sábado, 1 de mayo de 2010

RUBÍ 3

Tania y Rubí se fundieron en un fuerte y largo abrazo mientras Luis aguardaba un tanto atrás con las maletas; Tania lo miró fijamente de los pies a la cabeza.

¿Qué pasa contigo esclavo?— le dijo Tania sonriente y sin darle tiempo a responder se le acercó y sorpresivamente le metió un rodillazo en los testículos a Luis provocándole un inmenso dolor y dejándolo en el piso de rodillas.

¿Se te olvida como debes permanecer ante nuestra presencia?, ¡no te preocupes, yo te lo recordaré!, ¡de rodillas esclavo, así es como debes estar ante nosotras jajaja!— concluyó Tania mientras miraba burlona como Luis se encontraba en el piso conteniendo su dolor.

¡Oye perdónalo no es su culpa lo que pasa es que el viaje lo dejó un tanto mas bruto!— dijo Rubí a Tania mientras le sonreía burlesca a Luis.

¡Sí eso debe ser!— contestó Tania abrazándose de nuevo a Rubí para entrar a la casa.

¡Venga Luis, andando y no maltrates las maletas!— le dijo Rubí sin mirarlo y éste tan pronto pudo se incorporó y las siguió con las maletas.

Ya dentro Tania y Rubí charlaron hasta cansarse y al otro día llegarían Mayra y Rocío pues habían acordado pasar un buen tiempo en el rancho las 4 juntas y así disfrutar de sus “mascotas” en unas vacaciones improvisadas. Camelia se percató de la presencia de Rubí y acudió presurosa a saludarla y llenarla de halagos y reverencias pero ésta con la actitud déspota y soberbia que la caracterizaba solo se limitó a mirarla con una cara de fastidio y hasta cierto punto de desprecio y estiró la mano para que su fiel sirvienta la cubriera de besos.

Por esa noche Rubí prefirió descansar al igual que Luis quien se llevó de nuevo otra desagradable sorpresa lo contario a Rubí que se divertía al ver las expresiones de enojos y apuros que Luis pasaba producto de los repentinos y diversos cambios de la manera en que lo trataba pues éste pensó que compartirían la misma habitación y aunque en teoría estaba en lo correcto se equivocó al ver que solo había una cama e inocentemente creyó que la compartiría con su ama; ¡que decepción se llevó cuando Rubí riendo le arrojó una almohada al piso!,

¡Que descanses!— le dijo Rubí riéndose de el,

¡Pero Rubí!— contestó Luis sabiendo que tenía permitido tutearla cuando estaban a solas.

¡Me gusta dormir sola!— fue la respuesta de Rubí— en mi hacienda te dí un cuarto para ti solo pero ésta es propiedad de Tania y ni sueñes con que le pediré una habitación para ti solo así que ni hablar del asunto.


¡En ese caso lo haré en el mueble, dormiré en el mueble!— contestó Luis algo indignado y que era lo normal pues tras descansar cómodamente en una lujosa habitación de la hacienda y ser tratado por Rubí con cordialidad no era nada grato ahora para el ni para nadie que solo por capricho ésta le dijera que dormiría en el piso.

¡Oh Luis, no!— le dijo Rubí que no había dejado un solo momento de reírse y mirar divertida al profesor— ¡dormirás en el piso por que ahí quiero que duermas!, bien podría compartir mi cama contigo es demasiado amplia pero estoy convencida que dormir en el piso te hará bien ¿sabes por que?, ¡por que ese es tu sitio!, ¿o acaso se te olvida que eres mi perro?, ¡no se!, pero últimamente te veo un tanto altivo y orgulloso así que dormir en el piso es un buen principio para que recobres tu humildad hacia mi, así que no me discutas no tengo animo de hacerlo, ¡ah! y hablando de orgullo y humildad quiero que te abraces y duermas con la cara pegada a mis sandalias como lo hacías al principio ¿recuerdas?, ¡bien!, pues que esperas acomódate de un lado de la cama y quiero ver mis sandalias sobre tu cara por que además me gusta tenerte cerca hasta para dormir.

Tras esto Rubí se puso cómoda y no se durmió hasta observar por completo como Luis humillado y ofendido muy a su pesar se acurrucó a un lado en la alfombra tratando de dormir cubriendo su cara con las sandalias de ella. Rubí sonrió maliciosamente tenía al profesor justo donde y como lo quería tener lo atormentaba lentamente pues lo trataba con cariño y amor a propósito para que éste se sintiera dichoso y recobrara parte de su orgullo y dignidad y justo cuando lo hacía Rubí entonces lo destrozaba humillándolo y degradándolo haciendo sentir a Luis tan miserable y de nuevo cuando lo veía roto comenzaba otra vez a tratarlo con mimos y cariños, era un juego cruel, demasiado cruel lo que Rubí hacía con el pobre profesor pero es que ¡así era ella! y como punto final por esa noche Rubí no pudo evitar soltarse una carcajada después de burlarse de Luis diciéndole:

¡Sueñas conmigo!,

Luis prefirió no contestar el cumplido a lo que Rubí subiendo los hombros haciéndole ver que poco le importaba lo que pensara de ella se cubrió con la sábana para tratar de conciliar el sueño.

Al otro día muy temprano Rubí se levantó y tras poner a Luis diversas ocupaciones y antes de que Mayra y Rocío llegaran ella y Tania se dirigieron hacia el corral en donde se encontraba Susana. Rubí estaba más que excitada al estar ya casi cerca de donde se encontraba Susana ambas con botas hasta la rodilla y pantalones de mezclilla azul, blusa blanca Rubí y a cuadros Tania; Rubí sonrió maliciosamente y tomando de la mano a Tania continuaron caminando hasta detenerse justo a la entrada del corral. Susana estaba de espaldas recostada como podía entre la suciedad, llorosa, al oír los pasos se incorporó mostrando una cara que daba pena e intentó una vez mas suplicar a Tania por su situación pero curiosamente su mirada se transformó en otra muy distinta cargada de un profundo odio y rencor, que a pesar de lo mal que se encontraba quiso demostrar en lo que pudo parte de esa rebeldía, orgullo y dignidad que alguna vez la caracterizaron y es que Susana recobró fuerzas al encontrarse con la mirada de Rubí, con su sonrisa burlona y la expresión de asco con que la miró al comprobar la penosa situación en la que se encontraba, esa penosa situación que había sido deseado y ordenado por ella.

¡Esclava, creo que ya deberías estar humillándote ante mis pies!— fueron las palabras que Rubí atinó a decirle entre risas mirando altanera y arrogante a Susana con los brazos en su cintura; pero Susana se le quiso ir encima para golpearla, estrangularla, matarla si era posible pero la cadena que tenía en el cuello y que estaba sujeta a una esquina del corral se lo impidió y la que casi se ahorca fue ella al insistir safarse y al oír las crueles carcajadas de Rubí al ver los movimientos inútiles de Susana por alcanzarla.

¡Te lo advertí esclava!— le dijo Tania que en ese momento se quitaba el cinturón para darle un certero golpe en la espalda a Susana quien estaba fuera de control y soportando el dolor no dejaba de insultar y maldecir a Rubí.

¡Voy a matarte maldita puta, te lo juro que a pesar del daño que me has hecho yo te haré pagar el doble!, ¡maldita seas Rubí pero te vas a arrepentir!— gritaba Susana llena de rabia mientras que Rubí solo la contemplaba sonriente.

¡Tranquila Tania!— dijo Rubí al ver que ésta estaba decidida a darle los cintarazos que fueran necesarios para callarla— tiempo es lo que tengo de sobra para ocuparme de ella.

¡Bravo Susana!— no esperaba menos de ti pero el reto es ver y comprobar cuanto estas dispuesta a soportar y a seguir mostrándote rebelde y orgullosa por que es mi especialidad quebrar voluntades, hacer añicos dignidades hasta que terminan por suplicarme que les permita lamer la suciedad de mis zapatos o lo que es mejor en el caso de Luis que terminó por rendirse de amor a mis pies entregándome su vida para que yo haga con ella lo que se me antoje jajaja ¿no crees que te pueda pasar a ti lo mismo?— concluyó Rubí orgullosa y completamente segura de sus palabras.

¡Púdrete, primero muerta que humillarme por mi propia voluntad ante ti!— contestó Susana escupiendo con furia y desprecio sobre el piso.

¡Suéltale la cadena!— dijo Rubí de pronto a Tania, esta dudó a lo que Rubí la miró y de nuevo insistió— ¡suéltale la cadena!; Tania lo hizo y sujetando del cabello a Susana la arrojó bruscamente a los pies de Rubí poniéndole la bota sobre la espalda para inmovilizarla.

¿Se te ha olvidado como saludarme?— le dijo de pronto Rubí a Susana levantando ligeramente un pie y ofreciéndole la suela de su bota sonriéndole burlona.

¡Vete al diablo!— fue la respuesta de Susana que lloraba de rabia e impotencia pero no se daba por vencida. Rubí con una sonrisa le indicó a Tania que dejara de pisarle la espalda y ésta aunque dudosa accedió. En ese momento Susana se levantó para pretender en verdad golpear a Rubí quien divertida solo se hizo para atrás observando como Susana no podía mantenerse en pie y Rubí se carcajeó cruelmente de ella al ver que de una forma tan patética ésta quiso avanzar pero al tener una pierna prácticamente inservible tropezó y cayó a sus pies tristemente.

Rubí sin sentir siquiera pena por ella con una sonrisa sádica solo tuvo que apoyar levemente el tacón de su bota en la palma de la mano de Susana la cual ella misma también le había dañado para hacerle pegar un grito aterrador, pero Rubí sonriente no dejó de hacerle daño e hizo mas presión con el tacón sobre la mano de Susana y acercándole el otro pie le mostró la sucia suela y sin esperar respuesta ¡ella misma se la limpió en la cara de Susana!,

¿Ves?, ¡así de fácil puedo lograr hacerme obedecer!— dijo Rubí dirigiéndose tanto a Susana como a Tania— pero no es mi objetivo— continuó dejándole ya de pisar la mano a Susana— ¡no!, ya habrá tiempo suficiente para moldearte a mi antojo— expresó sonriente.

¡Muy bien Susana!, tú tienes un objetivo: vengarte, acabarme y yo tengo otro ¡doblegarte por completo, hacer que te sientas la mas miserable de todas las personas, pisotear toda la dignidad y orgullo que quede en ti hasta que tu misma seas quien me suplique servirme y te odies por ello!, ¡veamos quien se sale con la suya!— concluyó con Susana ésta vez mirándola con desprecio.

¡Vamos, Mayra y Rocío están por llegar!— dijo Rubí a Tania.

¡Ahora te alcanzo!— respondió Tania al momento que por el cabello arrastraba a Susana para llevarla de nuevo al corral y sujetarla de nuevo con la cadena en el cuello y antes de que Rubí se marchara dijo a Tania sin dejar de mirar con malicia a Susana que también la esposara de pies y manos lo cual no era necesario pero Rubí le dejó muy claro a ambas que solo lo hacía para provocarle mas dolor y humillarla.

Rubí entró a su habitación sin siquiera mirar a Luis que se encontraba ordenándole sus pertenencias, ésta se acomodó en un mueble y haciendo un leve ruido con su bota indicó a Luis que quería que se las quitara. Luis al ver una expresión seria en el rostro de Rubí entendió que no andaba de muy buen humor y sin perder mas tiempo se arrodilló para quitarle las botas no sin antes besarlas y al ver que Rubí continuaba seria y sin hablarlo trató de llamar su atención y agradarla de la mejor manera que podía hacerlo y que sabía que a Rubí le encantaba ¡humillarse a si mismo sin que ella se lo pidiera!, quitándole sus botas y embriagándose profundamente del olor característico mezcla de sudor y cuero Luis se postró a sus pies cubriéndolos de suaves y tiernos besos, los besó con devoción y restregó su cara en ellos lo que hizo sentir a Rubí aún mas orgullosa y sonriéndole burlesca le ofreció también las plantas a lo que Luis sin ningún reproche lamió con devoción enterrando el rostro por completo en esas plantas respirando profundamente como si se tratara de llenarse de la mas exquisita fragancia hasta que Rubí le sujetó la cara con ambos pies y se la levantó para que el pudiera verla.
¡Esclavo, empiezas a adelantarte a mis deseos y eso me gusta!— le dijo dedicándole una hermosa sonrisa mientras le acariciaba las mejillas con los dedos de sus pies y es que Rubí no cabía en orgullo y felicidad cada vez que veía a Luis humillarse ante ella por voluntad propia y sin ningún indicio de dignidad— ¡venga!— continuó hablándole a Luis— acomódate de rodillas, quiero hablarte así que escucha con mucha atención. Luis se acomodó en el piso sobre sus rodillas y sin perder detalle escuchó a su ama.

¡Luis a partir de este momento considero que se inicia en verdad tu nueva vida!— le dijo para continuar después de quedar callada por unos segundos— ¡una vida que tu mismo elegiste!, y aunque bien sabes que tu tomaste la decisión de seguirme espero que también siempre tengas en cuenta que al momento de tomar esa decisión te entregaste a mi en cuerpo y alma ¡eres mío y no pienso dejarte ir nunca!— le dijo esto a Luis mirándolo fijamente en el rostro de Rubí se dibujaba una expresión de lujuria, excitación y poder que era lo que sentía al pronunciar esas palabras y saber que tenía en sus manos la vida de otro ser humano y que ella siendo la dueña absoluta de esa vida podía hacer con ella lo que se le antoje, sabía que podría comportarse con el de la manera mas cruel y sádica que alguien pudiera imaginar y estaría bien por que Luis le pertenecía a ella y lo que decidiera hacer con el estaría bien decidido y Luis solo se limitó a inclinar el rostro pues no pudo resistir mirar a Rubí pues sintió un escalofrío por todo el cuerpo cuando ella le dijo esas últimas palabras.

Y Rubí continuó hablándole al profesor y dejándole bien clara su situación:

¡Así que tenlo siempre en cuenta Luis!, independientemente del trato que te de ¡siempre serás mío!, y si estás a gusto o no eso no me interesa pues tú me perteneces ¡y ni muerto te librarías de mi!, por que así lo decidiste— puntualizó Rubí. Luis como respuesta volvió a besarle las plantas de los pies a Rubí aceptando de ésta forma su destino.

¡Bien Luis, solo en calzoncillos anda, fuera ropa!,

¿Ama?— respondió Luis sorprendido,

¡Lo que oíste!— le contestó Rubí ¿ya no recuerdas como andabas por mi casa?— venga y quizás después haga que andes completamente desnudo— le dijo Rubí cubriéndose la boca con la mano tratando de disimular su risa.

Luis obedeció. ¡Muy bien!— expresó Rubí risueña— ¡ya sabes solo andarás como un animal a 4 patas!, no te esposare no lo creo necesario y de momento tampoco te pondré la cadena al cuello, te vuelvo a repetir que siempre me llamarás ama solo cuando estemos a solas podrás llamarme por mi nombre y también podrás contarme tus inquietudes y lo que pienses; por tu propio bien ¡obedéceme en todo!, ya irás comprobando que si bien no te espera una vida fácil aunque es obvio que no pienso maltratarte al extremo como pienso hacerlo con Susana, eso dependerá de ti, si te portas bien y me obedeces sin rechistar ya verás que la pasarás de maravilla a mi lado— Rubí hizo una pausa y continuó— una recomendación que será fundamental para ti ¡nunca me cuestiones ni me hagas quedar en evidencia con mis amigas!, sabes que odio eso, ¡bueno, andando lo que haga falta ya lo irás aprendiendo conforme a la experiencia!,

Antes de salir de la habitación Rubí le acarició el cabello a Luis y sonriéndole lo invitó a levantarse para darle un suave beso en los labios con esa sonrisa pícara y coqueta que volvía loco al profesor y enseguida lo regresó a su posición para dirigirse a la sala seguida de Luis a 4 patas. Ahí se encontró con sus tres amigas y tras saludar a Rocío y a Mayra se sentaron a charlar; Mayra no perdió tiempo al ver a Luis le sonrió burlesca y se le acercó.

¡Hola perrito!, ¿o debo decir?, ¡hola profe Luis!— le dijo con burla para humillarlo al momento que le daba una mordida a su manzana. Luis se ponía muy nervioso ante esas chicas tan hermosas al igual que Rubí pero a Rubí la había tratado mas y le había tomado confianza llegando al punto en que Luis sabía de ella la mayoría de sus gustos y lo que le desagradaba pero ante las otras no sabía mas como comportarse ante ellas y como tratar de agradarles para evitarse castigos y malos ratos y sin contar la excitación que sentía al estar tan cerca de esos bellos y perfectos cuerpos y que no pasaba desapercibido por ninguna de ellas. Luis optó por besar con respeto los bellos y delicados pies de Mayra que lucían unas hermosas sandalias blancas de mediano tacón, blusa negra y falda azul, pero ésta riendo lo jaló por una oreja levantándole al profesor la cara y dándole una mordida mas a su manzana le ofreció a Luis lo que quedaba de ella.

¡Ten te la regalo!— le dijo sonriente. Luis dudó pues pensó que Mayra solo pretendía humillarlo más.

¡Ten idiota te la regalo!— le gritó ésta vez Mayra riendo al ver que no reaccionaba; Luis tomó la manzana y se dispuso a comerla al tiempo que Mayra le acariciaba el cabello expresando bromista— ¡vaya con este una le hace un regalo y todavía se lo piensa para aceptarlo!— concluyó sonriendo con las demás chicas.

Apenas Luis devoró lo que quedaba de la manzana se postró a los pies de Rocío para besar sus lindas sandalias rosadas.

Continuará…………..

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