rubí le daba a Luis no solo lo habían confundido sino que habían logrado el objetivo de Rubí que si bien en el pasado fue humillarlo, degradarlo y destrozarlo moralmente objetivo que Rubí cumplió y que se sintió muy orgullosa de si misma al lograrlo ahora en esta nueva etapa se había propuesto jugar con Luis, confundirlo, tratarlo dulcemente y justo cuando el se sintiera en el cielo regresarlo a su cruda realidad y humillarlo haciéndole ver que tan solo era su esclavo y vaya que lo estaba logrando Rubí estaba mas que confiada al saber que Luis estaba perdidamente enamorado de ella y que sin duda alguna daría hasta la vida por su amor y eso a ella la llenaba de orgullo y estaba dispuesta a divertirse y sacar provecho de esa situación jugando cruelmente con el pobre profesor y disfrutando cada vez que cambiaba su manera de ser con el pues se divertiría de lo lindo al ver la expresión de tortura y enojo en Luis cada vez que ella lo humillaba y éste se volvía loco pensando en como de un momento a otro ésta pasaba de tratarlo tan bien a burlarse de el y humillarlo despiadadamente.

Luis se arrodilló en el piso y cuidadosamente secó los pies de la joven y para tratar aún mas de ganársela sin que se lo pidieran humildemente le besó los pies a lo que Rubí tan solo le dedicó una ligera sonrisa mas bien de burla pero que Luis no lo comprendió de esa forma para el, el hecho de lograr que Rubí le sonriera significaba que estaba haciendo las cosas bien y que con esa sonrisa le correspondía a su amor, enseguida fue por las botas y se las puso, Rubí se quedó mirando por un instante sus elegantes y finas botas negras que casi le llegaban hasta la rodilla y que hacían juego con su falda corta igual de color negro y una blusa roja.

¡Espera Luis, mis botas no están limpias como deberían de estar!— le dijo Rubí a Luis justo cuando éste se disponía a levantarse— ¡debes estar muy al pendiente, no quiero tener que decírtelo de nuevo!,

¡Perdón Rubí yo pensé que…!

¡Tu no piensas!— le gritó Rubí humillándolo— ¡solo me obedeces aunque por tu propio bien te sugiero que comiences a adelantarte a mis pensamientos!, mientras mas brillosas estén mis botas mucho mejor y en este momento no lo están y no tengo que ser yo la que te diga pues a diario me las debes de limpiar ¿entiendes estúpido?— concluyó mientras miraba a Luis con desprecio.

¡Si, perdona!— respondió Luis terriblemente humillado y sobre todo dolido ante las crueles palabras de Rubí.

¿Pues que esperas imbécil?, ¡límpialas!— le ordenó Rubí molesta.

¡Si!— contestó Luis en un tono humilde mientras se levantaba para ir por un paño.

¡Jajajajajaja!— ¿pero que diablos crees que haces?, ¡con la lengua!, ¡así es como merezco que me limpien las botas!, ¿o que, se te ha olvidado?, ¿o no me digas que te ofende hacerlo o que ya se te olvidó como me limpiabas los zapatos?— fueron las palabras que Rubí dijo a Luis con toda la intención de humillarlo, de burlarse de el mientras lo miraba con esa risita cínica y despectiva.

Luis en un principio pensó que Rubí tan solo le jugaba una cruel broma pero al ver lo humillante como lo había tratado no pudo evitar que una lágrima corriera por su mejilla, en verdad Rubí disfrutaba tratándolo de esa forma pero no imaginaba siquiera el terrible daño que le hacía al profesor con su despiadado trato y justo en el tiempo en el que Luis había recuperado su orgullo y dignidad producto del mismo trato contradictorio de Rubí hacia el que por ratos hasta lo consentía como si de un ser querido se tratara y por eso es que ahora le dolía mucho mas cada vez que Rubí lo humillaba y sin contar el gran amor que el sentía por ella.

¡Oh por dios!, ¡no me veas como un cachorro llorón y limpia mis botas con tu lengua de una puta vez!— dijo Rubí a Luis después de sonreírle maliciosamente al ver que con su trato había logrado hacerlo llorar.

¡Si Rubí!— respondió Luis resignado y al querer comenzar con su degradante tarea Rubí le sujeto la cara con ambas botas y se la levantó diciéndole:

¡Eso de Rubí será cuando estemos a solas ante mis amigas no se te ocurra tutearme por que te haré pasarla muy mal!, ¿entiendes Luisito?— concluyó mientras le sonreía y se limpiaba las suelas de sus botas con las lagrimas del profesor lo que hizo que éste intensificara aun mas su llanto.

Luis solo parpadeó con los ojos haciéndole saber que había entendido pero Rubí cruelmente decidió jugar un poco mas con el.

¡A ver Luisito, no me ha quedado muy claro como debes llamarme ante mis amigas!, anda dime como vas a dirigirte a mi cuando esté con ellas— le dijo riendo.

¡Ama, ama Rubí!— respondió Luis con la voz llorosa al momento que ésta se carcajeaba con ganas y le ponía la suela de su bota en los labios la cual Luis besó y lamió con devoción.

¡Perfecto, muy bien Luis!, ¡si así es como me llamaras ante ellas ama Rubí, por que eso es lo que soy para ti tu ama y tu dueña por el resto de tu vida!,

En ese momento Rubí se levantó y mientras se acariciaba su cabello le dedicaba a Luis una hermosa pero cruel sonrisa cargada de burla y malicia pero hermosa sonrisa al fin mostrándole sus perfectos y blancos dientes; Luis que se encontraba de rodillas ante ella la miro por un instante de pies a cabeza lucía divinamente hermosa, era el sueño ideal de cualquiera en especial de Luis quien se sintió aun mas humillado al recordar su situación ante esa divinidad.

¡Mis botas Luis, mis botas!— le recordó burlonamente Rubí al ver que éste se podría pasar todo el día adorándola en silencio y después de que ella le acariciara la cabeza Luis se postró a sus pies a lamerle las botas tal cual perro haría con su dueña mientras ésta descansaba un pie aplastándole la cabeza en espera de que terminara de limpiarle una bota y lo observaba burlona, arrogante, Rubí se reía por dentro y sentía que no cabía en felicidad y orgullo al ver el guiñapo en el que había convertido a su antiguo profesor lo había esclavizado de por vida y ésta vez por amor con el propio consentimiento de el, no podía sentirse mas dichosa ¡pero lo intentaría!, pues apenas comenzaba a mostrarle a Luis como sería su vida alado de ella.

¡Ya está bien Luis, andando!— le dijo hasta quedar satisfecha con la limpieza de sus botas y en el camino Luis manejó y mas que sentirse reconfortante para no frustrarse trató de resignarse a recibir el trato que Rubí le diera según anduviera de humor pues en todo el camino ésta se durmió apoyándose en el hombro del profesor lo cual lo hizo sentir dichoso.

Así era Rubí con Luis por ratos se podría comportar con el de la manera mas dulce y melosa que ni siquiera podía imaginar pero en tan solo unos instantes eso cambiaba a un trato déspota con una arrogancia, sadismo y crueldad inimaginable pero lo dicho Luis no contaba con que el trato en verdad sádico y esos cambios tan bruscos en el modo de Rubí aún estaban por llegar.

Y llegaron al rancho de Tania, Rubí rápidamente salió del auto al ver que ésta ya la esperaba a la entrada, Luis estacionó el auto y siguió a su ama con las maletas.

Continuará……………..

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