domingo, 9 de mayo de 2010

RUBÍ 5

Susana ya resignada intentó besar los bonitos pies de Rocío que lucían unas sandalias negras sin tacón pero ésta no la dejó y levantándola para quedar de rodillas ante ella le ofreció alimentos que le había llevado a escondidas y la abrazó; Susana entendiendo el gesto de Rocío entonces rompió a llorar y a deshagorse con la chica quien fue clara al decirle:

¡Calma Susana, calma y escúchame bien!, no puedo tardar mucho tiempo pero estoy contigo y todas las noches te traeré alimentos y cuando estemos a solas conmigo no tienes por que comportarte como una esclava ¡pero entiéndeme!, de momento no puedo ir en contra de las demás ni mucho menos de Rubí pues solo te perjudicaría a ti, ¡soporta lo mejor que puedas tu penosa situación, sí, se que es difícil lograrlo y muy fácil decirlo pero te ruego que lo intentes! y lo mas importante que quiero que te grabes en la mente:

¡No te rebeles ante Rubí!— pues como ya te habrás dado cuenta eso solo la divierte mas y lo único que lograrás es aumentar tu sufrimiento y darle mas motivos a ella para humillarte lo cual es su principal intención y te llevará cada vez mas a peores consecuencias, ¡no le des ese gusto!, sobra que me digas que la odias profundamente y aunque suena imposible de realizar aún así te pido que ocultes ante ella muy bien ese odio, no te estoy pidiendo que le sonrías cada vez que se burle de ti pero sí que tengas conciencia de cómo te expresas y te comportas pues en este momento no podemos negar que ella es la dueña de tu vida y ambas sabemos que no quiere matarte por que se acabaría todo sino que su intención es atormentarte y hacerte sufrir hasta verte doblegada y convertida en un ser sin voluntad como lo hizo con el profesor al cual igual que tu yo también lo odio y todo lo que te hagan se lo haré pagar a el ¡te lo aseguro!, ahora come y calla que te entiendo pero no tiene caso ponerse a llorar como dos magdalenas ¿sabes?, ¡aún te respeto!, pero lo dicho hay que irnos con mucho cuidado, ¡ya nos llegará nuestro momento!— concluyó Rocío mirando a Susana y tratándole de transmitir una pequeña luz de esperanza y con una expresión que demostraba cierto rencor hacia sus amigas pero en especial hacia Rubí. Susana devoró la leche y el pan con mantequilla que le habían llevado y muy a su pesar de Rocío le agradeció el gesto besándole sus manos y sus pies.

Al otro día Rubí bromeaba en la cocina con Mayra y Rocío, Luis pasaba por ahí pero al estar la puerta un tanto abierta solo vio a Rubí y pensó que estaba sola y dejándose llevar por la emoción al ver que ésta al verlo pasar le había sonreído coqueta entró decidido a la cocina y muy confianzudo le dijo:

¡Rubí el desayuno esta ya servido en el comedor!— solo al decirlo Luis sintió un escalofrío al voltear y percatarse que detrás también estaban Mayra y Rocío mirándolo burlonas.

¡Rubí, harías el honor de acompañarme al comedor!— le dijo Mayra sin dejar de reír mientras le ofrecía el brazo a modo de burla por la forma tan familiar en la que Luis le había hablado.

Luis nervioso poco a poco fue mirando hacia el otro lado sin querer encontrarse con lo que ya sabía una mirada furiosa de Rubí, éste se quedó inmóvil y Rubí sin mediar palabra solo miró para todos lados de la cocina y al percatarse de una canasta con huevos fue hacia ella, tomó uno y ¡se lo estrelló a Luis en plena cara!, dejándolo cubierto con las cáscaras y las yemas corriéndole por toda su cara, Luis ni siquiera se quejó ni trató de limpiarse la cara tan solo permanecía con la mirada hacia el suelo maldiciéndose de no haber visto a las otras chicas y en consecuencia haberle fallado y tuteado a Rubí frente a ellas a lo que ésta tomando otro huevo de nuevo se lo estrelló en la cara pero ésta vez gritándole:

¡De rodillas miserable, de rodillas a mis pies o te mato a patadas estúpido perro!,

Esta vez a Luis si le dolió pero no el impacto del huevo que se estrelló en su rostro sino las palabras de Rubí y el desprecio con que se las había dicho y sin dudarlo obedeció, estando de rodillas ante las risitas burlescas de Mayra y Rocío Rubí le ofreció su mano para que le lamiera los restos de huevo que la habían manchado, Luis la miró lloroso y suplicante por un momento pero Rubí lo fulminó con su mirada a lo que éste sumisamente le lamió la mano. Rocío caminó de lado a lado risueña contemplando al profesor y tomando otro huevo también se lo estampó con fuerza y riendo al profesor.

¿Pero que estúpido, no que estaba muy bien educado eh, Rubí?— le dijo Rocío sin dejar de reír y limpiándose la mano en el cabello de Luis.

¿Qué se le va a hacer?, ¡lo bruto y lo animal no se le quitará tan fácilmente!— respondió Rubí ya mas calmada y añadió— en fin, vamos a desayunar y ¡tú esclavo ándate con cuidado!— concluyó mirando retadora a Luis mientras se retiraba al comedor. Maya y Rocío permanecieron unos instantes mas en la cocina mirando burlonas a Luis y sin decirle palabra alguna se limitaron a estrellarle todos los huevos que quedaban en la canasta riendo como locas y compitiendo en ver quien le hacía mas daño a Luis para después dejarlo limpiar el piso.

Ya en el desayuno Rubí estando mas tranquila de vez en cuando como acostumbraba escupió partes de sus alimentos ya masticados y sin mirar a Luis le permitió comérselos; ésta vez Susana permaneció todo el rato a los pies de Mayra besándoselos y lamiéndoselos y al terminar ésta de desayunar le sonrió maliciosamente a sus amigas.

¡Ni hablar, nuestra perrita se ha esmerado en ganarse su desayuno!— les comento riendo Mayra,

Rubí la observaba interesada pues intuía en la expresión de Mayra que algo se traía entre manos. Mayra se levantó para enseguida regresar dándoles la sorpresa a todas al hacerlo con una lata de comida para perros mostrándosela en especial a Rubí quien con una sonrisa de oreja a oreja aprobó lo que sabía que pretendía hacer.

Mayra enseguida abrió la lata y haciendo una mueca de asco echó el contendido en un plato dividiéndolo en dos partes para después echar una parte sobre otro plato.

¡No Luisito, no me olvidé de ti!, ¡amor es compartir!— le dijo mirándolo con lástima y provocando las risas de todas dejó en el piso ambos platos.

¡Venga perros a comer!— dijo muy divertida Tania para después añadir— ¡ya se!, quien termine primero se lleva un premio y pues quien lo haga al último ¡le daremos de cintarazos!— concluyó sonriente.

Luis tembló de tan solo oír la gran ocurrencia de Tania y por un momento miró a Rubí tratando de encontrar siquiera un poco de comprensión en ella ¡y vaya que la encontró!,

¡Venga, quiero ese plato limpiecito por que al que pierda no se le castigará con el cinturón sino con el látigo!— fueron las palabras de apoyo para Luis por parte de Rubí. Luis tan solo oyó estas palabras sabía que Rubí no bromeaba y conteniendo las nauseas comenzó la cruel tarea que para su mayor desdicha Rocío que no quería ver que suerte corría Susana centró su atención en el profesor levantándolo por el cabello y mirándolo con asco escupió sobre su plato y no conforme se lo pisoteó dejando la suela de su zapato sobre la comida humillando vilmente de ésta manera a Luis al tener que comer esa asquerosa comida y encima lamiéndola de la suela de su zapato.

Por su parte Rubí se acercó riendo a contemplar a Susana que lloraba incapaz de atreverse a comer tal asquerosidad.

¿Tú no comes perra?— le dijo Rubí burlándose de ella.

Susana no le contestó pero la miró con tal odio a pesar de lo que Rocío le había aconsejado apenas la noche anterior lo que dio como resultado que Rubí le diera una brutal patada en plena cara.

¡No me mires a la cara puta!— le gritó Rubí que sin permitirle siquiera quejarse la jaló cruelmente por su cabello y le restregó la cara hundiéndosela en la asquerosa comida que había en el plato a lo que la infeliz de Susana no podía ni respirar y en cuanto Rubí la liberó de ese infame castigo Susana vomitó ante las crueles carcajadas de todas excepto Rocío. Rubí en verdad se estaba divirtiendo de lo lindo gozando al máximo la humillación de Susana hasta que su diversión se vio interrumpida por Tania.

¡Listo, Luis ha terminado!— dijo Tania que se tapaba la boca con las manos para no reírse de la triste actuación del profesor. Todas observaron que efectivamente el plato de Luis lucía impecable al igual que los zapatos de Rocío producto de que el trato que le habían dado anteriormente en la escuela y en la casa de Rubí le había ayudado a poder cumplir con tan infame capricho de las chicas algo que Susana apenas comenzaba a experimentar.

¡Bueno, no me negaran que sí se merece un premio!— comentó Rubí mirando con cierta lástima a Luis.

¿Cuál?— preguntó Tania interesada.

¡Dormir a mis pies!— respondió Rubí riéndose de su propia ocurrencia y provocando mas risas en todas.

¿Y en cuanto a ésta?— preguntó ésta vez Mayra señalando a Susana. Rubí se quedó callada por un instante observando los vómitos de Susana mezclados con la comida para perros.

¡Le daremos una oportunidad!— dijo Rubí tratando de aparentar una expresión afligida que divertía a sus amigas— ¡a ver si así deja de odiarme!— concluyó expresándose irónicamente para enseguida tomar el bote de basura y tirar todo su contenido en el piso revolviéndolo y pisándolo junto con los restos de comida y vómitos frente a Susana y enganchando su cadena de ésta en una de las patas de la mesa la dejó con la cara justamente a centímetros de esa inmundicia para explicarle amablemente a Susana lo que esperaba de ella en ésta ocasión.

¡Sencillo, si al regresar para el almuerzo no veo el piso reluciente yo misma te daré de latigazos hasta que te desmayes!— le dijo Rubí mientras miraba con asco como había dejado ella misma el piso.

Susana lloraba de rabia e impotencia y hubiera preferido que en ese momento la tierra se la tragara pero reuniendo fuerzas de la poca dignidad y orgullo que aún consideraba que le quedaba comenzó a insultar y a maldecir a Rubí ante la mirada de desacuerdo de Rocío que trataba de expresarle que se callara.

¡Cállate y comienza a tragar puta!— fueron las palabras de Rubí después de estarse carcajeando ante el comportamiento absurdo de Susana pues bien sabía que poco o nada podía hacer para negarse a cumplir lo que fuera que ella le ordenara.

Ese día a Luis le tocaba estar con Rubí a lo que ésta con una leve patada en su costado le indicó que la siguiera a su habitación lo que éste hizo gateando, ya dentro de la habitación Rubí no escondía su satisfacción por el trato que le daba a Susana.

¿Qué pasa esclavo?— dijo Rubí sonriéndole a Luis— no te veo contento, ¡ah ya se!— ¿es por los huevos?, ¡pues tu te lo buscaste a ver si así te me avivas y aprendes a comportarte como debes!,

¡No Rubí, no es por eso, no te lo reprocho!— le contestó Luis.

¡Pues mas te vale, faltaba mas!— le respondió Rubí mirándolo altanera.

Luis se le acercó y quedando en una postura a gatas ante ella que se había sentado en su sofá le besó los pies para alargar su muy buen humor en el que notó que se encontraba.

¡Ah, si!— expresó Rubí burlona mientras le acariciaba el cabello— ¡tu premio!, bueno aprovecha que me voy a tomar una siesta, ¡anda, te permito que tu también duermas pero a mis pies!,

¡Hermosa!— dijo Luis que continuaba besándole cariñosamente sus pies— ¡si no te incómoda quisiera hablarte!,

¿Qué quieres?— le respondió Rubí ésta vez con un ligero tono de fastidio.

¡Verás!— continuó Luis nervioso— no quiero que lo tomes a mal pero yo creo que… ¡bueno!, lo que pasa es que…,

¡Ay carajo, sin rodeos maldita sea contigo Luis!— le gritó Rubí que perdía muy rápido la paciencia— ¿te he tratado mal?, ¡dime!, ¿es eso?, ¿quieres suplicarme algo como un mejor trato?, ¡bueno pues dime las cosas como son y punto pero no estés balbuceando como un retrasado que me haces enojar!,

¡Sí Rubí, sí quiero suplicarte!— le respondió Luis mirándola fijamente.

¡Muy bien esclavo!— respondió Rubí de nuevo acariciándole el cabello y con una hermosa sonrisa pues le encantaba que el profesor le suplicara y se humillara ante ella para que así pudiera divertirse con el viéndolo afligido y al final decidir si accedía o no a su súplica y añadió sin dejar de sonreírle— ¿Qué te aflige Luisito?,

¡Es que quiero suplicarte pero no por mi— le dijo Luis un tanto nervioso de nueva cuenta.

¡Mmmmm...!— expresó Rubí que vagamente ya se imaginaba a donde quería llegar Luis.

¡Es por Susana!,

¡Basta!— lo cortó Rubí desapareciendo por completo la sonrisa de su rostro.

¡Hermosa!— insistió Luis,

¡Basta, en verdad Luis, ya cállate no me hagas enojar por que no me gustaría tener que castigarte sin motivo!, además ¡no puedo oírte, oh Dios que me ha pasado rápido Luis ayúdame jajaja!— le dijo al momento que se tapaba los oídos tratando de llevarse las cosas a broma y haciéndole olvidar el asunto al profesor.

¡Pero es que Rubí!— insistió una vez mas Luis arriesgándose a que Rubí ya no le tolerara su comportamiento— ¡es inhumano lo que haces con ella!,

¿Inhumano?— respondió ya mas seria Rubí— ¿entonces también fue inhumano el trato que te dí anteriormente?,

¡No hermosa!— le contestó rápidamente Luis— yo no te reprocho nada y te aseguro que todo ha quedado mas que olvidado ¡pero te ruego que me escuches!, entiendo que le guardes rencor y que hasta cierto punto la trates mal pero te aseguro que lo que haces con ella no te llevará a ningún lado ni te hará sentir mejor ¿no te parece suficiente con que no pueda valerse de una mano y una pierna?,

¡Cállate, no quiero escucharte!— lo cortó de nuevo Rubí mirándolo fijamente pero Luis estaba dispuesto a darlo todo con tal de convencerla en cambiar su actitud.

¡Lo siento Rubí pero tendrás que escucharme!— dijo Luis muy seguro de si mismo— por que necesito hacerte entender que no puedes privar de la libertad a una persona ni por que tengas todo el dinero y el poder como es tu caso es ruin y es cruel ¡ya lo hiciste conmigo! y te juro que lloré cada noche y me sentía miserable tras cada capricho y humillación tuya y si resistí es porque inexplicablemente me enamoré de ti pero lo que viví no se lo deseo a nadie y yo se que en el fondo tu eres una buena persona ¡no puedo permitir que te corrompas de tal forma! por que además temo por ti piensa que todo en esta vida se paga y yo no podría resistir viéndote sufrir a ti siquiera por un rasguño y también pienso que…….

¡Zaaas!— Rubí no dejó pasar un solo instante más y le dio una fuertísima cachetada con tal impacto que lo hizo caer al piso con los dedos marcados en su mejilla.

¡Dije queee te caaalles!— le gritó histérica— ¿Quién carajo te crees?, te recuerdo que para mi solo eres un miserable esclavo— le dijo con las palabras llenas de desprecio hacia el— ¡no te creas que por que te trato bien te voy a tolerar tus estupideces!, ni me interesa lo que pienses de hecho creo haberte dicho que tu no piensas ¡solo actúas como un perro ante mis deseos!; Luis se tallaba la mejilla y apenas sentía que le dejaba de arder y trataba de levantarse cuando Rubí le dio otra cachetada aún mas fuerte.

¡Escúchame muy bien perro!— ¡no me cuestiones es la última que te lo digo ah y no te preocupes por mi por que yo nunca voy a pagar ningún precio por que siempre tengo todo bajo control y además cuento con el apoyo de mi madre que es muuy rica y poderosa mira que acabar con tu vida en el instituto le costó solo unos minutos de su tiempo así que mejor preocúpate por ti!,

¡Agradecido deberías estar que ya no te aborrezco como antes!— continuaba Rubí que ahora sí se empezaba a molestar— pero si me fastidias puedo cambiar contigo muy fácilmente, ¡tú nada tienes que ver en lo que yo haga de mi vida por que solo eres una mas de mis propiedades y el día que yo quiera te tiraré a la basura y deberás darme las gracias por el tiempo que perdí contigo así que no te metas por que te va a ir muy mal!, entiende Luis ¡solo vives para adorarme!, ¡permaneces a mi lado, te mueres de amor por mí y yo ya no me porto tan mal contigo!, ¿Qué mas quieres?, ¿acaso no es suficiente?, es sencillo si haces todo lo que te digo tendrás un buen trato y encima te protegeré de mis amigas que no creas que son unas inocentes.

¡Solo quisiera que te comportaras un tanto mas humana y no como una niña caprichosa sin escrúpulos ni sentimientos cuya sana diversión es denigrar y humillar a los demás!— dijo Luis aún dispuesto de hacer entrar en razón a esa jovencita testaruda.

¡Suficiente he hecho con darle sentido a tu patética vida!— le respondió Rubí con una arrogancia difícil de describir— ¡acéptalo Luis soy lo mejor que ha pasado por tu puta vida! y aunque te la pases lo que te reste de ella adorándome no es suficiente para pagarme todo lo que he hecho de ti, pues si te has convertido en un soñador es gracias al amor que sientes por mi hasta debería darte vergüenza ponerte en mi contra y dirás que si ser esclavo de alguien no es patético ¡bueno!, pues te diré una vez mas que fue tu elección y ¡no!, no hay marcha atrás así que esmérate en no hacerme enojar y agradece y disfruta lo bueno que tienes al haberte tomado algo de afecto a diferencia de Susana aunque no te creas eh creo que no es afecto lo que siento por ti sino mas bien lástima como la que se le tiene a un animal indefenso— le dijo ésta vez con toda la intención de humillarlo y mostrarle su desprecio— así que aunque solo sean las sobras y migajas lo que obtengas de mi deberás agradecérmelo, no te entrometas ni mucho menos se te ocurra soñar con darme consejos lo único que espero de ti es obediencia y amor como el que le tiene todo perro a su dueña así que los consejos salen sobrando.

Rubí hizo una pausa al ver que al pobre de Luis en verdad le habían dolido todas y cada una de sus palabras pero al estar enfadada no tuvo piedad de el y continuó:

¡Te lo advierto Luis si me haces enojar te haré sufrir, sufrir de verdad como no te imaginas y no te niego que me incomodaría hacerlo pues ya no es mi intención tratarte tan cruel y ahora ¡largo de mi vista!,

Luis se levanto y antes de retirarse miró a Rubí con lágrimas en los ojos y afligido e indignado le dijo con la voz entrecortada:

¡Entonces solo soy un esclavo y nada mas para ti cuando dijiste que a solas podría contarte mis inquietudes y pensamientos y que tú me escucharías me mentiste en realidad no te importa lo que sienta!,

¡Así es miserable perro, te mentí y ya lárgate ve a llorar a otra parte!— lo humilló Rubí dedicándole una despectiva sonrisa. Luis se marchó de la habitación y al tratar de hacerlo caminando dio motivo para que Rubí lo volviera a humillar.

¡Ve gateando como el perro que eres ya que así te encanta que te trate!— le gritó Rubí con una expresión seria en su rostro sin disfrutarlo solo con la intención de ofenderlo. Luis se marchó y Rubí se quedo furiosa en verdad le había molestado saber que Luis se compadecía de Susana.
Luis pasó gateando patéticamente por la sala dando gracias al menos que en su camino no se topó con nadie y llegó hasta el comedor y ahí se detuvo al oír los lamentos de Susana y no pudo evitar conmoverse al verla llorando amargamente inmóvil ante tal asquerosidad de alimentos descompuestos, vómitos y comida para perros, ¡era incapaz de comérselo!; Luis se acercó y Susana al verlo comenzó a insultarlo.

¡Maldito, maldito seas vienes a humillarme a burlarte de mi!— le decía Susana a Luis mirándolo con odio— ¡goza mientras puedas, mientras la puta de Rubí te tenga como a su mascota preferida podrás hacerlo!,

¡Yo no gozo con esto Susana!— le respondió Luis que estaba muy dolido con Rubí.

¡Cállate, eres un bastardo y un desgraciado lárgate de aquí y déjame en paz!— le contestó Susana rompiendo aún mas a llorar sabiendo que en cualquier momento aparecería Rubí y no solo la obligaría a tragarse todo lo que había en el piso sino que seguro primero la golpearía y en su cara aún sentía el ardor de las bofetadas que le había dado el día anterior en el almuerzo y eso temblando en que cumpliera su amenaza de castigarla con el látigo.

¡En verdad Susana no te reprocho nada!— le dijo Luis tratando de mostrar en su expresión la sinceridad de sus palabras— todo lo he olvidado y ¡créeme que comparto tu dolor yo también he pasado por esto y se lo que se siente y aunque también nada le reprocho a Rubí eso no significa que no haya sufrido con su trato!,

¡Vete al Diablo!— le contestó Susana con desprecio.

Luis en un momento en el que pensó y decidió por si mismo producto también del enojo que sentía por lo mal que lo había tratado Rubí actuó sin pensar en las consecuencias.

¡Te voy a demostrar que no miento!— le dijo a Susana— ¡no tienes por que comerte esta asquerosidad!; Susana lo miró con las lágrimas corriéndole por su cara, lo miró incrédula y Luis continuó diciéndole:

¡Así es, nadie te está viendo y no tienes por que hacer algo tan inhumano solo por que se le antojó a la señorita Rubí, solo por que le pareció divertido!— y diciendo esto al no estar esposado ni de las manos ni de los pies tomó una bolsa y un trapo y procedió a limpiar todo lo que había en el piso para posteriormente tirarlo y hacer creer a Rubí y compañía que en verdad Susana se había tragado los desperdicios, todo esto ante el asombro de la propia Susana ¡una buena obra en verdad era lo que pretendía llevar a cabo el profesor!, producto de su buen corazón pero no contaba con que tuviera tan mala fortuna de que Tania había visto y escuchado muy divertida toda la actuación de Luis y sin dudar fue por Rubí para llevarla enseguida a donde se encontraban.

¡Bomba!— expresó Tania entre risas al momento que le daba un empujón a la puerta entrando junto con Rubí al comedor a lo que Luis dio un brinco al igual que Susana para voltear y ver a Tania seguida de Rubí que los habían agarrado en el acto.

Tania sonreía mirando divertida y con malicia a Luis. Rubí mostraba una expresión furiosa y de rencor también hacia el profesor.

¡Tania saca a ésta puta de aquí!— dijo Rubí muy molesta. Tania la miro sonriente intentando hacer bromas con la situación pero no se atrevió y dejó de sonreír al ver que Rubí en verdad estaba furiosa como pocas veces la había visto por lo que optó por tomar de la cadena a Susana y llevársela de ahí.

¿Quieres que le de los latigazos?— preguntó Tania a Rubí.

¡No!— le respondió secamente Rubí— si no te importa lo haré yo misma mas tarde.

¡Como quieras!— contestó Tania subiendo los hombros antes de marcharse con Susana.

Luis permanecía de rodillas sin atreverse a mirar a Rubí pero ésta le alzó la cara obligándolo a verla y Luis tembló al encontrarse con esa mirada, Rubí lo contempló cuanto quiso para después soltarle un escupitajo en plena cara lleno de desprecio y lo dejó solo por un momento. Luis ni siquiera se atrevía a limpiarse la cara del salivazo de Rubí, estaba en verdad preocupado, en tanto que Rubí regresó con unas esposas con que le aseguró en las manos y en los pies y después de asegurarle también la cadena y el collar del cuello se lo llevo jalándolo como a un perro un instante a su habitación, rápidamente ella misma se puso las botas y sus pantalones azules y blusa blanca y de nuevo bajaron llevando a Luis hasta la parte de atrás de la casa incluso apartada de donde se encontraban los animales del rancho y ahí para sorpresa de Luis se encontraron con una especie de prisión que mas bien era un hoyo o hueco a especie de sumidero que nunca terminaron de cavar mas bien parecía el espacio ideal para enterrar una tumba no tan profundo pero si lo suficiente para que cabieran perfectamente unas dos personas con la base de piso de tierra oscuro por dentro y con una reja de acero que servía de puerta para asegurar la pequeña celda y así poder observar perfectamente desde arriba al prisionero o mejor dicho desdichado en turno.

El profesor estaba sucio producto que por todo el camino Rubí lo había echo desplazarse a 4 patas y pasar sobre lodo, agua y tierra y lo dicho lucía en verdad muy mal, sucio al igual que las botas de Rubí; Luis la miró pero no se atrevió a decirle nada, Rubí le devolvió la mirada.

¿Sabes esclavo?, este lugar lo tenía destinado para Susana ¡pero te felicito, tu te lo has ganado a pulso!; Luis entonces se arrepintió en verdad de cómo había actuado y lloroso comenzó a implorar el perdón de su ama quien lo ignoró por completo y al percatarse de que unas hormigas seguían su marcha las aplastó con su bota acabando con su existencia y acercándole la bota a Luis que aún seguía deshaciéndose en tratar de lograr que lo perdonaran le dijo cortándolo:

¡Esclavo mis botas están sucias, límpialas como mereces hacerlo, con la lengua!, o mejor aún cómete todo lo que encuentres en ellas incluidas las hormigas que acabo de aplastar, ¡aprovecha, pues no pienso darte de comer por unos días ya que tu parte se la daré a Susana!— concluyó Rubí sin dejar de mirar a Luis con esa expresión de desprecio que tanto le dolía al profesor. Luis imploró perdón de nuevo pero Rubí se mantuvo firme al decirle:

¡Si no quieres empeorar aún mas tu situación será mejor que me obedezcas!; Luis entonces mas bien con sus lagrimas limpió y lamió la suciedad de las botas de Rubí y ante la mirada de asco de ésta se comió las hormigas que estaban pegadas en la suela; enseguida Rubí abrió la reja y de una patada en la cara empujó dentro a Luis cerrando y asegurando la entrada con el candado.

¡Espero que aquí pienses muy bien lo que hiciste!— le dijo Rubí con el mismo tono con el que le había estado hablando anteriormente— ¡y eches de menos mi habitación cuando te estés muriendo de frío y de hambre en las noches!, ¿no te entiendo esclavo?, ¡comparto contigo mis riquezas y en lugar de tomarlas traicionas mi confianza por una vulgar perra!— Rubí contempló a Luis que comenzaba a llorar de miedo al ver en que condiciones se quedaría y mas al ver que comenzaba a oscurecer; Rubí se agachó pegando su hermoso rostro en la reja y con una seña con la mano le indicó a Luis que se acercara lo que este hizo para que ella pudiera de nuevo escupirle en la cara después decidió marcharse pero tras un instante regresó a lo que Luis al escuchar los pasos se emocionó pensando en que había cambiado de opinión y al final lo perdonaría y no lo dejaría en ese horrendo lugar.

Rubí se acomodó de nuevo esta vez sentándose sobre la reja con las piernas cruzadas entre si y sonriéndole con malicia comenzó a desabrocharse el cinturón y a bajarse los pantalones al igual que su ropa interior.

¿Por qué no estrenar tu prisión?— le dijo burlándose de el— ¡anda, quédate de rodillas y con la boca abierta y no se te ocurra moverte por que te juro que bajo y te destrozo la piel a cintarazos!,

Luis respiró profundamente y resignado obedeció a lo que Rubí se acomodó también perfectamente justo para que un potente chorro de orina saliera disparado directo a la cara y boca del profesor Rubí se deleitó observando como el pobre Luis en verdad luchaba por tragarse toda su orina.

¡Muy bien esclavo trágatela toda por que mientras estés aquí será lo único que obtendrás de mi y si te esmeras quizás te de a probar mas de mi exquisita saliva oh y ya te imaginarás con que te podría terminar de alimentar digamos algo mas sólido jajaja!

Rubí se carcajeó cuanto quiso de Luis y tras acomodarse la ropa ésta vez si se marchó dejándolo ahí dolido por haberle fallado a su ama y con la cara y parte del cuerpo cubierto de su orina, cuya esencia sería su única compañera por esa fría noche.

Rubí sin perder tiempo enseguida se dirigió cerca del corral de Susana en donde ya Tania la tenía amarrada a un árbol dejándole la espalda a merced de lo que Rubí quisiera hacerle y justo en ese momento llegaba, Tania le ofreció el látigo y ya cuando estaba a punto de empezar a descargar toda su furia sobre ella lo pensó mejor y consideró que la destrozaría con el látigo y no era esa su intención así que solo le dio 2 latigazos pocos peros certeros que se estrellaron en la espalda de Susana traspasándole el vestido y haciéndola pegar unos gritos desgarradores pues era la primera vez que sentía el poder del látigo y la segunda que sentía en su cuerpo un dolor sin igual y era de nueva cuenta Rubí su cruel verdugo quien le proporcionaba ese dolor pues la primera vez había sido precisamente cuando le dejó inservible la pierna y la mano.

¡Súplica o continúo!— le dijo Rubí que ganas no le faltaban para destrozarla a latigazos.

¡Piedad!— gritó Susana llorando y su súplica fue acertada pues de no haberlo hecho no se sabe cual hubiese sido la reacción de Rubí pues no conforme arrojó el látigo pero completó el castigo con el cinturón utilizándolo varias veces en la espalda y en las piernas de Susana quien debió agradecer de que no lo hiciera con la hebilla como solía hacerlo con el profesor.

Susana lloraba y se retorcía de dolor pero Rubí cruelmente apenas y la dejó recuperarse pues tras desatarla del árbol entre ella y Tania, la misma Rubí fue quien se la llevó jalándola del cabello y así arrastrándola la llevó hasta la sala y bruscamente la tiró al piso provocándole otro doloroso golpe en plena cara a Susana.

Rubí se puso cómoda en el mueble y tras contemplar a Susana tirada a sus pies llorando sonrió maliciosamente.

¡Quítame las botas!— le dijo disfrutando cada palabra que había pronunciado.

Susana todavía sentía el efecto de los latigazos pero habría preferido recibir muchos mas que tener que humillarse ante Rubí quitándole las botas de la manera que ya imaginaba y sintiendo pena de sí misma procedió a quitárselas bajando el cierre con los dientes tal y como Tania le había enseñado anteriormente pero al intentar ya zafarlas Rubí la levantó sin piedad por su cabello dándole una tremenda cachetada.

¡Idiota, primero ve a buscar mis sandalias sino donde diablos voy a descansar los pies!, ¿acaso en tu puta cara?— le dijo Rubí excitadísima por la situación.

Susana lloró aún mas de humillación y de una manera tan patética fue gateando hasta la habitación de Rubí para lo cual tuvo que subir las escaleras vigilada por Tania y enseguida regresar a lo que Rubí sonrió burlona al mirar a Susana bajar con esfuerzo las escaleras y dirigirse a ella gateando con sus sandalias entre sus dientes las cuales con mucho cuidado dejó en el piso sabiendo ambas que esto apenas comenzaba.

Continuará……………



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